En 1970 se embarcó en una política de rápido desarrollo económico y social, gobernando un país que entonces tenía solo 10 km de pavimento, tres escuelas y dos hospitales.
Un articulo del diario estadounidense destaca al fallecido monarca por mantener «la independencia y la capacidad de Omán para construir lazos con una gama de poderes globales y regionales».
Desde 1970, Qaboos gobernó con mano de hierro el pequeño sultanato. Primer ministro, ministro de Defensa y de Finanzas, modernizó el país a pasos de gigante.
El estado del monarca es una cuestión muy sensible y en general es mantenido en secreto, excepto por algunos viajes al extranjero para someterse a controles o tratamientos médicos.