La reina Isabel II siente “un gran vacío en su vida” tras la muerte de su esposo, el príncipe Felipe, a los 99 años, dijo este domingo su hijo, el príncipe Andrés.
“Ella lo describe como un gran vacío en su vida”, declaró el duque de York en declaraciones televisivas al término de una misa en homenaje al príncipe Felipe en la capilla de Todos los Santos, ubicada en los terrenos del Castillo de Windsor.
“Piensa en los demás antes que en sí misma, como siempre”
“Hemos perdido casi al abuelo de la nación y me siento muy apenado y solidario con mi madre, que lo está sintiendo probablemente más que todo el mundo”, agregó el tercer hijo de la pareja.
En el mismo momento su hermano, el príncipe Eduardo, describió “un terrible shock”. “Todavía estamos tratando de asimilarlo, es muy muy triste”, agregó. Según su esposa, la condesa de Wessex, la reina “piensa en los demás antes que en sí misma, como siempre”.
El príncipe Felipe, casado con la reina desde hacía 73 años, murió el viernes dos meses antes de cumplir 100 años en el castillo de Windsor, donde tendrá lugar su funeral el sábado 17 de abril.
El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció este domingo que no asistirá al funeral del príncipe Felipe, duque de Edimburgo, para permitir que acudan tantos miembros de su familia como sea posible sin violar las restricciones para evitar la propagación del coronavirus.
El número de invitados está limitado a una treintena, según las restricciones nacionales vigentes, que también se aplican a la Familia Real británica. Los asistentes deberán participar de las ceremonias socialmente distanciados y con máscaras faciales.
El funeral del duque se llevará a cabo en el Castillo de Windsor el 17 de abril, pero será diferente a las despedidas reales típicas, y se le pedirá al público que se mantenga alejado debido a la pandemia.
Un portavoz de Downing Street explicó que “el primer ministro siempre ha querido actuar de acuerdo con lo que es mejor para la Casa Real, por lo que permitir la mayor cantidad posible de miembros de la familia no asistirá al funeral el sábado”.
Se espera que los hijos, nietos y otros familiares cercanos del duque estén entre los 30 asistentes a la despedida, que se realizará íntegramente en los terrenos del Castillo de Windsor y comprenderá un minuto de silencio nacional a las 15 horas.
Felipe será enterrado en la cripta real de la Capilla de San Jorge, pero no tendrá capilla ardiente y por tanto no habrá actos públicos para que la población pueda despedirse del consorte de la reina, ya que una de las peticiones más repetidas es que no se concentren en Buckingham ni en ningún otro lugar para evitar contagios por coronavirus.
Desde la web oficial de la Casa Real piden realizar una donación a alguna organización caritativa en su lugar. Sí se ha publicado un libro de condolencias virtual.
Tras la muerte del legendario príncipe Felipe a los 99 años, ¿es posible que su título personal sea heredado por su hijo menor? Veamos.
Los miembros varones de la familia real británica suelen recibir nuevos títulos reales cuando se casan. Este fue el caso de Felipe Mountbatten cuando se casó con la princesa Isabel, la futura reina Isabel II, en 1947.
El título ha estado asociado a la Familia Real Británica durante muchos años y fue creado por primera vez en 1726 para el príncipe Federico, nieto del rey Jorge I. El príncipe Alfredo recibió este título de parte de su madre, la reina Victoria, y el príncipe Felipe fue la tercera persona en la monarquía británica en recibir el título en 1947.
Nacido en 1964, es el menor de los hijos de Isabel II y Felipe, y actualmente lleva el título de Conde de Wessex
A la muerte del príncipe Felipe a los 99 años, la regla que rodea al sistema de nobleza británico dicta que este título debe pasar su primer heredero masculino, es decir su hijo mayor, el príncipe Carlos. Pero aunque el príncipe de Gales es técnicamente elegible para heredar el título ducal, es poco probable que lo alcance.
Como Carlos es heredero del trono británico, su papel de Príncipe de Gales, y eventualmente de Rey, tiene prioridad sobre un Ducado.
Si Carlos recibiera el título de Duque de Edimburgo, se fusionaría con la Corona una vez más cuando se convierta en rey, por lo que tiene sentido que sea “devuelto” al monarca para ser entregado a otro miembro de la Familia Real que no esté directamente en la línea del trono.
Durante mucho tiempo se ha creído que el título de Duque de Edimburgo está reservado para el el príncipe Eduardo, el hijo menor de Felipe y con el que ha desarrollado en los últimos años una relación verdaderamente afectuosa.
Nacido en 1964, es el menor de los hijos de Isabel II y Felipe, y actualmente lleva el título de Conde de Wessex, que recibió como regalo de bodas al casarse con Sophie Rhys-Jones en 1999.
Sin embargo, dependerá exclusivamente el monarca que el título ducal sea entregado al príncipe Eduardo. La idea ha estado rondando durante muchos años y se piensa que contaba con el beneplácito de Felipe. Que su título personal pueda perpetuarse a uno de sus hijos y, posteriormente, a sus nietos y bisnietos, sería su gran legado.
“Él ha sido, sencillamente, mi fortaleza y mi sostén todos estos años, y yo, y toda su familia, y este y muchos otros países, le debemos una deuda mayor de la que jamás reclamaría, o que nunca sabremos”. (Isabel II, 1997)
Hasta sus casi 96 años, su trabajo fue el de consorte, pero ser marido de Isabel II de Inglaterra no siempre resultó tarea fácil. Desde que la monarca asumió el trono, en 1952, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, participó nada menos que en 22.191 actos públicos solo o junto a su mujer, pero siempre unos pasos por detrás de ella. Eso sí, sin morderse la lengua.
«¡Parece un pudding de ciruela!» exclamó cuando vio por primera vez a su hijo recién nacido, el príncipe Carlos. Y es que si por algo es famoso el duque de Edimburgo es por su incorrección política y sus sonadas meteduras de pata, que contrastan con la seriedad de su esposa. Muchos recuerdan su legendaria advertencia a un grupo de estudiantes británicos durante una visita de Estado a China en 1986: «Si siguen aquí más tiempo, acabarán con los ojos rasgados«, les espetó.
Ya entrado el nuevo milenio, durante un viaje a Australia, preguntó a un grupo de aborígenes si «todavía se arrojaban lanzas» y hace cuatro años afirmó en una clínica de Londres que «Filipinas debe de estar medio vacía» porque «todos» están en los hospitales británicos. A los medios les divertía el tono desenfadado del príncipe consorte, aunque los conocedores de palacio afirman que sus ironías siempre van acompañadas de un guiño de ojos.
Nacido el 10 de junio de 1921 en Corfú como príncipe de Grecia y Dinamarca, Felipe tenía 18 años cuando conoció a la entonces princesa Isabel, un lustro menor y heredera al trono británico. El cadete era un joven alto, elegante, rubio y de ojos azules, y al parecer fue amor a primera vista. Pero el día que cambió su vida fue el 20 de noviembre de 1947, dieron se dio el «sí» ante el altar de la abadía de Westminster.
«Desde 1947 lleva la vida que lleva porque se casó con la mujer que se casó», escribió su biógrafo, Gyles Brandreth.
Pero emparentarse con esta casa real también le costó lo suyo: antes de la boda tuvo que renunciar a su nacionalidad y a su apellido, que pasó del alemán Battenberg a Mountbatten.
A cambio, el rey Jorge VI lo nombró duque de Edimburgo y recibió el título de «alteza real». Tardaría una década en ser reconocido como príncipe del Reino Unido, después de un tormentoso período que casi condujo a la separación de la pareja.
La segunda fecha decisiva para Felipe fue la coronación de Isabel II, en 1953, cuando él comenzó su carrera como el consorte que camina dos pasos detrás de su mujer. En 2009 años, el príncipe batió el récord del consorte que más tiempo ha ejercido como tal en la historia de la monarquía británica, habiendo superado a la reina Carlota, esposa de Jorge III.
Tras la coronación, Felipe también tuvo que renunciar a su puesto en la Marina británica, en la que había servido durante la Segunda Guerra Mundial. «Sinceramente, hubiera preferido quedarme en la Marina«, confesó en uno de los momentos más duros según la experta en monarquía Karen Dolby. Sobre todo al comienzo, no le agradaba mantenerse en un discreto segundo plano. «Yo no soy aquí más que una maldita ameba», se quejó presuntamente en cierta ocasión.
Con todo, pese a crisis como los divorcios de tres de sus cuatro hijos o la muerte de la princesa Diana, y los rumores de infidelidad que rondaron en los años 50 y 60, el matrimonio de Felipe e Isabel se consideró ejemplar y en palacio siempre afirmaron que a la reina le seguían brillando los ojos cuando él aparece aún después de 70 años juntos.
«Se la ve con menos tensión, más relajada y feliz«, señalaban los biógrafos. E Isabel II nunca se cansó de repetir el gran apoyo que Felipe significó en su larga vida. «La reina tiene la corona, pero es el príncipe quien lleva los pantalones», sostienen los expertos.
En su tiempo libre, al joven Felipe le gustaba jugar al polo, navegar, montar a caballo y volar, aficiones que dejó después de sobrepasar las nueve décadas. Además, contaba con una notable biblioteca y destacaba su compromiso con el medio ambiente y la juventud.
A los 98 años, la pandemia del coronavirus le obligó a dejar su adorada casita de Wood Farm para confinarse con Isabel en el Castillo de Windsor, unos largos meses de encierro que, según personas del círculo real, ayudaron a reunir a la pareja y redescubrir la felicidad.
Desde la Torre de Londres, a orillas del Támesis, los castillos de Edimburgo, Belfast, Gibraltar o los barcos de la Royal Navy, donde sirvió durante la Segunda Guerra Mundial, el sonido de los cañones resonó a las 12 -hora local- para la primera de las 41 salvas previstas.
A dos meses de cumplir 100 años, el duque de Edimburgo murió «apaciblemente» en el castillo de Windsor, oeste de Londres, el viernes por la mañana. La reina manifestó su «profunda tristeza»por la pérdida del que fue su esposo durante más de 70 años y y el padre de sus cuatro hijos.
En una entrevista grabada para su transmisión después de la muerte del duque de Edimburgo, la princesa Ana y el príncipe Eduardo de Inglaterra reflexionaron sobre su relación con su padre y evocaron la dramática infancia “nómada” que tuvo que transitar.
“Era prácticamente un refugiado en esta etapa porque no tenía a dónde ir, literalmente”, dijo la princesa británica en la entrevista emitida por la cadena ITV después de la muerte del príncipe Felipe.
Nacido en Corfú, en 1921, como hijo de Andrés de Grecia y Alicia de Battenberg, la primera visita del niño Felipe a Gran Bretaña sucedió cuando era poco más que un recién nacido, para los funerales de su abuelo materno, Louis Mountbatten, primer marqués de Milford-Haven.
El pequeño Felipe y su madre volvieron poco después a Grecia, donde el tío del niño, el rey Constantino I, comandaba las Fuerzas Armadas griegas en la fracasada guerra contra Turquía que llevó a un colosal intercambio de poblaciones entre las dos naciones (evento conocido en Grecia como «la catástrofe»).
Considerado el responsable del colapso helénico, Constantino fue obligado a abdicar en 1922: una junta militar procesó y condenó a muerte a diversos oficiales que llevaron al país a la derrota. Y fue así que Andrés (que había comandado una división fue arrestado), su esposa y sus cinco hijos fueron expulsados de Grecia.
“Debe haber sido realmente bastante difícil porque era mucho más joven que su hermanas”, rememoró Ana. “La figura paterna era muy intermitente y luego se fue y su madre luchó en esa etapa, por lo que tenía amigos en otros lugares que lo acogieron durante las vacaciones”.
Tanto la princesa Ana como el príncipe Eduardo reflexionaron sobre la compasión de su padre y la relación amorosa que compartía con la reina: “Mis padres se han apoyado mutuamente durante todos esos años y todos esos eventos y todas esas giras y eventos en el extranjero”, dijo el príncipe.
“Tener a alguien en quien confiar y sonreír sobre cosas que quizás no podrías en público. Poder compartir eso es inmensamente importante”, reflexionó el conde de Sussex.
La princesa Ana agregó: “Sin él, la vida sería completamente diferente. Pero desde la perspectiva de la sociedad, pudo mantenerse al día con el tipo de cambios tecnológicos que tienen tal impacto … pero sobre todo que no se trata de la tecnología, se trata de las personas”.
El príncipe Harry de Inglaterra se encuentra en el medio de un dilema y debe decidir si reunirse con la familia real para elfuneral de su abuelo, el príncipe Felipe, y quizás dejar a su esposa Meghan Markle en California o, bien, quedarse a su lado y no aparecer por Londres.
Los planes del segundo hijo de Carlos y Diana aún son inciertos -la noticia llegó a los Sussex en la noche de California- pero para los medios de prensa no hay duda.
“Estaba muy cerca de su abuelo, las relaciones tensas son con los otros Windsor”, dijo una fuente real al New York Post, evocando la brecha creada por los dos rebeldes que «huyeron» a Estados Unidos y que culminó con la impactante entrevista con Oprah Winfrey, cuando Meghan acusó a la familia de su esposo de racismo.
De parte de los duques de Sussex no llegó ninguna confirmación sobre la asistencia al funeral. “El hará lo que pueda para ir, especialmente para estar cerca de su abuela en estos días terribles”, dijo otra fuente real al Daily Mail.
En cuanto a Meghan, duquesa de Sussex, esperaría la opinión del médico: incluso sin COVID-19, un vuelo de 12 horas desde Los Ángeles a Londres podría estar contraindicado para una mujer embarazada.
Los duques de Sussex dejaron Inglaterra en marzo de 2020, pero se suponía que Harry regresaría a mediados de junio para las celebraciones oficiales del 95 cumpleaños de su abuela (la ceremonia conocida como «Trooping the Color«), el centenario de su abuelo y en julio, cuando debería inaugurar una estatua de su madre, Diana, en compañía de su hermano, Guillermo.
El canal estadounidense Fox, que siempre ha tenido una postura crítica hacia Meghan, atribuyó al príncipe Felipe un enojo por las declaraciones hechas a Oprah Winfrey. “Dicen que se enfureció. Estaba tratando de recuperarse y esta baldosa se golpeó en la cabeza” insinuó el presentador del programa «Fox and Friends«, Brian Kilmeade.
En realidad, según lo que el príncipe Harry dijo en varias ocasiones, las relaciones con el patriarca de la Familia Real nunca se habían roto: Felipe fue uno de los primeros miembros de la familia en dar la bienvenida al pequeño Archie, e incluso después de la «huída» de la pareja había hablado a menudo por Zoom con su nieto y su esposa, quién había puesto una condición a la entrevista con Oprah: si la salud del príncipe se hubiera deteriorado, la CBS no debía transmitido.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y sus antecesores Donald Trump, Barack Obama y George Bush Jr. Homenajearon este viernes al fallecido príncipe Felipe de Inglaterra por su dedicado servicio público.
En declaraciones a periodistas en la Casa Blanca, el presidente Biden dijo que él y su esposa , la primera dama Jill Biden, enviaron condolencias a la reina Isabel II: “Era un gran tipo”, dijo Biden, elogiando los servicios que el príncipe había prestado a Gran Bretaña y la Commonwealth, y recordando su “valentía” en la Segunda Guerra Mundial.
Biden señaló que el impacto de las décadas que dedicó al servicio público el consorte muerto este viernes a los 99 años “es evidente en las nobles causas que apoyó”. “Su legado va a vivir no sólo a través de su familia sino en todas las iniciativas benéficas que impulsó”, dijo el mandatario.
Biden destacó además las labores de caridad del príncipe Felipe, a quien definió como un “campeón del medio ambiente”. “Creo que lo van a extrañar, particularmente en el Reino Unido. Noventa y nueve años y nunca se detuvo”, dijo Biden.
“Desde su servicio durante la Segunda Guerra Mundial, pasando por los 73 años que estuvo junto a la reina y toda su vida ante la opinión pública, el príncipe Felipe se dedicó con gusto al pueblo del Reino Unido, al Commonwealth y a su familia”, había dicho más temprano en un comunicado.
El expresidente Donald Trump dijo, por su parte, que la muerte del príncipe Felipe era una pérdida “insustituible” para el Reino Unido: “El mundo está de luto por el fallecimiento del príncipe Felipe, un hombre que encarnaba el alma noble y el espíritu orgulloso del Reino Unido y la Commonwealth”, dijo Trump en un comunicado.
“Se trata de una pérdida insustituible para Reino Unido y para todos los que aprecian nuestra civilización”, dijo. “El príncipe Felipe definía la dignidad y la gracia británica. Personificaba la tranquila reserva, la severa fortaleza y la inquebrantable integridad del Reino Unido”, añadió.
En Facebook, el expresidente Barack Obama elogió a Felipe como alguien que asumió con abnegación su labor de esposo de la reina: “Al lado de la reina o siguiendo los dos pasos habituales detrás, el príncipe Felipe mostró al mundo lo que significa ser un marido solidario de una mujer poderosa”, señaló.
Recordando el primer encuentro de él y su esposa Michelle Obama con la pareja real británica, dijo que Felipe “en particular fue amable y cálido, con un ingenio agudo y un buen humor infalible”. “Le echaremos mucho de menos», escribió Obama.
“Estás viendo BBC News. Acabamos de recibir una declaración del Palacio de Buckingham confirmando que el duque de Edimburgo ha muerto”, dijo la presentadora en vivo antes de leer la declaración oficial del palacio de Buckingham.
Croxall leyó la declaración dos veces mientras se reproducían imágenes de archivo del príncipe Felipe, siguiendo un protocolo estricto que la BBC y la agencia Press Association (PA) ponen en marcha para comunicar la muerte de miembros de alto rango de la familia real.
Los espectadores elogiaron a Croxall por su manejo profesional del anuncio, dijo el diario The Telegraph. “Gracias por la forma en que manejaste eso, absolutamente perfecto, obviamente emocional pero profesional y con un tono perfecto”, escribió uno de los televidentes.
Los espectadores también notaron que Croxall hizo un rápido cambio de atuendo a mitad del anuncio, cambiando su blusa burdeos por un atuendo negro y quitándose las joyas por respeto al esposo de la reina Isabel II.
El príncipe Harry de Inglaterra y su esposa, Meghan Markle, publicaron un breve homenaje al príncipe Felipe tras la noticia de su muerte a los 99 años.
En una publicación en su sitio web Archwell, el duque y la duquesa de Sussex rindieron homenaje a su abuelo con el mensaje de dos líneas: “Gracias por sus servicios… Lo extrañaremos mucho”.
Harry, duque de Sussex, asistirá al funeral en la Capilla de San Jorge, Windsor, probablemente la próxima semana, pero aún no se sabe si Meghan Markle, que está embarazada, lo acompañará.
Es probable que Harry haga el viaje a Londres en un jet privado desde su casa cerca de Los Ángeles y se entiende que se le puede permitir usar una exención diplomática para renunciar a las reglas normales de cuarentena de Covid que se aplican a los vuelos desde los EEUU.
El Gobierno de Reino Unido solicitó a la ciudadanía que no acuda a depositar ofrendas de homenaje al príncipe Felipe, fallecido a los 99 años, ante edificios oficiales como el Palacio de Buckingham, después de que la zona se haya convertido en centro de tributos.
La Casa Real divulgó inicialmente un comunicado que exhibió físicamente a las puertas de la residencia oficial de Isabel II, pero se vio obligada a retirarlo para evitar aglomeraciones, desaconsejadas en plena pandemia de COVID-19.
La Policía ha solicitado inicialmente a la población que guarde la distancia social, recomendando al menos dos metros entre grupo, pero un portavoz del Gobierno directamente pidió a la ciudadanía que no se acerque a depositar flores junto a los distintos palacios.
«Aunque es un momento extraordinariamente difícil para muchos, pedimos a la población que no se reúna ante residencias reales y siga las recomendaciones de salud pública, especialmente para evitar reunirse en grupos grandes y minimizar los viajes», dijo el portavoz, según la BBC.
Está por ver también como se aplicarán las medidas adoptadas por la pandemia en los actos oficiales de homenaje y en el funeral del príncipe Felipe, para el que aún no hay fecha. La normativa británica limita actualmente la asistencia a funerales a un máximo de 30 personas.
En plena pandemia, y cuando el Reino Unido aún no ha levantado la mayoría de restricciones de su tercer confinamiento, la policía patrullaba la zona recordando las normas de distanciamiento social. Las restricciones impuestas contra el covid-19, que el país prevé ir suprimiendo muy paulatinamente gracias a la mejora de la situación sanitaria, explican sin duda una afluencia de público menor de los esperado.
Rudo, grosero, franco y dueño de un sentido del humor negro, a muchos les sorprendían sus comentarios directos sobre el aspecto de algunas personas o su trasfondo cultural.
Muchos llegaron a apreciar las controvertidas salidas de tono irónicas del príncipe Felipe, duque de Edimburgo, con las que el esposo de la reina Isabel II de Inglaterra se empeñó a relativizar momentos de aparente solemnidad durante los últimos 70 años.
Algunas de los fallidos del príncipe, fallecido a los 99 años, dieron origen a titulares en diarios y a quejas que obligaron al Palacio de Buckingham en varias ocasiones a presentar disculpas o explicaciones de forma pública.
He aquí algunos de los más sonados gafes del príncipe Felipe:
– «¿Cómo consigue que los nativos se mantengan sobrios el tiempo necesario para pasar la prueba?» (palabras dirigidas al profesor de una autoescuela en Escocia en 1995).
– «Si ustedes siguen aquí mucho tiempo más, van a acabar con los ojos rasgados» (hablando con estudiantes británicos durante una visita de Estado a China en 1986).
– «Parece que usted ya está listo para ir a la cama» (sobre la vestimenta tradicional del presidente nigeriano Olusegun Obasanjo en 2003).
– «Usted no puede llevar mucho tiempo aquí porque todavía no tiene barriga» (hablando a un ciudadano británico en Hungría en 1993).
– «¿Todavía se tiran ustedes lanzas los unos a los otros?» (hablando a un empresario aborigen de Australia en 2002).
– «Reichskanzler» (usando el título de Adolf Hitler al dirigirse al canciller alemán Helmut Kohl en 1997).
– Cuando conoció a la joven afgana Malala Yousafzai, quien sobrevivió a un intento de asesinato por parte de los talibanes después de hacer campaña por el derecho de las niñas a ir a la escuela sin miedo, él le comentó: «Aquí los niños van a la escuela porque sus padres no los quieren en la casa».
– “Estás demasiado gordo para ser astronauta» (hablando a un niño de 13 años que decía que su sueño era viajar al espacio, en 2001).
– «¿Entonces conseguiste que no te comieran?» (durante una visita a Australia en 1998 hablando a un estudiante que acababa de regresar de un recorrido a pie en Papua Nueva Guinea).
– «Hay muchos parientes tuyos aquí esta noche» (dirigiéndose al empresario Atul Patel -un apellido común en la India- después de mirar su placa de identificación durante una recepción de indios británicos en 2009).
– «¿Usted trabaja en un club de striptease?» (dirigiéndose a una cadete de la Marina que dijo que también trabajaba a tiempo parcial en un club nocturno, en 2010).
– Felipe nunca ocultó sus pensamientos sobre la superpoblación, que considera un grave problema para el Planeta. Por eso en 1988 causó sensación al comentar con ironía: “En el caso de que me reencarne, me gustaría volver como un virus mortal, para contribuir con algo a resolver la sobrepoblación”.
– «¿A cuántas personas ha atropellado usted esta mañana con esta cosa?” (dirigiéndose a un ciudadano británico de 60 años que se movía con una silla de ruedas eléctrica debido a una minusvalía, en 2012).
– «La mayor parte de ustedes descienden de piratas, ¿no?» (a los habitantes de las islas Caimán, en 1994).
– «Es un placer estar en un país que no es gobernado por su pueblo» (al dictador paraguayo Alfredo Stroessner en 1963).
– «¿Están seguros de que quieren seguir adelante con esto?» (durante la ceremonia de independencia de Kenia, en 1963, cuando estaba a punto de arriarse la bandera británica).
– En 2017, de camino hacia la iglesia, se detuvo a saludar a los fieles y notó a un hombre con una tupida barca y preguntó a sus guardaespaldas: «¿Es un terrorista?». Según uno de los presentes, el duque lo dijo en voz baja pero «sabía que lo escuchaban».
El rey Felipe VI y la reina Letizia de España recordaron “el legado de servicio y dedicación” al Reino Unido del príncipe Felipe, duque de Edimurgo, en un telegrama que enviaron a la reina Isabel II para expresar sus condolencias por el fallecimiento, informó este viernes la Casa Real.
“Querida tía Lilibet, hemos sentido una profunda tristeza al recibir la noticia del fallecimiento de nuestro querido tío Felipe”, escribieron en el telegrama los reyes de España.
“En estos momentos dolorosos, queremos trasladaros nuestras más sentidas condolencias en nombre del gobierno y del pueblo español», escribieron los reyes.
“Nunca olvidaremos las ocasiones que pudimos compartir con él ni el legado de servicio y dedicación a la Corona y al Reino Unido que siempre desempeñó a vuestro lado”, continuó el mensaje.
El príncipe Felipe, duque de Edimburgo, ha acompañado a la reina Isabel II durante más de 73 años de servicio, y absolutamente todos los estamentos de la sociedad británica quisieran honrarlo como lo merece.
Sin embargo, ¿recibirá un funeral de rey?
Según el protocolo británico, un Funeral de Estado es un evento nacional generalmente reservado para los monarcas, pero en raras ocasiones se puede utilizar para personajes ilustres que no pertenecen a la realeza.
Los funerales para miembros de alto rango de la Familia Real, así como para figuras públicas importantes, se denominan habitualmente “funerales ceremoniales”.
Los funerales del conde Louis Mountbatten, en 1979, de Diana, princesa de Gales, en 1997, la reina madre en 2002 y de la ex primera ministra Margaret Thatcher, en 2013, se clasificaron como funerales ceremoniales.
¿Qué es un funeral de Estado en el protocolo inglés?
El ex primer ministro Winston Churchill recibió un Funeral de Estado en 1965 y desde entonces no se ha celebrado otroen el Reino Unido.
En un funeral de Estado, el protocolo dicta que se utilice un carruaje de armas para transportar el cuerpo, lo que generalmente es seguido por un cortejo militar con bandas militares, dolientes y funcionarios del Estado.
Desde el siglo XX, los funerales de Estado para los monarcas británicos siguen el siguiente formato:
– Traslado ceremonial del cuerpo a Westminster Hall.
– Capilla ardiente en Westminster Hall abierta al público.
– Cortejo fúnebre de Westminster Hall al Castillo de Windsor.
– Servicio funerario y entierro en la Capilla de San Jorge, Castillo de Windsor.
Cuando hay un funeral de Estado para una persona distinguida en lugar de un monarca, el formato es prácticamente el mismo, pero la ubicación del funeral y el entierro cambiará. El funeral de Winston Churchill tuvo lugar en la catedral de San Pablo y su cuerpo fue enterrado en Bladon.
¿Quién puede recibir un funeral de estado?
El funeral de la reina madre, en 2002, fue definido como un Funeral Ceremonial con honores militares.
Los monarcas británicos reciben un funeral de Estado, aunque también pueden recibirlos funcionarios de alto rango que han servido al país. Pero el cónyuge de un monarca no tiene derecho automáticamente a un funeral de estado, sino más bien uno de formato ceremonial. Esto debe ser aprobado tanto por el monarca reinante como por el parlamento.
El último funeral de Estado en el Reino Unido para un monarca fue en 1952 para Jorge VI, aunque el ex primer ministro Winston Churchill recibió uno en 1965 y desde entonces no se ha celebrado otro.
Las personas que han recibido un funeral de estado, que no han sido monarcas, incluyen a Sir Isaac Newton y Lord Nelson , así como a Churchill. Al ex primer ministro Benjamin Disraeli, de la era victoriana, se le ofreció un funeral de estado, pero se negó en su testamento.
Margaret Thatcher recibió un funeral ceremonial con todos los honores militares, que fue autorizado por la reina Isabel II y el funeral tuvo lugar en la Catedral de San Pablo, pero no fue catalogado como funeral de Estado.
¿Cómo podría ser el funeral del príncipe Felipe?
Los funerales del conde Louis Mountbatten, tío del duque de Edimburgo y último virrey de la India, fueron catalogados como ceremoniales con honores militares.
La necesidad de evitar la propagación del coronavirus obligaría a la familia real a celebrar un funeral ceremonial reducido, que podría parecerse al que recibió el duque de Gloucester, tío de la reina, en 1974.
El príncipe Enrique, duque de Gloucester, último nieto superviviente de la reina Vctoria y el amado «tío Harry» de Isabel II, fue fue despedido en una ceremonia militar que fue transmitida en la televisión.
El cuerpo del duque fue llevado en procesión por las calles de Windsor y saludado por 21 cañones. Los servicios fúnebres se llevaron a cabo en la Capilla de San Jorge en el Castillo de Windsor, hogar de la orden de caballería más antigua del mundo.
El funeral se llevó a cabo con precisión militar. Seis caballos negros emparejados dibujaron el cuerpo en un carruaje de armas a través de un Windsor lleno de tropas, inclinado con la cabeza inclinada sobre los brazos invertidos.
En uniforme detrás del carruaje marchaban el príncipe Carlos, el duque de Edimburgo, el duque de Kent, el príncipe Miguel de Kent y el príncipe Ricardo, hijo del difunto y nuevo duque de Gloucester. Una multitud se reunió en las calles de la pequeña ciudad.