Quién es quién en la realeza: Sir Timothy Laurence, el discreto consorte de la princesa Ana

El vicealmirante Timothy Laurence, de 67 años, sí necesita presentación. Su figura pasó inadvertida incluso para las multitudes que lo vieron pasar en un carruaje durante el jubileo de platino de Isabel II.

Casi nadie sabe quién es este caballero discreto y silencioso que conduce su propio automóvil, no tiene un cuerpo de seguridad y viste sencillamente. Y eso a pesar de ser el yerno de la reina de Inglaterra.

Alto, de espalda recta y con cierto aire de autoridad, producto de su larga carrera en la Marina Británica, Tim es el segundo esposo de la princesa Ana de Inglaterra. Conoció a su futura esposa estando al servicio de su futura suegra, Isabel II, y hoy su matrimonio dura veinticinco años. La pareja superó muchísimos titulares de la prensa que indicaban que ya no se amaban, que se llevaban mal y que Ana lo despreciaba.

Cuando Tim conoció a Ana, ella era una mujer casada con el padre de sus dos hijos, el capitán Mark Phillips. Al parecer fue un flechazo instantáneo. Ana ya estaba cansada de lo que se consideraba «un matrimonio falso y de ficción» con el engreído y mujeriego Phillips, sobre quien los tabloides esparcían rumores -bastante creíbles- sobre aventuras amorosas extramatrimoniales.

La tormenta llegó en 1989, justo cuando también llovían los rumores sobre el matrimonio de pesadilla formado por Carlos -hermano mayor de Ana- y la princesa Diana de Gales. La prensa amarillista británica contó y retrató el romance que Mark Phillips mantuvo con una mujer neozelandesa llamada Heather Tonkin. Aseguraban que el capitán le pagó 80.000 dólares anuales, durante cinco años, para que callara la existencia de una hija suya.

Los rumores resultaron ser la verdad absoluta, aunque jamás se comprobó la versión de que el policía Peter Cross fuera el amante de la desdichada princesa Ana. Lo que sí pudo comprobarse es que la princesa mantenía un fogoso, muy fogoso, romance con el comandante Laurence, uno de los ayudantes más cercanos, fieles y queridos de la reina.

La bomba estalló ese mismo año de 1989, cuando la prensa publicó una serie de cartas de amor que se intercambiaban Tim y la princesa, cinco años mayor que su amigo secreto. Las misivas, que abundaban en frases románticas, habían aparecido en una redacción de prensa después de haber desaparecido misteriosamente de las habitaciones de la princesa en el palacio de Buckingham.

La princesa Ana era todo un personaje en la monarquía británica: no era bonita ni era amable, como era de esperarse en una princesa. Todo lo contrario: según su padre, solo le interesaban los caballos, el gran amor de su vida. Tenía un lado humano, ya que era una gran activista por los derechos de los niños, pero detestaba la publicidad y odiaba a la prensa, cosa que no ayudaba en nada a mejorar su imagen.

Pero Tim amaba a Ana como era. Tras la sentencia de divorcio, el comandante de la Marina, que comandó cuatro buques de guerra, llevó a cabo la misión más importante de su vida: pedirle a la reina la mano de su hija. Todos felices, excepto una persona: la abuela de Ana, la implacable reina madre, para la cual la palabra “divorcio” era un tabú, una mancha imperdonable.

El 12 de diciembre de 1992, cuando todavía no se apagaba el estruendo mundial provocado por la separación de los príncipes de Gales, la princesa Ana se casó en Escocia. Eligió las Highlands escocesas porque la Iglesia de Escocia, a diferencia de la de Inglaterra, no bendecía el matrimonio de personas divorciadas. Al igual que la reina madre, que amenazó con no ir a la boda…

Mientras millones de personas de todo el mundo vieron su primera boda a través de la televisión, en 1973, la segunda boda de Ana no llamó la atención de nadie. Apenas unos fotógrafos retrataron a la princesa con un vestido usado y unos zapatos viejos conduciendo su propio automóvil al salir de la capilla donde se casó con Tim. No había carruajes, desfiles, ni multitudes ni protocolo alguno.

Aunque casado con la hija de la reina, la vida de Tim Laurence, que no recibió ningún título de nobleza, no cambió mucho. La princesa Ana y el discreto consorte alquilaron un departamento en el Dolphin Square de Londres, más tarde se mudaron a Gatcombe Park y finalmente se acomodaron en un apartamento del palacio real de St James. No tuvieron hijos, y apenas se ha escuchado hablar de Tim en los últimos 25 años.

Tim Laurence siguió yendo a pie a su oficina en el Ministerio de Defensa o a veces en su propio automóvil, aunque se comenta que su entrada a la familia no fue fácil, especialmente a causa del trato de la reina madre y de otros miembros de la Casa de Windsor, donde muchos años después todavía no era aceptado. Incluso por los hijos de Ana, Peter y Zara Phillips, y la prensa, que lo tachaba de «mantenido real».

Brian Hoey, escritor y periodista británico, afirma en su libro sobre la Casa de Windsor que el almirante Laurence tampoco muy querido por parte del personal del Palacio de Buckingham: «Es considerado como un hombre con ideas previamente formadas y con actitudes que no se encuentran entre los nacidos en la realeza», escribe.

Por esos años, la prensa volvía a acechar a la princesa Ana con especulaciones sobre su matrimonio: que no vivían juntos, que no se hablan, que apenas se ven en compromisos oficiales. «La verdad es que raramente se ven. Ya no están enamorados y depositan sus energías en el trabajo», publicó el sensacionalista “Daily Express”.

En privado, pese a los comentarios, la vida de Ana y Tim sigue tranquila y sin cambios. En diciembre alcanzaron los 29 años de matrimonio, un récord bastante notable entre las turbulentas generaciones jóvenes de la Casa de Windsor. La pareja sigue llevando un estilo de vida simple y quizás su mayor lujo es el yate que tienen atracado en Loch Craignish, Escocia, donde pueden hacer lo que más les gusta: escapar del mundo.

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5 hechos que muestran por qué la princesa Ana la persona más interesante de la familia real británica

La única hija mujer de la reina Isabel II, la princesa Ana, ha sido una figura interesante en la monarquía británica. Criticad durante mucho tiempo por su carácter antipático y su falta de elegancia, la Princesa Real -ahora de 71 años- es reconocida por los británicos por su pasión por el trabajo arduo y silencioso, por su estilo de vida austero y su personalidad franca. Estos son algunos de los hechos que han hecho que la princesa Ana se ganara la simpatía de muchos:

1. La princesa Ana escapó de un intento de secuestro

El 21 de marzo de 1974, Ana regresaba de un evento benéfico. Mientras conducía por The Mall hacia el Palacio de Buckingham, el chofer de Ana detuvo el automóvil porque otro vehículo estaba bloqueando la calle. Un hombre llamado Ian Ball salió de ese vehículo, le disparó al chofer y exigió a Ana que saliera de su coche en un intento de secuestrarla.

Ella se negó y dijo: “No es muy probable”. En cambio, se quedó en el coche y se mantuvo firme. “Tuvimos una especie de discusión sobre dónde íbamos a ir”, dijo Ana en una entrevista televisiva en 1980. “Fui escrupulosamente educada porque pensé que era una tontería ser demasiado grosera en ese momento”.

Al final, Ball disparó a cuatro hombres durante el encuentro, pero la princesa Ana escapó ilesa. El agresor fue arrestado y acusado de intento de asesinato y secuestro y más tarde fue sentenciado a 41 años en un hospital psiquiátrico de alta seguridad.

2. Ana fue el primer miembro de su familia en convertirse en atleta olímpica

En 1976, Ana participó en los Juegos Olímpicos de Montreal como jinete ecuestre. En los juegos, eligió montar el caballo de la reina, Goodwill, y aunque no ganó una medalla, fue la primera vez que un miembro de la realeza británica participó en los Juegos Olímpicos. Unas décadas más tarde, su hija, Zara Phillips, compitió en los Juegos Olímpicos de 2012 y Ana le entregó su medalla de plata.

3. La princesa rompió con la tradición cuando decidió no aceptar títulos para sus hijos

La princesa Ana tiene dos hijos: Peter, nacido en 1977, y Zara, nacida en 1981. Cuando nacieron, su abuela la reina Isabel II les ofreció títulos reales dignos de un nieto real, pero Ana rechazó ambos ofrecimientos.

“Creo que probablemente fue más fácil para ellos, y creo que la mayoría de la gente argumentaría que tener títulos tiene desventajas”, dijo a Vanity Fair en 2020. “Así que creo que probablemente fue lo correcto”.

4. Llegó ser uno de los miembros más trabajadores de la familia real

En 2019, Ana asistió a más de 500 compromisos reales, la mayoría de los cuales no aparece en los medios de comunicación. “Hago la vida de los asistentes más difícil en términos de logística, me temo, pero si voy a estar en Londres, no quiero estar dando vueltas”, dijo a Vanity Fair en 2020.

“Aquí pasan muchas cosas, así que hay que completar el tiempo. Tengo la suerte de que el programa que creo es el resultado directo de que me pidan que haga estas cosas. Sería una lástima que no lo hiciera o no intente hacerlas”.

5. Ha sido considerada un ícono de la moda británica y creadora de tendencias

“La princesa Ana es un verdadero ícono de estilo y apoyaba la moda sostenible antes de que el resto de nosotros supiéramos realmente lo que eso significaba”, dijo el editor de Vogue británico Edward Enninful en 2020. “Es atemporal en su estilo, y usa un traje a medida mejor que cualquier otra persona que se me ocurra”, agregó.

La actriz Erin Doherty, que interpretó a la princesa en «The Crown» de Netflix, dijo que al equipo de peluquería y maquillaje le toma alrededor de dos horas lograr que su cabello se parezca al de Ana. En un documental de 2020, Ana dijo que eso no tenía mucho sentido para ella: “De hecho, leí un artículo el otro día sobre el, no veo Netflix y ‘The Crown’, pero la actriz estaba hablando de cuánto tiempo les tomó peinarse como lo hacía yo”, dijo. “Y estoy pensando, ‘¿Cómo es posible que te tardes tanto?’ Quiero decir, me toma 10 o 15 minutos”.

La princesa Ana, apuntada como la persona que preguntó sobre el tono de piel de Archie Windsor

Lady Colin Campbell, una socialité británica de 71 años que ha escrito varios libros sobre la familia real, ha alegado que la persona que preguntó sobre “cuán oscura” sería la piel del hijo del príncipe Harry no era otra que la princesa Ana.

La biógrafa real alegó en el último episodio de su podcast “Chatting With Lady C” que la única hija de la reina Isabel II y el príncipe Felipe había estado en la raíz de una revelación explosiva que Meghan Markle, duquesa de Sussex, hijo en la entrevista con Oprah Winfrey.

Sin embargo, Campbell luego calificó los comentarios como el resultado de un “malentendido” con respecto a las diferencias entre el público británico y el estadounidense. “No hubo preocupaciones sobre el color de Meghan”, afirmó la autora.

A la princesa Ana le preocupaba con razón que si el matrimonio continuaba y había niños habría grandes problemas, no por el color de Meghan, sino por la incapacidad y determinación de Meghan de seguir sin poder apreciar las diferencias culturales”, afirmó la socialité.

Lea además: Oprah Winfrey aclaró que ni Isabel II ni Felipe se preocuparon por el color de piel del hijo de Meghan

“Nadie es la parte culpable en términos de racismo, pero la princesa Ana fue la campeona en términos de ‘no te cases con esa chica, no es adecuada, no es adecuada para el país, no es para el trabajo‘. Bueno, resultó ser cierto”, agregó Campbell.

La princesa Ana es uno de los miembros más trabajadores y respetados de la familia real. Campbell dijo durante el podcast que la princesa, de 71 años, estaba cada vez más preocupada sobre si la actriz estadounidense Meghan Markle tenía o no “respeto por la institución en la que se casaba y la familia en la que se casaba”.

Además, Campbell declaró que la princesa Ana habría sido una de las primeras en objetar la unión de Harry y Meghan por motivos de “conducta y carácter”. Posteriormente afirmó que tres fuentes le confirmaron que las preocupaciones de Ana eran “retorcidas”.

La escritora, que también es conocida simplemente como Lady C, indicó además que si bien ella “no es amiga” de la princesa Ana, ambas se habían encontrado “algunas veces”.

Lea además: “No somos racistas”, clama el príncipe Guillermo tras acusaciones de los duques de Sussex

Aunque Harry y Meghan revelaron que un miembro de la familia real preguntó sobre el cutis de la piel de su hijo por nacer, la pareja no dejó escapar quién pronunció los comentarios. Después de la entrevista, Harry le informó a Winfrey que la persona en cuestión no era ni la reina Isabel ni el príncipe Felipe.

A raíz de la entrevista, el Palacio de Buckingham emitió un comunicado y declaró que “toda la familia está entristecida al conocer el alcance de lo desafiantes que han sido los últimos años para Harry y Meghan”. Además, señalaron que abordarían los problemas raciales planteados en la entrevista “en privado”.

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Royal Family: la princesa Ana siempre pensó que el documental fue “una mala idea”

El documental Royal Family de 1969, que esta semana pudo ser visto durante unas horas en YouTube, fue “una mala idea”, según dijo una de sus protagonistas, la princesa Ana de Inglaterra, quien tenía 19 años cuando fue filmado.

Según el libro “Queen Elizabeth II and the Royal Family”, la princesa Ana dijo: “Nunca me gustó la idea de ‘Royal Family’, pensé que era una idea mala. La atención que se le había prestado a uno desde que era niño, simplemente no necesitaba más”.

La princesa real, hija de la reina Isabel II, siempre tuvo una relación especialmente fría con la prensa, que la acusó de ser “malhumorada” y “de mal genio” cuando era joven. A la princesa tampoco le gustó cómo los periodistas le hacían preguntas personales y cuando la fotografiaban cayendo de su caballo durante sus ejercicios ecuestres.

El documental de las cadenas ITV y BBC, realizado a pedido del príncipe Felipe, fue el primero de su tipo, permitiendo al público dentro de las puertas del palacio ver cómo vivían los miembros de la realeza su vida cotidiana. La idea era modernizar la monarquía y hacerla parecer menos distante, pero algunos temían que fuera en otra dirección.

Existía la preocupación de que si el público sintiera que los miembros de la realeza eran personas comunes, comenzarían a cuestionarse por qué se les coloca en un pedestal así. Incluso Sir David Attenborough advirtió que el documental “mataría a la monarquía”.

Lord Brabourne, el yerno del conde Mountbatten, sugirió la idea de un documental sobre la familia real pensando que la televisión podría usarse para llegar a las masas. El jefe de prensa del palacio, William Heseltine, estaba interesado en la idea, convencido de que ofrecer una visión humanizada de la familia real fortalecería la monarquía. El príncipe Felipe estuvo de acuerdo y la reina dio su consentimiento con cautela, aunque la princesa Ana se mantuvo firme en su contra.

La dura conducta de la princesa Ana “intimidó” a Camilla durante años, afirma biógrafa real

La princesa Ana de Gran Bretaña, hija de la reina Isabel II, es conocida por su franqueza, y algunos la acusan de ser bastante “malhumorada y difícil”. Según la autora real Penny Junor, la personalidad de Ana dejó a su cuñada Camilla, duquesa de Cornualles , sintiéndose bastante “intimidada” durante años.

Junor sugirió que las luchas entre la pareja han sido en parte el resultado de la aventura románica que la Princesa Real tuvo con Andrew Parker Bowles, el primer marido de la duquesa.

En declaraciones a Channel 5, la conocedora de la realeza dijo: «La aventura entre Andrew y Ana se redujo a nada, pero creo que se querían muchísimo. Y siguen queriendo muchísimo el uno al otro. Y creo que Camilla siempre ha tenido un pequeño problema con eso”.

“Pero la princesa Ana es un personaje bastante complicado y puede ser bastante abrasiva”, afirmó Junor. A lo largo de los años, Camilla se ha sentido un poco intimidada por ella”. Pero la biógrafa recordó también que la relación de la princesa con Andrew Parker Bowles finalmente llevó a Camilla a conocer a su futuro segundo esposo, el príncipe Carlos, en los años 70.

“Fue mientras él tenía una relación con la princesa Ana, cuando Camilla conoció al príncipe Carlos y tuvo una pequeña aventura con él. Supongo que hubo un elemento de ojo por ojo en la relación de Camilla con Carlos”, afirmó Junor.

El príncipe de Gales y Camilla finalmente se separaron cuando ella se casó con Andrew Parker Bowles en 1973. La pareja se mantuvo en contacto y Camilla incluso asistió a la boda del Príncipe de Gales con la Princesa Diana en julio de 1981.

Su estrecha relación resultó ser un importante punto de discordia entre el príncipe y la princesa Diana, y el matrimonio colapsó después de varios intentos de reconciliación y dos hijos en 1992. A mediados de la década de 1990, se reveló que Carlos había reanudado su relación con Camilla, quien también se divorció de su esposo en 1995.

¿Es la princesa Ana realmente la hija favorita de Felipe de Inglaterra?

Trabajadora, franca, discreta y activa, la princesa de 70 años siempre fue vista como la preferida entre los hijos del duque de Edimburgo.

La temporada 4 de la exitosa serie de Netflix “The Crown” insinúa en uno de sus capítulos que la princesa Ana es la favorita entre los cuatro hijos de Felipe, el esposo de la reina Isabel II de Gran Bretaña. La serie muestra que mientras la soberana parece tener preferencia por el príncipe Andrés, el duque de Edimburgo prefiere la compañía de su única hija mujer, nacida en 1950.

La experta de la realeza Marlene Koenig dijo en declaraciones al diario británico Express que no peude confirmar si la princesa Ana, ahora de 70 años, es realmente la hija favorita del príncipe Felipe en la vida real, pero sí señaló sorprendentes similitudes entre padre e hija que bien podrían hacerlos compatibles el uno al otro. “Ella comparte su actitud sensata hacia la vida”, dijo la experta.

El duque de Edimburgo, de 99 años, y la princesa Ana comparten el amor por los caballos, los deportes y la vida al aire libre. Ambos son francos, directos, con un sentido del humor picante y ambos odian a la prensa. De todos los hijos de la reina Isabel II, la Princesa Real es vista como la que más duro y discretamente ha trabajado, especialmente en el área de la beneficencia y los deportes.

Marlene Koenig explicó: “Ana fue miembro del equipo ecuestre de Gran Bretaña en 1976 en Montreal. En 1975 ganó dos medallas de plata en el Campeonato de Europa de Concurso en 1975. Cuatro años antes, ganó una medalla de oro en el mismo evento”. Además, es miembro del COI y es la presidenta de la asociación olímpica, agregó.

Al igual que su padre, quien se retiró de la vida pública a los 96 años, la princesa Ana demuestra no querer ceder un ápice de su labor silenciosa como miembro de la familia real y considera que es fundamental para mantener la monarquía a flote. “Mira a los miembros de mi familia que son considerablemente mayores que yo y dime si han dado un ejemplo que sugiera que yo podría dejar todo”, dijo en 2010 al cumplir 60 años.

La experta en lenguaje corporal Judi James explicó cómo sus similitudes pueden haberlos ayudado a mantenerse unidos: “Históricamente, Ana siempre ha sido conocida por ser la más cercana al príncipe Felipe. Como su padre, ella parece ser alguien estoica y confiable, pero también sencilla y optimista como compañera».

La experta revela que padre e hija parecen haber adoptado un enfoque similar sobre cómo trabajaban como parte de la Familia Real.

Su lenguaje corporal arroja muchas más similitudes, lo que sugiere un enfoque de la vida muy similar. “Como su padre, Ana parece hacer reír a la reina”, comentó la experta.

“La mayoría de las poses entre las dos mujeres sugieren un sentido del humor compartido, resaltando un lado de la reina que rara vez podemos vislumbrar. Al igual que Felipe, Ana a menudo parece estar al borde de una sonrisa irónica y un poco cínica. Este enfoque más realista e incluso irreverente debería ser exactamente lo que la reina necesita para mantenerla feliz y con los pies en la tierra”, agregó.

“The New Firm”: los Windsor cierran filas en torno a la reina Isabel II para superar los conflictos

En una idea respaldada por la reina, ocho miembros de la familia desplegarán una nueva forma de trabajo que excluye a Harry, Meghan y Andrés.

La reaparición de la reina Isabel II de Gran Bretaña en el Castillo de Windsor con otros siete miembros de la familia real parece ser el primer paso hacia una reducción de la monarquía, que no contará en su primera línea con los duques de Sussex ni el príncipe Andrés, afirmaron informes de la prensa.

La reina ha dado el visto bueno para una nueva versión de The Firm (‘La Firma’) con ocho miembros de alto nivel de la Familia Real que asistirán juntos a los eventos del próximo año”, dijo The Mirror en revelaciones exclusivas.

“El grupo, que en particular no incluye al príncipe Harry, su esposa Meghan o el príncipe Andrés, trabajará en conjunto y ayudará a resaltar las causas de cada uno, ya que su objetivo es volver a sus funciones completas ‘lo antes posible’”, agregaba el periódico.

Se atribuye a la reina, de 94 años, la idea de reunir a su familia en las escaleras del Cuadrángulo en el Castillo de Windsor, donde ha estado aislada durante nueve meses, el pasado martes. Junto a ella estuvieron el príncipe Carlos, la duquesa de Cornualles, la princesa Ana, el príncipe Guillermo, la duquesa de Cambridge y los condes de Wessex, Eduardo y Sophie.

El arreglo encaja con la visión a largo plazo del príncipe Carlos de una monarquía reducida, así como con el mantra de la reina de ‘hay que ser visto para ser creído’”, escribió el periodista experto en asuntos de la realeza Russell Myers.

La prensa británica asegura que los funcionarios de la casa real están “entusiasmados” con la perspectiva de organizar más eventos compartidos entre los miembros ‘senior’ de la familia real, ya que buscan comenzar a funcionar una vez más lo antes posible. Se les pidió que planifiquen eventos para los ocho miembros principales, denominados extraoficialmente la “Nueva Firma”.

A raíz de que el duque y la duquesa de Sussex renunciaron a sus roles oficiales para establecerse en los Estados Unidos a principios de este año, la reina pidió calma y el regreso de una actitud de “regreso a lo básico” entre la familia. De manera similar, cuando el príncipe Andrés fue desterrado de los deberes de primera línea debido a su relación con el difunto financiero pedófilo Jeffrey Epstein, el monarca enfatizó a la familia la importancia del tema central de la monarquía.

Mientras tanto, fuentes reales aseguran que una familia real “dedicada y trabajadora” está “siempre ocupada”, pero que durante la pandemia y los confinamientos ha actuado en gran medida discretamente. “La familia real está unida para explorar las posibilidades de trabajar juntos para resaltar las causas queridas en sus corazones, ayudándose mutuamente y al país al mismo tiempo. Ya están trabajando en oportunidades para el próximo año y más allá. Tan pronto como puedan, estarán todos disponibles para recuperar el tiempo perdido”.

Nacimientos de bisnietos de Isabel II modificarán la línea sucesoria al trono británico

El bebé que espera Zara Phillips será el noveno bisnieto de la reina y modificará en 2021 la línea sucesoria al trono de Gran Bretaña. También la princesa Eugenia espera un hijo.

Zara Phillips, hija de la princesa Ana de Gran Bretaña, y su marido la ex estrella de rugby Mike Tindall, anunciaron que esperan el nacimiento de su tercer hijo para el año que viene. El exdeportista dijo que su esposa está siendo cuidadosa después de haber sufrido dos abortos espontáneos en años anteriores.

Para principios de 2021 también está previsto el nacimiento del primer hijo de la princesa Eugenia de York, quien se ubicaría en el puesto 11 de la sucesión, desplazando al príncipe Eduardo.

El niño o niña de Zara tendrá derechos de sucesión al trono británico por ser descendiente del rey Jorge V y bisnieto de la actual reina, Isabel II. En la línea sucesoria, el bebé ocupará al nacer el puesto 22 después de sus hermanas, Lena y Mia, desplazando un lugar a los descendientes de la princesa Margarita, hermana de Isabel II. Zara Phillips ocupa actualmente el puesto 18.

En tanto, un portavoz del Palacio de Buckingham dijo que la reina Isabel y el duque de Edimburgo estaban “encantados” con el embarazo de su nieta y el niño por nacer será el noveno bisnieto de la pareja real. La pareja ya tiene dos hijas, Mia, de 6 años, y Lena de 2 años.

La reina y el duque de Edimburgo tienen ya ocho bisnietos: los príncipes Jorge, Carlota y Luis de Cambridge (hijos del príncipe Guillermo), Archie Mountbatten-Windsor (hijo del príncipe Harry), Isla y Savannah Phillips (nietos de la princesa Ana), además de Mia y Lena Tindall.

Isabel II con dos de sus nietos y cinco bisnietos en 2016.

Me gustaría un niño esta vez”

“Ha sido una buena semana para mí, tuve un pequeño escaneo la semana pasada, el tercer Tindall en camino”, dijo Tindall. Una fuente cercana a la pareja agregó: “Zara está embarazada de cuatro meses y están absolutamente encantadas de poder compartir esta noticia”.

“Me gustaría un niño esta vez, tengo dos niñas, me gustaría un niño. Me encantaría si un niño o una niña, pero por favor sea un niño”, dijo Tindall, quien en un podcast bromeó acerca de bautizar a su hijo Covi o Covina, en referencia a la enfermedad que marcó el año, Covid-19.

Zara, de 39 años, habló sobre sus abortos espontáneos en una entrevista en julio de 2018, revelando que había sufrido una segunda pérdida antes del nacimiento de su hija menor, Lena. Ella dijo en ese momento: “Creo que debes pasar por un período en el que no hablas de eso porque es demasiado crudo. Pero, como con todo, el tiempo es un gran sanador”.

Video: Isabel II reunió a gran parte de la familia por primera vez en la pandemia

La reina Isabel II recibió la visita de los duques de Cambridge y tres de sus hijos, pero en el exterior y con la reglamentaria distancia.

La reina Isabel II de Gran Bretaña recibió a los duque de Cambridge en el Castillo de Windsor, donde agradecieron a los voluntarios locales y a los trabajadores clave al marcar el final de su gira por el Reino Unido a bordo del Tren Real.

El príncipe Carlos, su esposa Camilla, duquesa de Cornualles, los condes de Wessex y la princesa Ana también se unieron al grupo familiar en el cuadrilátero del castillo, en lo que constituyó la primera gran reunión de la familia Windsor desde antes de la pandemia del coronavirus.

Pese a las bajas temperaturas, la reina salió al patio interno del Castillo de Windsor y escuchó los villancicos interpretados por la Regent Hall Band del Ejército de Salvación. Sus hijos y su nieto guardaron distancia con la reina en todo momento y se evitó ingresar al interior del castillo para dar el ejemplo a la población.

El gran ausente fue el príncipe Felipe, de 99 años, quien pasa el confinamiento en Windsor. Por primera vez en más de tres décadas, la familia real no se reunirá en Navidad y la reina y el duque de Edimburgo solo estarán acompañados por los condes de Wessex y sus dos hijos adolescentes, Lady Louise Moutbatten-Windsor y Lord Severn.

La decisión de los duques de Cambridge de hacer una gira por el Reino Unido a pesar de las restricciones del coronavirus fue cuestionada el martes cuando Downing Street se negó repetidamente a respaldar el viaje. Después, el gobierno pareció dar marcha atrás, lo que se sumó a la confusión, insistiendo en que Boris Johnson agradeció el «impulso moral» que proporcionaría la gira real.

Pero si los Cambridges estaban al tanto de algún debate político, ciertamente no lo demostraron, y se lanzaron a la etapa final de la gira en Cardiff, donde fueron recibidos por Oliver Dowden, secretario de Cultura, quien dijo que era una “noticia maravillosa” que viajaran para ver el impacto de la pandemia en las comunidades locales.

“A lo largo de la pandemia, las organizaciones de todo el país han dado un paso al frente para apoyar a los necesitados y nuestros coros, bandas, actores, cineastas, museos, y los equipos técnicos que los apoyan, no son diferentes”, dijo.

Simon Hart, el secretario de Gales, también respaldó el viaje y dijo: “El sector cultural de Gales es uno de nuestros mayores activos, así que fue genial ver a sus Altezas Reales en Cardiff experimentando algunos de los ricos talentos que seguimos produciendo”.

La princesa y el policía: revelan detalles del romance de Ana de Inglaterra y su guardaespaldas

“Varias personas en Gatcombe Park estaban muy celosas de mi relación con la princesa”, reveló Peter Cross. “Otros estaban simplemente perplejos de que una princesa y un policía pudieran tener tanto en común”, lamentó.

La presunta historia de amor de la princesa Ana de Inglaterra con su guardaespaldas Peter Cross, cuando ella estaba aún casada con el capitán Mark Phillips, volvió a ser noticia en días recientes tras el estreno de la cuarta temporada de la serie The Crown, en Netflix. La serie, escrita por Peter Morgan, muestra a la reina Isabel II pidiéndose explicaciones a su hija sobre los rumores de un romance extramatrimonial. “Él es el único que me hace feliz”, le responde la ficticia princesa Ana a su madre.

La verdadera historia de la princesa Ana y el policía se remonta a 1979, cuando los oficiales superiores de Scotland Yard asignaron al sargento Peter Cross al escuadrón de protección real. El oficial estaba entonces casado con Gillian Nicholls, quien habló esta semana con el diario The Daily Mail para confirmar la relación secreta de su marido con la princesa: “Su romance con ella siempre eclipsó nuestra relación», me dijo. «Siempre se sintió como si ella estuviera allí en el fondo”, dijo la mujer, quien sostiene que la relación de su marido con Ana se prolongó durante muchos años.

Peter Cross comenzó a proteger a Ana cuando ella tenía 29 años y su base era Gatcombe Park, la residencia de la princesa y su entonces marido en Gloucestershire. A pesar de su origen decididamente urbano, se dice que Cross se mezcló sin esfuerzo en los numerosos eventos ecuestres a los que asistió para acompañar a Ana. Según el propio relato de Cross sobre su relación: “Fue muy cariñosa. Nos llevamos fantásticamente, básicamente porque los dos somos personas francas a las que les gusta tener los pies en la tierra”.

Cross dijo que la princesa a menudo estaba sola debido a los compromisos laborales de su esposo: “Tenía que estar con ella. Yo era su guardaespaldas. Naturalmente, hablamos mucho. Era como cualquier otra mujer en esa situación: muy sola y aislada. Nos hicimos muy cercanos porque creo que la princesa apreciaba mi punto de vista sobre la vida. Siempre fui muy sensato y hablé francamente con ella”. Ana, relató, le dijo que “le hubiera encantado ser una ama de casa corriente que vive en una casa común con niños”.

Los encuentros íntimos de la princesa y su guardaespaldas, relató él, tuvieron lugar en una cabaña vacía en la finca, en su apartamento en el Palacio de Buckingham y en una casa de tres dormitorios en Ewell en Surrey que le prestó un amigo. Sus sentimientos por “una de las mujeres más fascinantes que he conocido”, dijo, estaban “muy cerca del amor”, a pesar de que había estado casado con una mujer llamada Linda durante una década y tenía dos hijas.

En septiembre de 1980, Mark Phillips se enojó por el “exceso de familiaridad” entre su esposa y el guardaespaldas y el comandante Michael Trestrail, guardia de la reina, le dijo a Cross que tendría que renunciar. Para cuando la princesa se enteró, Cross ya había retirado sus pertenencias y había dejado su habitación en palacio, pero la relación prosiguió, un poco a la distancia.

La «Señora Wallis»

Linda Cross contó cómo la princesa llamaba regularmente a su casa en Mitcham, Surrey, entre enero y septiembre de 1981, generalmente los fines de semana. Ella recordó específicamente la llamada de la princesa el 15 de mayo de 1981, para dar la noticia de que había dado a luz a una hija, y también el 29 de julio de 1981, el día de la boda del Príncipe de Gales con Lady Diana Spencer. “Llamaba casi todas las semanas. A veces los niños respondían. Me acostumbré a que me gritaran: ‘¡Papá, es la princesa Ana al teléfono para ti!”, relató.

Estando casado con Gillian Nicholls, Cross mantuvo su relación con la princesa. La mujer reveló al Daily Mail que Ana llamaba por teléfono a su marido utilizando el seudónimo de “Señora Wallis”, aunque no podía ocultar su identidad. Cross conservaba un retrato autografiado de la princesa en su dormitorio. “Nunca me sentí amenazada por la princesa Ana. Siempre la he admirado. Ella es una de las miembros de la realeza más trabajadoras”, agregó Gillian.

Las sospechas sobre el romance de Cross con la princesa se insinuaron públicamente por primera vez en el verano de 1982 en un artículo de un periódico que decía simplemente que su oficial de protección real había sido despedido porque estaba “demasiado familiarizado” con la princesa. Su última conversación con Ana fue en noviembre de 1983, cuando le habló sobre su nueva relación con Gillian. “El me dijo que le dijo a Ana que ahora era feliz en una relación conmigo. Pero si lo hizo o no, nadie lo sabrá jamás”, relató ella.

El primer matrimonio de la princesa se desmoronó después de que ella iniciara un romance con el comandante Tim Laurence, ayudante de la reina, a fines de la década de 1980. Cross, ahora de 72 años, sigue creyendo que fue una víctima del Establishment y que su carrera policial había sido destruida por su relación con la princesa. “Varias personas en Gatcombe Park estaban muy celosas de mi relación con la princesa. Otros estaban simplemente perplejos de que una princesa y un policía pudieran tener tanto en común”, lamentó.

The Crown: la verdad sobre el presunto romance de la princesa Ana con su guardaespaldas

La vida personal de la Princesa Real, conocida como una de las personas más discretas de la familia real británica, quedó al descubierto en la temporada 4 de The Crown.

La vida personal de la princesa Ana, conocida como una de las personas más discretas de la familia real británica, quedó al descubierto en la temporada 4 de The Crown. ¿Tuvo la Princesa Real una aventura durante su primer matrimonio con el Capitán Mark Phillips? La princesa Ana ha sido durante mucho tiempo una de las menos escandalosas, al menos en comparación con sus hermanos, por lo que sorprendió al mundo cuando la princesa real dejó su infeliz matrimonio en la década de 1980.

La princesa tenía 23 años cuando se casó con su primer marido, el capitán Mark Phillips, en 1973 en la Abadía de Westminster. La pareja se conoció en un evento social después de los Juegos Olímpicos de 1968 en México, ya que ambos eran jinetes profesionales, habiendo competido en los Juegos Olímpicos y en otras competiciones.

Anne y Mark vivieron juntos en Gatcombe Park después de su boda. Phillips fue nombrado capitán interino a principios de 1974, cuando fue nombrado ayudante de campo personal de la reina y le fue ofrecido un título de conde, pero rechazó la oferta, lo que significa que sus hijos. Peter y Zara, nacieron sin rango real.

La pareja permaneció junta durante varios años, pero, según los informes, comenzaron a separarse después del nacimiento de Zara en 1981. Según la revista People: “Fue entonces cuando la pareja comenzó a pasar más tiempo separados, y las ausencias de Mark en las salidas reales adquirieron un significado adicional”. Se decía que la pareja estaba tan distante que se alojaban en hoteles separados cuando viajaban al extranjero.

En el episodio cuatro de la cuarta temporada de The Crown, la princesa Ana supuestamente tuvo un romance con el sargento Peter Cross, su guardaespaldas policial y miembro del Escuadrón de Protección Real. En la trama, la reina Isabel II le dice a su hija que el asunto debe terminar y que el palacio y Scotland Yard los dividirían. “A la luz de estos rumores, Scotland Yard recomendó su traslado de regreso a las tareas de escritorio en Croydon”, dice la reina, interpretada por Olivia Colleman.

¿Qué sucedió en la vida real? Con su esposo ausente con frecuencia, la princesa se encontraba a menudo sola en casa y se cree que comenzó un romance con Cross. Un informe de The Sun expuso el asunto y Scotland Yard sacó rápidamente a Peter de su puesto, y Peter siguió viendo a la princesa incluso después de que lo enviaron.

El ex reportero real Harry Arnold afirma que dos años después de la publicación de la historia, Peter se acercó a él y le confesó: “Cuando escribiste esa historia, yo todavía estaba casado y no podía admitirlo, pero sí, era verdad. y puedo decirte que era cierto porque ahora estoy divorciado”.

En 1984, Peter vendió su historia a News of the World por unas 600.000 libras esterlinas (786.180 dólares estadounidenses), alegando que Ana se ponía en contacto con él bajo el seudónimo de “Mrs. Wallis”, le pedía que viniera y se “acurrucaran juntos frente a la TV”. Estas afirmaciones nunca fueron confirmadas y la historia de Peter fue solo una de las muchas que plagaron el matrimonio de Ana y Mark.

La pareja aparentemente continuó viéndose incluso después de que él fue alejado del palacio. James Whittacker, un ex corresponsal de la realeza del Daily Mirror, dijo en un documental que Scotland Yard se había “asustado” con el asunto. “Cuando esto llegó a los jefes, por supuesto, en Scotland Yard, ellos son las personas que suministran a los oficiales de protección, por supuesto, se asustaron y Peter Cross se mudó muy rápido”, afirmó. Finalmente, la pareja dejó de verse a mediados de los 80.

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Los siete novios de la princesa Ana: un recorrido por su agitada vida amorosa

La serie de Netflix «The Crown» destacó el breve romance de la hija de Isabel II con Andrew Parker Bowles, quien luego se casó con Camilla. Pero hay más… ¿quiénes fueron los jóvenes que amaron a la princesa Ana de Inglaterra y quiénes se casaron con ella?

La única hija de la reina Isabel II de Inglaterra, la princesa Ana, prefiere mantener un perfil bajo fuera del foco de atención. Sin embargo, guarda algunos cuentos románticos en su baúl de recuerdos. Y si bien algunas piezas de su vida sentimental se retratan en “The Crown”, la exitosa serie de Netflix, se sabe de hasta siete amores en su vida.

El terrateniente Gerald Wald

Uno de los primeros hombres vinculados a la princesa fue Gerald Ward, un ex oficial de caballería educado en Eton, terrateniente de Berkshire y un “hombre de acción integral” con un don para la aventura. Según The Telegraph, Gerald fue “ocasionalmente promocionado en la prensa como un pretendiente adecuado para la princesa Ana”, pero la relación nunca se confirmó. Se mantuvieron en contacto durante años y Ward finalmente se convertiría en padrino del príncipe Harry por su amistad con el príncipe de Gales.

El polista Sandy Harper

A los 19 años, una de las compañeras frecuentes de Ana era el jugador de polo Sandy Harper, que era dos años mayor que ella. Le gustaba llevar el pelo largo y le gustaban las camisas de cuello abierto, y a menudo se le veía junto con la princesa en discotecas de todo el West End de Londres. Sandy terminaría casándose con una modelo, y la princesa Ana, aunque invitada, no fue a la boda ya que estaba estaba compitiendo en las carreras de Burghley Horse Trials.

El jinete Richard Meade

Un candidato favorito para la princesa fue el ecuestre olímpico Richard Meade. Con un comportamiento suave y una apariencia elegante que se asemeja al padre de la princesa Ana, el príncipe Felipe, Richard parecía ser la pareja perfecta. Después de todo, era el hípico más exitoso del país en ese momento y el primer ciclista británico en ganar un título olímpico individual. Richard era mucho mayor que Ana y sus amigos, pero a la princesa no pareció importarle. Según un informe del Daily Mail, la reina desaprobaba su relación y, finalmente, las dos se separaron.

El militar Andrew Parker Bowles

Quizás el más famoso y controvertido de todos, gracias en gran parte a la tercera temporada de The Crown de Netflix, es Andrew Parker Bowles. Muchos se sorprendieron al enterarse de este «cuadrilátero de amor» real, tanto que la princesa Ana fue tendencia en Twitter cuando se emitió el episodio sobre sus búsquedas de amor. Todo comenzó a principios de los 70 cuando Andrew y Camilla Shand, luego Camilla Parker Bowles y ahora la duquesa de Cornwall, estaban en una relación intermitente. Entre tanto, Andrew y Ana empezaron a verse. Al enterarse de los hechos de Andrew, Camilla decidió que si su ex amante estaba viendo a la hija de la reina, también podría tener el hijo.

Andrew era un militar apuesto. Aún así, muchos factores se interpusieron en el camino: era católico y la princesa también tendría que renunciar a su derecho al trono si se casaba con él. Simplemente era una unión que no estaba destinada a concretarse. Parker Bowles se casó con Camilla, se divorciaron y ella luego se casó con el príncipe Carlos en 2005 tras haber mantenido una relación desde los años 80. Mientras tanto, Ana y Andrew siguen siendo amigos de toda la vida. Es el padrino de la hija de la princesa, Zara.

El capitán Mark Phillips

Después de la cita con Andrew, Ana no perdió el tiempo y se casó con su primer marido, el entonces teniente y después capitán Mark Phillips. Era un jinete ganador de la medalla de oro olímpica y teniente en la 1a Guardia de Dragones de la Reina. Mark y Ana se conocieron en un evento para amantes de los caballos y gran parte de su relación giraría en torno a este interés común. En mayo de 1973, Ana anunció su compromiso con Mark y se casaron en noviembre del mismo año.

La ceremonia tuvo lugar en la Abadía de Westminster con 2.000 invitados. Fue transmitida por televisión y se convirtió en la boda real más vista en ese momento, con más de 500 millones de espectadores de todo el mundo. La princesa y su marido rechazaron el ofrecimiento de un título real de parte de la reina y sus hijos (Peter y Zara) fueron criados como personas privadas sin distinción nobiliaria.

A finales de los años 80 el matrimonio se volvió inestable. En septiembre de 1989, el Chicago Tribune informó sobre la separación de la pareja real, citando que el matrimonio se había vuelto «cada vez más distante».

El público rara vez veía a la princesa Ana y Mark juntos, viajarían grandes distancias por separado e incluso pasaron su 15 aniversario a 10,000 millas de distancia. El matrimonio terminó en divorcio en 1992, poco después de que se supiera que Mark tenía una hija extramatrimonial.

El indiscreto Peter Cross

Con su esposo ausente con frecuencia, la princesa se encontraba a menudo sola en casa y se cree que comenzó un romance con su guardaespaldas personal, Peter Cross.

Un informe de The Sun expuso el asunto y Scotland Yard sacó rápidamente a Peter de su puesto, y Peter siguió viendo a la princesa incluso después de que lo enviaron.

El ex reportero real Harry Arnold afirma que dos años después de la publicación de la historia, Peter se acercó a él y le confesó: “Cuando escribiste esa historia, yo todavía estaba casado y no podía admitirlo, pero sí, era verdad. y puedo decirte que era cierto porque ahora estoy divorciado».

En 1984, Peter vendió su historia a News of the World por unas 600.000 libras esterlinas (786.180 dólares estadounidenses), alegando que Ana se ponía en contacto con él bajo el seudónimo de “Mrs. Wallis”, le pedía que viniera y se “acurrucaran juntos frente a la TV”. Estas afirmaciones nunca fueron confirmadas y la historia de Peter fue solo una de las muchas que plagaron el matrimonio de Ana y Mark.

El discreto Sir Timothy Laurence

Sin perder el ritmo, Ana se casó con su segundo marido, Sir Timothy Laurence, solo unos meses después de su divorcio de Mark. Su historia es muy esperada por los espectadores de “The Crown”, a la espera de su cuarta temporada.

Timothy era un oficial naval que se unió al séquito del palacio en 1986 como asistente personal de la reina. Él y Ana se encariñaron mutuamente y mantuvieron un largo intercambio de íntimas cartas de amor. Las cartas escritas por Timothy finalmente fueron robadas del palacio y cayeron en manos del periódico The Sun. Su relación fue expuesta al público incluso antes del anuncio de separación de Ana y Philips.

Aún así, los dos se mantuvieron fuertes, y Ana y Timothy finalmente se casaron en diciembre de 1992 en Escocia, en una pequeña parroquia cercana al castillo de Balmoral, ya que la Iglesia de Inglaterra no permitía que los divorciados volvieran a casarse en ese momento.

El evento privado dio la bienvenida a 30 invitados, y Zara fue la dama de honor de Ana, aunque la asistencia de la reina madre (abuela de Ana) estuvo en duda debido a la presunta resistencia de la anciana al matrimonio. Hasta la fecha, Ana parece haberse asentado bien, ya que ella y Timothy han disfrutado de un matrimonio relativamente libre de escándalos durante más de 25 años.

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El trato de la princesa Ana con la gente común, un dolor de cabeza para funcionarios del palacio

Lo reconoció su exsecretario privado, Sir Nicholas Wright, quien explicó en un documental que no todos en el Palacio de Buckingham ven con buenos ojos el trato de la princesa en las ceremonias de investidura.

A la princesa Ana de Inglaterra, que participa cada vez en las ceremonias de investiduras y entrega de honores a ciudadanos en nombre de la reina Isabel II, le gusta pasar una buena cantidad de tiempo con cada destinatario, sobre todos los cuales ha investigado y memorizado información, lo que significa que sus investiduras pueden durar bastante tiempo, para preocupación de los funcionarios de la casa real.

Su exsecretario privado, el capitán Sir Nicholas Wright, explicó en el documental de ITV que no todos en el Palacio de Buckingham ven con buenos ojos la cercanía de la princesa real con la gente común que es condecorada por sus servicios a la sociedad británica.

“Algunas de las autoridades del Palacio piensan que las investiduras de Ana se prolongaron un poco. Pero ella les dio una enorme alegría y orgullo a los destinatarios”, explicó.

Debido a que la princesa ocupa más tiempo en dialogar con los condecorados, los funcionarios de la corte británica tuvieron que ajustar el número de personas que asisnten a estos eventos. “A la Princesa Real le gusta pasar una buena parte del tiempo hablando con cada destinatario. Ella es muy buena en eso, así que adaptamos los números en consecuencia”, dijo una persona de la casa real.

“Ella hace su tarea con su personal en cada persona para que conozca su historia de fondo y recuerde a cada uno a medida que surgen. Ella es excepcional en eso”, agregó.

Las condecoraciones anuales a los ciudadanos que hayan hecho aportes valiosos a la sociedad británica son parte esencial de la monarquía británica. Las investiduras, que se realizan en el Palacio de Buckingham y el Castillo de Hollyrood House (Edimburgo) son realmente importantes para quienes asisten porque es la reina, en colaboración con el Gobierno, quien decide premiar sus años de arduo trabajo y dedicación a sus diversas causas.

En el caso de la princesa real, los destinatarios generalmente están muy contentos de que ella se haya tomado el tiempo para informarse sobre su trabajo y haya pasado ese tiempo extra con ellos.

“Era encantadora. Realmente mantiene una conversación contigo, porque estaba realmente preocupado por qué decir. Y ella también sabe de ti, me preguntó si prefiero estar frente a la cámara o detrás. ¡Ella sabía mucho sobre todo mi trabajo!”, dijo la periodista Brenda Emmanus, que en 2019 recibió la Orden del Imperio Británico por sus servicios a la radiodifusión y la diversidad.

Sin embargo, hay ciertos desafíos que conlleva dirigir esas ceremonia, reconoció la princesa. Debido a que ha estado recorriendo el mundo durante más de 50 años abriendo hospitales, visitando organizaciones benéficas y asistiendo a eventos, Ana conoció a miles de personas y no se puede esperar que las recuerde a todas. «Hablar de ‘nos hemos conocido antes’, eso sucede más veces de lo que me gustaría pensar», dijo la princesa.

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Cómo se llevan la princesa Ana y Camilla 40 años después de disputarse a Andrew Parker Bowles

Una experta en lenguaje corporal llegó a sorprendentes conclusiones sobre la princesa británica y su cuñada, la duquesa de Cornualles.

La temporada 3 de la serie de Netflix “The Crown” trajo a la actualidad la disputa interna que existió en los años 70 en torno al breve romance de la princesa Ana, hija de la reina Isabel II de Gran Bretaña, con Andrew Parker Bowles, quien finalmente terminarían casándose en 1972 con Camilla Shand, que había sido novia del príncipe Carlos. La princesa real, por su parte, se casó en 1973 con el capitán Mark Phillips y actualmente está casada con el comandante Timothy Laurence.

Separada de Andrew y de regreso con el príncipe de Gales, Camilla pasó a integrar la familia real británica en 2005, convirtiéndose en cuñada de la que, en su juventud, había rivalizado con ella por el amor de Parker-Bowles. Aunque la princesa Anne había salido anteriormente con Andrew, la experta en lenguaje corporal Judi James dijo en una entrevista a Express que la princesa y la duquesa tienen una muy buena relación.

“Todo el mundo sabe cómo se desarrolló el romance entre Carlos y Camilla, pero en lugar de casarse con el propio Parker Bowles, Ana terminó con Mark primero y luego con su actual esposo Tim. Sin embargo, su lenguaje corporal con Andrew sugiere que, al igual que las emociones de su hermano por su esposa, existen al menos algunos lazos duraderos de amistad y afecto entre ellos”, agregó.

La experta dijo que la princesa “luce relajada y confiada con Andrew y su lenguaje corporal a lo largo de los años a menudo ha sugerido que está junto a un hombre que participa en un flirteo suave y halagador. Al igual que su ex esposa, Parker Bowles parece tener la habilidad de ser encantador y divertido, y Ana responde con un buen humor que está en desacuerdo con sus expresiones faciales de apariencia a menudo severa”.

La princesa Ana y su exnovio comparten el mismo “sentido del humor” que los unió en los años 70. «Sorprendentemente, poco ha cambiado a lo largo de los años en la dinámica del lenguaje corporal entre la pareja», dijo James. “Es posible que los ojos de Andrew se hayan caído con la edad, dándole una expresión de tristeza divertida, pero en todo caso, las señales de compasión entre los dos se han fortalecido, con Ana luciendo confiada y relajada en su compañía».

Tanto la princesa Ana como Camilla fueron novias de Andrew, pero esto no se interpuso en su relación. De hecho, la experta en lenguaje corporal sugiere que la princesa y la duquesa tienen una amistad cercana y mencionó su reunión en las carreras de Ascot, donde las dos mujeres reales se mostraron mutuamente un afecto sincero.

«Sus rituales de contacto en público son reveladores», explicó Judi James. «Una reunión en un hipódromo muestra a ambas mujeres luciendo lo que parecen son sonrisas de felicidad y contacto visual, y ana ha extendido una mano con la palma hacia arriba, y Camilla luego colocó su propia mano en señal de afecto

«El afecto tampoco es unilateral, los dedos de Ana están enrollados alrededor del pulgar de Camilla en un gesto recíproco», notó la experta, quien comentó en la entrevista que este vínculo es aún más significativo ya que la princesa Ana no siempre actúa así en público.

«Con cualquier otro miembro de la realeza, excepto Ana, esto podría no haber sido importante”, dijo, porque “la hija de la reina es una mujer que a menudo parece mantener una distancia educada y, a veces, fría con algunas de las esposas reales”.

La experta dice que Ana y Camilla comparten “una amistad tranquila y divertida” pese a que Camilla “a menudo puede parecer tensa y bastante ansiosa en público”. «Ana nunca ha mostrado signos de ser particularmente cercana a su hermano Carlos, pero parece compartir una amistad natural que incluso podría rayar en un vínculo de hija y madre con Camilla”, finalizó.

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Por qué Ana de Inglaterra tiene el título de «Princesa Real»

Según la tradición, el título vitalicio no pertenece a nadie por derecho, sino que se da enteramente a discreción del monarca, y tampoco es hereditario.

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La princesa Ana de Gran Bretaña, única mujer entre los hijos de Isabel II, es la séptima Princesa Real (Princess Royal), un título que los monarcas británicos suele otorgar desde hace siglos a sus hijas mayores. Aunque este título es puramente honorario, es el mayor honor que se le puede otorgar a un miembro femenino de la Familia Real y a lo largo del siglo XX fue concedido a distintas princesas no solo por ser hijas del monarca, sino por sus méritos al servicio de la monarquía.

Isabel II decidió en 1987 que le daría a Ana este título, debido a su destacada dedicación a su labor caritativa. La princesa, de 70 años, es con frecuencia la persona más trabajadora en términos de número de compromisos cada año de la familia real y es la patrocinadora, benefactora o presidenta de más de 300 organizaciones dedicadas a todo tipo de actividades. Su labor más destacada es la que efectúa al frente de Save The Children, una fundación que desde 1970 vela por el bienestar, la alimentación, la salud y la educación de millones de niños del Tercer Mundo.

Un reciente documental emitido por la cadena ITV con motivo del cumpleaños 70 de Ana, explicó:“La princesa ofrece experiencia y exposición a más de 300 organizaciones benéficas y patrocinios. Esta fue la razón por la que en 1987 la reina la nombró Princesa Real”. El título lo había ostentado anteriormente la tía de la reina, la princesa María (1807-1965), quien fue muy popular por su acción como enfermera durante la Primera Guerra Mundial y fue titulada Princesa Real por su padre en 1932. Llevó ese título hasta su muerte.

Quiénes llevaron ese título antes

MARIA, PRINCESA REAL (HIJA DE JORGE V)

La princesa Ana tendrá el título de Princesa Real de por vida y seguirá siéndolo después de que Isabel II fallezca, más allá del cambio de monarca. El título nació cuando la reina Enriqueta María de Borbón (1609-1669), hija de Enrique IV, rey de Francia, y esposa del rey Carlos I de Inglaterra (1600-1649), quiso imitar la forma en que la hija mayor del rey de Francia era llamada “Madame Royale”. María Enriqueta Estuardo (nacida en 1631 y fallecida en 1660), hija de Enriqueta María y Carlos I, se convirtió en la primera Princesa Real en 1642.

El título de Princesa Real no le pertenece a nadie por derecho y tampoco es hereditario, sino que se da completamente a discreción del soberano. Ana, princesa de Orange por matrimonio e hija de Jorge II (1709-1759) y Carlota, reina consorte de Württemberg (1766-1828), hija de Jorge III fueron las siguientes Princesas Reales. María (más tarde la reina María II de Inglaterra), hija mayor de Jacobo II y Sofía Dorotea (1687-1757), hija única del rey Jorge I, fueron elegibles para obtener este título, pero no lo recibieron.

La hija mayor de la reina Victoria -“Vicky”- fue nombrada Princesa Real en el momento de su nacimiento, en 1840, y se convirtió en esposa del futuro emperador Federico III de Alemania. Una vez en Prusia, fue conocida como la Princesa Federico y, más tarde, como la Emperatriz Federico. Su sucesora en el título fue su sobrina, la princesa Luisa (1867-1931), hija de Eduardo VII, que no destacó más que por llevar una vida apacible en la finca escocesa de su marido, el duque de Fife. A partir de entonces, Jorge V y su nieta Isabel II han otorgado este título a sus respectivas hijas mayores como compensación por sus servicios a la Corona.

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El futuro título de Carlota de Cambridge dependerá de su padre y de la princesa Ana

Su hermano mayor previsiblemente será Príncipe de Gales y luego Rey, mientras su hermano menor podría ser un Duque. ¿Qué sucederá con ella?

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La princesa Carlota de Cambridge, de cinco años, es actualmente la cuarta en la línea sucesoria al trono británico detrás de su hermano, el príncipe Jorge, de siete, su padre Guillermo, de 38, y su abuelo Carlos, de 71. El estatus real de Carlota podría cambiar en un futuro no muy cercano, pero los genealogistas y expertos en títulos de la realeza británica opinan que todo dependerá tanto de su padre, en el momento en que sea coronado rey, como de su tía abuela, la princesa Ana.

Carlota de Cambridge comenzará a alejarse de los primeros puestos en la sucesión al trono a medida que su hermano mayor tenga hijos en el futuro. Si bien es poco probable que la princesa sea una miembro “senior” de la Casa de Windsor, debido a que su abuelo y su padre abogan con una familia real más reducida en términos oficiales, existe la posibilidad de que pueda asumir un nuevo e importante: como hija mayor de un rey, Carlota podría ser titulada “Princesa Real”, honor que ahora detenta la princesa Ana, de 70 años.

Isabel le otorgó el estilo a su única hija Ana en junio de 1987 el título de Princess Royal, que es el mayor honor que se le puede otorgar a una mujer de la Familia Real. El título lo ostentaba anteriormente la tía de la reina, la princesa María, quien fue nombrada Princesa Real por su padre en 1932 y llevó ese título hasta su muerte, en 1965. La princesa Ana tendrá el título de Princesa Real de por vida y seguirá siéndolo después de que Isabel II fallezca, más allá del cambio de monarca.

El título al que Carlota es candidata solo se puede otorgar a ella en el caso de la muerte de la princesa Ana, pero no lo heredará automáticamente. En el futuro, cuando el príncipe Guillermo se convierta en rey, y una vez que el título de Princesa Real esté vacante por el fallecimiento de Ana, entonces tendrá el poder de elegir si convierte o no a Carlota en la próxima princesa real.

La princesa Ana es la séptima princesa real en la historia británica. Este título nació cuando la reina Enriqueta María de Borbón (1609 a 1669), hija de Enrique IV, rey de Francia, y esposa del rey Carlos I de Inglaterra (1600 a 1649), quiso imitar la forma en que la hija mayor del rey de Francia era llamada «Madame Royale». María (nacida en 1631), hija de Enriqueta María y Carlos, se convirtió en la primera Princesa Real en 1642.

Ana, princesa de Orange por matrimonio e hija de Jorge II (1709-1759) y Carlota, reina consorte de Württemberg (1766-1828), hija de Jorge III fueron las siguientes Princesas Reales. María (más tarde la reina María II de Inglaterra), hija mayor de Jacobo II y Sofía Dorotea (1687-1757), hija única del rey Jorge I, fueron elegibles para obtener este título, pero no lo recibieron.

La hija mayor de la reina Victoria “Vicky” fue nombrada Princesa Real en el momento de su nacimiento, en 1840, y se convirtió en esposa del futuro emperador Federico III de Alemania. Una vez en Prusia, fue conocida como la Princesa Federico y, más tarde, como la Emperatriz Federico. Su sucesora en el título fue su sobrina, la princesa Luisa (1867-1931), hija de Eduardo VII, que no destacó más que por llevar una vida apacible en la finca escocesa de su marido, el duque de Fife. María (1897-1965), hija de Jorge V, fue muy popular por su acción como enfermera durante la Primera Guerra Mundial.

El título no le pertenece a nadie por derecho y tampoco es hereditario, sino que se da completamente a discreción del soberano, por lo cual dependerá completamente de Guillermo. Tradicionalmente, en el siglo XX los monarcas han otorgado este título a sus hijos como compensación por sus servicios a la Corona. El título es vitalicio, incluso si el titular sobrevive a su padre, el monarca, pero la muerte de una Princesa Real, no pasa a nadie sino que “retorna” a la Corona.

El experto real Duncan Larcombe dijo explicó: “El título de Princesa Real se otorga tradicionalmente a la hija mayor del monarca. Es un título que permanece de por vida, por lo que la Princesa Carlota tendrá que esperar al menos hasta la muerte de la actual Princesa Real. La princesa Ana tuvo que esperar hasta 1987 antes de que su madre, la reina, le concediera el título de princesa real, a pesar de que el título había estado vacante desde 1965”.

Si bien la princesa Carlota es todavía demasiado joven para considerar las implicaciones de tener el título de Princesa Real, según Larcombe, implica un estricto código de conducta, especialmente en lo que respecta a las citas. “Bajo la antigua ley británica, cualquier hombre que se acueste con la Princesa Real antes de casarse es culpable de alta traición, ¡castigado con la ejecución! Quizás sea mejor que los futuros novios de la princesa Carlota estén atentos. Como mínimo, es probable que Wills y Kate esperen hasta que Carlota se case antes de darle el título”, agregó.

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El príncipe Carlos, el más trabajador de los Windsor durante el confinamiento

El extraordinario ritmo de trabajo de la princesa Ana de Gran Bretaña es legendario, y está bien documentado en un nuevo programa del canal ITV que conmemora su cumpleaños número 70, este 15 de agosto. Aunque se sabe que Ana lleva a cabo más de 500 compromisos al año, su apretada agenda se paralizó durante el período de confinamiento social que el gobierno británico estableció para mitigar el impacto del coronavirus en la población, por lo que su hermano mayor, el príncipe Carlos , de 71 años, demostró durante ese tiempo ser el miembro más activo de la familia real.

Lo reveló un informe publicado en diversos diarios londinenses que analizó todos los compromisos desde que el «lockdown» comenzó a revelar cuál de los miembros de la Casa de Windsor cumplió más horas de servicio público. Usando datos de la «Circular de la Corte» que publica el diario ‘The Times’, los investigadores encontraron que el príncipe Carlos trabajó más horas y llevó a cabo más compromisos que sus contrapartes reales durante la pandemia. Aunque desde hace décadas se considera a la princesa Ana como la miembro más trabajadora de la familia, ocupó el cuarto lugar detrás de Carlos (que contrajo Covid-19 y se confinó en Escocia), el príncipe Guillermo y la reina Isabel II.

El estudio analizó la cantidad de días que trabajó cada miembro de la realeza, así como la cantidad de compromisos que llevó a cabo, y encontró que Carlos trabajó 50 días durante el confinamiento en comparación con los 41 que trabajó su hermana. Mientras el heredero llevó a cabo 69 compromisos, la Princesa Real cumplió 47. A pesar de estar aislada en el Castillo de Windsor, la reina Isabel II logró poner una cantidad significativa de actividad pública y llevó a cabo 54 compromisos en los 43 días que trabajó, lo que la convirtió en la tercera miembro de la familia real más trabajadora durante el aislamiento.

SECRETOS CORTESANOS

Ana de Inglaterra, en pugna con los jóvenes Windsor: “No creo que entiendan lo que hicimos en el pasado”

Las jóvenes generaciones de la realeza «buscan mucho más ‘oh, hagámoslo de una manera nueva'», se queja la princesa más laboriosa de la monarquía británica.

La princesa Ana de Gran Bretaña advirtió que la generación más joven de la Familia Real no siempre debe tratar de «reinventar la rueda», diciendo que no deben olvidar los conceptos básicos del servicio público en su impulso por hacerlo de una «nueva manera». La hija de la reina Isabel II, que lleva adelante más de 500 compromisos público por año, sugirió que la generación más joven de la realeza busca continuamente nuevas formas de trabajo en lugar de mirar hacia atrás a lo que ya se había hecho con éxito.

En una entrevista con la revista Vanity Fair para conmemorar su 70 cumpleaños (en agosto de este año), Ana se describió a sí misma como «la vieja aburrida de la parte de atrás diciendo: ‘No olvides lo básico'». «No creo que esta generación más joven probablemente entienda lo que hicimos en el pasado y a menudo es cierto, ¿no?» ella dijo. «No necesariamente miras a la generación anterior y dices, ‘Oh, ¿hiciste eso?’ o ¿fuiste allí?’”

Sus comentarios se hicieron después de que su sobrino, el príncipe Harry, y la duquesa de Sussex dieran sus primeros pasos como exmiembros de la realeza. “Hoy en día buscan mucho más ‘oh, hagámoslo de una manera nueva’. Y yo ya estoy en la etapa [de] ‘por favor, no reinventes esa rueda. Hemos estado allí, hemos hecho eso. Algunas de estas cosas no funcionan. Es posible que deba volver a lo básico”.

La jubilación no está en su agenda, dijo la Princesa Real, lo que será una buena noticia para la reina, dada la ausencia de Sussex y el Duque de York que renunciaron a sus deberes públicos después de las consecuencias de su amistad con el deshonrado financiero Jeffrey Epstein. “No creo que la jubilación sea lo mismo [para mí]. La mayoría de la gente diría que somos muy afortunados de no estar en esa situación porque nadie quiere detenerse», dijo la princesa, que representa a más de 300 organizaciones benéficas y militares.

“Es, en gran medida, la elección de las organizaciones con las que está involucrado y si sienten que aún es relevante”, dice la princesa sobre la jubilación. “Pero creo que tanto mi padre como mi madre, con toda razón, han tomado decisiones sobre, ‘no puedo pasar suficiente tiempo haciendo esto y necesitamos encontrar a alguien más para hacerlo’ porque tiene sentido. Tengo que admitir que continuaron allí por mucho más tiempo del que tenía en mente, pero ya veremos, afirmó”.

Una cosa con la que la princesa Ana parece estar de acuerdo con los duques de Sussex es su decisión de no darle a su hijo, Archie, el título de Alteza Real, ya que ella evitó los títulos para sus hijos, Peter Phillips y Zara Tindall. “Creo que probablemente fue más fácil para ellos, y creo que la mayoría de la gente argumentaría que hay desventajas en tener títulos. Así que creo que probablemente fue lo correcto”, dijo Ana, casada en 1973 con Mark Phillips y, en segundas nupcias, con Timothy Laurence en 1992.

En la entrevista, la princesa contó que le gusta reciclar su ropa “porque soy bastante mala” en asuntos de vestimena, bromeó. “Todavía trato de comprar materiales y hacerlos reinventar porque creo que es más divertido. También ayuda a quienes aún fabrican en este país”. La princesa dice que rara vez compra algo que no se fabrica en el Reino Unido, y que, si no hubiera nacido realeza, habría querido ser ingeniera. “Lo práctico de cómo funcionan las cosas, creo, siempre fue interesante en lo que a mí respecta. Pero creo que fue un poco temprano en el tipo de esquema de las cosas para haber seguido ese camino”, reflexionó.

«Mi caso era ligeramente diferente al de mi hermano mayor (Carlos)», dice Ana sobre su educación. “Estaba lista para ir a la escuela. Tenía una institutriz y dos amigos y eso nunca iba a ser suficiente, realmente, así que estaba muy contenta de que me enviaran a un internado. Creo que el internado ha sido demonizado por algunos cuando, de hecho, es un aspecto muy importante tener disponible y muchos niños realmente prosperan en él. Una de las otras organizaciones benéficas con las que me involucré fue la Fundación Royal Wanstead, que ahora es la Fundación Royal National Children’s SpringBoard y lleva a los niños de hogares caóticos y los envía a internados. Solo tienes que escucharlos para darte cuenta de que has transformado absolutamente sus vidas”.

“Se trata de servir…”, dijo la princesa sobre su labor oficial. “Proviene de un ejemplo de la forma de trabajar de mis padres y de dónde vieron su papel. Quiero decir, mi padre sirvió. Era una forma más directa de servicio, supongo que se podría discutir. Y la reina ha sido un servicio de por vida de una manera ligeramente diferente, pero ambos tienen esa perspectiva de servicio que consiste en trabajar con la gente”. “Me tomó probablemente 10 años antes de que realmente me sintiera lo suficientemente seguro como para contribuir a los debates públicos de Save the Children, porque necesitabas entender cómo funciona en el terreno y eso necesitaba una cobertura muy amplia. Así que mis primeros viajes fueron realmente importantes”.

Sobre los rumores de que la reina quería organizar una fiesta para su cumpleaños el 15 de agosto, ella dijo: «Bueno, sería bueno que solo fuera un año más, pero no creo que eso vaya a suceder».

Necesitado de dinero, el hombre que salvó a la princesa Ana vendió su medalla por US$64.000

El boxeador Ronnie Russel recibió el premio de la reina Isabel II por haber salvado a su hija en un intento de secuestro en 1972.

La medalla entregada a un exboxeador, que en la década de 1970 rescató a la princesa Ana, hija de la reina Isabel II, de un intento de secuestro, fue vendida por 50.000 libras, anunció la casa de subastas el miércoles. «Vendida por 50.000 libras» (64.000 dólares, 58.000 euros), anunció en Twitter la casa de subastas Dix Noonan Webb, quien aseguró que el vendedor, Ronnie Russell, de 72 años, está «encantado» con el resultado, muy por encima de las estimaciones (20.000 libras).

El 20 de marzo de 1974, Russell, que entonces tenía 28 años, volvía a su casa cuando presenció el intento de secuestro de la princesa Ana, cuyo coche había sido atacado por un hombre armado. El boxeador pensó inicialmente que era un accidente de coche antes de darse cuenta de la situación e intervenir para neutralizar al asaltante a puñetazo limpio. El enorme y fornido Russell, al principio pensó que era un incidente de furia en la carretera, pero se apresuró a ayudar a Ana cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo. Más tarde recordó cómo la princesa le dijo a Ball: «Solo vete y no seas un hombre tan tonto», mientras trataba de sacarla del auto.»Le pegué tan fuerte como pude, si hubiera sido un árbol, se habría caído, y estaba boca abajo en el suelo», dijo Russell.

En reconocimiento, recibió una medalla de Isabel II, quien le dijo: «la medalla viene de la reina, pero quiero darle las gracias como madre de Ana». Décadas después, Russell, que tiene mala salud, decidió subastar la medalla para ayudar a pagar su futuro funeral. «Nunca pensé que se vendería por esta cantidad», afirmó tras la venta. «Estoy absolutamente impresionado por el precio y me da la oportunidad de hacer cosas que nunca pensé que podría hacer». El premio fue vendido junto con otros artículos, incluida una carta de Downing Street, oficina del primer ministro, en que se informaba a Russell del reconocimiento, un telegrama de la princesa y una carta del jefe de la policía de Londres.

A principios de 2020, casi 46 años de aquel suceso, Russell reveló que en el momento del intento de secuestro el boxeador atravesaba una crisis económica muy dura y estaba a punto de ser desahuciado. Al conocer tal situación, la reina Isabel tomó las riendas del asunto y se hizo cargo del pago de la hipoteca en gesto de agradecimiento. El palacio de Buckingham, consultado por la prensa, le comunicó al diario The Mirror que no era posible hacer tal acción en esa época pero que puede tratarse de «un asunto tan privado que la reina nunca habría buscado publicidad».

El relato de Jim Beaton

El oficial de seguridad real Jim Beaton, de 31 años, fue otro de los que intervino para salvar a la princesa y fue herido con tres balas. «Pensé que era un automovilista furioso», dijo a la BBC. «Salí de la parte delantera del coche y me disparó. No tuve tiempo para pensar en algo realmente mejor, porque pensar no es una de mis especialidades». «Oía a Ian Ball que estaba hablando con la princesa Ana. Todo lo que recuerdo es que ella decía ‘¿por qué me quieres?». Jim elogió la actitud «extremadamente buena» de la Princesa, que recordó que estaba «bien, tranquila y serena».

«[Ian Ball] tenía dos pistolas, una en cada mano,» relató Jim. «Otra vez me disparó en el abdomen y recuerdo que tenía un traje nuevo y no quería caer y estropearlo». Entonces, la policía llegó y logró reducir a Ian Ball en el suelo, aunque cuatro personas resultaron heridas a consecuencia de ello, y Jim fue trasladado al Hospital de Westminster: «Cuando la princesa Ana vino a visitarme en el hospital, charlamos un rato y me agradeció mucho su defensa».

La princesa Ana y su entonces marido, Mark Philips, salieron ilesos del ataque, pero el guardaespaldas de la princesa, su chófer, un policía y un periodista fueron heridos por Ian Ball, que iba armado con dos revólveres. Tras su detención, se descubrió una carta de Ball dirigida a la reina Isabel, en la que exigía 3 millones y medio de euros por la liberación de la princesa Ana. Ian, entonces de 26 años, fue procesado por el intento de asesinato de Jim Beaton, así como por otros varios delitos, y por su intento de secuestro a la Princesa Real. La pena de Ian Ball, que continúa siendo el que más cerca ha estado del secuestro de un miembro de la Familia Real inglesa, fue que él «fuera detenido para satisfacción de Su Majestad y, que yo sepa, sigue detenido». Declarado enfermo mental y aún está internado en un centro psiquiátrico.

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