El príncipe Guillermo de Inglaterra (duque de Cambridge) terminó este fin de semana una gira oficial por el Caribe admitiendo que son las antiguas colonias británicas quienes deben decidir sobre el papel de la monarquía en sus países.
El duque también insinuó que, en el futuro, podría no ser la monarquía británica quien dirija a los 54 países de la asociación de la Commonwealth, a medida que evoluciona la asociación política con las excolonias.
«Sé que esta gira generó preguntas agudas sobre el pasado y el futuro (de las excolonias)», indicó el Duque de Cambridge en una declaración al término de la gira el sábado.
«En Belice, Jamaica y Bahamas, ese futuro es el pueblo que lo tiene que decidir», agregó, precisandoe él y su esposa «están comprometidos con el servicio» y eso significa «no decirle a la gente qué hacer», sino «servirlos y apoyarlos».
Muchas antiguas colonias del Imperio, que hoy forman parte de la Commonwealth, tienen a la reina Isabel II como jefa de Estado, representada en el territorio por Gobernadores Generales nombrados por el gobierno británico.
Los comentarios de Guillermo, de 39 años, se produjeron tras su tumultuosa gira esta semana, en compañía de su esposa Catalina, por tres países del Caribe, que generó protestas y críticas. En ella, los duques tuvieron que hacer frente a pedidos de disculpas por el comercio de esclavos que ayudó a hacer fortunas de la realeza británica, entre otros temas.
Los duques de Cambridge también se vieron obligados a enfrentarse a los cuestionamientos de algunas antiguas colonias, que toman como ejemplo a Barbados, que se declaró formalmente república en noviembre del año pasado.
El primer ministro de Jamaica, Andrew Holness, le dijo a William frente a las cámaras de televisión que la nación estaba «avanzando» como un país independiente.
Catalina, la esposa del príncipe Guillermo de Inglaterra, guarda 10 días de cuarentena tras entrar en contacto la semana pasada con una persona que posteriormente dio positivo en el test del coronavirus, anunció este lunes el Palacio de Kensington.
La duquesa de Cambridge, de 38 años, comenzó la cuarentena el viernes tras ser alertada de que era caso de contacto de una persona que, entretanto, había dado positivo al Covid-19.
“Su alteza real no presenta ningún síntoma, pero está siguiendo todas las directrices del gobierno al respecto y se está aislando en su residencia”, dijo el palacio en un comunicado este 5 de julio.
La duquesa de Cambridge asistió el 2 de julio al torneo de tenis de Wimbledon, donde compartió palco con el duque de Kent, de 85 años.
Catalina ya recibió las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus y se somete a pruebas de antígenos dos veces por semana, al igual que toda la familia real. Previamente, había tenido que aislarse en abril de 2020, cuando el príncipe Guillermo enfermó de Covid-19 “de forma bastante grave” según la prensa británica.
En un episodio reciente del programa «CBS This Morning«, Gayle King, una amiga de Meghan Markle y la presentadora Oprah Winfrey, brindó detalles sobre los lazos del príncipe Harry y Meghan con la familia real que provocaron confusión en el palacio de Buckingham.
King dijo en el programa que había llamado a los duques de Sussex para “ver cómo se sentían” y que “es cierto que Harry ha hablado con su hermano y también ha hablado con su padre”. “Lo que me dijeron fue que esas conversaciones no fueron productivas. Pero se alegran de que al menos hayan iniciado una conversación”, agregó.
Desde entonces, según informes de la prensa británica, estas afirmaciones causaron enojo entre el palacio ya que la filtración aparentemente se ha calificado de “un impactante abuso de confianza”, según la biógrafa real Penny Junor.
La entrevista concedida en la televisión estadounidense por Meghan Markle y su marido, el príncipe Harry, nieto de Isabel II, cayó como una bomba en el Reino Unido por sus duras acusaciones a la monarquía.
El diario The Sun recordó que la afirmación de la reina Isabel II de que las denuncias sobre presunto racismo en la familia real sería investigada y “abordada en privado” y que esto era una señal directa de la intención de la reina de mantener las conversaciones internas en total confidencialidad.
“La reina ha adoptado un enfoque muy mesurado y sensato. Está predicando con el ejemplo. Este es un asunto con el que deben lidiar ella y su familia”, dijo una fuente a The Sun.
El autor real Tom Quinn, por su parte, comentó que los comentarios de Gayle King debieron haber molestado al Palacio y que los duques de Sussex “una vez más, se pegaron un tiro en el pie”.
El príncipe Guillermo está “profundamente angustiado”
El príncipe Guillermo está “profundamente angustiado” porque su hermano compartió los detalles de su conversación privada con Gayle King, informó Entertainment Tonight citando una fuente cercana al palacio de Kensington.
ET escribe que el duque de Cambridge, segundo en la sucesión al trono, está “muy molesto” y “descontento” porque Harry y Meghan compartieron “conversaciones familiares privadas” con la periodista y presentadora de televisión. Guillermo es “ferozmente protector” con su esposa Kate Middleton, duquesa de Cambridge, dijo la fuente.
La entrevista concedida en la TV estadounidense por Meghan Markle y su marido, el príncipe Harry, nieto de Isabel II, cayó como una bomba en el Reino Unido por sus duras acusaciones a la monarquía.
Harry y Meghan dijeron que ya no deseaban residir en el Palacio de Kensington con el resto de la familia y querían tener su propio lugar, y la prensa especuló que la decisión fue motivada por la «pelea» de Meghan con su cuñada. Los medios locales afirmaron que la disputa entre las dos parejas se profundizó después de que Harry y Meghan dejaron la Royal Foundation, una organización benéfica que dirigían junto con los Cambridges.
Más tarde, los autores de un libro biográfico sobre los Sussex afirmaron que Meghan Markle estaba “decepcionada” de que la duquesa de Cambridge no le diera la bienvenida a la familia, mientras que las relaciones de Harry con su hermano comenzaron a desmoronarse cuando Guillermo le dijo que no se apresurara al matrimonio y tomara tanto tiempo según sea necesario para conocer a “esta chica”.
En la entrevista con Oprah Winfrey, Meghan desestimó los informes de los medios de que hizo llorar a Kate Middleton. Afirmó que fue Kate quien la hizo llorar cuando los dos se pelearon por los vestidos de niña de las flores para la boda de Meghan con Harry.
La actriz de 39 años dijo que la duquesa de Cambridge luego se disculpó y le envió flores con una nota. Al describir a Kate como una buena persona, Meghan dijo que reveló que la historia no era “despectiva” para su cuñada, sino más bien porque esperaba que Kate “hubiera querido” que se corrigiera.
Otras acusaciones hechas en la entrevista:
Meghan Markle afirmó que un miembro de la Familia Real estaba preocupado por el posible color oscuro de la piel de su primogénito, Archie. La persona no fue identificada porque sería «muy perjudicial para ellos», pero luego la pareja dijo que no era la reina o su esposo el príncipe Felipe.
El príncipe Harry dijo que su padre lo decepcionó a raíz de su decisión de dejar la vida real. Harry afirmó que el príncipe Carlos dejó de atender sus llamadas después de la mudanza. El duque de Sussex dijo que está en «caminos diferentes» con su hermano Guillermo, pero señaló que lo ama.
Meghan afirmó que el personal del palacio le negó ayuda cuando dijo que tenía pensamientos suicidas.
La duquesa dijo que la vida como miembro de la realeza era similar los confinamientos inducidos por el coronavirus y alegó que el palacio mintió para proteger a otros miembros de la familia, pero “no estaban dispuestos a decir la verdad para protegernos a mí y a mi esposo”.
Meghan también afirmó que la Familia Real cambió las reglas para que su primogénito, Archie, no recibiera un título y seguridad.
En una videoconferencia con médicos, consejeros y socorristas que luchan contra la pandemia, el príncipe Guillermo, segundo en la sucesión al trono de Gran Bretaña, ha revelado que ver morir a personas mientras trabajaba como piloto de ambulancia aérea lo traumatizó y le hizo ver el mundo como un “lugar mucho más deprimente, más oscuro y más negro”.
“Algo de eso lo noté un poco volando con la ambulancia aérea” del East Anglian Air Ambulance, donde trabajó de 2015 a 2017, dijo. “Cuando ves tanta muerte y tanto duelo, impacta en cómo ves el mundo. Impacta su propia vida y su propia vida familiar porque siempre está ahí”, agregó.
En ese contexto, el duque de Cambridge dijo que “realmente le preocupan” los trabajadores de primera línea en la pandemia de Covid y el efecto que tendrán “niveles tan altos de tristeza, trauma y muerte” en sus vidas personales.
El duque de Cambridge, que trabajó para piloto de ambulancias aéreas desde 2015 hasta 2017, compartió sus propias experiencias en una videollamada con médicos y socorristas.
Al duque, quien participó de la conferencia junto a su esposa Catalina, duquesa de Cambridge, le dijeron que presenciar tanta muerte te hacía ver las cosas de otra manera y temer que todos los que te rodeaban iban a morir.
“Eso es lo que realmente me preocupa del personal de primera línea en este momento es que estás tan bajo presión en este momento y tan presurizado”, dijo.
“Pero eso es lo que creo que gran parte del público no entiende, que cuando estás rodeado por ese nivel de intenso trauma, tristeza y duelo, realmente se queda contigo, se queda en casa contigo durante semanas”, afirmó.
La Royal Foundationdel duque y la duquesa de Cambridge se asoció con los servicios de salud pública NHS England y NHS Improvement y el Departamento de Salud y Atención Social para ayudar a financiar la atención de salud mental para los trabajadores que están al frente de la lucha contra el coronavirus.
El confinamiento por coronavirus obligó a los duques de Cambridge a permanecer en su residencia campestre, a unos 160 kilómetros de la capital británica.
El duque y la duquesa de Cambridge anunciaron que vivirán en su casa de Norfolk durante «el futuro previsible», ya que han optado por pasar el tercer encierro fuera de Londres. El príncipe Guillermo, segundo en la sucesión al trono británico, y su esposa Kate Middleton anunciaron que ya han comenzado a trabajar en su plan de educación hogareña para sus tres hijos a medida que Inglaterra comienza su tercer confinamiento.
La pandemia del coronavirus ha obligado a toda la familia real británica a permanecer a las afueras de Londres casi desde el inicio del brote. Los duques de Cambridge dijeron que tomaron la decisión quedarse en Anmer Hall, la casa que les cedió la reina Isabel II en su residencia privada campestre a 160 kms de Londres, en lugar de regresar al londinense palacio de Kensington para las próximas semanas.
Kate y el príncipe Guillermo, junto con el resto de la familia real, también se están preparando para lanzar un calendario renovado de reuniones con organizaciones benéficas, ciudadanos destacados en el ámbito de la cooperación social y empresas a través de videollamadas.
Una fuente del palacio dijo al diario The Mirror: “La familia está comprometida a trabajar unida para ayudar al país a atravesar la siguiente etapa de la crisis. Ya existen planes para llegar a una variedad de organizaciones benéficas y empresas y, afortunadamente, ahora están bien versados en el mundo de las videollamadas”.
Los duques de Cambridge estuvieron fuera de Londres durante el primer confinamiento nacional (marzo a septiembre). Mientras el príncipe Guillermo bromeó sobre que “¡la educación en el hogar es divertida!”, su esposa admitió públicamente los desafíos de tener hijos en casa con las escuelas cerradas durante el confinamiento.
El príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles permanecerán en Gloucester en la finca de Highgrove del heredero, mientras que la reina y el príncipe Felipe, que han estado aislados en el castillo de Windsor desde el cierre de marzo, permanecerán en Berkshire. Fuentes reales sugirieron que la reina, de 94 años, no regresará a Londres hasta que «la vida vuelva a la normalidad» sin un plazo establecido en orden.
Los 56 millones de habitantes de Inglaterra entraron este martes en su tercer confinamiento total contra una pandemia de coronavirus descontrolada, con todas sus esperanzas puestas en la campaña de vacunación y sin tener muy claro cuándo recuperarán la libertad. Con más de 76.300 muertos, el Reino Unido es uno de los países de Europa más castigados por covid-19.
La familia real británica intercambia en Navidad obsequios de broma baratos y alegres, y parece que se les han ocurrido algunas ideas brillantes.
La familia real británica tiene muchas tradiciones navideñas, lo que incluye un importante ritual de intercambio anual de regalos, que suele llevarse a cabo en Sandringham en Nochebuena. Pero, ¿qué le regalas a alguien que ya lo tiene todo, o puede, básicamente, pagar cualquier cosa?
La reina Isabel II, el príncipe Felipe y el resto de los miembros adultos de la familia real encontraron una ingeniosa respuesta a ese dilema real: cada Navidad, tienen una regla cuando se trata de los regalos que se hacen el uno al otro: deben ser baratos, curiosos, graciosos, divertidos y descarados.
Cuando el príncipe Harry estaba soltero, su cuñada Kate, duquesa de Cambridge, le entregó frente a toda la familia real un “kit para hacer crecer a su propia novia”, un pequeño muñeco de goma que crece cuando se moja. Los informes aseguran que la reina se divirtió mucho con ese regalo. Unos años más tarde, Meghan Markle, esposa de Harry, le regaló al príncipe Guillermo una gorra escocesa completa con una peluca pelirroja para simular su calvicie.
La única hija de la reina Isabel y el príncipe Felipe demostró que también sabe hacer regalos divertidos cuando le compró a su hermano mayor un asiento de inodoro de cuero blanco para Navidad. Según los informes, al Príncipe de Gales le gustó el inusual regalo, por lo que incluso decidió llevárselo en viajes al extranjero. En el pasado, la princesa Ana también le dio a la ex esposa del príncipe Carlos, Diana, un soporte para papel higiénico.
Este año, la familia real no podrá divertirse durante el intercambio de regalos porque la pandemia del coronavirus los obligó a distanciarse en esta fecha. Una fuente del Palacio dijo: “La reina es muy consciente de la necesidad de actuar con cautela durante la crisis y el período navideño no es diferente. La reina y el duque tienen la suerte de pasar la Navidad con su familia todos los años”.
En una idea respaldada por la reina, ocho miembros de la familia desplegarán una nueva forma de trabajo que excluye a Harry, Meghan y Andrés.
Lareaparición de la reina Isabel IIde Gran Bretaña en el Castillo de Windsor con otros siete miembros de la familia real parece ser el primer paso hacia una reducción de la monarquía, que no contará en su primera línea con los duques de Sussex ni el príncipe Andrés, afirmaron informes de la prensa.
“La reina ha dado el visto bueno para una nueva versión de The Firm (‘La Firma’) con ocho miembros de alto nivel de la Familia Real que asistirán juntos a los eventos del próximo año”, dijo The Mirror en revelaciones exclusivas.
“El grupo, que en particular no incluye al príncipe Harry, su esposa Meghan o el príncipe Andrés, trabajará en conjunto y ayudará a resaltar las causas de cada uno, ya que su objetivo es volver a sus funciones completas ‘lo antes posible’”, agregaba el periódico.
Se atribuye a la reina, de 94 años, la idea de reunir a su familia en las escaleras del Cuadrángulo en el Castillo de Windsor, donde ha estado aislada durante nueve meses, el pasado martes. Junto a ella estuvieron el príncipe Carlos, la duquesa de Cornualles, la princesa Ana, el príncipe Guillermo, la duquesa de Cambridge y los condes de Wessex, Eduardo y Sophie.
“El arreglo encaja con la visión a largo plazo del príncipe Carlos de una monarquía reducida, así como con el mantra de la reina de ‘hay que ser visto para ser creído’”, escribió el periodista experto en asuntos de la realeza Russell Myers.
La prensa británica asegura que los funcionarios de la casa real están “entusiasmados” con la perspectiva de organizar más eventos compartidos entre los miembros ‘senior’ de la familia real, ya que buscan comenzar a funcionar una vez más lo antes posible. Se les pidió que planifiquen eventos para los ocho miembros principales, denominados extraoficialmente la “Nueva Firma”.
A raíz de que el duque y la duquesa de Sussex renunciaron a sus roles oficiales para establecerse en los Estados Unidos a principios de este año, la reina pidió calma y el regreso de una actitud de “regreso a lo básico” entre la familia. De manera similar, cuando el príncipe Andrés fue desterrado de los deberes de primera línea debido a su relación con el difunto financiero pedófilo Jeffrey Epstein, el monarca enfatizó a la familia la importancia del tema central de la monarquía.
Mientras tanto, fuentes reales aseguran que una familia real “dedicada y trabajadora” está “siempre ocupada”, pero que durante la pandemia y los confinamientos ha actuado en gran medida discretamente. “La familia real está unida para explorar las posibilidades de trabajar juntos para resaltar las causas queridas en sus corazones, ayudándose mutuamente y al país al mismo tiempo. Ya están trabajando en oportunidades para el próximo año y más allá. Tan pronto como puedan, estarán todos disponibles para recuperar el tiempo perdido”.
La reina Isabel II recibió la visita de los duques de Cambridge y tres de sus hijos, pero en el exterior y con la reglamentaria distancia.
La reina Isabel II de Gran Bretaña recibió a los duque de Cambridge en el Castillo de Windsor, donde agradecieron a los voluntarios locales y a los trabajadores clave al marcar el final de su gira por el Reino Unido a bordo del Tren Real.
El príncipe Carlos, su esposa Camilla, duquesa de Cornualles, los condes de Wessex y la princesa Ana también se unieron al grupo familiar en el cuadrilátero del castillo, en lo que constituyó la primera gran reunión de la familia Windsor desde antes de la pandemia del coronavirus.
Pese a las bajas temperaturas, la reina salió al patio interno del Castillo de Windsor y escuchó los villancicos interpretados por la Regent Hall Band del Ejército de Salvación. Sus hijos y su nieto guardaron distancia con la reina en todo momento y se evitó ingresar al interior del castillo para dar el ejemplo a la población.
El gran ausente fue el príncipe Felipe, de 99 años, quien pasa el confinamiento en Windsor. Por primera vez en más de tres décadas, la familia real no se reunirá en Navidad y la reina y el duque de Edimburgo solo estarán acompañados por los condes de Wessex y sus dos hijos adolescentes, Lady Louise Moutbatten-Windsor y Lord Severn.
La decisión de los duques de Cambridge de hacer una gira por el Reino Unido a pesar de las restricciones del coronavirus fue cuestionada el martes cuando Downing Street se negó repetidamente a respaldar el viaje. Después, el gobierno pareció dar marcha atrás, lo que se sumó a la confusión, insistiendo en que Boris Johnson agradeció el «impulso moral» que proporcionaría la gira real.
Pero si los Cambridges estaban al tanto de algún debate político, ciertamente no lo demostraron, y se lanzaron a la etapa final de la gira en Cardiff, donde fueron recibidos por Oliver Dowden, secretario de Cultura, quien dijo que era una “noticia maravillosa” que viajaran para ver el impacto de la pandemia en las comunidades locales.
“A lo largo de la pandemia, las organizaciones de todo el país han dado un paso al frente para apoyar a los necesitados y nuestros coros, bandas, actores, cineastas, museos, y los equipos técnicos que los apoyan, no son diferentes”, dijo.
Simon Hart, el secretario de Gales, también respaldó el viaje y dijo: “El sector cultural de Gales es uno de nuestros mayores activos, así que fue genial ver a sus Altezas Reales en Cardiff experimentando algunos de los ricos talentos que seguimos produciendo”.
La gira real, que tiene por objetivo animar a los británicos frente al coronavirus, ocurre justo cuando el gobierno restringió los viajes entre sus cuatro naciones: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
Pero los gobiernos locales no recibieron a la pareja real con mucho entusiasmo: el ministro de Sanidad galés, Vaughan Gething, dijo el martes que preferiría que «nadie hiciera visitas innecesarias». «Su visita no debe ser usada como excusa para que la gente diga que no entiende lo que se les pide«, es decir viajar lo menos posible, advirtió en declaraciones a la BBC.
Para frenar el aumento de casos de covid-19 en el Reino Unido, el país de Europa con el mayor número de muertos, 61.500, se restringieron los viajes entre sus cuatro naciones: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
Los duques de Cambridge, ambos de 38 años, emprendieron su viaje el lunes en el tren de la monarquía, comenzando por Escocia, donde visitaron a personal sanitario en Newbridge, cerca de Edimburgo. En su viaje de tres días a través del país, la pareja planea recorrer más de 2.000 kilómetros, conociendo a los trabajadores que están en la primera línea de lucha contra la pandemia y a los residentes locales.
La primera ministra escocesa, la independentista Nicola Sturgeon, criticó que los duques hubiesen emprendido la visita pese a las restricciones a los desplazamientos entre Inglaterra y Escocia, prohibidos con algunas excepciones que incluyen los viajes profesionales. «El gobierno escocés fue informado de su intención de venir y nos hemos asegurado de que las restricciones vigentes en Escocia se conozcan, para que esto se tenga en cuenta en su decisión y en la preparación de la visita«, afirmó Sturgeon el lunes.
Pero el viaje de Guillermo, segundo en la línea sucesoria al trono británico, y su esposa fue bien recibido por el gobierno de Londres. «El primer ministro está encantado de ver la cálida bienvenida que han tenido los duques de Cambridge en su importantísimo viaje en tren por Inglaterra, Escocia y Gales», dijo el portavoz de Boris Johnson. «La gira levantará la moral de quienes han estado en primera línea y han hecho tanto durante la pandemia», subrayó.
Guillermo de Inglaterra y su esposa, Kate, iniciaron el viaje para expresar la “gratitud de la nación” a los trabajadores de primera línea contra el coronavirus.
Los duques de Cambridge, que cumplieron con decenas de compromisos públicos de forma virtual durante toda la pandemia, decidieron comenzar este 5 de diciembre una pequeña gira por el Reino Unido con motivo de llevar ánimo y alegría a la población tras los 12 meses más duros que atravesó la Humanidad durante los últimos tiempos.
El príncipe Guillermo de Inglaterra y su esposa, Kate, ambos de 38 años, decidieron emprender su primer viaje del año a bordo del Royal Train, una decisión tomada después de conversaciones con sus asistentes sobre cómo resaltar el impacto de la generosidad pública durante la pandemia de Covid-19.
Los duques expresaron su deseo de rendir homenaje a aquellos que han ido “más allá” este año, informó el diario The Telegraph, que cita a una persona cercana diciendo que “el confinamiento les ha enseñado no solo el valor de la realeza en tiempos de crisis, sino también la importancia de su poder para ser agentes de la gratitud de la nación”.
“Lo que ha hecho este año ha reforzado el valor de la familia real como actores naturales del Estado”; dijo la persona al periódico. “No son celebridades, están ahí, efectivamente, para agradecer a la gente en nombre del público”.
El viaje sin interrupciones, después de un año de decenas de viajes cancelados, comenzó este 6 de diciembre y abarcará ciudades como Edimburgo, Manchester y Cardiff, donde agradecerán a lo trabajadores que lucharon en primera línea contra la pandemia. La pareja visitará hogares de ancianos, hospitales, bancos de alimentos, una escuela primaria y una universidad para conocer a pequeños grupos de personas socialmente distanciadas para escuchar sus historias.
La fuente dijo al periódico que el viaje a bordo del Tren Real tiene el mismo objetivo que los compromisos virtuales que los duques de Cambridge celebraron durante toda la pandemia: “levantar el ánimo” de la nación en un período difícil en la vida de todos.
“Podrían haberse quedado realmente muy tranquilos durante la pandemia y probablemente no se hubieran enfrentado a muchas críticas”; agregó la fuente. “Pero en realidad optaron por mantenerse ocupados. Han estado ansiosos por volver a salir y la gira por el Reino Unido en el Royal Train les permite hacerlo de una manera segura y socialmente distanciada”, explicó.
La última parada del príncipey la duquesa será para ver a la reina Isabel II, el príncipe Felipe, el príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles en lo que será la primera vez que los seis miembros senior de la familia real británica se reunirán este año.
El permiso para viajar en el Royal Train de nueve vagones fue otorgado por la monarca, que es considerada la principal pasajera del tren, y lo usa para viajar durante la noche a compromisos en el norte de Inglaterra, Escocia o Gales.
Según informó el Mail On Sunday, los duques de Cambridge dormirán en camas individuales durante sus dos noches a bordo del Royal Train y cenarán en un vagón comedor con una mesa de formica. En el pasado, el menú del ferrocarril de la realeza incluía sopa fría de guisantes, filetes de lenguado y crema de caramelo.
El mismo diario informó que no hay duchas en la suite real, y la pareja contará solo una bañera con una línea marcadora para evitar que se llene demasiado. El personal al servicio de los duques incluirá un mayordomo y lacayos, mientras que el peluquero de la duquesa de Cambridge también viajará con ellos en este viaje.
El Royal Train es una tradición victoriana. El príncipe consorte Alberto convenció a su esposa, la reina Victoria, de 23 años, de convertirse en la primera monarca en viajar en tren cuando abordó un vagón desde Slough, entonces la estación más cercana al castillo de Windsor, a Paddington en Londres. Victoria consideraba viajar por el país como su deber y, por lo tanto, encargó un tren especial para que pareciera un palacio sobre ruedas, con los vagones decorados con pintura de oro de 23 quilates y adornados con sedas y satén. Se agregaron luces eléctricas en la década de 1890, así como un inodoro a bordo, que Victoria se negó a usar, prefiriendo que el tren se detuviera para ir al baño cada pocas horas. En 1977, el año del Jubileo de Plata de Isabel II, se formó por primera vez un solo conjunto de vagones del Tren Real y permaneció en servicio desde entonces, reemplazando los vehículos de 1941 utilizados por Jorge VI. Cuando los vagones están fuera de servicio, como lo están durante gran parte del año, el tren se mantiene en un apartadero en un lugar secreto para garantizar la seguridad. (monarquias.com)
El actual ferrocarril de la realeza entró en servicio en 1977 para conmemorar el Jubileo de Plata de Isabel II, pero la familia real ha tenido su propio tren privado desde el reinado de Victoria. Viajar en él se considera un gran honor otorgado por la reina.
Este fin de semana el príncipe Guillermo de Inglaterra y la duquesa de Cambridge abordaron el Royal Train (Tren Real) por primera vez para comenzar una gira de tres días y 1.250 millas por el Reino Unido, con diez paradas en Inglaterra, Escocia y Gales, durante la cual agradecerán a los trabajadores de primera línea del NHS , a los voluntarios, al personal del hogar de cuidados, a los maestros y a los escolares por todo su arduo trabajo durante la pandemia de coronavirus.
El tren real es una tradición de la era victoriana que aún se mantiene viva. El príncipe consorte Alberto convenció a su esposa, la reina Victoria, de 23 años, de convertirse en la primera monarca en viajar en tren cuando abordó un vagón desde Slough, entonces la estación más cercana al castillo de Windsor, a Paddington en Londres. El viaje duró 25 minutos y la reina quedó fascinada, pese a que en esa época se creía que viajar en trenes rápidos podía volverte loco.
Victoria consideraba viajar por el país como su deber y, por lo tanto, encargó un tren especial para que pareciera un palacio sobre ruedas, con los vagones decorados con pintura de oro de 23 quilates y adornados con sedas y satén. Se agregaron luces eléctricas en la década de 1890, así como un inodoro a bordo, que Victoria se negó a usar, prefiriendo que el tren se detuviera para ir al baño cada pocas horas.
En 1977, el año del Jubileo de Plata de Isabel II, se formó por primera vez un solo conjunto de vagones del Tren Real y permaneció en servicio desde entonces, reemplazando los vehículos de 1941 utilizados por Jorge VI. Cuando los vagones están fuera de servicio, como lo están durante gran parte del año, el tren se mantiene en un apartadero en un lugar secreto para garantizar la seguridad.
El trabajo más prestigioso en los ferrocarriles británicos es el de conductor del Tren Real, que cuenta entre sus tareas la de detener la puerta del ferrocarril perfectamente alineado con la alfombra roja del andén. Los conductores también se enorgullecen de llegar a cualquier destino dentro de los 15 segundos de la hora de llegada indicada.
El vagón privado de la reina cuenta con aire acondicionado y calefacción eléctrica que contiene un dormitorio con una cama individual, una sala de estar, un escritorio para trabajar durante el viaje, un comedor y un baño completo con una bañera de tamaño completo.
El duque de Edimburgo también cuenta con un coche personal de diseño similar pero con cocina, cortinas verdes, cojines de silla a juego y una alfombra marrón. En ambos salones cuelgan paisajes escoceses y grabados victorianos de viajes en tren anteriores.
El príncipe Carlos tiene su propio vagón salón con dormitorio, baño y estudio con un pequeño escritorio y un sofá con motivos florales en azul y blanco que combina con la tela de la cortina. Los otros vagones incluyen un comedor, un salón de uso general para el personal superior con dormitorios, un coche dormitorio para el personal subalterno con literas y un vagón para el personal de escolta y los trabajadores de mantenimiento.
Los asistentes reales creen que el tren ofrece la mejor opción para la seguridad, la protección, la eficiencia y la mínima interrupción para los demás. A la reina también le gusta y es su modo de transporte preferido por su privacidad y conveniencia, ya que evita los desplazamientos muy temprano. A menudo viaja durante la noche para no ralentizar otros trenes, además no es necesario organizar el alojamiento para la realeza y, a diferencia de los helicópteros, puede funcionar con mal tiempo.
Para los duques de Cambridge, será la primera vez que suban juntos al Tren Real. Cuando era niño, Guillermo viajó en él a Balmoral, y el día del funeral de su madre en 1997, viajó con su padre, su hermano, el príncipe Harry y la familia Spencer, desde Londres hacia Althorp House, para su entierro. En 2003, Guillermo también viajó durante la noche en el tren a Bangor con su padre para llevar a cabo un día de compromisos en el norte de Gales antes de cumplir 21 años.
Kilómetro por kilómetro, el Tren Real es el medio de transporte más caro de la monarquía británica, y las finanzas de septiembre muestran que solo realizó tres salidas en 2019-20, con un costo de casi 85.000 dólares. Sin embargo, es a la vez el método más ecológico de viajar por el país.
Catalina presentó los resultados de una encuesta en todo el Reino Unido sobre el desarrollo de los primeros años.
La soledad de hombres y mujeres que son padres aumentó drásticamente durante la pandemia de coronavirus y las familias que viven en las comunidades más desfavorecidas son las que más sufren, con impactos psicológicos que durarán años en los niños, según los resultados de una encuesta más de medio millón de británicos y que fueron analizados por la duquesa de Cambridge, en una videoconferencia.
Kate dijo: “La ciencia muestra que los primeros años son más fundamentales para la salud y la felicidad futuras que cualquier otro período de nuestra vida. Hasta el 40% de nuestros niños llegará a la escuela con niveles de desarrollo por debajo de los esperados, y se ha estimado que el costo social de la intervención tardía es de más de 17 mil millones de libras al año”.
“Por lo tanto, los primeros años no se tratan simplemente de cómo criamos a nuestros hijos. De hecho, tratan sobre cómo criamos a la próxima generación de adultos. Se trata de la sociedad en la que nos convertiremos”, agregó.
La duquesa señaló que los hallazgos del informe plantearon una serie de preguntas, desde cómo abordar la soledad de los padres hasta cómo crear conciencia sobre la importancia de los primeros años, después de que el estudio descubrió que solo una minoría de personas entendía su relevancia.
Añadió: “Debemos hacer todo lo posible para abordar estos problemas y elevar la importancia de los primeros años, para que juntos podamos construir una sociedad más enriquecedora. Porque creo que los primeros años deberían estar a la par con los otros grandes desafíos y oportunidades sociales de nuestro tiempo”.
El discurso fue aclamado como un hito para la duquesa. El Palacio de Kensington dijo que le daría forma a su enfoque futuro en el desarrollo de los primeros años, con planes para el próximo año para que la duquesa promocione entre los británicos la importancia de la primera infancia.
El estudio mostró que la pandemia de Covid-19 aumentó dramáticamente la soledad de los padres, con un 38% experimentando soledad antes de la crisis y un 63% después del primer confinamiento nacional, un salto de 25 puntos, informó el diario The Guardian.
También destacó cómo las experiencias durante el encierro fueron diferentes para las comunidades más desfavorecidas. La soledad de los padres fue más común en lugares desfavorecidos, con un 13% de sentirse solo a menudo o siempre, casi tres veces más que el 5% en las áreas menos desfavorecidas.
La reina Isabel solo viste de negro para asistir a funerales y en un día muy especial para el Reino Unido, que se celebra cada noviembre.
Políticos británicos y miembros de la familia real de Gran Bretaña guardaron dos minutos de silencio el domingo para rendir homenaje a los soldados muertos en las guerras mundiales y posteriores, en una ceremonia más minimalista que en años anteriores debido a la epidemia de nuevo coronavirus. Todo el país a observar estos dos minutos a las 11 de la mañana, hora en que los cañones se callaron el 11 de noviembre de 1918, al concluir la Primera Guerra Mundial.
El príncipe Carlos, heredero de la corona, lideró a la familia real al depositar sobre el Cenotafio una corona de amapolas, que convirtieron en símbolo de la memoria desde que estas flores rojas volvieron a crecer en los campos de Francia y Bélgica, donde murieron muchos británicos durante la Primera Guerra Mundial. Su madre vestida de negro, la reina Isabel II, observó la ceremonia desde un balcón, después de haber ido, a principios de esta semana, a la tumba del soldado desconocido, donde la monarca de 94 años dejó un ramo similar al de su matrimonio.
La tradicional ceremonia de entrega de coronas de flores en el Cenotafio, en el centro de Londres, se celebró este año sin público ni desfile de veteranos, debido al resurgimiento del covid-19, que ya ha causado más de 49.000 muertes en el Reino Unido. Sin embargo, la mayoría de los servicios religiosos o ceremonias normalmente previstos para el «Remembrance Sunday» (Domingo del Recuerdo), celebrado cada segundo domingo del mes de noviembre, o para el 11 de noviembre, aniversario del armisticio de 1918, se celebran este año virtualmente o se han reducido drásticamente debido a la pandemia.
Por orden del gobierno, hubo un Whitehall casi vacío con una banda distanciada socialmente, una fracción de la presencia militar habitual, una décima parte de los diplomáticos, menos del 0,5% de los veteranos habituales y precisamente cero miembros de la público en general. Incluso la propia familia real pareció ausente por la decisión del duque y la duquesa de Sussex de trasladarse a California; la retirada del duque de York de la vida pública; y la ausencia del duque y la duquesa de Gloucester por «consejo médico» no especificado.
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Ingrid Seward cree que la ruptura entre el príncipe Guillermo y el príncipe Harry “nunca” se solucionará a menos que se separen de sus esposas Meghan Markle y Kate Middleton.
Ingrid Seward, editora en jefe de la revista Majesty, dijo en un podcast que teme que el daño a la relación de los hermanos sea irreparable, luego de la decisión del duque de Sussex de alejarse de la realeza con su esposa Meghan Markle.
Ingrid Seward, que lleva varias décadas siguiendo los asuntos de la familia real británica, dijo que cree que solo una “terrible tragedia” sería suficiente para acercar a los hermanos, que una vez fueron elogiados por el cariño mutuo que sentían.
“Más bien dudo que alguna vez vuelvan a ser como solían ser. Realmente no lo creo. Creo que probablemente sea una relación rota”, dijo Seward. “Creo que tal vez si algo le sucediera a Kate o Meghan, los muchachos volverían a estar juntos. Pero mientras sus mujeres estén allí y sus familias estén allí…”
La experta agregó que la decisión del duque de Sussex de dejar la familia real también “desconcertó” a su abuelo, Felipe, duque de Edimburgo, quien, habiendo sido un extranjero, había recibido a Meghan con los brazos abiertos. Afirmó que el príncipe Felipe, de 99 años, estaba “consternado” por el “abandono del deber” de los duques de Sussex y no podía comprender su decisión, agregó.
“Si hubiera una tragedia terrible, eso los volvería a unir, pero de lo contrario, no creo que la relación se arregle. Pero ese es un punto de vista muy personal y puede que no tenga razón”, explicó Seward en el podcast del diarioThe Mirror.
Estos comentarios se produjeron después de que otro experto afirmara que el principal “desafío” del príncipe Guillermo, cuando sea rey, será mantener el equilibrio y mantenerse fiel a sus principios mientras “trae de vuelta al príncipe Harry” para que vuelva a formar parte de la familia real.
El biógrafo real Robert Lacey, autor de Battle of Brothers, un nuevo libro que examina la brecha entre los dos duques, dijo que “todo el mundo quiere algún tipo de reconciliación” entre los hermanos, y que lograr que el menor vuelva a formar parte de la monarquía sería la mayor prueba del príncipe Guillermo.
“El desafío para Guillermo es si, siendo fiel a sus principios, también puede modernizar la institución haciendo que su hermano forme parte de ella. Eso es lo que todo el mundo quiere, una especie de reconciliación”, dijo Lacey a Vanity Fair.
El experto continuó diciendo que cree que «no hay posibilidad» de que Harry y Meghan regresen a Gran Bretaña a tiempo completo o «dejen su base estadounidense». También llegó a la conclusión de que los hermanos tienen “cinco meses para curar su ruptura” o su relación “nunca” se recuperará.
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Esta decisión alimentó la especulación en los medios británicos sobre un posible distanciamiento de los dos hijos del príncipe Carlos y la princesa Diana.