Jorge de Rusia y Rebecca Bettarini se comprometieron en un aeropuerto casi vacío

El gran duque Jorge Mikhailovich de Rusia originalmente planeó proponerle matrimonio a su novia de toda la vida, la italiana Rebecca Bettarini, frente a sus padres el año pasado. Pero la pandemia del coronavirus trastornó sus planes, según relataron los novios en una entrevista.

El gran duque Jorge tiene 38 años y es hijo de la gran duquesa María Vladimirovna de Rusia y del príncipe Francisco de Prusia. Como segundo en la línea del desaparecido trono de Rusia, el estatus real del gran duque está lejos de ser oscuro. Su padrino es el rey de Grecia, Constantino II, y es descendiente de la reina Victoria por doble vía, lo que lo convierte en un pariente lejano de la familia real británica.

Rebecca Bettarini, conocida desde su conversión a la ortodoxia como Victoria Romanovna, dijo en declaraciones a Insider que sabía quién era Jorge desde el momento en que se conocieron. Su padre es el embajador italiano Roberto Bettarini, por lo que estaba acostumbrada a asistir a eventos con personas de la realeza y diplomáticos de todo el mundo.

«La primera noche que nos conocimos fue en un baile que fue muy popular en Europa con miembros de la nobleza, así que, por supuesto, sabía que era él», dijo la futura princesa. «Digamos que no lo sabía, pero salimos muy rápido. La primera vez que salimos, fuimos a una fiesta y todos decían, ‘Su Alteza, Su Alteza‘ y tomando fotos».

Los padres de Rebecca se enteraron por una revista

Sin embargo, sus padres se enteraron de su relación con el gran duque Jorge a través de la prensa. «La primera vez que salimos, la primera foto que tenemos juntos fue tomada por una revista. Así es como se enteraron mis padres», dijo Rebecca. «¡Fue difícil mantenerlo en secretoagregó el gran duque.

Después de vivir juntos durante seis años en Bruselas, la pareja ahora reside permanentemente en Moscú, donde Bettarini trabaja como directora de la Fundación Imperial Rusa, que Jorge fundó en 2013. También escribe novelas de ficción bajo el seudónimo de Georgina Perosch.

Rebecca dijo «sí» en un aeropuerto de Bruselas

La pareja viajó de Moscú a Bruselas en agosto de 2020. Bettarini creía que solo estaban en la ciudad para una escala de 24 horas antes de tomar otro vuelo para visitar a la madre de Jorge en Madrid. Después de recoger en secreto el anillo de una caja fuerte, el gran duque planeaba proponerle matrimonio a Bettarini durante la cena esa noche en Bruselas, pero ella accidentalmente arruinó los planes al invitar a un amigo a unirse a ellos.

«Luego, al día siguiente, estábamos tomando un vuelo a Madrid, y él quería que la propuesta fuera en Bruselas porque es donde estábamos saliendo y vivíamos juntos», dijo en la entrevista.

«¡Y así lo hice en el aeropuerto! Puedes imaginar que los aeropuertos hoy en día están completamente vacíos», agregó Bettarini. «Dijo algo gracioso, dijo que nuestros mejores viajes comenzaron aquí. Así que esto también es un viaje, un viaje para toda la vida».

Jorge de Rusia y Rebecca se casarán en San Petersburgo

La pareja hizo oficial el compromiso en diciembre, después de obtener el permiso de la madre de Jorge, considerada por gran parte de los Romanov como la jefa de la Casa Imperial. Sin embargo, esperaron hasta enero para hacer pública la noticia y el gran duque dijo que estaban considerando mantenerlo en privado indefinidamente debido a la pandemia.

«Desafortunadamente, debido a las restricciones de Covid, no estábamos seguros de cuándo era el momento adecuado y pensamos que sería extraño anunciarlo», dijo Jorge. «Pero ahora en Rusia, al menos las cosas están mejorando con las vacunas, y los casos están disminuyendo y estabilizándose. Si no, probablemente nunca se lo hubiéramos contado a nadie».

Una boda imperial «tradicional», la primera en un siglo

El aclamado “zarévich” dijo que será el primer miembro de la realeza rusa en casarse en su país de origen desde la Revolución de 1918, que resultó en el asesinato del zar Nicolás II, su esposa y sus hijos, después de más de un año de estar cautivos. por la policía secreta bolchevique. La pareja, que espera casarse en otoño de este año, dijo que la boda será «tradicional real, tradicional rusa» e involucrará «mucho protocolo».

«Podemos aprovechar la oportunidad de nuestra boda para mostrar el lado agradable de Rusia, la belleza, la cultura y la historia. Y también para ayudar al turismo a volver a sus niveles si se nos permite viajar», dijo Jorge.

Jorge de Rusia, heredero de los Romanov, se comprometió con la italiana Rebecca Bettarini

El gran duque Jorge Mikhailovich, considerado heredero del trono de Rusia, anunció su compromiso matrimonial con su novia italiana, Rebecca Bettarini, quien se convirtió a la fe ortodoxa rusa y adoptó el nombre de Victoria Romanovna.

“Es con gran placer que Su Alteza Imperial la Gran Duquesa de Rusia, Jefa de la Casa Imperial Rusa, anuncia el compromiso de su amado hijo, Su Alteza Imperial el Gran Duque Jorge de Rusia, con Rebecca Virginia Bettarini, hija de Su Excelencia el Embajador Nob. Roberto Bettarini”, dice el comunicado oficial publicado por la Cancillería de la Casa Imperial.

Cuándo será la boda imperial

El comunicado confirma que la joven se convirtió a la ortodoxia y fue rebautizada como Victoria y agrega que la boda tendría lugar en el otoño de 2021. “A su debido tiempo, se anunciarán más detalles sobre la fecha y la hora de la boda”, agregó la Cancillería.

Según la nota difundida a la prensa, el gran duque Jorge se comprometió con Rebecca en diciembre pasado después de recibir el permiso de su madre, la gran duquesa María. «Consideramos adecuado que Victoria Romanovna, desde el momento de sumatrimonio con nuestro hijo, tenga derecho a utilizar el apellido dinástico Romanov con el título de Princesa y el tratamiento de Alteza Serena”, dijo la gran duquesa.

“Tenemos plena confianza de que nuestros compatriotas unirán sus oraciones a las nuestras al Dios Todopoderoso por un matrimonio feliz, prosperidad y la bendición de la pareja”, finaliza el comunicado de María, descendiente del zar Alejandro II de Rusia.

De Rebecca Bettarini a Victoria Romanovna: quién es la prometida del heredero del trono ruso

Rebecca Bettarini, hija de un diplomático italiano, dio el primer paso hacia su gran boda imperial con el gran duque Jorge de Rusia al abandonar el catolicismo y convertirse a la fe ortodoxa rusa. El siguiente pasó tendrá lugar en el otoño y la convertirá en “princesa” de la casa imperial tras conseguir el beneplático de su futura suegra, la gran duquesa María Vladimirovna, considerada la legítima heredera de la dinastía Romanov por muchos monárquicos rusos.

Actualmente, el gran duque y Rebecca viven juntos en Moscú. “Actualmente, las condiciones de vida no son demasiado restrictivas. Siguiendo las normas de seguridad sanitaria, podemos ir a trabajar, pasear, disfrutar de cafés y restaurantes. Antes de la pandemia, solíamos viajar entre Madrid, Bruselas, Roma y París”, contó en una reciente entrevista con la revista francesa Point de Vue.

El gran duque Jorge Mihailovich, de 39 años, con su pareja Victoria Romanovna. (Foto: Cancillería de la Casa Imperial)

Rebecca y yo crecimos en parte en la capital francesa. Esta ciudad es nuestro segundo hogar. Una vez restablecida la situación, esperamos poder volver a ella, encontrarnos con nuestros primos y la diáspora rusa, algunos de los cuales aún tienen actividades relacionadas con la tradición imperial”, agregó el heredero en la entrevista.

El gran duque contó con orgullo que su novia “habla cinco idiomas con fluidez y tiene una mentalidad abierta excepcional” y la definió como “una mujer independiente y moderna”.

“Nos conocimos cuando éramos adolescentes, gracias a amigos en común. Luego nos volvimos a encontrar en Bruselas en 2012. En ese momento, ambos estábamos trabajando con las instituciones europeas. Le pedí que me ayudara cuando comencé mi fundación. Entonces las cosas procedieron de forma natural”, relató Jorge.

Convertida a la ortodoxia como Victoria Romanovna

El gran duque Jorge Mihailovich, de 39 años, con su pareja Victoria Romanovna. (Foto: Point de Vue)

En un primer paso hacia una posible boda, Rebecca se convirtió a la fe ortodoxa rusa. “La fe es muy importante para mí. Crecí en una familia con fuertes valores cristianos. Durante mis estudios universitarios, mi padre trabajó con Rusia y estuvo asociado con la construcción de la Iglesia Ortodoxa de Santa Catalina en Roma”, dijo ella en la entrevista. Su conversión tuvo lugar en la Catedral de San Pedro y San Pablo, en San Petersburgo, donde están enterrados los restos de todos los zares de Rusia.

Tras su conversión, Rebecca adoptó el nombre ortodoxo de Victoria Romanovna, una condición para cualquier persona que desee ingresar por matrimonio a la familia imperial. La pareja actualmente reside en Rusia. “Me encanta vivir en Moscú. Esta ciudad vibra con una energía que es peculiar de sus habitantes. Me gusta caminar por el río Moskva helado, descubrir estaciones de metro que parecen palacios o museos. Y los moscovitas son amables y muy hospitalarios. Son muy curiosos tan pronto como hablas su idioma”, dijo la futura princesa.

Quién es Rebecca Bettarini, la novia del heredero de la dinastía Romanov

Actualización: el gran duque Jorge Mihailovich obtuvo el beneplácito de la jefa de la Casa Imperial para casarse con la hija del diplomático italiano.

La gran duquesa María de Rusia, considerada la legítima heredera de la dinastía Romanov por muchos monárquicos rusos, lleva varios años impulsando una reforma en las leyes internas de la casa imperial para permitir que su único hijo, Jorge de Rusia, contraiga matrimonio con la mujer que ama sin que ello signifique su pérdida de los derechos sucesorios.

El gran duque Jorge Mihailovich, de 39 años, tiene una novia plebeya desde hace un largo tiempo, pero las reglas del juego sucesorio le impiden casarse con ella y al mismo tiempo ser el jefe de la dinastía. Se trata de Rebecca Bettarini, una más que preparada empresaria, hija de un embajador italiano. En tiempos de los zares, el romance del gran duque con una mujer como Bettarini habría sido vetado y ambos hubieran sido exiliados.

“Si una persona de la Familia Imperial contrae matrimonio se casa con una persona de un estado desigual al suyo (…) no puede transmitir a la otra persona los derechos que pertenecen a los miembros de la familia imperial”, dice la ley de la época zarista todavía vigente en la dinastía. “Los hijos que emanan de ese matrimonio no tienen derecho de sucesión al trono”, advierte la ley sucesoria, promulgada por el zar Alejandro I.

La gran duquesa María Vladimirovna, hija única del gran duque Vladimir y tataranieta del zar Alejandro II, contrajo matrimonio dinástico con el príncipe Franz de Prusia, bisnieto del último kaiser de Alemania, de quien se separó poco después. Actualmente María vive en España y afirma ser la auténtica depositaria de los derechos sucesorios rusos, y viaja frecuentemente a Rusia.

María declaró a su único hijo Jorge Mikhailovich como el verdadero heredero del trono, aumentando más la pugna histórica que su rama familiar mantiene con otros miembros de la familia. Varios Romanov afirman que María no tiene tales derechos porque su padre se casó con una princesa de la nobleza georgiana, cuyo estatus no estaba a la altura de las reglas sucesorias de 1820.

Después de completar sus estudios, Jorge trabajó en el Parlamento de la Unión Europea y luego en la Agencia Europea de Energía Atómica. Posteriormente ocupó cargos ejecutivos en Norilsk Nickel, antes de fundar Romanoff & Partners, empresa en la que sigo participando en la mejora de las relaciones de las empresas rusas en Europa. Desde 2017 pasa la mayor parte del tiempo en Rusia, donde lidera la Junta Directiva de Foodbank Rus y participa en varios proyectos benéficos.

Actualmente, el gran duque y Rebecca viven juntos en Moscú. “Actualmente, las condiciones de vida no son demasiado restrictivas. Siguiendo las normas de seguridad sanitaria, podemos ir a trabajar, pasear, disfrutar de cafés y restaurantes. Antes de la pandemia, solíamos viajar entre Madrid, Bruselas, Roma y París”, contó en una reciente entrevista con la revista francesa Point de Vue.

Rebecca y yo crecimos en parte en la capital francesa. Esta ciudad es nuestro segundo hogar. Una vez restablecida la situación, esperamos poder volver a ella, encontrarnos con nuestros primos y la diáspora rusa, algunos de los cuales aún tienen actividades relacionadas con la tradición imperial”, agregó el heredero en la entrevista.

El gran duque contó con orgullo que su novia “habla cinco idiomas con fluidez y tiene una mentalidad abierta excepcional” y la definió como “una mujer independiente y moderna”. “Nos conocimos cuando éramos adolescentes, gracias a amigos en común. Luego nos volvimos a encontrar en Bruselas en 2012. En ese momento, ambos estábamos trabajando con las instituciones europeas. Le pedí que me ayudara cuando comencé mi fundación. Entonces las cosas procedieron de forma natural”, relató.

En un primer paso hacia una posible boda, Rebecca se convirtió a la fe ortodoxa rusa. “La fe es muy importante para mí. Crecí en una familia con fuertes valores cristianos. Durante mis estudios universitarios, mi padre trabajó con Rusia y estuvo asociado con la construcción de la Iglesia Ortodoxa de Santa Catalina en Roma”, dijo ella en la entrevista. Su conversión tuvo lugar en la Catedral de San Pedro y San Pablo, en San Petersburgo, donde están enterrados los restos de todos los zares de Rusia.

Tras su conversión, Rebecca adoptó el nombre ortodoxo de Victoria Romanovna, una condición para cualquier persona que desee ingresar por matrimonio a la familia imperial. La pareja actualmente reside en Rusia. “Me encanta vivir en Moscú. Esta ciudad vibra con una energía que es peculiar de sus habitantes. Me gusta caminar por el río Moskva helado, descubrir estaciones de metro que parecen palacios o museos. Y los moscovitas son amables y muy hospitalarios. Son muy curiosos tan pronto como hablas su idioma”, dijo Rebecca.

Por su parte, el gran duque afirma que es “muy emocionante” encontrar las “conexiones con la familia Romanov y sus 300 años de historia en esta ciudad, como en todo el país. Moscú es una ciudad enorme y cosmopolita, con restaurantes, exposiciones, mucha vida. Es un placer vivir aquí”, afirmó y agregó que “las relaciones entre la familia imperial y el gobierno se basan en el respeto mutuo”.

No participamos de la vida política del país, pero tratamos de contribuir a la tranquilidad doméstica, tanto religiosa como civil”, dijo el gran duque. “En todas las regiones donde apoyamos organizaciones benéficas y eventos culturales, somos recibidos con el mismo entusiasmo por los gobiernos locales y por nuestros compatriotas. La filantropía, el desarrollo internacional de Rusia, así como la restauración y preservación de su patrimonio, también forman parte de nuestras acciones”.

Después de varios años de relación, el gran duque Jorge y Victoria Romanovna esperan que un cambio en el ajedrez sucesorio, que debe ser apoyado por un consejo de cortesanos (la Cancillería de la Casa Imperial) les permita casarse en el futuro. “La falta de princesas reales elegibles, y mucho menos una que se convertiría a la ortodoxia ciertamente reduce las posibilidades de contraer un matrimonio igualitario. Un cambio a la sucesión dinástica, sin embargo, ahora despejará el camino para que Jorge se case por amor”, explica el experto en historia dinástica rusa Paul Gilbert.