Quién es el príncipe heredero de Abu Dhabi, nominado al Nobel de la Paz

Formado en Reino Unido, Mohamed bin Zayed es «el hombre que dirige los Emiratos», como definió un ex embajador estadounidense, y dirige de hecho las Fuerzas Armadas de su país.

El príncipe heredero del Emirato de Abu Dhabi, Mohammed bin Zayed Al-Nahyan, fue nominado para el Premio Nobel de la Paz por el antiguo galardonado Lord David Trimble. Según las reglas del Comité del Nobel, una nominación hecha por una persona que anteriormente recibió el premio debe ser discutida. Definido por algunos como un dictador por la forma en que gobierna efectivamente el país, Al-Nahyan fue el primer líder del Golfo Pérsico en anunciar una normalización de las relaciones con Israel y es considerado el artífice del aumento de la presencia internacional de su país.

Tercer hijo del jeque Zayed bin Sultan Al-Nahyan, fundador de la federación de los Emiratos, «MBZ» –como es llamado a menudo– dirige de facto el país desde que en 2014 un percance de salud apartó de la gestión diaria del poder al presidente jeque Khalifa.

En una nota fechada en 2009 y revelada por Wikileaks, el exembajador estadounidense Richard Olson ya lo describía como «el hombre que dirige los Emiratos». Una década más tarde, varios países del Golfo se fueron acercando discretamente a Israel, unidos en parte por un enemigo común: Irán. Pero los Emiratos de «MBZ» fueron el primer país en dar el paso de la normalización, en un acuerdo calificado de «histórico» por Estados Unidos, que participó en la negociación.

Nacido en Abu Dhabi el 11 de marzo de 1961, el jeque Mohamed fue nombrado príncipe heredero de Abu Dhabi cuando murió su padre, en noviembre de 2004. Graduado en la célebre academia militar británica de Sandhurst, en 1979, fue ganando espacio rápidamente hasta convertirse en comandante de la Fuerzas Aérea, jefe adjunto del Estado mayor y finalmente jefe del Estado mayor en enero de 1993. Tiene el grado de general y dirige las Fuerzas Armadas.

Amante del deporte, al jeque Mohamed de Abu Dhabi le gusta el fútbol y el ciclismo. Está casado con la princesa Salama bint Hamdan Al-Nahyan, y tiene cuatro hijos y cinco hijas.

En su juego diplomático estratégico, este hombre ha tenido a su favor la riqueza de Abu Dhabi, que ostenta el 90% de las reservas petroleras de los Emiratos, y el poder de su clan familiar. Tras la muerte de su padre, «pudo beneficiarse de la influencia de la familia Al-Nahyan, que posee varias carteras clave vinculadas a la seguridad y a las relaciones exteriores» de los Emiratos, dice Neil Partrick, analista en el Royal United Services Institute for Defence and Security Studies.

Para la puesta en marcha de sus proyectos, «MBZ» puede contar con el joven y ambicioso príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán, conocido como «MBS», que tiene 25 años menos que él. Algunos analistas estiman que «MBZ» es el mentor de «MBS», con quien comparte un profundo rechazo a Irán y a los Hermanos Musulmanes.

El jeque además habría apoyado la política de liberalización de la sociedad saudita, liderada por el joven príncipe Mohammed. Los dos hombres serían también los artífices del aislamiento diplomático de Catar en junio de 2017, al que reprochan su apoyo a la cofradía de los Hermanos Musulmanes.

Obituario: Sabah Al-Sabah de Kuwait, el quinto emir de una dinastía rica y poderosa

El jeque Sabah, nacido en 1929, era el décimocuarto jeque de la dinastía Al-Sabah. Se calcula que poseía una fortuna de US$ 350 millones.

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El emir Sabah se convirtió en el quinto monarca del Kuwait independiente en 2015, aunque ya venía ejerciendo como el supremo dirigente en la práctica, incluso desde antes de ser nombrado en 2003 primer ministro por su hermanastro Jabir, emir desde 1977. Sabah, un septuagenario con cinco décadas de experiencia gubernamental, mayormente como ministro de Exteriores, era entonces considerado uno de los artífices del moderno Estado kuwaití, todavía más petrolero que democrático. Su designación como heredero del trono fue la solución al problema del príncipe heredero Saad, primo segundo suyo y gravemente enfermo, quien ostentó el puesto de emir durante unos días antes de abdicar. Era el décimocuarto monarca de una dinastía de más de 250 años de historia que ha reinado en Kuwait desde que la tribu Anaiza, a la que los Al-Sabah pertenecen, emigró desde el interior de las tierras árabes. Su hermanastro, el príncipe Nawaf Al Ahmad Al Sabah, ministro de Defensa, será proclamado nuevo soberano.

Cuarto hijo del jeque Ahmad Al Jabir Al-Sabah, gobernante feudal de Kuwait desde 1921 hasta su muerte en 1950, y de la cuarta de sus quince esposas, Munira Al-Ayyar, fue educado en la Escuela Al Mubarakiyah de Kuwait y por tutores privados de palacio, al igual que sus nueve hermanastros, todos de distinta madre. Asimismo, Sabah llegó a tener 18 hermanastras y sólo una hermana biparental, la jequesa Anud. A diferencia de su difunto hermanastro Jabir (quien tuvo 13 esposas, numerosas concubinas y 39 hijos reconocidos) y la mayoría de los jeques de la familia real, Sabah no tomó el permiso coránico de la poligamia. Su única esposa fue la jequesa Fatuwah bint Salmán Al Sabah, nieta por parte de madre de Mubarak «el Grande» y bisnieta de un emir que reinó entre 1859 y 1866. Antes de morir en 1990, Fatuwah dio a Sabah cuatro hijos. 

A partir de 1954 y hasta la concesión de la independencia en junio de 1961 por el Reino Unido, potencia que ejercía sobre el país un régimen de protectorado desde 1914, el joven jeque Sabah desempeñó diversos cargos en la alta administración pública y palaciega, como miembro del Comité Ejecutivo Supremo o protogobierno, del Consejo Municipal de Kuwait, del Consejo de Construcción y Edificación y del Consejo Superior de Asuntos del Campo, así como jefe del Departamento de Trabajo y Asuntos Sociales, y, a partir de 1957, del Departamento de Prensa y Publicaciones. En 1962 se convirtió en ministro de Información, Orientación y Asuntos Sociales en el primer Gobierno propiamente dicho que llevó las riendas del Estado de Kuwait y cuyo primer ministro era su hermanastro tres años mayor, el jeque Jabir Al Ahmad. En 1962 Jabir lo nombró ministro de Asuntos Exteriores y, para entonces, el jeque ya tenía una sólida experiencia internacional como jefe de las delegaciones kuwaitíes en las reuniones de la Asamblea General de la ONU y la Liga Árabe.

El 8 de octubre de 1998 Sabah fue nombrado primer viceprimer ministro y tomó el control del Gobierno de hecho. En 2001, el derrame cerebral sufrido por el emir magnificó el rango político de su hermanastro. El emir Jabir falleció el 15 de enero de 2006 a los 79 años, víctima al parecer de un fallo cardíaco y sin recobrarse del abatimiento emocional que le había causado la traumática invasión irakí de 1990. De manera automática, el príncipe Saad, postrado en una silla de ruedas y posiblemente aquejado de la enfermedad de Alzheimer, a los 75 años, se convirtió en el nuevo emir, lo que desató una crisis institucional. Uno de los príncipes más poderosos, Salim Al-Alí, jefe de la Guardia Nacional, reclamó ese día un “comité en apoyo al liderazgo”, acompañadas de quejas por el “caos” y la “corrupción” que afligían a la familia real kuwaití. Incapaz de llevar a cabo esas reformas, el emir Saad, que al parecer no tenía lucidez para comprender lo sucedido, aceptó abdicar. Al día siguiente, el Majlis, aprobó la renuncia y el Consejo de Ministros nombró Emir de Kuwait al príncipe Sabah. 

El 7 de febrero siguiente, Sabah nombró príncipe heredero a su hermanastro Nawaf, lo que quebraba de nuevo la tradición de la alternancia con la rama dinástica Salim, y primer ministro a un sobrino, el jeque Nasser Muhammad, otro miembro del linaje Al Jabir. Sus hijos ocuparon desde entonces importantes cargos en el gobierno: el primogénito, Nasir, nacido en 1948, que sirvió a su padre como secretario de Estado de Asuntos Exteriores entre 1990 y 1991, fue nombrado ministro de Estado del ‘Amiri Diwan’ o Gabinete del Emir. Su hermano, Hamad, desarrolló toda su carrera profesional en empresas de telecomunicaciones, manufacturas y servicios financieros. El tercer hijo varón, Ahmad, murió en un accidente de tránsito en 1969. La menor de la familia, la jequesa Salwa, fue madre de cuatro hijos antes de divorciarse de su esposo y de fallecer en junio de 2002.

Obituario: Badiya bint Alí, la última princesa de Irak que sobrevivió al sangriento golpe de 1958

Descendiente del Profeta del Islam, Mahoma, la princesa era miembro de la monarquía hachemita establecida en Irak por el rey Faisal I en 1921. Su sobrino fue el último rey iraquí.

Badiya Bint Ali, una princesa iraquí que sobrevivió al sangriento golpe de Estado de 1958 que terminó con el gobierno de su familia, murió a los 100 años en el exilio en Londres este 9 de mayo. Nacida en Damasco en 1920, la princesa era la tía del rey Faisal II de Iraq, el último rey de Iraq, que fue asesinado junto a su familia, incluido el hermano de la princesa Badiya, el príncipe heredero Abd al-Ilah, en la revolución que derrocó a la monarquía y estableció a Irak como una república. El presidente de Irak, Barham Salih, envió sus condolencias al hijo de la princesa Badiya, el príncipe Ali Bin Al-Hussein, quien se considera el heredero legítimo del trono de Irak y aboga por reinstalar la monarquía del linaje hachemita (descendiente del profeta Mahoma) en el país.

La dinastía fue fundada por el príncipe Hussein bn Ali, quien se proclamó a sí mismo Rey del Hejaz -en Arabia occidental- después de que lanzó la revuelta árabe respaldada por los británicos contra el Imperio Otomano en 1916 durante la Primera Guerra Mundial. Hussein no logró su ambición de ser rey de un estado árabe más grande y fue expulsado del Hejaz por el rey Abdulaziz Bin Saud, el fundador de Arabia Saudita, en 1924, después de unir a sus partidarios y de ser ampliamente acusado de administrar mal la peregrinación a las ciudades santas del Islam. Sin embargo, sus hijos Abdullah y Faisal asumieron los tronos de los estados recién creados de Jordania e Irak, respectivamente.

La coronación de Faisal I como rey de Irak en 1921 estableció la monarquía hachemita iraquí. Ese monarca fue una figura clave en la revuelta árabe y había sido proclamado previamente como rey de la monarquía de corta duración en Siria, antes de ser derrocado por los franceses. Gobernó Irak durante 12 años antes de su repentina muerte en 1933, a los 48 años. La causa oficial de la muerte fue un ataque al corazón, pero algunos especularon que había sido envenenado. Fue sucedido por su único hijo, Ghazi I bin Faisal, que tuvo un hijo con su prima y esposa, la reina Aliya Bin Ali, hermana de la princesa Badiya.

Ghazi I gobernó durante solo seis años hasta que murió en un sospechoso accidente automovilístico, supuestamente orquestado por el primer ministro pro británico Nuri Said, quien entró en conflicto con Ghazi por sus políticas anti británicas. El único hijo del rey Ghazi y la reina Aliya, Faisal II, tenía solo tres años cuando su padre murió, por lo que el tío Abd al-Ilah al Faisal, hermano de Badiya, se desempeñó como regente desde 1939 hasta 1953, cuando llegó a la mayoría de edad.

El joven rey sería derrocado cinco años más tardeen un golpe liderado por el coronel Abd Al-Karim Qasim, conspiró para derrocar a la monarquía pro británica y alinear a Irak con las fuerzas nacionalistas árabes y antioccidentales. El rey, junto con Abd al-Ilah, el primer ministro Said, y varios otros miembros de la familia real iraquí, incluida la hermana de Badiya, la princesa Abadiya y la cuñada, la princesa Hiyam, fueron alineados contra una pared y asesinados a tiros. Posteriormente sus cuerpos fueron mutilados las multitudes alegres desfilaron con esos restos por la ciudad.

La princesa Badiya perdió a gran parte de su familia durante el golpe de estado de 1958, y podría haber sido asesinada, si no fuera por una combinación de suerte y la ayuda de la embajada de Arabia Saudita. Afortunadamente, no estaba en el palacio de Al Rihab cuando los hombres del coronel Qasim perpetraron el golpe. Con tiempo a favor, la princesa, su esposo, Sharif Al-Hussein Bin Ali y sus tres hijos, la princesa Badiya llegaron a la embajada saudita en Bagdad y se refugiaron allí durante un mes después de que el rey Saud de Arabia Saudita insistiera directamente en que la embajada garantiza que la familia saliera del país de manera segura.

La princesa huyó a Egipto, y luego a Suiza, antes de establecerse en el Reino Unido, donde pasó el resto de su vida. Públicamente apoyó a su hijo Ali Bin Al-Hussein, quien se opuso a la dictadura de Saddam Hussein y abogó por el regreso de la monarquía iraquí consigo mismo como rey. Al anunciarse su fallecimiento se rindieron homenajes como el del primer ministro iraquí, Mustafa Al-Kadhimi, quien dijo que “con la muerte de la princesa Badiya, hija del rey Ali, se terminó un capítulo brillante e importante en la historia moderna de Irak”. “La princesa fallecida era parte de una escena cultural y política que representaba bien a Irak. Que su familia obtenga paciencia y soledad por su pérdida y que Dios bendiga y perdone su alma”.

Unos 150 miembros de la realeza saudita están infectados por coronavirus mientras el rey se recluye

Los hospitales preparan camas para recibir a un importante número de pacientes VIP en un país cuyas proyecciones de contagios son desalentadoras.

Los médicos del Hospital Especialista Rey Faisal en Riad están preparando 500 camas especiales después de que se informara que unos 150 miembros de la familia real de Arabia Saudita están contagiados por el nuevo coronavirus. Al personal médico, a través de una alerta a la que accedió el diario estadounidense The New York Times, se le dijo que «las directivas deben estar listas para los VIP de todo el país», que reporta al 9 de abril un total de 2.932 casos y 41 muertes.

Como medida preventiva, el anciano rey Salman y su hijo, Mohammed bin Salman, fueron aislados: el jefe de Estado se ha recluido en el palacio de una isla cerca de Jeddah, mientras que el príncipe heredero se ha mudado a un sitio remoto en la costa del Mar Rojo. El ministro de Salud advirtió que el reino enfrenta un «momento crítico» en la lucha contra el virus y que en las próximas semanas se esperan entre 10.000 y 200.000 contagios por el coronavirus SRAS-Cov2, según una proyección basada en cuatro estudios de expertos sauditas e internacionales.

El mensaje recibido por el centro médico de Riad decía que no se sabe exactamente cuántos pacientes recibirán, pero que los crónicos serán trasladados lo antes posible y que solo se aceptarán los casos urgentes más importantes. Cualquier miembro del personal infectado será tratado en un hospital menos elitista para ahorrar espacio para la realeza. El número de príncipes sauditas es de miles y muchos viajan con frecuencia a Europa, donde se ha sugerido que contrajeron el virus antes de traerlo a casa.

Se estima que la familia real saudita tiene unos 15.000 miembros, casi todos descendientes del rey fundador de la monarquía, Abdulaziz Ibn Saud, fallecido en 1953. Su nieto, el príncipe saudí Faisal bin Bandar bin Abdulaziz Al Saud, influyente gobernador de la capital saudita, que tiene más de 70 años, está en cuidados intensivos después de contraer el virus, según The New York Times. El mismo periódico afirma que la mayoría de los miembros de las ramas inferiores de la familia real han sido infectados. La inmensa mayoría de ellos posee mansiones y fincas en Europa.

Para el New York Times, el sultán Qaboos “convirtió Omán en un próspero oasis de paz”

Un articulo del diario estadounidense destaca al fallecido monarca por mantener «la independencia y la capacidad de Omán para construir lazos con una gama de poderes globales y regionales».

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Relato de horror de la primera esposa del Emir de Dubai: «Mi castigo es no ver a mi hija hace 40 años»

The Times entrevistó a Randa al-Banna, primera esposa de Mohammed al Maktoum: «Solo quiero abrazarla de nuevo».

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La salud del poderoso Sultán de Omán desata la incertidumbre sobre su heredero

El estado del monarca es una cuestión muy sensible y en general es mantenido en secreto, excepto por algunos viajes al extranjero para someterse a controles o tratamientos médicos.

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El ascenso del príncipe saudita al poder lo convirtió en líder de una dinastía multimillonaria

A sus 35 años, el futuro rey tiene una fortuna personal calculada en más de 1.000 millones de dólares: «En cuanto a mis gastos privados, soy una persona rica y no una persona pobre», dijo.

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La drogadicción y el desenfreno marcan a los jóvenes de la Familia Real de Sharjah

Como muchos jóvenes árabes, los príncipes Mohammed y Khalid disfrutaron de las libertades y placeres que ofrece Occidente, pero terminaron trágicamente. El luto del anciano emir.

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Haya de Jordania, esposa del multimillonario Emir de Dubai, habría pedido asilo en Europa

Medios europeos y fuentes cercanas a la familia emiratí confirmaron que la consorte abandonó el país y está buscando el divorcio.

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El palacio donde se refugió el último shah de Irán ahora es un museo

El último refugio de de Mohammed Reza Pahlevi antes de escapar del país en 1979 fue un palacio en los montes Elburz que ningún iraní podía siquiera soñar con visitar. Hoy lo pueden recorrer por un dólar.

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Hace 40 años, el último Shah de Irán abandonaba su milenario imperio

  • El 16 de enero de 1979, el emperador Mohammad Reza Pahlavi abandonó Irán para siempre, terminando así con 2.500 años de monarquía.
  • La partida del “rey de reyes” abrió el camino para el regreso triunfal del ‘ayatollah’ Ruhollah Jomeini, exiliado en Francia, y finalmente fue el comienzo de la República Islámica.
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La corte de los Emiratos Árabes Unidos, una cárcel de oro de la que huyen hasta las princesas

Una princesa emiratí que desapareció, según varios testigos, secuestrada por comandos en un yate cuando intentaba escapar de su tierra, había pasado siete años planeando su huida (fallida). La princesa consideraba el Estado del Golfo una prisión de oro, según cuentan sus amigos.

Sheikha Latifa bint Mohammed al Maktoum es la hija de Sheikh Mohamed bin Rashif al Maktoum, gobernador de Dubai y primer ministro de Emiratos Árabes Unidos. Desde que varios hombres armados la secuestraron a unas 30 millas de la costa de India a principios de marzo, según han relatado varios testigos, nadie ha vuelto a ver ni ha recibido noticias de la joven de 32 años.

Un documental de la BBC, ‘Escape from Dubai’, revela por primera vez los detalles de su plan de huida condenado al fracaso. El documental cuenta con el testimonio de un antiguo espía francés y una profesora de capoeira finlandesa que aseguran que ayudaron a Latifa a planear su escapada. También se entrevista a la tripulación filipina a bordo del yate que intentó sacar a Latifa y llevarla a una nueva vida.

Latifa es la segunda hija del jeque que intenta huir de una vida de lujo enjaulado y que después desaparece tras ser capturada de nuevo. Su hermana mayor, Shamsa, fue secuestrada en las calles de Cambridge tras huir de la finca de la familia en Surrey en 2000, en un aparente secuestro que nunca fue totalmente investigado por la policía británica.

La propia Latifa grabó un vídeo antes de su intento de huida afirmando que con 16 años ya intentó salir de Emiratos Árabes Unidos, pero que fue capturada en la frontera, encarcelada durante tres años, golpeada y torturada. Esa experiencia y la de su hermana significaba que iba a tener cuidado en planificar su segundo intento por conseguir la libertad.

Primero contactó con el empresario francés y antiguo oficial de marina Hervé Jaubert en 2011, según Jaubert, porque ella había leído que años antes él había escapado de Dubai tras meterse en problemas con las autoridades. Jaubert buceó hasta un barco y navegó hasta India.

Cuando recibió el primer correo de Latifa, tenía miedo de que fuese una trampa. «Le dije: ‘Bien, me estás diciendo que eres la hija del gobernador de Dubai, quizá es una trampa y necesito verificar que eres real'», cuenta Jaubert a la BBC. Finalmente el francés quedó satisfecho y asegura que estuvieron escribiéndose durante mucho tiempo cada dos o tres días, incluso a pesar de que no se conocerían hasta 2018.

Jaubert sostiene que a veces su correspondencia era sobre logística, como cuando Latifa le dijo que había ahorrado 400.000 dólares para pagar su plan de escape, pero en otras ocasiones eran comentarios generales sobre la extraña vida de un miembro de la realeza enjaulado.

«He sido maltratada y oprimida toda mi vida», escribió un día, según un correo compartido por Jaubert. «Las mujeres son tratadas somo seres infrahumanos. Mi padre no puede seguir haciendo lo que nos ha estado haciendo a todas».

En 2014, Latifa conoció a Tiiina Jauhiainen cuando vino a dar clase de capoeira, un arte marcial brasileño, en una residencia de la realeza. La finlandesa describe la residencia como un complejo lujoso, pero opresor. La profesora afirma que se convirtió en una de las amigas más cercanas de Latifa, una compañera de buceo y clave para sus planes de escape. Jauhiainen viajó varias veces para conocer a Jaubert y para fijar los detalles del plan.

La operación comenzó con las dos reuniéndose para desayunar a una hora temprana, algo que habían hecho muchas veces para rebajar las sospechas de los guardaespaldas reales el día de la huida, cuenta Jauhiainen a la BBC.

La profesora cuenta que Latifa se cambió la ropa y las gafas de sol y cruzaron la frontera con Omán en coche para después salir al mar. Allí hicieron un trayecto de 26 millas (41 kilómetros) en un bote hinchable y en moto de agua hasta aguas internacionales, donde Jaubert les esperaba en un yate.

Navegaban bajo bandera estadounidense con la esperanza de hacer cualquier posible intento de abordaje un incidente internacional, cuenta. Su plan era dirigirse a Goa, en India.

Jauhiainen recuerda la primera fase del trayecto hasta el yate: «Las olas eran como de un metro y medio y teníamos el viento en nuestra contra, así que nos llevó muchas horas llegar al barco». El miedo a lo que dejaban atrás era su principal impulso. En su vídeo, realizado para su publicación solo si la estrategia salía mal, Latifa cuenta que se enfrentaba a un severo castigo si era finalmente capturada. «Si estás viendo este vídeo, no es buena señal. O estoy muerta o en una situación muy muy mala».

La huida de su hermana mayor

Su hermana mayor había escapado durante más de un mes en un viaje a Inglaterra en 2000. De acuerdo con un mensaje que envió a un abogado, tras ser capturada en Cambridge fue sacada ilegalmente del país por orden de su padre.

David Beck, entonces detective inspector jefe a cargo de Cambridge CID, recibió las acusaciones. «El secuestro es un delito grave y no siempre hay una acusación sobre un jefe de Estado en la mesa de un oficial de policía», señala.

Pero Beck no pudo llevar la investigación más allá. Tenía que hablar con Shamsa, pero cuando solicitó visitar Dubai para hacerlo, el caso se topó con un muro. «Poco después, me informaron que la solicitud había sido rechazada», señala a la BBC. «Nunca me dieron una razón».

En su vídeo, Latifa cuenta que su hermana vivía en una especie de cárcel médica, seguida y vigilada por enfermeras en todo momento, y afirma que el destino de su hermana le sirvió de advertencia.

Desde el barco, Jauhiainen asegura que Latifa mandó un mensaje a su familia, contactó con el grupo activista Detained in Dubai y con los medios, con la esperanza de que al hacerlo público, ello le protegería. Pero aparentemente no recibió mucha respuesta, quizá porque su historia parecía tan disparatada que a los periodistas les preocupó que se tratara de una estafa.

«Enviaba correos a periodistas y nadie le contestaba. Nadie parecía creer su historia. Parecía desesperada y triste», cuenta Jauhiainen. La BBC fue informada que días después que el barco fue asaltado y Latifa secuestrada. Desde entonces no se le ha visto en público. Sus amigos dicen que no han recibido noticias de ella y su cuenta de Instagram está cerrada.

«Decía que prefería que la matasen en el barco a volver a Dubai», cuenta Hervé. «Ni siquiera sé dónde esta. Estoy muy preocupada», añade.