Por iniciativa de organizaciones cívicas que representan a las comunidades rumana e italiana, el Ayuntamiento de Florencia (Italia) votó a favor de nombrar una calle o un parque público de la ciudad en honor de la reina Elena de Rumania, madre del último monarca rumano. En esta ciudad, Elena vivió muchos años en la Villa Sparta, propiedad de su hermana la duquesa de Aosta.
“El mérito de iniciar este enfoque patriótico e histórico, digno de toda admiración, es de la Sra. Melania Cotoi, presidenta de la Asociación AlterNATIVA. Durante mayo de 2021 se llevará a cabo la conmemoración de la reina Elena en Florencia, y el próximo año se inaugurará el lugar público que llevará su nombre”, informó la casa real rumana.

Definida por su único hijo como “una mujer maravillosa… con una sólida moral… un ser muy dulce, muy amoroso”, la princesa Elena de Grecia nació en Atenas en 1896, durante el reinado de su abuelo el rey Jorge I (1845-1913), que había fundado la nueva dinastía griega. Sus padres fueron el rey Constantino I y la princesa Sofía de Prusia.
En 1921, cuando la familia real griega se hallaba en el exilio, se casó con el príncipe Carol, hijo y heredero de los reyes Fernando y María de Rumania. Ese año dio a luz a su único hijo, el futuro rey Miguel, pero su vida como princesa heredera fue infeliz. El príncipe Carol solicitó el divorcio en 1922 y Elena fue separada de su hijo durante muchos años por decisión de su exmarido.

Elena perdió el control legal sobre el destino de Miguel y Carol la sometió a una campaña de difamación y maltrato que escandalizó a Europa. Condenada al exilio en Florencia, sólo regresó al país cuando el príncipe Miguel ya era mayor de edad. Aunque como exesposa de Carol II nunca fue reina consorte, Elena recibió el título de Reina Madre en 1940.
Durante la II Guerra Mundial, la reina madre tuvo un papel preponderante en el rescate de miles de rumanos judíos que corrieron peligro de ser deportados a campos de concentración nazi. Por su valiente labor, el Yadh Vashem la declaró «Justa entre las Naciones». Murió en 1982 en Suiza y su cuerpo fue sepultado en Rumania con honores de reina en 2019.