Hace 30 años: Harald V y Sonia fueron consagrados como Reyes de Noruega

El 23 de junio de 1991, hace exactamente 30 años, el rey Harald V de Noruega fue consagrado como el nuevo monarca de su país en una ceremonia solemne y sagrada. El acontecimientos fue el cierre de un período de luto que había comenzado el 17 de enero de 1991, tras el fallecimiento de su padre, el rey Olav V (1903-1991).

La Catedral de Nidaros (Nidarosdomen), antigua ciudad medieval que desde 1931 adoptó el nombre de Trondheim, fue el escenario de aquella magnífica ceremonia de consagración y bendición. Allí, el 22 de junio de 1906, tuvo lugar la última coronación de un rey noruego, la de Haakon VII (1868-1957), fundador de la actual dinastía. Su hijo y sucesor, Olav V, fue bendecido y no coronado. La ceremonia de bendición de Harald V fue una réplica de la de Olav V.

Durante el oficio, los obispos Finn Wagle y Andreas Aarflot, en presencia de unos 2.000 asistentes, bendijeron al rey, lo invistieron por voluntad de Dios y le pidieron que le ilumine en el ejercicio de su cargo. El recorrido hasta Trondheim para la ceremonia de la bendición se inició en Oslo el 20 de junio, en un viaje que la tradición impone que se realice en tren. El regreso hacia la capital se realizó en barco a lo largo de la costa, y el nuevo rey recibió en cada ciudad el saludo del pueblo en los distintos puntos de su itinerario. Se espera que este mismo protocolo se aplique cuando el futuro rey, el príncipe Haakon, ascienda al trono.

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La coronación de Haakon VII (1906)

La «Ceremonia de Bendición» remonta sus raíces a un milenio atrás y testimonia la profunda identificación entre la corona, el Gobierno y la Iglesia de Noruega. Antiguamente, las aclamaciones de los reyes de Noruega se llevaban a cabo en la asamblea del Oyrating, en Trondheim, y su origen se halla en el siglo X. La Ley de Sucesión al Trono del año 1163 establecía el Oyrating como asamblea nacional investida de la potestad de aclamar al rey noruego, y esta ceremonia se llevó a la práctica durante la proclamación del rey Sverre Sigurdsson, en 1177.

La nueva costumbre de consagración del rey, es decir, la coronación en el transcurso de una ceremonia religiosa, fue introducida en Noruega en esa época. El rey Magnus Erlingsson fue coronado y ungido en la ciudad de Bergen, arraigando de esta manera en su país una costumbre propia a los pueblos germanos. Por entonces, la costumbre de la coronación real iniciada en Europa por los emperadores romanos de Oriente y Occidente, ya formaba parte de los rituales cortesanos de la Europa cristiana.

El último rey proclamado en el Oyrating según las antiguas leyes fue Haakon V Magnusson, en 1299. Terminada la ceremonia en el lugar de la asamblea, los altos dignatarios eclesiásticos y temporales se dirigieron a Nidarosdomen, donde se ofició una misa solemne y el obispo bendijo al rey. Los sucesivos reyes fueron bendecidos en la catedral siguiendo esta pauta.

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La consagración de Olav V (1957)

La última coronación de un rey noruego fue la de Haakon VII y la reina Maud, en 1906. Las insignias de la corona fueron colocadas en el altar mayor antes de la llegada del rey y, por primera vez desde 1531, se utilizó la catedral en toda su amplitud. Dos mil trescientas personas asistieron a la solemne ceremonia. Dos años más tarde, se anuló el Artículo 10 de la Constitución, con solo dos votos en contra, que establecía que un rey debía ser coronado para iniciar su reinado oficialmente.

Al ascender al trono el rey Olav V, en 1957, solicitó una ceremonia de bendición para comenzar su reinado, lo cual todos creyeron lógico ya que el rey es la cabeza visible de la Iglesia de Noruega. El 23 de junio d 1991, el rey Harald V y la reina Sonia continuaron con esta tradición que generaciones enteras de reyes noruegos siguieron durante 1.000 años de historia. Las insignias de la corona (corona, cetro, orbe y espada reales) fueron colocadas en el altar frente al cual los reyes, arrodillados, fueron bendecidos por el obispo de Nidaros.

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Erling Lorentzen, viudo de la princesa Ranghild de Noruega, falleció a los 98 años

Naviero e industrial noruego, protagonizó uno de los mayores escándalos de la monarquía noruega al casarse con la princesa hace 68 años.

La familia real de Noruega informó la muerte de Erling Lorentzen, viudo de la princesa Ragnhild y cuñado del rey Harald V a la edad de 98 años.

Lorentzen murió este martes 9 de marzo a la 01.30, después de una breve enfermedad”, se informó en un comunicado oficial de la casa real.

Con gran tristeza hemos recibido el triste mensaje de que Erling Sven Lorentzen ha fallecido. Nuestros pensamientos van a su más cercano, que ha perdido un buen padre, suegro, abuelo y bisabuelo”, escribió el rey Harald en nombre de la familia real.

La princesa Ragnhild, la hija mayor del rey Olav V y hermana mayor de Harald V, murió de cáncer en 2012 después de haber estado casada con Lorentzen durante durante casi 60 años.

Lorentzen se graduó de Harvard Business School y pasó la mayor parte de su vida dirigiendo un negocio en Brasil. Comenzó su carrera en la producción y envío de gas y ha construido una de las fábricas de celulosa más grandes del mundo en Brasil.

“Erling Lorentzen fue mucho más que el líder de los inversores noruegos en Brasil. Era un noruego que amaba y entendía a Brasil y ayudó a fortalecer nuestra relación bilateral”, declaró el embajador brasileño George Monteiro.

Junto con la princesa Ragnhild, también trabajó para mejorar la situación de muchos pobres brasileños. La embajada de Brasil enviará nuestro más sentido pésame a su familia y a los muchos amigos que deja en Brasil y Noruega”, dice el embajador.

Erling Sven Lorentzen, un naviero e industrial noruego, nació en 1923 y era el menor de seis hermanos. Después de la invasión nazi a Noruega en 1940, se ofreció como voluntario en Gudbrandsdalen, con solo 17 años.

Después de graduarse de Artium en 1941 y un año en la administración central de Milorg, Lorentzen se trasladó a Gran Bretaña, donde se unió a Kompani Linge, y en 1944 fue enviado a Noruega como comandante del área militar en Hallingdal.

Por sus esfuerzos de guerra, Lorentzen fue galardonado con la Medalla de San Olav, la Medalla Participante con una roseta y la Medalla del 70 aniversario de Haakon VII. Además fue nombrado Comendador de la Orden de San Olav en 1977 y Comendador de la Orden Brasileña de la Cruz del Sur.

En 1948, Lorentzen fue contratado para enseñar a navegar a la princesa Ragnhild y su hermana, Astrid. Con el tiempo, la amistad entre Lorentzen y Ragnhild creció, algo que no fue fácil de manejar para el rey Haakon VII, abuelo de la princesa.

Sin duda fue una decisión difícil para el rey Haakon. Tomó algunos años y ciertamente fue una posición difícil para todas las partes. En Inglaterra, a la princesa Margarita se le negó el matrimonio plebeyo”, recordó Lorentzen en una entrevista en 2019.

El plebeyo y la princesa se casaron en 1953 después de haber sorteado la oposición del Establishment y se mudaron a Brasil junto a sus tres hijos, Haakon, Ingeborg y Ragnhild, donde luego Lorentzen estableció la compañía de gas Garbras.

“No he sido tan público, yo. Fue más fácil cuando nos mudamos a Brasil. La princesa Ragnhild probablemente se sintió más libre viviendo allí”, recordó a los 96 años. En la misma entrevista, dijo: “Intento mantenerme bien físicamente. Intento hacer ejercicio todos los días. He decidido que viviré un tiempo más”.

En 2016, volvió a encontrar el amor en Ebba Løvenskiold.

Obituario: Erling Lorentzen, el plebeyo que enamoró a la princesa de Noruega

El rey Haakon VII de Noruega se opuso a que este hijo de un armador, héroe de guerra, se casara con la princesa Ragnhild. Finalmente, estuvieron casados durante 60 años.

La hija mayor del rey Olav V de Noruega, la princesa Ragnhild, protagonizó su propio escándalo sentimental en una época en la que las familias reales de Europa todavía conservaban el decoro público. La princesa solo tuvo ojos para Erling Sven Lorentzen, hijo de un armador de Oslo que se encargo de brinidarles a ella y a su hermana clases de navegación.

Para el anciano rey Haakon VII, el hecho de que su nieta mayor se casara con un plebeyo era algo que estaba fuera de toda discusión posible, y sus súbditos coincidían plenamente en que no había de mezclar la sangre real con la plebeya.

El industrial noruego Erling Sven Lorentzen, afincado en Brasil, nació el 28 de enero de 1923 en Oslo.

Pero al cabo de seis años de firme resistencia, en 1953 Haakon VII terminó cediendo por presión de su hijo, el príncipe heredero Olav, quien se había valido de un argumento con fundamentos: el pretendiente de la princesa, oficial de comando durante la guerra, había sido uno de los héroes de la resistencia noruega que había devuelto el trono a la familia real.

Erling Sven Lorentzen, un naviero e industrial noruego, nació en 1923 y era el menor de seis hermanos. Después de la invasión nazi a Noruega en 1940, se ofreció como voluntario en Gudbrandsdalen, con solo 17 años. Después se trasladó a Gran Bretaña, donde se unió a Kompani Linge, y en 1944 fue enviado a Noruega como comandante del área militar en Hallingdal.

A la edad de 17 años, durante la II Guerra Mundial, comandó un escuadrón de resistencia contra los alemanes. En 1945, fue aceptado en la Universidad de Harvard.

Por sus esfuerzos de guerra, Lorentzen fue galardonado con la Medalla de San Olav, la Medalla Participante con una roseta y la Medalla del 70 aniversario de Haakon VII. Además fue nombrado Comendador de la Orden de San Olav y Comendador de la Orden Brasileña de la Cruz del Sur.

En 1948, Lorentzen fue contratado para enseñar a navegar a la princesa Ragnhild y su hermana, Astrid. La princesa, tataranieta de la reina Victoria de Inglaterra, nació el 9 de junio de 1930 en el Palacio Real de Oslo, como hija mayor del futuro rey Olav y la princesa Martha de Suecia. Los noruegos celebraron por todo lo alto el primer nacimiento real ocurrido en su país en más de 600 años.

Ranghild y sus hermanos Astrid y Harald (el actual rey) crecieron en la finca real de Skaugum, pero su infancia tranquila se interrumpió rápidamente cuando los alemanes invadieron Noruega el 9 de abril de 1940. Para evitar ser detenidos por las fuerzas de ocupación, la familia real, el gobierno y el Storting abandonaron Oslo en tren.

En 1953 Lorentzen se casó con la princesa Ragnhild, hija mayor de Olav V de Noruega y Martha de Suecia, con quien tuvo tres hijos, Haakon, Ingeborg y Ragnhild.

En Elverum, el príncipe heredero Olav se despidió de su familia. La princesa heredera Märtha y los tres hijos huyeron a salvo a través de la frontera hacia Suecia. Después de unos meses en Suecia, la princesa heredera y los niños viajaron a los Estados Unidos en barco. Allí vivieron hasta 1945, cuando finalmente la paz llegó a Noruega.

La boda de Ranghild y Lorentzen se celebró el 15 de mayo en la pequeña iglesia de Asker, a las afueras de Oslo. “Sin duda fue una decisión difícil para el rey Haakon. Tomó algunos años y ciertamente fue una posición difícil para todas las partes. En Inglaterra, a la princesa Margarita se le negó el matrimonio plebeyo”, recordaría Lorentzen en una entrevista en 2019.

Habiendo abandonado su rango real y su cargo honorífico como primera dama del reino, la princesa Ranghild se marchó con su marido a Río de Janeiro, Brasil, donde nacerían sus tres hijos: Haakon Lorentzen, nacido el 23 de agosto de 1954, Ingeborg Victoria, nacida el 27 de febrero de 1957 y Ragnhild Alexandra, nacida el 8 de mayo de 1968.

A la princesa Ragnhild se la describía a menudo como una persona muy reservada y modesta. Como ama de casa en Brasil, vivió una vida mucho más anónima a lo largo de los años que sus hermanos y solo viajó a Noruega para asistir a grandes celebraciones o bodas familiares. “No he sido tan público, yo”, dijo Lorentzen. “Fue más fácil cuando nos mudamos a Brasil. La princesa probablemente se sintió más libre viviendo allí”, recordó a los 96 años.

En la misma entrevista, dijo: “Intento mantenerme bien físicamente. Intento hacer ejercicio todos los días. He decidido que viviré un tiempo más”. En otra declaración a la prensa, Lorentzen dijo que con frecuencia se sentía perdido después de la muerte de su esposa, ocurrida en 2012: “Fue demasiado para mí, como lo es para muchos otros que experimentan la pérdida de alguien cercano a ellos… Pero conservas los muchos buenos recuerdos que se crearon juntos. Después de 60 años, es difícil extraer lo que mejor recuerdo. Nuestra vida diaria era buena y se caracterizaba por lo positivo en la vida. Solo tengo cosas buenas que decir sobre nuestro tiempo juntos”.

El industrial noruego afincado en Brasil Erling Sven Lorentzen nació el 28 de enero de 1923 en Oslo y murió en Río de Janeiro el 9 de marzo de 2021.

Harald V de Noruega extiende su licencia por enfermedad y el príncipe Haakon sigue al mando

El monarca, de 83 años, se encuentra bajo recuperación en la finca real de Kongsseteren después de someterse a una cirugía de rodilla.

El rey Harald V de Noruega extendió su licencia por enfermedad hasta el 14 de marzo, según anunció este fin de semana la casa real, porque todavía se encuentra convaleciente por la cirugía de rodilla a la que se sometió.

Los médicos recomiendan una mayor rehabilitación antes de que el rey reanude sus deberes constitucionales”, dijo la casa real en un comunicado de prensa.

El rey Harald V y la reina Sonia, monarcas de Noruega desde 1991.

La información agrega que el monarca, de 83 años, recibe tratamiento de fisioterapia en la residencia vacacional de Kongsseteren (Villa Real), situada en Voksenkollen, una colina en las afueras de Oslo.

Durante este período, es el príncipe heredero Haakon (47) quien actúa como regente y lleva adelante cabo los deberes oficiales del rey.

“El Príncipe Heredero dirigirá la nación como Regente hasta que el rey esté lo suficientemente sano como para reanudar sus deberes constitucionales”, explicó el periodista Oskar Aanmoen. “Dirigirá el consejo de estado y tendrá audiencias con políticos clave y el liderazgo de la defensa noruega”, agregó Aanmoen en Royal Central.

Martha Luisa de Noruega podría mudarse a EEUU tras críticas xenófobas a su novio

La princesa Martha Luisa de Noruega está contemplando la idea de mudarse a los Estados Unidos para vivir con su novio, Durek Verrett, después de que él fuera víctima en el país nórdico numerosos ataques verbales racistas.

La princesa y Durek, también conocido como el “chamán” Durek, confirmaron su relación en mayo de 2019. Martha Luisa, hija mayor de los reyes de Noruega, dijo en declaraciones al canal de televisión TV2 que espera que los dos puedan algún día vivir en el mismo país.

Sin embargo, explicó: “Inicialmente él quería mudarse a Noruega, pero luego vino y no fue exactamente tan acogedor”. Por lo tanto, dijo la princesa “puede ser” que los dos se muden juntos a los Estados Unidos.

«Inicialmente él quería mudarse a Noruega, pero luego vino y no fue exactamente tan acogedor»

MARTHA LUISA DE NORUEGA EN TV2

Tiempo atrás, después de que Martha Luisa y su novio recibieran mensajes racistas y amenazas de muerte, ella dijo: “Nunca pensé en mí misma como racista antes de juntarme con Durek, y de repente expandir esa visión y reconocer que realmente tengo el privilegio de ser blanca, fue una revelación para mí”.

“También veo a través de sus ojos que el racismo no es solo los titulares obvios, son las energías sutiles. Es la forma en que la gente lo mira… incluso en los ascensores o en la calle, cuando agarran sus bolsos con más fuerza”, dijo la princesa de 49 años.

Martha Luisa dijo que a ella y su novio les dijeron que “averguenzan” a los suyos al mantener una relación y que “gente de las altas esferas” se había negado a estrechar la mano de Durek Verrett porque es negro.

Nueva licencia por enfermedad del rey Harald V de Noruega

El rey de Noruega, Harald V, se encuentra con licencia por enfermedad hasta el 31 de enero por un dolor en las piernas y el príncipe heredero lo remplazará en la reunión del Gabinete de ministros, informó el palacio real.

Esta licencia por enfermedad es una de las varias que tuvo el rey Harald en el último año y medio. En septiembre del año pasado, estuvo de baja por enfermedad durante un período en relación con una operación cardíaca, y en enero del año pasado, sufrió mareos. Antes, una infección viral le obligó a dejar sus obligaciones temporalmente.

El 17 de enero de este año, se cumplieron 30 años desde que el rey Harald V y la reina Sonia ascendieron al trono de Noruega. En declaraciones recientes, el rey dejó claro que la monarquía está en buenas manos cuando el príncipe Haakon se convierte en su regente.

“Tanto el rey Haakon como Olav eran reyes que hacían las cosas solos. Mi padre no me dejó participar en absoluto”, recordó el rey. “Ahora son otros tiempos. Somos un equipo, con la corte, príncipe heredero y la princesa heredera y nosotros”, dijo en un libro recientemente publicado.

El rey Harald V conmemora 30 años de reinado con el apoyo unánime de los noruegos

El 17 de enero de 1991, hace 30 años, el príncipe heredero de Noruega se convirtió en el rey Harald V al fallecer su padre, el popular rey Olav V. Primer monarca nacido en suelo noruego en más de 700 años y el primero casado con una mujer noruega, Harald V, ahora de 83 años, ha sabido ganarse la simpatía de los noruegos, muy especialmente de los jóvenes, por su discurso franco y moderno.

Hijo del rey Olav (1903-1991) y de la princesa Martha de Suecia (1901-1954), Harald pasó su primera infancia en Maryland, Estados Unidos, junto a su madre y hermanas mayores, las princesas Ragnhild y Astrid, tras la invasión de Noruega por el Ejército alemán en abril de 1940, mientras su abuelo, el rey Haakon VII, y su padre dirigían la resistencia desde Londres.

Una vez que la familia real regresó a Noruega tras el final de la guerra el 13 de mayo 1945, Harald reanudó sus estudios, ya iniciados en Estados Unidos, en la Escuela Primaria Smestad, y, a partir de 1950, en la Escuela Catedralicia de Oslo, donde se diplomó en Ciencias en 1955. En 1956 inició su instrucción castrense en las escuelas de cadetes de Marina y Caballería y entre 1957 y 1959 estudió en la Academia Militar para oficiales, de la que salió con el despacho de teniente.

La muerte de la princesa Martha a los 53 años en 1954 ensombreció la existencia de la pequeña familia real de Noruega. “Era una familia de luto. Lo tuve que procesar yo solo, no había nadie con quien hablar del tema, solo uno de los buenos amigos de papá me sacó el tema. Él entendió cómo me sentía, de lo contrario no mucha gente hablaba de ello”, contó Harald en un libro biográfico recientemente publicado. “Fue un momento difícil, pero peor fue para el rey Olav, creo. Perder a tu madre es malo. Tuvimos que vivirlo, tuvimos que superarlo de una forma u otra”.

Cuando en 1957 falleció el rey Haakon, su padre se convirtió en nuevo monarca y Harald asumió su función como príncipe heredero, lo que le dio el derecho a participar en las reuniones del Consejo de Estado. A principios del año siguiente prestó juramento ante la Constitución como heredero al trono. Entre 1960 y 1962 estudió Ciencias Políticas y Económicas e Historia en el Balliol College de Oxford, Gran Bretaña, y posteriormente trabajó en Oslo para dos entidades estatales, la Compañía Naviera del Ártico y la Comisión de Bosques.

Durante la enfermedad de su padre, desde mediados de 1990, el príncipe asumió el papel de regente y presidente del Consejo de Estado. El longevo monarca murió a los 89 años el 17 de enero de 1991, con lo cual Harald se convirtió en rey el mismo día. El 21 de enero prestó juramento de acatamiento de la Constitución ante el Parlamento. El 23 de junio Harald V fue solemnemente entronizado con una ceremonia de bendición en la catedral Nidaros de Trondheim.

La hasta entonces princesa Sonia se convirtió en reina, y la primera consorte real de la historia nacida en Noruega, además de la primera reina de orígenes plebeyos del país. No sin resistencias paternales y agrios debates en el Parlamento, pero con el entusiasmo popular, Harald se había casado en 1968 en la catedral de Oslo con la plebeya Sonja Haraldsen, hija de un hombre de negocios y nacida en 1937. Durante su juventud, Sonia había trabajado como empleada en un centro comercial de Oslo.

La pareja tuvo dos hijos, la princesa Martha Luisa y el príncipe Haakon, el heredero del trono y quien en meses recientes tuvo que ejercer como regente por la enfermedad de su padre. “Se ha convertido en mi amigo y mi compañero de trabajo”, reconoció el rey sobre su heredero. “Me pide consejos y yo los recibo de él. La relación se ha vuelto cada vez más estrecha, es un hombre sabio. Le irá bien cuando llegue ese momento”, dice Harald, quien sin embargo está preocupado por su hijo: “Veo que el Príncipe Heredero trabaja muy duro. Estoy empezando a preocuparme un poco por él. Es un hombre joven, pero es esto de establecerse lo que te obliga a trabajar más duro”.

Caso de rey-ciudadano en un país donde la aristocracia está abolida desde el siglo XIX, Harald ha demostrado sus aptitudes deportivas como miembro de la selección nacional de Vela en los Juegos Olímpicos de 1964, 1968 y 1972, y con la obtención de algunos trofeos en esta especialidad (1968 y 1972), siendo en la actualidad un practicante de la caza, la pesca y el esquí. En 1994 presidió el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Invierno en Lillehammer y es presidente de la Asociación de Vela de su país y miembro del Comité Internacional de la Yatch Racing Union.

Hace 60 años: la boda de Astrid de Noruega, la princesa que no pudo renunciar al amor

El 12 de enero de 1962 Astrid siguió los pasos de su hermana mayor, la princesa Ragnhild, quien se casó con un plebeyo en 1953, pero el camino no fue fácil.

El 12 de enero de 1961 Noruega asistió en estado de shock al casamiento de la princesa Astrid, la hija del entonces rey Olav V, con un hombre plebeyo y divorciado. La boda había desatado una tormenta de pasiones en el reino escandinavo, en una Europa que todavía consideraba la boda de príncipes con plebeyos un asuntos absolutamente escandaloso.

En una época que las princesas se casaban aún por razones de Estado con otros príncipes, la boda de la princesa Astrid (entonces de 29 años) con el plebeyo noruego Johan Martin Ferner fue el eco del casamiento de la princesa Margarita de Inglaterra con el fotógrafo de la alta sociedad Tony Armstrong-Jones, una boda boicoteada por la ausencia de toda la realeza europea que fue invitada a Londres.

Astrid siguió los pasos de su hermana, la princesa Ragnhild, quien se casó con un plebeyo en 1953, pero el camino no fue fácil. En 1954, Noruega lamentó la muerte de la princesa Martha, esposa de Olav, víctima del cáncer a los 50 años de edad. La princesa tenía una salud en declive después de la guerra y y para sus tres jóvenes hijos fue una experiencia extremadamente difícil perder a su madre tan temprano en la vida. Su hija menor, Astrid, muy a su pesar, se convirtió así en la primera dama del reino ya que su abuela también había fallecido prematuramente.

Joven e inexperta, asumió con mucho talento las tareas que hasta entonces había cumplido su madre, acompañando a su abuelo Haakon VII en las mayores pompas cortesanas. “No sabía lo que estaba pasando, y no tuve ningún entrenamiento sobre cómo comportarme”, relató Astrid. “Hoy en día, te entrenan para que estés preparado antes de cumplir tus funciones. Pero yo no estaba acostumbrada a ser la pieza central, solía esconderme detrás de las faldas de mi madre. Y nunca había estado en una visita de estado. Pero recibí buenos consejos de tía Ingrid [reina de Dinamarca]: Haz lo que te parezca natural”.

Pero la nueva condición no le permitiría contraer matrimonio con el hombre que amaba, Johan Martin Ferner, un empleado de las tiendas Harrod’s de Londres que se cansó de esperar y se casó con una modelo profesional de la que se divorció apenas dos años después. Astrid y Ferner volvieron a encontrarse pero debieron luchar durante 13 hasta hasta lograr el consentimiento al matrimonio. En 1960, Astrid empezó una especie de huelga, negándose a cumplir con sus obligaciones reales hasta que su padre, ya convertido en rey, le diera su bendición.

La casa real de Noruega conoce el drama más terrible de su existencia”, anunció un respetado periódico noruego, en una época en la que Europa aún no estaba acostumbrada a los matrimonios de príncipes con plebeyos. Y de verdad fue un escándalo: el vicepresidente Parlamento se negó a felicitar a la pareja, el osbispo de Oslo se negó a casarlos y un diario cuestionó la falta de cordura de la princesa por no saber “elegir el camino del deber”.

La boda finalmente se celebró en enero de 1961, en presencia de numerosos príncipes extranjeros, incluida Margarita de Inglaterra con su flamante esposo. Pero, a diferencia de su hermana mayor, Astrid no fue “castigada” porque la casa real la necesitaba: con su padre viudo, y su hermano soltero, el país necesitaba una primera dama, por lo que ella continuó desempeñando esa labor y no perdió su estatus real ni su asignación estatal, señales de una importancia dentro de la corte que todavía conserva.

Los noruegos no tienen nada para reprochar a la princesa y su esposo plebeyo. En 2011, Astrid y Johan Ferner celebraron sus 50 años de matrimonio cuando la princesa -ahora con cinco hijos y cinco nietos- todavía es un miembro muy activo de la casa real y un gran punto de apoyo para su longevo hermano, el rey Harald V. En su 70 cumpleaños en 2002, la princesa recibió una pensión estatal honoraria como reconocimiento y agradecimiento por sus muchos años de esfuerzos, tanto como la primera dama del país y más tarde en relación con amplias tareas de representación.

Harald V de Noruega destacó la esperanza de todos frente “al año en el que los sueños se rompieron”

El rey Harald V de Noruega destacó este 31 de diciembre la esperanza de la humanidad y la unión de la familia frente a lo que llamó “el año en el que los sueños se rompieron”: “Estamos juntos para vivir en una pandemia, pero nos ha afectado de manera completamente diferente”, reconoció.

Para muchos, fue el año en el que los sueños se rompieron y las cosas empeoraron aún más de lo que estaban. Para otros, la familia se volvió más unida. Para la mayoría de la gente, probablemente ha sido una combinación de la mayoría de las cosas” dijo el monarca, de 83 años, en su mensaje de Año Nuevo.

El monarca dedicó su mensaje a agradecer a sus súbditos por haber colaborado como sociedad en la lucha contra la pandemia de Covid-19: “Gracias por renunciar a los cumpleaños y las vacaciones, por mantenerse alejados unos de otros”, dijo. “Se permite estar asustado, triste y desesperado. Debemos ser generosos con nosotros mismos, porque el estado de ánimo fluctúa para todos”, agregó Harald.

“Un niño me preguntó en una carta si tenía 100 años. Le respondí que en realidad no soy tan mayor, pero que he estado involucrado en muchas cosas a lo largo de mi vida”, dice y continúa: No puedo decirles que todo estará bien y que todo será como antes. Puedo prometerles que la pandemia en la que estamos ahora terminará. Hemos pasado por grandes pruebas antes. Debemos saber con nosotros mismos que lo superamos porque nunca perdimos la esperanza”, dice.

El mensaje real tuvo que ser grabado nuevamente debido al trágico deslizamiento de tierras en la localidad de Gjerdrum, que mató a más de una veintena de personas y dejó muchos desaparecidos y viviendas destruidas: “El terrible acontecimiento nos impresiona profundamente a todos. Simpatizo con ustedes que ingresan al nuevo año con dolor e incertidumbre”, dijo el rey.

La periodista experta de la Casa Real en la revista Se og Hør, Caroline Vagle, opinó que el mensaje fue cálido y unificador: “Una cariñosa palmada en la espalda para todos nosotros por estar de pie en lo que él llamó un maratón de final abierto. También contó abiertamente cómo él y la reina extrañan abrazar a sus amados nietos”, dijo:

“El discurso suele grabarse antes de Navidad, pero este año como el año pasado hubo que añadir una nueva fiesta. El año pasado sobre Ari, y este año sobre el trágico deslizamiento de tierra en Gjerdrum. Como de costumbre, el rey fue cercano y cariñoso en su mensaje. Y es precisamente en tiempos de crisis cuando realmente se hace suyo”, dijo la periodista. “Se convierte en una figura unificadora. ¡Una especie de buen abuelo para todos nosotros!”, agregó.

El año 2020 fue difícil para varios miembros de la familia real debido a la situación del coronavirus. A fines de noviembre, la pareja real tuvo que ser puesta en cuarentena, luego de que un empleado de la corte diera positivo, pero la pareja real no se contagió. También en marzo, tuvieron que ser puestos en cuarentena, como resultado de una visita de Estado que realizaban a Jordania cuando la OMS declaró la pandemia.

También fue el año en que el rey Harald fue hospitalizado como resultado de un problema respiratorio y cardíaco, por lo cual se sometió a una operación de válvulas cardíacas y se tomó una licencia por enfermedad durante un mes.

La familia real noruega se reúne para Navidad tras un año de distancias

Los reyes y la familia de los príncipes herederos fueron retratados tras asistir a una misa de Adviento en el palacio de Oslo. Celebrarán juntos la Navidad.

Tras un año marcado por la distancia familiar y los problemas de salud del rey Harald V, el monarca volvió a reunirse con parte de su familia para un servicio religioso de Adviento en el Palacio Real de Oslo.

La casa real publicó una serie de nuevas fotografías oficiales en las que aparecen el monarca, de 83 años, la reina Sonia, el príncipe heredero Haakon Magnus, su esposa Mette-Marit y los dos hijos de la pareja, la princesa Ingrid Alejandra y el príncipe Sverre Magnus.

Este año, sin embargo, las fotos son diferentes, marcadas por el distanciamiento personal obligado para evitar un posible contagio de coronavirus. Esto es importante dada la avanzada edad de los monarcas y el delicado estado de salud del rey, que estuvo internado y fue operado por problemas cardíacos en octubre.

“Hay una gran diferencia con respecto a años anteriores. La familia del Príncipe Heredero y la pareja real se encuentran a una gran distancia. El famoso metro de distancia. Por supuesto, esto se debe a razones de control de infecciones y al hecho de que son dos núcleos familiares diferentes”, explicó la experta de la realeza Caroline Vagle en la revista Se Og Hor.

Vagle también presta especial atención al rey, que apareció con un bastón: “El rey Harald se ve muy bien después de la operación, lo cual es muy gratificante. El rey ha luchado contra los problemas de movilidad durante mucho tiempo, lo que es completamente independiente del curso de su enfermedad en el último año. Creo que es bueno que ahora esté usando un bastón”, agregó la periodista.

Hasta ahora, ha habido cierta incertidumbre sobre dónde celebrará la familia real la festividad cristiana de este año. Según un comunicado de prensa, la familia real pasará unida la Nochebuena y la Navidad en la residencia real de Skaugum pero respetará las reglas de control de infecciones, tanto nacionales como locales. Sin embargo, los reyes solo irán a Skaugum para la celebración, y se instalarán estos días en la finca real de Bygdøy.

La semana pasada, la primera ministra de Noruega, Erna Solberg, remarcó que las medidas para contener la pandemia de coronavirus seguirán en vigor al menos hasta Semana Santa y anticipó que, pese al inminente inicio de la campaña de vacunación, la población «debe estar preparada para que el verano de 2021 no sea como el verano de 2019».

Al mismo tiempo, el país nórdico mantiene en vigor una serie de restricciones, entre ellas límites para las reuniones públicas y privadas, una prohibición a la venta de alcohol pasada la medianoche o cuarentenas de diez días para los viajeros que lleguen al país nórdico desde zonas de riesgo, informó Europa Press. Recientemente también ha cerrado sus fronteras con el Reino Unido debido al brote de una nueva cepa del virus.

Martha Luisa de Noruega reveló que le ofrecieron ser reina cuando era adolescente

Era “totalmente feliz” de no ser la heredera, dijo la hija mayor del rey Harald, y manifestó que “no estaba celosa en absoluto” de su hermano menor al ser entrevistada por Insider.

En una entrevista en la que habló sobre sexismo y discriminación de la mujer dentro de la realeza, la princesa noruega Martha Luisa, la hija mayor del rey Harald y la reina Sonia, reveló que cuando era una adolescente el gobierno pensó que sería un gesto de modernidad declararla princesa heredera del trono.

Martha Luisa nació en 1971 como la hija mayor del entonces príncipe heredero Harald y su esposa plebeya, Sonia Haraldsen. Como mujer, no tenía entonces derecho de sucesión al trono y fue desplazada por el nacimiento de su hermano Haakon en 1973. Sin embargo, en declaraciones a Insider, Martha Luisa, ahora de 49 años, reveló que hubo discusiones internas sobre si la casa real debería cambiar sus reglas sucesorias e incluso se le preguntó a la joven princesa si quería ser reina.

“Estaba totalmente feliz” de no ser la heredera, dijo Martha Luisa, quien manifestó que “no estaba celosa en absoluto” de su hermano menor. “Pero cuando tenía 15 años, la Primera Ministra en ese momento era una mujer, y de repente se le ocurrió la idea de que esto estaba mal. Recuerdo que vino a casa con nosotros, con el abuelo [el rey Olav V], y discutieron sobre si deberíamos cambiar todo el sistema y yo debería ser reina”. “Dijeron: ‘¿Qué quieres, Martha?’ Y yo dije ‘Tengo 15 años, no sé sobre estas cosas’”, agregó.

La princesa dijo que sintió que no podría tomar una decisión tan importante sobre su futuro a esa edad, por lo que finalmente se decidió que su hermano mantuviera su lugar en la línea del trono por ser el varón. “Para mí, fue como, ‘uf’ [alivio]. Es mucha presión, y realmente es una vida que debes elegir y estar comprometido al 100%. Estoy muy feliz de que mi hermano sea el siguiente en la sucesión y esté haciendo un trabajo increíble. Está concentrado en todas las cosas correctas”, dijo Martha Luisa.

Martha Luisa de Noruega y el sexismo en la realeza: “Yo fui un problema cuando nací”

La hija mayor de los reyes habló sobre discriminación sexual en una entrevista y reveló que se le dio la opción de ser reina en lugar de su hermano, pero no aceptó la oferta.

La princesa noruega Martha Luisa, la hija mayor del rey Harald y la reina Sonia, reconoció que su nacimiento significó un “problema” dinástico, al hablar por primera vez sobre la discriminación sexual, y reveló que estuvo a punto de convertirse en la heredera del trono cuando era una adolescente.

En el momento del nacimiento de la princesa, en 1971, solo los varones podían heredar el trono noruega, lo que, según Martha Luisa, la convirtió en un problema desde el momento en que nació. Lo primero que pasó cuando nací fue básicamente ‘¡Dios mío, es una niña! ¿Qué hacemos?’ Básicamente, era un problema cuando nací, del que no estaba enterada”, dijo.

Mi madre y mi padre siempre quisieron una niña, así que nunca sentí que me debilitara por ser una mujer”, dijo Martha Luisa, quien agregó en declaraciones a Insider que se sintió aliviada cuando descubrió que su hermano menor, el príncipe Haakon, sería el heredero del trono y se convertiría en monarca en lugar de ella.

Sin embargo, cuando Martha Luisa era una adolescente, hubo discusiones sobre si la casa real debería cambiar sus reglas sobre la línea de sucesión e incluso se le preguntó a la joven princesa si quería ser reina, algo que nunca antes había considerado.

“Estaba totalmente feliz de crecer, no estaba celosa en absoluto”, dijo la princesa. “Pero cuando tenía 15 años, la Primera Ministra en ese momento era una mujer, y de repente se le ocurrió la idea de que esto estaba mal. Recuerdo que vino a casa con nosotros, con el abuelo [el rey Olav V], y discutieron sobre si deberíamos cambiar todo el sistema y yo debería ser reina”. “Dijeron: ‘¿Qué quieres, Martha?’ Y yo dije ‘Tengo 15 años, no sé sobre estas cosas’”, agregó.

Martha Luisa no sintió que podría tomar una decisión tan importante sobre su futuro a esa edad, por lo que finalmente se decidió que su hermano mantuviera su lugar en la línea del trono por ser el varón. “Para mí, fue como, ‘uf’ [alivio]. Es mucha presión, y realmente es una vida que debes elegir y estar comprometido al 100%. Estoy muy feliz de que mi hermano sea el siguiente en la sucesión y esté haciendo un trabajo increíble. Está concentrado en todas las cosas correctas”, dijo Martha Luisa.

La princesa se ha labrado una vida sin obligaciones reales desde 2002, cuando denunció su título de “Alteza Real” para trabajar como una ciudadana privada. Con su novio, Durek Verrett, la hija del rey Harald se embarcó en una gira de espiritualidad el año pasado, titulada “La princesa y el chamán”. Ella también tiene su propio documental de televisión en proceso, aunque la producción está actualmente detenida debido a la pandemia.

Un largo camino hacia la igualdad de género

Noruega finalmente cambió sus reglas en torno a la línea de sucesión para que los nacidos después de 1990 sucedan al trono independientemente del género. El país es considerado pionero en llevar la igualdad a las reglas sucesorias al trono, ya que cambió su ley 23 años antes que el Reino Unido, que cambió las reglas en su propia línea de sucesión antes del nacimiento del príncipe Jorge de Cambridge en 2013.

No obstante, incluso Martha Luisa sabe que las reinas no son inmunes a la desigualdad de género dentro de una casa real, y recordó que su madre, la reina Sonia, enfrentó el sexismo desde el interior del palacio real cuando comenzó su relación con el entonces príncipe heredero Harald en los años 60. “Tenemos un largo camino por recorrer para lograr la igualdad de derechos para las mujeres. He visto a mi madre luchar, porque cuando llegó al palacio tuvieron que esperar nueve años para casarse porque ella no era aristocracia ni tenía ningún origen real”, recordó Martha Luisa.

La princesa agregó que cuando llegó su madre, el palacio era “una organización impulsada por militares donde las mujeres habían estado fuera durante muchos años” (de hecho, la última reina, Maud, había muerto tres décadas antes). Según Martha Luisa, a su madre no se le permitió tener su propia oficina, y los funcionarios del palacio cuestionaron su solicitud de tener su propio personal. “Ni siquiera la aceptaron en el edificio”, dijo Martha Luisa.

Sonja fue nombrada reina consorte de Noruega después de que el padre de Martha Luisa se convirtiera en rey en 1991. Desde entonces, la reina ha estado luchando por la igualdad en el palacio y según Martha Luisa, al menos el 50% del personal del palacio son ahora mujeres “gracias a mi madre”.

«Verla luchar por la igualdad, y cómo se las arregló con pequeñas victorias allí, pequeñas pérdidas aquí, y mi padre apoyándola, viéndola persistir durante tanto tiempo que al final valió la pena, aprendí mucho de ella”, dijo la princesa. “Y creo que todo esto, el hecho de que yo fuera un problema cuando nací, también despertó en mí un entendimiento sobre cómo funciona este mundo”.

“Es esta cosa subconsciente dentro de nosotros: todavía esperamos que el director ejecutivo sea un hombre, o que el médico o cirujano sea un hombre y no una mujer”, agregó en la entrevista. “Hemos tratado de ser iguales durante mucho tiempo y las mujeres han sido sobrecompensadas para estar en el mundo de los hombres. Y creo que ahora está regresando, donde las mujeres pueden ser mujeres y es respetado”.

Haakon de Noruega: «Ser rey es algo para lo que no puedes prepararte por completo»

En un documental, el heredero al trono habló sobre su vida cotidiana y la forma en que él se preparan para asumir el cargo tras la muerte de su padre, el rey Harald V.

En un documental que estrenará la cadena noruega TV2, el príncipe heredero Haakon Magnus de Noruega tuvo la oportunidad de hablar sobre cómo se prepara para el día en que se convierta en rey y advirtió que no habrá muchos cambios en cuanto al estilo de reinado de su padre, el rey Harald V.

Siento que mi padre es muy informal, así que no creo que eso cambie”, dijo el príncipe de 49 años en el programa En un viaje con el príncipe heredero que documenta su travesía de tres días de duración y 120 kms a través de la Ruta de los Refugiados (Flyktningeruta).

Interrogado sobre qué significa para él esperar a que su padre muera para asumir su cargo, el príncipe explicó: “Es algo para lo que creo que no puedes prepararte completamente. Quiero mucho a mis padres, así que no es como si estuviera pensando en eso todo el tiempo”, dice. “No creo que esté del todo preparado”, afirmó. “Pero claro que lo he pensado. En nuestra familia, está un poco por debajo todo el tiempo. Lo he pensado desde que era pequeño”, dice.

El príncipe Haakon agregó que en la familia real hay un enfoque en las transiciones entre generaciones, y que uno debe intentar pensar a largo plazo: “Es parte de la forma en que me criaron”, dice. “Lo he hablado con mi padre todo el tiempo. En cierto modo, también hablamos mucho de esto en los 90. Él es muy consciente de las cosas también, y es muy bueno viendo mi situación y facilitarla para que salga lo mejor posible”.

Haakon dijo además que él mismo está preparando a sus propios hijos, la princesa Ingrid Alejandra y el príncipe Sverre Magnus, para lo que les espera: “Pero ahora que lo dices, creo que tal vez debería haberlo hablado más”, bromeó. “Pero solo podemos esperar que pase mucho tiempo. No es algo que necesariamente hables de eso en la mesa de la cena todas las noches, pero siempre está el tema”.

Relantando a TV2 sobre cómo es un día en la vida del futuro rey, Haakon explicó: “Un día normal es levantarse, suena el despertador y luego aprieto el botón de repetición”, dice el príncipe heredero y se ríe. “Una vez… Dos… Depende un poco de lo cansado que esté, pero no más de dos. Me levanto un poco tarde y luego nos vamos a ir a la escuela y comemos unas rebanadas de pan antes de irnos”.

Intento llevar a los niños a la escuela si puedo, y luego estoy en la oficina hasta las nueve, las nueve y cuarto”, relató el príncipe. “Luego suele haber reuniones y preparativos, pero también puede ser que vengan a la hora del almuerzo, y puede haber una comida con un presidente que está de visita en Noruega o algo así. Es muy variado”, dice. “Luego voy a hacer surf o kite, voy a esquiar, preferiblemente con trampas o esquí de fondo, hago algo. Puede que sólo me siente en el sofá y no quiera hacer nada un día, pero si me preguntas, quiero hacer algo activo”.

Cuando se le pregunta si tiene cosas de su vida todavía intenta “pulir”, el príncipe Haakon responde rápidamente: “Tengo muchos lados malos. No es que la gente no lo sepa. Puedo ser un poco distante… definitivamente hay cosas que podrían haber sido mejores”, dice. “Puede ser un poco difícil ponerse en contacto conmigo, porque de alguna manera no soy tan bueno estando presente”, agrega.

Al final de la entrevista, el príncipe admitió que tendrá que llenar unos zapatos muy grandes cuando un día asuma el cargo de rey: “Pero tengo que hacerlo a mi manera. No debo intentar ser otra persona que no sea yo mismo, entonces será un poco más fácil”, dice. Aseguró que “probablemente” sea un rey distinto a su padre porque tienen “personalidades diferentes y somos personas diferentes, y podemos resolverlo de formas ligeramente diferentes”.

El rey cuenta: qué dice Harald V de Noruega en el libro que se convirtió en bestseller

Las conversaciones entre un escritor republicano y el rey se convirtieron en un éxito de ventas. “Harald V tiene una fuerte empatía y una cercanía que casi ningún rey ha tenido”, afirma el autor, Harald Stanghelle.

El libro “Kongen Forteller” (El rey cuenta), basado en las conversaciones privadas mantenidas por el periodista Harald Stanghelle con el rey Harald V de Noruega, se convirtió en un éxito de ventas al poco tiempo de su lanzamiento. Según Raymond Vik, gerente de comunicaciones de la editorial Kagge, la circulación es de 70.000 ejemplares, y el libro encabeza la lista de bestsellers de las principales cadenas de librerías.

Es el libro más vendido en este momento, independientemente del género. Considerando que ha pasado más de un mes desde que se publicó el libro, indica que quienes lo leen siguen recomendándolo”, dijo.

Stanghelle está seguro una cosa: “Es el rey quien vende, no el autor”. El escritor dijo que descubrió al rey como un hombre inesperadamente abierto a compartir historias de su vida privada: “Hubo muchas risas. El rey Harald es bueno para conversar y para ver lo cómico en situaciones. Me perdí desde el primer momento y dije ‘tú’ en lugar de ‘el rey’, como dice la etiqueta que debería ser abordado en una conversación”, dice.

Harald V y Príncipe Heredero Haakon en Svalbard. Foto tomada por la reina Sonia.

“Personalmente, soy republicano, pero veo claramente que es una figura importante en la unión de la nación”, dijo el autor. Está muy claro lo importante que es que exprese la situación en tiempos difíciles. En la conversaciones con él, he obtenido una comprensión más profunda de lo que requiere el papel de rey”. “Hablar de su propia vida emocional fue difícil para él, pero experimenté un rey sorprendentemente abierto. Experimentar la pérdida a su madre a los 17 años lo ha moldeado”.

La muerte de la princesa Martha a los 53 años en 1954 ensombreció la existencia de la pequeña familia real de Noruega. “Era una familia de luto. Lo tuve que procesar yo solo, no había nadie con quien hablar del tema, solo uno de los buenos amigos de papá me sacó el tema. Él entendió cómo me sentía, de lo contrario no mucha gente hablaba de ello”, reveló el rey.

“Mucho ha cambiado a medida que las personas ahora asumen lo personal y lo emocional con más frecuencia”, reflexionó. “Ese no fue el caso entonces. No sé si el hecho de que perdí a mi madre se resolvió tanto. Pero la vida tenía que continuar. Tenía que hacerlo. Fue un momento difícil, pero peor fue para el rey Olav, creo. Perder a tu madre es malo. Tuvimos que vivirlo, tuvimos que superarlo de una forma u otra”.

Otra foto tomada por la reina Sonia del rey Harald con sus perros.

Refiriéndose al suicidio de Ari Behn, padre de sus nietas, el rey dijo que fue “un shock”. “Estábamos juntos cuando sucedió. Fue un shock. Estábamos muy sorprendidos, aunque sabíamos que estaba en problemas. Es doloroso y lleva mucho tiempo superarlo. El hecho de que estuviéramos juntos cuando nos enteramos de la muerte nos dio, como abuelos, la oportunidad de acercarnos más a nuestros nietos. Nos hemos acercado mucho más el uno al otro”, dijo el rey Harald al periodista.

El interés del rey por los problemas sociales “viene de dentro y es genuino”, reconoció el autor al momento de abordar uno de los temas clave del libro, los abusos sexuales y emocionales en la infancia: “No es posible mostrar tanto interés y calidez si no se aprende. El rey Harald es un rey que ve y escucha. Tiene una fuerte empatía y una cercanía con la gente de este país que casi ningún rey ha tenido”, dijo Stanghelle en una entrevista con el diario VI.

Para el libro, el rey proporcionó una serie de fotografías privadas de la familia real. “Creo que son una familia corriente”, dijo el autor. Reconoce, además, que la conversación más conmovedora fue la que mantuvo sobre la relación del rey con el príncipe heredero Haakon: “Lo más conmovedor es lo que dice sobre la relación con su hijo. Lo describe como amigo y compañero de trabajo. Tiene una estrecha relación con el príncipe heredero Haakon y no le preocupa en absoluto el día en que asumirá el mando. Probablemente esté mucho menos preocupado que su propio padre, el rey Olav”.

Harald y su nieta, la princesa Ingrid Alejandra, en una foto tomada por la reina Sonia.

“Se ha convertido en mi amigo y mi compañero de trabajo. Me pide consejos y yo los recibo de él. La relación se ha vuelto cada vez más estrecha, es un hombre sabio. Le irá bien cuando llegue ese momento”, dice Harald, quien sin embargo está preocupado por su hijo: “Veo que el Príncipe Heredero trabaja muy duro. Estoy empezando a preocuparme un poco por él. Es un hombre joven, pero es esto de establecerse lo que te obliga a trabajar más duro”.

Si bien el rey Olav, padre de Harald fallecido en 1991, fue llamado “folkekongen” (rey del pueblo) por sus contemporáneos, Stanghelle cree que el rey Harald hoy está más cerca de la gente que su padre: “Se merece el título honorífico de Rey del Pueblo. Tanto el rey Haakon como el rey Olav se encargaron de la tarea real de una manera muy fuerte y se adaptaron a su época. El propio rey Harald dice que se para sobre sus hombros. Interpreta nuestras actitudes y ayuda a moldearlas.

“La familia real noruega se ha permitido mostrar compasión, emoción y debilidad. El rey ha sido abierto sobre sus enfermedades. En el discurso de Año Nuevo anterior, se refirió al dolor en la familia después de la muerte de Ari Behn y que tres de los nietos habían perdido a su padre. El rey Harald no ha perdido ninguna dignidad por ello”, dijo el autor, quien señala que hay una gran diferencia en comparación con, por ejemplo, la casa real británica. “El problema para ellos es la distancia emocional. Nadie sabe lo que piensa la reina Isabel”, afirmó.

Harald V de Noruega está “lo suficientemente saludable” para volver al trabajo

En su primer compromiso tras regresar de baja por enfermedad, el rey de 83 años recibirá a la canciller en el palacio de Oslo.

El rey Harald V de Noruega pronto volverá a sus actividades oficiales semanas después de su cirugía cardíaca. El Palacio Real de Oslo emitió una breve declaración antes de que el rey reanudara sus funciones a partir del domingo, porque los médicos lo declararon «suficientemente sano», informó el sitio Royal Central.

En su primer compromiso tras regresar de la baja por enfermedad, Harald V, de 83 años recibirá a la canciller Ine Eriksen Soreide en una audiencia a la que también asistirán su la reina Sonia y el príncipe heredero Haakon, quien en las últimas semanas actuó como Regente del Reino. Posteriormente, según la agenda oficial, Harald V recibirá a los nuevos embajadores de Tailandia, de Emiratos Árabes Unidos y de Grecia.

Harald V, quien en enero cumpliría 30 años de reinado, fue internado en el Hospital Universitario de Oslo el 25 de septiembre después de tener problemas respiratorios y se le hizo una prueba de Covid que resultó negativa. Fue dado de alta del hospital después de unos días, mientras que su licencia por enfermedad se extendió para que los médicos pudieran evaluar mejor su estado de salud.

El 9 de octubre Harald fue sometido a una exitosa cirugía cardíaca para reemplazar una válvula cardíaca operada por primera vez en 2005.

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Atlantic crossing: ¿tuvo Roosevelt un romance con la princesa Märtha de Noruega?

Hermosa, inteligente y astuta política, “no es de extrañar que el presidente Roosevelt se enamorara perdidamente de ella”, dice el director de una nueva serie de producción escandinava.

Obligada a refugiarse en los Estados Unidos tras la invasión nazi para proteger a sus hijos de la muerte, la princesa Märtha de Noruega (1901-1954) mantuvo un romance con el presidente Franklin Roosevelt, según la trama de una nueva serie que se estrena este año, Atlantic Crossing.

Aunque los noruegos asocian a la princesa con la inolvidable imagen de su regreso a Noruega con sus hijos y el rey Haakon VII el 7 de junio de 1945, pocos saben quién fue realmente Märtha. Cuando se casó con el entonces príncipe heredero Olav en 1929, la princesa Märtha de Suecia se convirtió en la futura reina de Noruega, en una alianza política que se convirtió en símbolo de buena amistad entre sus dos países después de la disolución de la unión en 1905.

Sin embargo, nunca hubo duda de que la boda fue impulsada por un amor verdadero, y no por la política. Märtha tardó poco en involucrarse con la sociedad noruega, asumiendo muchas tareas oficiales y benéfica, pronunciando varios discursos, como los mensajes de Año Nuevo en 1946 y 1950, algo que era muy inusual entre las mujeres de la Casa Real en ese momento. Cuando la reina Maud falleció en 1938, su nuera se convirtió en la primera dama de Noruega, pero nunca llegaría a ser reina, ya que murió en 1954.

“Tanto los hijos como el esposo han dicho que fue una gran pérdida para la familia cuando ella falleció. Aunque obviamente fue grande para su familia, también fue una pérdida para la monarquía noruega, que perdió a quien iba a convertirse en la próxima reina del país”, dice la experta en la casa real Caroline Vagle. “Ella ya había demostrado ser una princesa heredera muy sabia, solidaria y trabajadora. En cambio, el rey Olav tuvo que permanecer solitario durante su tiempo como monarca”.

En «Atlantic Crossing», una producción de la cadena noruega NRK y dirigida por Alexander Eik, se aborda el dramático escape de la familia real de los nazis, con la princesa Märtha en el centro de la historia. Eik dice que comenzó como “pura curiosidad” por los sensacionales rumores de que la princesa mantuvo una relación íntima con el presidente Franklin D. Roosevelt mientras fue huèsped del gobierno estadounidense.

“Junto con el presidente, Märtha trabajó duro por los intereses noruegos, y la estrecha amistad con el presidente ayudó a darle un gran avance”, dijo Eik.

“Detrás de estos rumores, se reveló una historia que, en mi opinión, supera la mayor parte de la historia bélica noruega. La huida de la familia real de los nazis llevó a la princesa heredera al epicentro del poder mundial, la Casa Blanca, donde ganó influencia sobre la única persona que podía salvar a los aliados, el presidente estadounidense”, dice y continúa: “A través de grandes pruebas, salió de su existencia privilegiada y creció hasta convertirse en una figura informal del poder político en Washington. Ella ayudó a cambiar el curso de la guerra”.

Eik y la coautora Linda May Kallestein investigaron durante seis años y compusieron la historia basándose en lo que creen que son escenarios probables, fieles al marco histórico. “La princesa heredera Märtha es la reina que nunca tuvimos. Ella, que murió demasiado pronto y dejó un gran vacío en la casa real noruega. Pero el público realmente no sabe mucho sobre ella”, dijo el director.

“Ella era muy reservada y no prosperó en el centro de atención. Lo poco que se ha escrito sobre ella está retratado a una distancia adecuada, por personas que no la conocieron personalmente. Entonces ella aparece como una especie de figura mítica”.

Cuando los nazis invadieron Noruega, Märtha se llevó a los tres niños primero a Suecia en una peligrosa travesía nocturna y luego a los Estados Unidos por invitación de Roosevelt, con quien ella y el príncipe heredero Olav se habían hecho amigos durante una larga visita en 1939. Allí la princesa y sus tres hijos (las princesas Ragnhild y Astrid y el príncipe Harald, actual rey) vivieron separados del rey Haakon y el príncipe Olaf, que se establecieron con el gobierno en Londres.

“En su lugar con el presidente, Märtha trabajó duro por los intereses noruegos, y la estrecha amistad con el presidente ayudó a darle un gran avance. Se rumorea que la relación entre la princesa heredera noruega y el presidente estadounidense era algo más que una simple amistad”, dice Vagle.

Sin embargo, el historiador Trond Norén Isaksen cree que no hay nada que indique que la princesa heredera y el presidente tuvieran una relación, sino que ella más bien tenía una misión política secreta. “En cualquier caso, no hay duda de que los esfuerzos reales de la princesa heredera por Noruega en los EE. UU. Impresionaron a la gente, y que se hizo aún más popular aquí en casa”, dice Vagle.

Durante la guerra, Märtha hizo visitas oficiales, dio conferencias y discursos, y ayudó con los esfuerzos de ayuda a los refugiados mientras estaba en los Estados Unidos. Alexander Eik se refiere a ella como “una humanista empática”, que podía parecer amable y amigable, pero con una gran habilidad política para ejercer influencia. “En las conversaciones con el presidente Roosevelt, podía infiltrarse en temas sobre los que quería que él tomara una posición y, al final de la conversación, hacerle creer que fue idea suya. En resumen: bondadosa y socialmente inteligente”, dice Eik.

No es de extrañar que el presidente Roosevelt se enamorara perdidamente de ella. Durante la guerra, probablemente no hubo otra persona con la que el presidente pasara tanto tiempo, fuera del trabajo, que la princesa heredera Märtha. El rey y el gobierno de Noruega en Londres eran muy conscientes de esto y, por supuesto, no dejaron que una oportunidad tan única atrajera la atención del presidente”, afirmó el director.

QUIÉN FUE MÄRTHA DE NORUEGA. Nacida como princesa noruego-sueca en Estocolmo el 28 de marzo de 1901, Märtha Sofia Lovisa Dagmar Thyra era la hija del príncipe Carlos de Suecia y la princesa Ingeborg de Dinamarca. Su hermana menor fue Astrid, reina consorte de Bélgica que murió en un accidente automovilístico en 1935. Se comprometió con su primo hermano Olav, príncipe heredero noruego, durante los Juegos Olímpicos de Ámsterdam en 1928 y se casó con él en la Iglesia de Nuestro Salvador, ahora Catedral de Oslo, el 21 de marzo de 1929. Tuvieron tres hijos: la princesa Ragnhild nació en 1930, la princesa Astrid en 1932 y el rey Harald en 1937. Murió el 5 de abril de 1954 y fue enterrado el 21 de abril en el Mausoleo Real del Castillo de Akershus.

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«Somos una familia en duelo», reconoció Martha Luisa de Noruega diez meses después del suicidio de Ari Behn

La hija del monarca noruego habló de su vida privada al anunciar su participación en un programa de televisión sobre su vida.

La princesa Martha Luisa de Noruega, la hija mayor del rey Harald V y cuarta en la sucesión al trono, confirmó que será la protagonista de una serie documental centrada en su vida y obra. El programa será transmitido por la cadena noruega TV2 y promete brindar un “encuentro único con una persona cálida como nunca antes la había visto”.

La princesa, de 49 años, dijo que quería mostrarse bajo una nueva luz. “Soy una figura pública y la prensa escribe mucho sobre mí. Esta serie es una oportunidad para mostrar mi vida de una manera diferente y nueva”, dijo en un comunicado. “Puedo abrirme frente a la cámara, pero también me preocupa la honestidad, y eso no contribuye a las especulaciones sobre mí y mi vida”.

Al anunciar el programa, la princesa también habló sobre la tragedia personal de su familia tras el suicidio de su exmarido, el escritor Ari Behn, en la Navidad del año pasado. Esta experiencia marcó profundamente a la familia de cuatro que, dijo la princesa Martha, todavía está en duelo.

“Lo más importante que hago es estar presente para mis hijas. Somos una familia en duelo y, además, nos hemos aislado, como la mayoría de los demás en Noruega. Por tanto, acabamos de empezar con la grabación de la serie”.

La princesa aparecerá en el programa de televisión, llamado “Martha”, junto con sus tres hijas (Maud, Leah y Emma) y su novio Durek Verrett. La pareja comenzó su relación en mayo de 2019 pero, al igual que otras parejas que no comparten la misma casa, vivieron separados durante la mayor parte de 2020 debido a la pandemia de coronavirus.

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Nieta del rey de Noruega fue nombrada «la mujer más valiente del año»

Maud Angelica Behn recibió el premio por el discurso que pronunció en el funeral de su padre, a principios de este año.

El discurso de Maud Angelica Behn, nieta del rey Harald V y la reina Sonia de Noruega, impresionó a los noruegos durante el funeral de su padre, el escritor Ari Behn. Por sus palabras, con la que instó a aquellos que luchan mentalmente a buscar ayuda, la joven de 17 años fue nombrada «la mujer más valiente del año» por la revista noruega Tara.

Su padre tenía solo 47 años cuando se quitó la vida el día de Navidad del año pasado. «Ella habló directamente con aquellos que también están luchando con enfermedades mentales. Uno del corazón de un familiar en duelo. Ella eligió poner el dolor en palabras. Pero también transmite esperanza. Que hay ayuda. Que no tiene que ir tan lejos como con el padre. Por el importante discurso y la apertura, Maud Angelica ha sido elogiada al unísono”, dijo el jurado en un comunicado de prensa.

Maud Angelica Behn, que es la hija mayor de la princesa Martha Luisa, dice que pensó que ayudar a los demás la ayudaría incluso en el dolor: “Cuando pasas por algo doloroso, puedes dejar que te destruya a tí mismo o usarlo como valor. Realmente quiero usarlo como valor. Si puedo usar mi experiencia para quizás salvar vidas, entonces estaré muy agradecida”, dijo en una entrevista.

Su madre escribió en Instagram que está orgullosa: “Ella siempre anima a todos a su alrededor. Ve a aquellos que necesitan un poco más de atención. Y usa sus propias experiencias en el valle de la oscuridad para fortalecer a los demás”.

Frente al ataud de su madre en la Catedral de Oslo, Maud le habló directamente a todos los que luchan con enfermedades mentales: “Puedes conseguir ayuda. Y las cosas pueden mejorar. Todos en este mundo merecen amor y alegría. Tu también lo mereces. Nunca hay vergüenza en pedir ayuda. Hay muchos para los que vales mucho. Nunca pienses que es mejor que desaparezcas”.

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Una tradición milenaria: cómo es la entronización de los reyes de Noruega

En la igualitaria Noruega, el rey no es coronado, sino bendecido. La Constitución abolió la coronación, que fue remplazada por una ceremonia de orígenes ancestrales.

“¡Un soberano electo! ¡Esto es demasiado horrible!”, lamentó la anciana gran duquesa de Mecklemburg a su sobrina, la princesa de Gales, cuando en 1905 se enteró de la noticia de que los noruegos, mediante un referéndum nacional, eligió al príncipe Carlos de Dinamarca como rey de la nueva Noruega independiente. El nuevo rey había solicitado a las autoridades someter su candidatura a la voluntad popular para asegurarse así que contaba con el apoyo de la gente sobre la cual reinaría durante los próximos 50 años.

Primer rey de Noruega, última coronación

Junto a su esposa la princesa Maud de Inglaterra y su hijo Alejandro, Carlos hizo las maletas y abandonó su Copenhague natal dejando allí a una enorme familia para instalarse en el vasto Palacio de Oslo, que había estado deshabitado durante décadas. Adoptó el nombre de Haakon VII, para unir su linaje al de los antiguos reyes noruegos, y transformó a su hijo en el príncipe Olav.

Para dar un inicio solemne a su reinado, Haakon VII fue coronado en 1906 junto a la reina Maud en la catedral de Nidaros (Nidarosdomen) de Trondheim, siguiendo la tradición de los antiguos reyes de Noruega. Antes que él, durante el siglo XIX, Carlos Juan XIV, rey de Suecia y Noruega de la dinastía Bernadotte, se había hecho coronar allí en una ceremonia al estilo sueco.

Las coronaciones del siglo XIX

La costumbre de la coronación era manifestar la institución de Noruega como un reino libre, pese a tener el mismo monarca que Suecia. Los reyes conjuntos eran coronados tanto en Suecia como en Noruega, pero a Noruega le faltaban las insignias y lo necesario para la ocasión. Por eso Carlos XIV Juan ordenó y pagó las coronas reales y el resto de las insignias, y aunque hubo momentos de preocupación por las finanzas y ni el Palacio Stiftgården ni la catedral estaban en buenas condiciones, la sobrina ceremonia de coronación finalmente se celebró.

Sus sucesores, el rey Carlos XV y la reina Luisa, en 1860, y el rey Oscar II y la reina Sofía, en 1873, siguieron sus pasos. Ahora, el período de unión con Suecia había concluido y Noruega era una nación independiente y soberana. Esto quedó naturalmente reflejado en la ceremonia de coronación de Haakon VII, quien decidió retomar la costumbre típicamente noruega y ser coronado en Trondheim, ciudad asociada a las coronaciones reales durante más de mil años -aunque las ceremonias habían variado en forma a través de los siglos-.

Carlos XV (IV de Noruega) y la reina Luisa, amantes de la pompa y el esplendor, fueron coronados en 1860. La catedral fue decorada de manera muy llamativa, se restauró el palacio Stiftsgården y se instalaron muebles modernos de forma permanente para que ya no sea necesario pedir prestado a los ciudadanos de alcurnia de la ciudad. Además, se construyó un salón de fiestas temporal donde la ciudad celebró un baile para la pareja real y sus mil invitados. Trece años después, durante la coronación de Oscar II y Sofía, las festividades superaron todo lo que Trondheim vio de esplendor en los últimos siglos.

Durante algunos días, Haakon VII y Maud se hospedaron en el Palacio de Stiftgarden, un vasto palacio de madera que sirvió de morada real y sede de los fastuosos banquetes oficiales en ocasión de las coronaciones de Carlos XIV Juan, Carlos XV y Oscar II. La procesión de coronación, sin embargo, fue suprimida y las insignias de la Corona habían sido colocadas en el altar mayor antes de la entrada del rey en Nidarosdomen.

Por primera vez desde el año 1531 se utilizó la Catedral en toda su amplitud, ya que las oras de restauración emprendidas en 1869 estaban tan avanzadas en 1906 que el extremo oeste de la nave pudo utilizarse como salón provisional. Dos mil trescientas personas asistieron a la solemne ceremonia, entre ellos los reyes Eduardo VII y Alejandra, padres de la reina Maud.

Antiguamente, las aclamaciones de los reyes de Noruega se llevaban a cabo en la asamblea del Oyrating, en Trondheim, y su origen se halla en el siglo X.

En 1908, el artículo 10 de la Constitución, relativo a la coronación, fue abolido con solo dos votos en contra. La comisión de Control de Asuntos Constitucionales del Parlamento había recomendado por unanimidad suprimir la ceremonia, según explicaron, porque “la tradición de consagrar a los reyes ha caído en desuso en nuestros países vecinos”. En Dinamarca, la última coronación se celebró en 1840 y el ascenso al trono es oficializado mediante una proclamación. En Suecia, la historia mostraría que la última sería la de Oscar II, en 1873. Actualmente, la única monarquía europea que mantiene la tradición de coronar a sus reyes es la inglesa.

Las regalías de la corona, el tesoro de Nidarosdomen

Durante la ceremonia, Haakon recibió la corona real creada en 1818 para el rey Carlos Juan, quien pagó con dinero propio la joya a un joyero sueco llamado Olof Wihlborg. La corona, de 1,5 kilos, está hecha de oro y adornada con muchas perlas y piedras preciosas, entre amatista, granate, ópalo, peridoto, crisoprasa, topacio, turmalina, zafiro y esmeralda. La piedra preciosa grande al frente es una turmalina verde.

La reina Maud, quien fuera una de las cinco nietas de la reina Victoria de Gran Bretaña que fue coronada en un país extranjero, recibió una corona de 1830 que se utilizó por primera vez en 1860, cuando Luisa de Holanda, esposa de Carlos XV, fue coronada en Noruega. Hecha de plata dorada, cuenta con una enorme amatista púrpura, ademásde citrinos, crisoprasa y topacio. Pero la corona de la reina está adornada ante todo con perlas tanto en la corona como en el terciopelo rojo en el tirón. El tirón es la parte de la corona que está hecha de una fina pieza de tela. Está bordado con hasta 1578 perlas pequeñas.

La “Ceremonia de Bendición” remonta sus raíces a un milenio atrás y testimonia la profunda identificación entre la corona, el Gobierno y la Iglesia de Noruega. 

Al morir el rey Haakon VII, en 1957, no existía fundamento legal alguno para que su sucesor, el rey Olav V, fuera consagrado en Nidarosdomen. Sin embargo, como esto no significaba una prohibición, después de prestar juramento ante el Parlamento en Oslo el rey (que era viudo de la princesa Martha de Suecia), uniendo sus notables conocimientos de historia y un desarrollado valor de la tradición, pidió ser consagrado en Trondheim. El rey sentía que una ceremonia religiosa era lo más natural, ya que como monarca era cabeza visible de la Iglesia de Noruega. El obispo de Nirados, Arne Fjellbu, apoyó firmemente el deseo real.

Olav V, una ceremonia de tintes históricos

La “Ceremonia de Bendición” remonta sus raíces a un milenio atrás y testimonia la profunda identificación entre la corona, el Gobierno y la Iglesia de Noruega. Antiguamente, las aclamaciones de los reyes de Noruega se llevaban a cabo en la asamblea del Oyrating, en Trondheim, y su origen se halla en el siglo X. La Ley de Sucesión al Trono del año 1163 establecía el Oyrating como asamblea nacional investida de la potestad de aclamar al rey noruego, y esta ceremonia se llevó a la práctica durante la proclamación del rey Sverre Sigurdsson, en 1177.

La nueva costumbre de consagración del rey, es decir, la coronación en el transcurso de una ceremonia religiosa, fue introducida en Noruega en esa época. El rey Magnus Erlingsson fue coronado y ungido en la ciudad de Bergen, arraigando de esta manera en su país una costumbre propia a los pueblos germanos. Por entonces, la costumbre de la coronación real iniciada en Europa por los emperadores romanos de Oriente y Occidente, ya formaba parte de los rituales cortesanos de la Europa cristiana. El último rey proclamado en el Oyrating según las antiguas leyes fue Haakon V Magnusson, en 1299. Terminada la ceremonia en el lugar de la asamblea, los altos dignatarios eclesiásticos y temporales se dirigieron a Nidarosdomen, donde se ofició una misa solemne y el obispo bendijo al rey. Los sucesivos reyes fueron bendecidos en la catedral siguiendo esta pauta.

La ceremonia de Olav V fue sobria y, sin embargo, según el autor e historiador Tor Bomann-Larsen, los países nórdicos nunca habían visto una coronación real más magnífica. Con su decisión de ser consagrado en Nidarosdomen, el rey Olav V reestableció las bases de una tradición con raíces que se remontan a un tiempo a las aclamaciones reales ante la asamblea (Orating) y a las ceremonias de coronación de los reyes noruegos entre 1163 y 1906. El 21 de junio de 1991, el actual rey Harald V y la reina Sonia continuaron esta tradición recobrada por Olav, que generaciones de reyes noruegos siguieron a lo largo de mil años.

Durante la ceremonia, cumplida al final de período de luto por la muerte del rey Olav, las insignias de la Corona fueron colocadas en la catedral, su hogar permanente desde entonces, siguiendo el deseo de Carlos XIV Juan. Las coronas de los monarcas, culminadas con la cruz cristiana, desempeñaron un papel importante en la bendición de los reyes, siguiendo la pauta marcada por Olav V, y que seguirá cuando el actual príncipe heredero Haakon y la princesa Mette-Marit asciendan al trono.

LAS REGALÍAS DE LA CORONA NORUEGA. En 1814, el rey Karl Johan hizo que se hiciera la corona real con sus propios fondos. Eventualmente se agregaron otras partes de las insignias. La corona del rey está hecha de oro y pesa 1030 gramos. Consiste en un anillo de 4 cm de alto que lleva 8 aros. La corona está dominada por una gran turmalina. En la parte superior hay un globo en esmalte azul salpicado de pequeñas estrellas doradas. Entre las coronas hay cosidas 50 perlas. La corona de la reina está hecha de plata con un dorado pesado. El encaje es de oro. En el borde superior de la coronación hay una banda de perlas con 153 perlas. Las insignias también consisten en la corona del Príncipe Heredero, El cetro del rey, el cetro de la reina, el cetro de la reina y la espada nacional.

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El rey de Noruega abrió su corazón sobre la prematura muerte de su madre

En un libro basado en entrevistas, Harald V se refirió al «shock» que sufrió la familia real con el suicidio de Ari Behn y recordó su propia experiencia tras perder a su madre, Marta de Suecia.

En un libro basado en entrevistas, Harald V se refirió al “shock” que sufrió la familia con el suicidio de Ari Behn y recordó su propia experiencia tras perder a su madre, Marta de Suecia. El autor de Kongen forteller, Harald Stanghelle escribe que Behn, exesposo de la princesa Martha Luisa, iba a visitar a la familia real en Kongsseteren el día en que se quitó la vida.

“Estábamos juntos cuando sucedió. Fue un shock. Estábamos muy sorprendidos, aunque sabíamos que estaba en problemas. Es doloroso y lleva mucho tiempo superarlo. El hecho de que estuviéramos juntos cuando nos enteramos de la muerte nos dio, como abuelos, la oportunidad de acercarnos más a nuestros nietos. Nos hemos acercado mucho más el uno al otro”, dice el rey Harald en el libro.

El monarca, de 83 años, asegura que “no tenía ninguna duda de que lo que le había sucedido a Ari Behn debía incluirse en el discurso de Año Nuevo”, que debía dar una semana más tarde. “Cuando su familia decidió ser transparente con el tema fue algo natural para mí. Habría estado totalmente mal si no lo hubiera incluido, sin embargo, fue difícil para mí encontrar las palabras adecuadas porque hablaba del padre de mis nietas”, explica el rey. En las páginas del libro Harald V reconoció que la muerte de Ari Behn le recordó a su propia historia, con la muerte de su madre, la princesa heredera Marta, quien murió de cáncer en 1954, cuando su hijo tenía 17 años.

La muerte de Marta a los 53 años ensombreció la existencia de la pequeña familia real de Noruega. “Era una familia de luto. Lo tuve que procesar yo solo, no había nadie con quien hablar del tema, solo uno de los buenos amigos de papá (el rey Olav V) me sacó el tema. Él entendió cómo me sentía, de lo contrario no mucha gente hablaba de ello”, reveló el rey.

“Mucho ha cambiado a medida que las personas ahora asumen lo personal y lo emocional con más frecuencia”, reflexionó. “Ese no fue el caso entonces. No sé si el hecho de que perdí a mi madre se resolvió tanto. Pero la vida tenía que continuar. Tenía que hacerlo. Fue un momento difícil, pero peor fue para el rey Olav, creo. Perder a tu madre es malo. Tuvimos que vivirlo, tuvimos que superarlo de una forma u otra”.

La princesa Marta nació el 28 de marzo de 1901 en Estocolmo y fue bautizada con los nombres de Märtha Sofia Lovisa Dagmar Thyra. Como Noruega estaba en unión con Suecia en este momento (esta unión se disolvería cuatro años después), también se convirtió en la princesa de Noruega al momento de su nacimiento. Sus padres fueron el príncipe Carlos de Suecia (1861-1951) y la princesa Ingeborg de Dinamarca (1878-1958), y su hermana menor fue Astrid, futura reina de Bélgica fallecida en un accidente automovilístico. Siendo joven se comprometió con el príncipe heredero Olav de Noruega, quien era primo hermano suyo, ya que ambos tenían una abuela común en la reina Luisa Josefina Eugenia de Dinamarca (1851-1926).

La boda entre Olav y Märtha fue la primera boda real celebrada en suelo noruego en 340 años. La última había ocurrido el 23 de noviembre de 1589, cuando Noruega estaba en unión con Dinamarca, y fue protagonizada por el rey escocés James VI (1566-1625) y la princesa danesa Anna (1574-1619). La pareja se instaló en la residencia de Skaugum, donde criaron a sus hijos, la princesa Ragnhild (1930-2012), la princesa Astrid (nacida en 1932) y el príncipe Harald (nacido en 1937). La muerte de su suegra, la reina Maud, en 1938, convirtió a Martha en primera dama del país y en un gran apoyo del rey Haakon VII.

Desafortunadamente, los tres hijos eran muy jóvenes cuando experimentaron la muerte de su madre, que nunca logró convertirse en reina de Noruega. “Märtha y yo íbamos a celebrar nuestras bodas de plata, pero tres días antes fue internada en el Rikshospitalet”, relataría mucho después el rey Olav. “Fue la enfermedad del hígado la que volvió a atacar. Mi esposa falleció la noche del 4 al 5 de abril de 1954. Para mí, fue una pérdida muy, muy grande. Sí, para todos. Mi padre, que también era su tío, la amaba. Y fue mutuo”. Haakon VII murió tres años después y el viudo de Martha, Olav V, nunca volvió a casarse.

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