“Varias personas en Gatcombe Park estaban muy celosas de mi relación con la princesa”, reveló Peter Cross. “Otros estaban simplemente perplejos de que una princesa y un policía pudieran tener tanto en común”, lamentó.
La presunta historia de amor de la princesa Ana de Inglaterra con su guardaespaldas Peter Cross, cuando ella estaba aún casada con el capitán Mark Phillips, volvió a ser noticia en días recientes tras el estreno de la cuarta temporada de la serie The Crown, en Netflix. La serie, escrita por Peter Morgan, muestra a la reina Isabel II pidiéndose explicaciones a su hija sobre los rumores de un romance extramatrimonial. “Él es el único que me hace feliz”, le responde la ficticia princesa Ana a su madre.
La verdadera historia de la princesa Ana y el policía se remonta a 1979, cuando los oficiales superiores de Scotland Yard asignaron al sargento Peter Cross al escuadrón de protección real. El oficial estaba entonces casado con Gillian Nicholls, quien habló esta semana con el diario The Daily Mail para confirmar la relación secreta de su marido con la princesa: “Su romance con ella siempre eclipsó nuestra relación», me dijo. «Siempre se sintió como si ella estuviera allí en el fondo”, dijo la mujer, quien sostiene que la relación de su marido con Ana se prolongó durante muchos años.

Peter Cross comenzó a proteger a Ana cuando ella tenía 29 años y su base era Gatcombe Park, la residencia de la princesa y su entonces marido en Gloucestershire. A pesar de su origen decididamente urbano, se dice que Cross se mezcló sin esfuerzo en los numerosos eventos ecuestres a los que asistió para acompañar a Ana. Según el propio relato de Cross sobre su relación: “Fue muy cariñosa. Nos llevamos fantásticamente, básicamente porque los dos somos personas francas a las que les gusta tener los pies en la tierra”.
Cross dijo que la princesa a menudo estaba sola debido a los compromisos laborales de su esposo: “Tenía que estar con ella. Yo era su guardaespaldas. Naturalmente, hablamos mucho. Era como cualquier otra mujer en esa situación: muy sola y aislada. Nos hicimos muy cercanos porque creo que la princesa apreciaba mi punto de vista sobre la vida. Siempre fui muy sensato y hablé francamente con ella”. Ana, relató, le dijo que “le hubiera encantado ser una ama de casa corriente que vive en una casa común con niños”.

Los encuentros íntimos de la princesa y su guardaespaldas, relató él, tuvieron lugar en una cabaña vacía en la finca, en su apartamento en el Palacio de Buckingham y en una casa de tres dormitorios en Ewell en Surrey que le prestó un amigo. Sus sentimientos por “una de las mujeres más fascinantes que he conocido”, dijo, estaban “muy cerca del amor”, a pesar de que había estado casado con una mujer llamada Linda durante una década y tenía dos hijas.
En septiembre de 1980, Mark Phillips se enojó por el “exceso de familiaridad” entre su esposa y el guardaespaldas y el comandante Michael Trestrail, guardia de la reina, le dijo a Cross que tendría que renunciar. Para cuando la princesa se enteró, Cross ya había retirado sus pertenencias y había dejado su habitación en palacio, pero la relación prosiguió, un poco a la distancia.
La «Señora Wallis»

Linda Cross contó cómo la princesa llamaba regularmente a su casa en Mitcham, Surrey, entre enero y septiembre de 1981, generalmente los fines de semana. Ella recordó específicamente la llamada de la princesa el 15 de mayo de 1981, para dar la noticia de que había dado a luz a una hija, y también el 29 de julio de 1981, el día de la boda del Príncipe de Gales con Lady Diana Spencer. “Llamaba casi todas las semanas. A veces los niños respondían. Me acostumbré a que me gritaran: ‘¡Papá, es la princesa Ana al teléfono para ti!”, relató.
Estando casado con Gillian Nicholls, Cross mantuvo su relación con la princesa. La mujer reveló al Daily Mail que Ana llamaba por teléfono a su marido utilizando el seudónimo de “Señora Wallis”, aunque no podía ocultar su identidad. Cross conservaba un retrato autografiado de la princesa en su dormitorio. “Nunca me sentí amenazada por la princesa Ana. Siempre la he admirado. Ella es una de las miembros de la realeza más trabajadoras”, agregó Gillian.

Las sospechas sobre el romance de Cross con la princesa se insinuaron públicamente por primera vez en el verano de 1982 en un artículo de un periódico que decía simplemente que su oficial de protección real había sido despedido porque estaba “demasiado familiarizado” con la princesa. Su última conversación con Ana fue en noviembre de 1983, cuando le habló sobre su nueva relación con Gillian. “El me dijo que le dijo a Ana que ahora era feliz en una relación conmigo. Pero si lo hizo o no, nadie lo sabrá jamás”, relató ella.
El primer matrimonio de la princesa se desmoronó después de que ella iniciara un romance con el comandante Tim Laurence, ayudante de la reina, a fines de la década de 1980. Cross, ahora de 72 años, sigue creyendo que fue una víctima del Establishment y que su carrera policial había sido destruida por su relación con la princesa. “Varias personas en Gatcombe Park estaban muy celosas de mi relación con la princesa. Otros estaban simplemente perplejos de que una princesa y un policía pudieran tener tanto en común”, lamentó.