El rey de los Países Bajos representa un papel principal en la apertura oficial del año parlamentario, que tiene lugar cada tercer martes de septiembre en la ciudad de La Haya y es conocido como el «Día del Príncipe».
Este año, sin embargo, el rey Guillermo Alejandro se verá obligado a modificar ciertos puntos del protocolo con motivo de la pandemia del coronavirus. La necesidad de distanciamiento social entre los asistentes hizo que el Parlamento holandés cambiara el escenario tradicional de la ceremonia del Ridderzaal (Salón de los Caballeros), ubicado en el Binnenhof o sede parlamentaria, a la Grote Kerk de La Haya, una catedral de más de 300 añosde antigüedad que ofrece un espacio más amplio.
Tradicionalmente, los reyes se traslada en un carruaje de caballoss al Binnenhof, donde se celebra la asamblea conjunta de los Estados Generales. Allí, el rey pronuncia el Troonrede, o Discurso del Trono, en presencia de los miembros de las dos cámaras parlamentarias. Su discurso es una exposición de las intenciones políticas del gobierno para el año siguiente.
El esplendor de este día atrae todos los años a mucha gente a La Haya y el recorrido en la Carroza de Oro por las calles de la ciudad y el discurso del trono, así como el saludo de la familia real al pueblo desde el balcón del palacio de Noordeinde eran retransmitidos por radio y televisión. Durante décadas, los monarcas hicieron el desfile a bordo de la Carroza Dorada, que en recientes años fue remplazada por la Carroza de Cristal debido a que la primera estuvo siendo sometida a restauración.
Este año, sin embargo, el gobierno optó por cambiar radicalmente el operativo, suprimiendo tanto el desfile de carruajes como el saludo desde el palacio con el objetivo de evitar la aglomeración de multitudes. La Municipalidad de La Haya ha pedido a la gente que no vaya a la ciudad este martes 15 de septiembre y que siga el Discurso del Trono de una manera diferente, por ejemplo a través de la televisión o en internet.
El cambio de planes de la ceremonia implicó que los tronos del rey y la reina fueron trasladados hasta allí el fin de semana por una empresa especializada en el transporte de arte. Normalmente unas mil personas asisten al Ridderzaal para escuchar el discurso del rey, pero esta vez solo se permitirá la presencia de un total de 270 e, entre ministros del gobierno y legisladores, que se sentarán una distancia personal de metro y medio.
El ceremonial militar también se redujo, ya que de los más de 2.500 soldados y agentes a lo largo de la ruta, «quedan unas pocas docenas» y solo se establecerá una guardia de honor con una banda de música del Ejército, según informó el diario holandés RNC. Se trata de la primera vez desde 1904, con la excepción de los años de ocupación nazi, que la ceremonia no tendrá lugar en el Binnenhof, sede de los Estados Generales y el gobierno.