The Crown: cómo fue la relación entre la reina Isabel II y Margaret Thatcher

Cordiales, educadas, pero muy, muy distantes: así fueron las relaciones entre la “Dama de Hierro” y la reina.

La reina Isabel II de Gran Bretaña lleva casi siete décadas en el trono británico y se ha convertido en la monarca con el reinado más largo de la historia británica. A lo largo de todo este tiempo, conoció y trabajó con más de una decena de primeros ministros, incluida Margaret Thatcher, con quien mantuvo una relación «fría», según biógrafos reales.

La soberana y la primera mujer británica que ocupó el cargo de Primer Ministro aparecerán en pantalla de Netflix en la cuarta temporada de la serie “The Crown”, que se estrena el próximo mes el 15 de noviembre. Pero la naturaleza altamente dramatizada del programa suscitó preguntas sobre la relación de la política conservadora y la monarca, quienes debieron manejar con altura sus con frecuencia tensas reuniones semanales en el palacio de Buckingham.

A veces, la relación laboral gravita más allá del compañero de trabajo y se convierte en amistad, como sucedió con Sir Winston Churchill. Pero en el caso de Lady Margaret Thatcher, su conexión no fue tan cálida como la de otros, dice el cronista Kenneth Rose, quien pasó un tiempo cubriendo noticias sobre la familia real y afirma que a la reina no le agradaba la primera ministra. Señaló incluso dos ocasiones en las que la monarca no fue tan generosa con la gobernante.

La primera vez fue durante una cena con Jean Barker, baronesa Trumpington, el 18 de septiembre de 1985, cuando la baronesa transmitió un duro comentario que hizo la reina sobre la primera ministra: “Se queda demasiado tiempo y habla demasiado. Ha vivido demasiado entre hombres”. En otra ocasión, en la que se reunió con el filósofo Isaiah Berlin, descubrió que la reina «ignoró» una solicitud de Thatcher para reunirse.

Rose escribió: «A Headington para tomar el té con [el filósofo] Isaiah Berlin. «Hablamos de las relaciones entre la Reina y sus Primeros Ministros. La reina tiene cuidado de no revelar nunca lo que piensa de cada uno, aunque se sabe en general que ella y Margaret Thatcher tenían fuertes desacuerdos sobre la importancia de la Commonwealth. Isaiah ahora tiene una prueba importante. Tanto la reina como Thatcher asistieron a una gala en Covent Garden, pero se sentaron en diferentes partes de la casa».

“En el intervalo”, continuó Rose, “la reina hizo saber que no quería encontrarse con la señora Thatcher, quien fue enviada a un salón superior para tomar una copa, al igual que Isaiah. Thatcher luego dijo que le gustaría despedirse de la reina, una solicitud que fue ignorada”.

Los rumores sobre los desencuentros entre las dos damas ya eran bastante difundidos cuando Thatcher aún era la primera ministra. En los 80, la reina y su premier no quedaron afuera del programa satírico de televisión “Spitting Image”, en una de cuyas escenas (que la propia reina encontró muy graciosas) se mostraba un títere que personificaba a Thatcher, demasiado maquillada, con su nariz puntiaguda. Hablaba con un muñeco que representaba a la reina, vestida con un saco viejo y un pañuelo atado a la corona: “Al menos yo no voy por ahí luciendo ridículos sombreros”. A lo que la reina retrucaba: “Pero… ¡a que te gustaría!”.

El tiempo hizo que la reina quedara muy desencantada con las medidas conservadoras de la primera ministra, pero no pudo hacer nada más que transmitir de vez en cuando sus inquietudes a los jefes de Estado de las naciones de la Commonwealth, asociadas a Gran Bretaña. Los expertos en monarquía británica aseguran que las dos mujeres nunca estuvieron de acuerdo en algo.

“Su Majestad no estaba de acuerdo con la política de Thatcher. La consideraba un peligro”, explicó el ex primer ministro australiano Robert Hawke. La reina pensaba que las reformas modernistas en el ámbito social podría afectar la continuidad de la monarquía y Thatcher decidía sola sus propios asuntos, sin consultar a la reina, y evitaba visitar el palacio siempre que le era posible.

En las reuniones que mantenía con la reina, Thatcher quería dirigir el curso de la charla en forma imperiosa, imitaba los modismos de la reina y se refería a sí misma como “Nos”, en lugar de “yo”, un trato anticuado permitido a la realeza. El escritor Anthony Bampson llegó a decir que en las reuniones la reina era “simple y directa” mientras Thatcher “parece que ella es la reina”.

La reina no se privaba de sus pequeñas venganzas. Disfrutaba imitando a Thatcher en privado, y su esposo la ridiculizaba: le decía “la hija del verdulero”. En 1983, cuando la ‘Dama de Hierro’ fue a rendirle cuentas de una situación importante (la invasión estadounidense de Granada), Isabel II no le ofreció el asiento, y “Maggie” tuvo que quedarse de pie.

Tres años después, The Times reveló las críticas de la reina hacia la premier: deploraba la “falta de compasión de Thatcher por los pobres” y los “estragos irremediables” causados por la manera en manejó ciertos temas de importancia, como una huelga de mineros.

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