La propuesta matrimonial del príncipe Akishino a esta plebeya universitaria sorprendió en momentos en que la mitad de los matrimonios japoneses eran el resultado de un arreglo entre familias.
La difusión mediática de la proclamación del príncipe Akishino de Japón como heredero del Trono del Crisantemo pasó por alto una figura discreta pero central en la moderna familia imperial nipona. Se trata de la princesa Kiko, la esposa del heredero, futura emperatriz consorte y madre del niño que será, algún día, el 127º soberano japonés.
Kiko, de 54 años, es la esposa desde hace 30 años del príncipe Fumihito, mejor conocido como Akishino, su título de juventud, y nuera de los emperadores eméritos Akihito y Michiko. Se espera que Akishino sea emperador después de su hermano, el actual emperador Naruhito, junto a Kiko como emperatriz, pero su futuro reinado será previsiblemente corto dada las edades de los miembros de la familia imperial.


Fumihito, conocido cariñosamente como príncipe «bagre», su tema de investigación, ha visitado Tailandia varias veces para estudiar la pesca y la domesticación de pollos. Conoció a su esposa en la Universidad de Gakushuin, donde ambos eran estudiantes. La princesa, nacida como Kawashima Kiko, hija de un profesor universitario, creció en Filadelfia (Estados Unidos), mientras su padre Kawashima Tatsuhiko estudiaba y enseñaba en la Universidad de Pennsylvania, y en Austria, y vivió en viviendas modestas después de regresar a Japón. Tenía 23 años cuando se casó con Fumihito en 1990, convirtiéndose en la segunda mujer plebeya que ingresaba por matrimonio a la ancestral familia imperial después de su suegra, Michiko, hija de un poderoso industrial japonés.
Pero antes de la boda la novia, estudiante de Psicología, tuvo que lograr el visto bueno del implacable consejo impenal japonés, compuesto por eruditos, cortesanos y miembros de la familia. La decisión romántica del príncipe sorprendió en momentos en que aproximadamente la mitad de los matrimonios que se celebraban en Japón eran el resultado de una concertación entre familias que utilizan un intermediario, el “nakodo”, para hallar la pareja idónea para el hijo o la hija. Algunos sociólogos consideraban que Kiko representaba a una nueva generación de japoneses, los que intentaban combinar las formas de vida de dos mundos: el Japón tradicional y el Occidente capitalista.


Kiko recibió un curso intensivo de un mes en las dependencias del Palacio Imperial en la que cortesanos, funcionarios y eruditos expertos en la monarquía nipona se empeñaron en enseñarle diversas formas de la etiqueta palaciega que se vería obligada a cumplir una vez integrada en la familia imperial. La joven siguió lecciones sobre ritos sintoístas, el sistema imperial, actividades de la familia del emperador, funcionamiento de la Casa Imperial, la Constitución y la historia japonesas, y odas y caligrafía tradicionales.
La boda se celebró en 1990, según los rituales sintoistas, después de que el príncipe terminó sus estudios en la Universidad de Oxford. Los recién casados vivieron en una casa de dos plantas de estilo occidental en los terrenos colindantes al palacio de Akasaka, en el centro de Tokio. Después, Kiko sorprendió al anuncia su intención de continuar sus estudios y de construir un vivero para cultivar su ya vieja afición a los peces-gato. Los príncipes tuvieron dos hijas, las princesas Mako y Kako, y doce años después del nacimiento de la menor Kiko dio a luz a Hisahito en 2006, en medio de una intensa atención sobre la ausencia de un heredero varón.

El nacimiento de Hisahito detuvo un debate gubernamental sobre si cambiar las reglas de sucesión para permitir una emperatriz, y significó un golpe durísimo para la princesa -ahora emperatriz- Masako, a quien la corte había presionado para tener un hijo varón que nunca llegó. Desterrada la posibilidad de que la hija de los emperadores, Aiko, sea la próxima soberana, Hisahito es el segundo en la línea de sucesión al trono de la Era Reiwa, y no quedará nadie después de él. Las reglas de sucesión solo para hombres mantenidas por el gobierno y sus partidarios de derecha lo ponen en un aprieto, con una fuerte presión para producir un heredero varón.
Mako, la mayor de los cuatro nietos de Akihito y hermana de Hisahito, ha sido blanco de la cobertura sensacionalista debido al escándalo de la deuda familiar de su novio que retrasó su matrimonio planificado hasta 2020 en medio de una creciente incertidumbre. Su prometido, Kei Komuro, ahora está estudiando derecho en la Universidad de Fordham en Nueva York. Kako, la segunda hija, se graduó recientemente de la Universidad Cristiana Internacional en Tokio, donde estudió psicología. No buscará trabajo y se espera que asuma deberes oficiales como miembro de la familia imperial. Pasó un año estudiando artes escénicas en la Universidad de Leeds en Gran Bretaña y disfruta del baile hip-hop. Ha publicado libros de fotos a medida que su apariencia y moda ganaban seguidores.