El rey Maha Vajiralongkorn de Tailandia habló en un discurso televisado a los tailandeses en la víspera de Año Nuevo y los instó a recurrir a sus tradiciones y cultura en para ayudar a superar la amenaza de la pandemia de coronavirus. Llamó a la protección de las fuerzas sagradas que supervisan el reino y pidió una conducta virtuosa a los súbditos para hacer frente a la crisis.
Tras un año en que la monarquía se convirtió en el blanco de multitudinarias protestas, el rey, también conocido como Rama X, pidió unidad y comprensión a medida que el reino se enfrenta a un 2021 que estará marcada por la crisis de Covid 19, cuyo impacto está aumentando en Tailandia.
“Todos los tailandeses deben comprender el valor de la virtud, la belleza y el progreso y permanecer seguros y fuertes al ser razonables y veraces”, dijo el monarca en un mensaje difundido a través de todos los canales de televisión tailandeses.
“Tailandia superará las crisis actuales, planteadas por enfermedades y dolencias, y avanzará hacia la estabilidad, la prosperidad y la felicidad de la gente. Las personas deben continuar, preservar y desarrollar estas excelentes cualidades mientras se mantienen fieles a sus virtudes, lo que les permitirá superar la crisis de salud”, agregó en el mensaje.
LA TARJETA DE AÑO NUEVO DE VAJIRALONGKORN Y LA REINA SUTHIDA.
El rey, cuestionado por su lujoso y licencioso estilo de vida, dijo que esos valores se pueden ver en todos los aspectos de la cultura tailandesa, incluidos sus rituales religiosos clave, su idioma, la expresión del país de sí mismo y los desarrollos en el mundo empresarial que se extienden a áreas de nueva tecnología.
En su mensaje, mientras aumentan los casos de coronavirus en el reino asiático, el monarca de 68 años subrayó la necesidad de “comprensión y cooperación” entre todos los tailandeses en este momento de crisis. También dijo que la “conducta virtuosa” de todos contribuirá a la victoria.
“Independientemente de los problemas que podamos enfrentar en nuestro país, creemos que si trabajamos juntos podemos superar y aliviar cualquier situación”, dijo el rey.
Para celebrar el 2021, el rey y la reina Suthida, con quien se casó en 2019, publicaron nuevamente una tarjeta de felicitación personal extendiendo los saludos de Año Nuevo a los ciudadanos. La tarjeta lleva los emblemas de la dinastía Chakri, así como las insignias personales del rey Vajiralongkorn y la reina Suthida.
Durante 2020, miles de jóvenes tailandeses se lanzaron a las calles de las principales ciudades de Tailandia en protestas de creciente tamaño y audacia, para exigir la renuncia del primer ministro Prayuth Chan-ocha, un jefe del ejército retirado que tomó el poder en un golpe de estado en 2014, y para criticar públicamente al rey, que está protegido por una estricta ley de lesa majestad.
El día de Año Nuevo, largas filas de personas esperaron fuera del Gran Palacio de Bangkok para escribir sus mejores deseos al rey en libros dispuestos para la ocasión. Entre los miles que visitaron el palacio se encontraban el primer ministro y miembros de su gabinete junto con representantes de partidos políticos, altos burócratas, comandantes militares, diplomáticos extranjeros, otros dignatarios y algunos ex primeros ministros.
La legislación castiga los delitos de lesa majestad con penas de hasta 15 años de prisión, algo que los críticos consideran una manera de silenciar las críticas contra la monarquía.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos dijo el viernes que estaba «profundamente preocupada» por la aplicación de las leyes de lesa majestad en Tailandia a por lo menos 35 manifestantes, entre ellos un menor de 16 años. La ley «conlleva sentencias que van desde los tres a los quince años de prisión», dijo la portavoz de la Oficina, Ravina Shamdasani.
«Estamos particularmente preocupados por un manifestante de 16 años que fue llevado ayer [jueves] por la policía a un tribunal de menores con una solicitud de detención«, dijo Shamdasani, aunque se felicitó del rechazo del tribunal de la demanda de detención. También recordó que muchas instancias, incluido el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, habían exhortado repetidamente a Tailandia a armonizar esa legislación con las obligaciones internacionales del país.
Naciones Unidas pidió a las autoridades tailandesas que dejen de recurrir al delito de lesa majestad para imputar a los manifestantes que llevan semanas protestando por la regeneración política en el país, tanto por la dura pena de cárcel que conlleva como por la propia encarcelación en sí, en especial cuando amenaza a un menor de edad, como ha ocurrido en los últimos días. «Es sumamente decepcionante que después de un período de dos años sin ningún caso [de aplicación de esta legislación], veamos de repente un gran número de casos incluyendo uno, y esto es chocante, contra un menor«, dijo la portavoz.
El delito de lesa majestad, que implica sentencias de entre tres y 15 años de cárcel por criticar, difamar o amenazar a la Familia Real, es el argumento esgrimido por las autoridades contra los detenidos. El Comité para los Derechos Humanos de Naciones Unidas lleva meses pidiendo a Tailandia que adapte el delito de lesa majestad a los estándares internacionales, en especial al Convenio Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Desde mediados de año, además de una reforma de la monarquía, los manifestantes piden la dimisión del primer ministro Prayut Chan-O-Cha tras el golpe de Estado de 2014 y la reforma de la constitución, considerada demasiado favorable al ejército. El Alto Comisionado está preocupado por la respuesta judicial desproporcionada a las manifestaciones pacíficas de los últimos meses y pide al gobierno de Tailandia que no aplique acusaciones tan graves y que cambie la legislación de lesa majestad.
El periodista especializado en la política tailandesa dijo que es “probable que la fortuna de Vajiralongkorn sea de miles de millones de dólares”. Es «uno de los hombres más ricos del mundo» pero «espera que los contribuyentes financien su lujoso estilo de vida»asegura.
Los manifestantes se muestran cada vez más virulentos con la realeza y demandan una reforma en profundidad, reclamando en particular el control de las gigantescas finanzas reales. El rey Maha Vajiralongkorn, también conocido como Rama X, hizo adoptar una ley que le da un poder absoluto sobre el CPB. Antes, el ministro de Finanzas se sentaba en el consejo, un paripé que hacía ver que el gobierno lo controlaba.
“Esta es la razón por la que los manifestantes se están manifestando hoy en la sede del Siam Commercial Bank: su rey es uno de los hombres más ricos del mundo, pero todavía espera que los contribuyentes tailandeses financien su lujoso estilo de vida en Alemania. La mayoría de los tailandeses cree que ya han tenido suficiente”, dijo el periodista Andrew McGregor Marshall, experto conocedor de la política tailandesa.
El CPB, que tiene ramificaciones en la construcción, banca, química, seguros e inmobiliario, no está obligado a publicar sus cuentas, pero los analistas estiman que administra entre 30.000 y 60.0000 millones de dólares en activos, lo que convierte a la monarquía tailandesa en una de las más ricas del mundo.
Un “mito absurdo”
“Durante muchos años, los medios internacionales informaron de forma rutinaria que la monarquía tailandesa valía alrededor de US$ 30.000 millones. Esta cifra se basa en estimaciones antiguas de la revista Forbes, que comenzó a producir una lista anual de las monarcas más ricas del mundo en 2008”, dijo el periodista al explicar los motivos de la inquietud popular por la fortuna real.
“¿Adivina quién era el número 1? El rey Bhumibol de Tailandia, con una fortuna estimada en 35 mil millones de dólares”, dijo el periodista. “Para 2009, su riqueza estimada había caído a $ 30 mil millones debido a una crisis económica global, pero seguía siendo el monarca más rico del mundo. Según las estimaciones de Forbes, el Libro Guinness de los Récords comenzó a nombrarlo año tras año como el rey más rico del mundo”.
Según el experto, eso “fue realmente vergonzoso para la monarquía porque la propaganda palaciega siempre insistió en que la familia real estaba trabajando incansablemente para desarrollar la nación y dando enormes donaciones a las personas necesitadas”.
“Bhumibol solía decirle a los tailandeses que vivieran de acuerdo con una filosofía que él llamaba ‘economía de suficiencia’, viviendo de manera simple y frugal en lugar de intentar hacerse ricos. Según la propaganda, él también vivió así, sin ningún interés en amasar una gran fortuna”, dijo.
El periodista explicó en su cuenta de Twitter que “este mito se volvió cada vez más absurdo cuando se les dijo a los tailandeses que Bhumibol era tan ahorrativo que exprimía hasta la última gota de pasta de dientes de cada tubo y no compraba lápices nuevos hasta que los actuales se habían usado hasta el final”.
“Sus viejos tubos de pasta de dientes y sus lápices son venerados como objetos sagrados”, reveló McGregor. “Mientras tanto, supuestamente donaba cada baht que le sobraba para ayudar a los necesitados y mejorar la prosperidad de Tailandia”. Por ello, la aparición de Bhumibol en el ranking de Forbes “fue un gran golpe para esta imagen cuando fue nombrado el monarca más rico del mundo”.
“La familia real trató de fingir que en realidad no eran ricos”
A partir de entonces, “la familia real trató de fingir que en realidad no eran ricos”, reveló el experto. “El palacio minimizó el tamaño de la fortuna real y reclamó que la Oficina de Propiedad de la Corona, que controlaba la mayor parte de la riqueza real, pertenecía a la nación y al pueblo de Tailandia, en lugar del rey”, explicó.
McGregor Marshall explicó que los informes anuales de la Propiedad Privada de la Corona (CPB, por sus siglas en inglés) decían habitualmente que la CPB es “propiedad estatal y propiedad pública”, de la que el gobierno a través del Ministro de Finanzas como presidente es responsable, y de la que se ocupa la CPB. “Pero esto era completamente falso”, advirtió el periodista.
“Los magnates ricos solían hacer grandes donaciones para ganar el favor real”
“Aunque los realistas pasaron décadas afirmando que el CPB pertenecía a la nación, la verdad se reveló después de la muerte de Bhumibol”, dijo el periodista, quien dice que “difícil estimar el tamaño de la fortuna que Vajiralongkorn heredó” porque “demás de los activos de la Oficina de Propiedad de la Corona, la familia Mahidol también acumuló una gran cantidad de riqueza privada durante el reinado de Bhumibol”.
“Los magnates ricos solían hacer grandes donaciones para ganar el favor real”, aseguró.
“No sabemos cuánta riqueza personal acumuló Bhumibol y cuánto de ella heredó Vajiralongkorn, pero es probable que valga miles de millones de dólares”, dice el periodista, y asegura que el monarca, de 68 años, “también recibe grandes donaciones regulares de magnates adinerados”. “Por ejemplo, en su cumpleaños el año pasado, las familias corporativas más ricas de Tailandia hicieron cola para darle aún más dinero”, agregó.
La respuesta de la autoridades también tiene lugar en el frente judicial: esta semana, 12 activistas del movimiento prodemocracia fueron citados por la policía y podrían ser acusados de “lesa majestad”, un hecho sin precedentes desde el inicio de la protestas que prevén una nueva manifestación el miércoles en Bangkok para denunciar la opacidad de las finanzas reales.
Desde la primera manifestación del 18 de julio, al menos 174 personas fueron acusadas de «participación ilegal en una manifestación» y al menos 46 están acusadas de «sedición», un delito que puede acarrear siete años de cárcel.
Los cuestionamientos eran impensables hasta hace algunos años en Tailandia, donde el rey es considerado casi un ser divino.
El banco más antiguo de Tailandia, el Siam Commercial Bank, se enfrentó a una especie de ajuste de cuentas político y financiero en septiembre cuando los jóvenes manifestantes que reclaman aperturas democráticas lanzaron una campaña para que la gente retirara su dinero del banco. La medida fue parte de las demandas de los manifestantes para reformar la monarquía atacando el propio monedero privado del rey Maha Vajiralongkorn, quien es actualmente el mayor accionista del banco.
En términos monetarios, el Siam Commercial Bank, fundado por el rey Rama V, en 1907, que es una de las instituciones financieras comerciales más grandes del país asiático, y aún no sintió el impacto del boicot de los manifestantes, pero la campaña enfocó la atención sobre cómo el rey acumula y gasta su fortuna, lo que agrega presión sobre la monarquía tradicionalmente venerada como nunca antes. Las crecientes protestas eran impensables hasta hace algunos años en Tailandia, donde el rey es considerado casi un ser divino.
El líder del movimiento pro reforma, Anon Nampa, dijo que las demandas sociales incluyen la derogación de la Enmienda Real de 2018 sobre la Ley de Propiedad de la Corona, para evitar que el monarca gaste su riqueza a su discreción e iniciar la supervisión pública de los ingresos de la familia real. Al hacerlo, “independientemente de cuántos reyes futuros haya, los activos de la nación no se perderán”, dijo Anon Nampa.
Desde que ascendió al trono en 2016 tras la muerte de su padre, el rey Vajiralongkorn, también conocido como Rama X, anuló el papel tradicional de la Oficina de Propiedad de la Corona como un brazo de inversión del familia real, poniendo todos los activos que habían estado bajo su control bajo su propio nombre en 2018.
Aunque desde entonces los activos están sujetos a impuestos y son administrados por la Oficina, esto no impidió que los manifestantes exijan una investigación y revisión de la conducta financiera del rey. El rey designó a confidentes de confianza para dirigir la oficina, incluido el exjefe del ejército ultrarrealista Apirat Kongsompong como subdirector, haciendo imposible una auditoría pública, incluso por parte del gobierno, informó SCMP.
En un país donde los militares y las grandes familias que controlan la economía se escudan con reverencia en la monarquía para cimentar su influencia, los intereses económicos en juego son enormes. Y a medida que avanzan las protestas, más aumenta el riesgo de la violencia: si los jóvenes a favor de la democracia se animan con los videos del automóvil del rey rodeado por una multitud hostil, los leales a la monarquía ven las mismas imágenes y se ponen aún más rígidos, pensando que los manifestantes son tailandeses malos que han perdido la razón.
Para muchos tailandeses, el resentimiento hacia la monarquía se agravó por el desempeño económico del país mientras que millones se ven obligados a dejar sus trabajos en el turismo y la manufactura. Sin embargo, la estadía de meses del rey en un resort de lujo en Baviera, Alemania, durante la pandemia, noticia que fue ampliamente cubierta en medios occidentales, fue el detonante de las protestas sociales.
“Lo que hace que esto sea particularmente atroz es que el rey vive generosamente en el extranjero de los fondos derivados de los impuestos y los ingresos generados por los tailandeses”, dijo Tamara Loos, profesora de estudios tailandeses y del sudeste asiático en la Universidad de Cornell.
“Además de los fondos generados por la Oficina de Propiedad de la Corona, los tailandeses pagan más de mil millones de dólares en costos generados por la monarquía para mantener los salarios del personal que trabaja en la Oficina de la Casa Real, más fondos para proporcionar seguridad real y proyectos de desarrollo”, explicó.
“Eso por sí solo es un gran conflicto de intereses: usar fondos públicos para apoyar a un monarca represivo que no parece tener en mente los mejores intereses de su población”, dijo.
Loos estima que las acciones del rey en Siam Commercial Bank, Siam Cement Group y otras propiedades tienen un valor de alrededor de US$ 40 mil millones, aunque agregó que “el monto total varía entre US$ 30 mil millones y US$ 70 mil millones” y que “el punto es que nadie realmente sabe porque eso no está sujeto al control público”.
“Gracias a la ideología real de que [el rey Bhumibol] era un hombre frugal, nadie realmente prestó atención a cómo acumulaba riqueza para él y su familia”, dijo Puangchon Unchanam, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Naresuan.
Pero la publicación de la revista Forbes de su lista de miembros de la realeza más rica a principios de la década de 2000, que incluía a la familia real tailandesa, “lo cambió todo” para los tailandeses, dijo. “De repente, algunas personas comenzaron a preguntarse cómo el rey tailandés encabezaba el ranking mundial de miembros de la realeza más ricos”, dijo. Las cuentas de la OPC “se volvieron muy incómodas”, dijo Puangchon.
“Por un lado, aún mantiene todos los privilegios políticos que ha recibido del gobierno. Por otro lado, se parece más a una empresa privada que es propiedad exclusiva del rey”, agregó.
Tamara Loos recordó que las demandas de los manifestantes para la reforma de la gestión de la riqueza del rey tenían un precedente en la era posterior al fin de la monarquía absoluta en 1932, cuando el estado tailandés dividió la Propiedad Real en aquellas propiedades que pertenecían al rey y “los considerados propiedad del estado, como los palacios, y las unidades de negocio utilizadas para financiar la institución de la monarquía, que se colocaron bajo la Oficina de Propiedad de la Corona” en 1936.
Este mes, Vajiralongkorn donó títulos de propiedad reales por un valor de alrededor de US$ 329 millones a cuatro instituciones educativas de Bangkok en una medida que reduce la presión sobre la monarquía. Idealmente, si el rey renunciara a algunos de sus poderes y activos, o aceptara las demandas de reforma de los manifestantes, “disminuiría su riqueza y poder político, pero aumentaría potencialmente el capital cultural de la monarquía como institución, que se redujo precipitadamente en términos de popularidad y respeto”, dijo Loos.
Esta conducta no sorprende en un país como Tailandia, donde los reyes de la dinastía Chakri han sido reverenciados como divinidades desde sus orígenes.
Este fin de semana circularon masivamente fotos del rey Maha Vajiralongkorn y la reina Suthida de Tailandia en la inauguración de una nueva línea del metro de Bangkok. En su país las fotos resultaron absolutamente comunes, pero en Occidente llamó poderosamente la atención que solo el rey y la reina estuvieran sentados mientras el resto de la comitiva y todos los demás aparecieran de rodillas en el suelo.
Esta conducta no sorprende en un país como Tailandia, donde los reyes de la dinastía Chakri han sido reverenciados como divinidades desde sus orígenes. Los súbditos compiten por tener los mejores retratos y es posible encontrarse con la imagen enmarcada en dorado en los puntos principales de Bangkok, donde los tailandeses se detienen en medio de su rutina a orar o inclinarse, gesto de la reverencia indiscutible que tienen hacia la monarquía, más allá de quién sea el rey. El fallecido rey Bhumibol Adulyadej (1927-2017) fue una de las figuras más altamente reverenciadas de Tailandia, y la devoción por él alcanzó niveles pocas veces vistos en otras naciones.
Fue gracias a Bhumibol que hoy los tailandeses se inclinan y se arrastran ante la controvertida presencia de su hijo, Vajiralongkorn, también conocido como Rama X, quien se ubica hoy en el centro de las protestas juveniles que reclaman más democracia y transparencia. Su padre remontó las creencias de los siglos XVIII y XIX, cuando los primeros reyes de la dinastía fomentaron entre los devotos budistas siameses la tradición de un rey todopoderoso y semividino, un “Boddhisattva” o ser humano en las últimas etapas antes de transformarse en un Buda.
Por entonces, se prohibía a los plebeyos mirar directamente al rostro del rey y, si el “Nai Luang” (título que significa El Más Grande Señor y hoy ostenta Vajiralongkorn) les concedía la bendición de acercárseles, había que postrarse hasta tocar el rostro con el suelo, costumbres sagradas que continúan intactas en las más solemnes ceremonias de la corte.
El “Libro de las Leyes de Palacio” afirma de manera clara y contundente que el castigo por estar de pie frente al rey o tocarlo significa la muerte, y ello dio pie a una de las mayores tragedias de la dinastía: en 1881, cuando durante una procesión de las barcazas reales una de las esposas del rey Rama V cayó por la borda, la joven reina murió ahogada porque nadie se atrevió a tocarla para rescatarla.
Todavía hoy cualquier tailandés debe arrastrarse en presencia del intocable Vajiralongkorn, una costumbre, como muchas otras consideradas controvertidas para los ojos de los occidentales, que está lejos de ser desterrada. Los súbditos de Vajiralongkorn y Suthida, en una muestra de devoción abolida en 1873 pero resucitada en el reinado de Bhumibol, se refieren a sí mismos como “el polvo bajo sus pies”.
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Rama X pasa la mayor parte del tiempo en la nación europea, donde tiene prohibido por ley ejercer funciones gubernamentales de Tailandia.
El gobierno alemán no ha encontrado evidencia de que el rey de Tailandia Maha Vajiralongkorn -también conocido como Rama X- haya hecho algo ilegal mientras vivía allí, informaron las agencias de prensa Bloomberg y DPA, citando una declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores.
«El gobierno alemán no tiene evidencia confiable de que el rey tailandés haya tomado tales decisiones durante su estadía en Alemania», dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores en una respuesta escrita a una pregunta parlamentaria. El ministerio también dijo que esperaba que Vajiralongkorn no tomara decisiones que «contravenga el sistema legal alemán, el derecho internacional o los derechos humanos garantizados internacionalmente» mientras se encuentre en suelo alemán.
Durante casi cuatro meses, Tailandia protagonizó un creciente movimiento de protesta a favor de mayor democracia y que incluyó la renuncia del gobierno de Prayut Chan-o-Cha, una reforma de la constitución y de la monarquía, la institución más poderosa del país. Los manifestantes están rompiendo tabúes profundamente arraigados en Tailandia, donde insultar o criticar a los principales miembros de la realeza puede conducir a largas condenas de cárcel bajo la ley de lesa majestad.
Las demandas de reformas en la monarquía incluyen que el rey ya no respalde los golpesde Estado y se deshaga de las leyes que sofocan la discusión sobre la familia real. El rey dijo recientemente que Tailandia es una » tierra de compromisos » y que ama a todos «de todos modos». Hasta ahora, el gobierno no ha podido sofocar las protestas, y los manifestantes rechazaron la rama de olivo y prometieron continuar su movimiento hasta que se cumplan todas las demandas.
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