Hace 137 años nació Alicia de Battenberg, la princesa que salvó a una familia judía del Holocausto

Mujer profundamente religiosa, la madre del fallecido duque de Edimburgo sería reconocida formalmente por el Estado de Israel por su valentía al albergar a una madre judía y algunos de sus hijos en la II Guerra Mundial. Nació el 25 de febrero de 1885, hace 137 años.

«Durante mucho tiempo me inspiré en las acciones desinteresadas de mi querida abuela, la princesa Alicia de Grecia, quien en 1943 en la Atenas ocupada por los nazis, salvó a una familia judía llevándolas a su casa y escondiéndolas”, dijo el príncipe Carlos de Inglaterra en el 5ª Foro Mundial del Holocausto celebrado en el centro conmemorativo del Holocausto Yad Vashem de la ciudad de Jerusalén.

A cientos de metros de ese sitio, se encuentra la tumba de su abuela, en el Monte de los Olivos: “Ella tiene un árbol plantado a su nombre aquí en Yad Vashem y se cuenta como uno de los Justos entre las Naciones, un hecho que nos da a mí y a mi familia un orgullo inmenso”, aseguró el príncipe de Gales en la semana en que se cumplen 75 años desde la liberación del mayor campo de concentración del nazismo, el de Auschwitz-Birkenau.

La princesa Alicia de Battenberg nació en el seno de la realeza y murió pobre. Nacida en 1887, fue una de las bisnietas alemanas de la reina Victoria de Inglaterra.

Sorda desde su nacimiento y muy hermosa en su juventud, Alicia se casó con el príncipe Andrés de Grecia en 1903 y tuvo cinco hijos, cuatro princesas (Margarita, Cecilia, Sofía y Teodora) y el príncipe Felipe, el futuro duque de Edimburgo y consorte de la reina Isabel II.

La familia fue llevada al exilio en dos ocasiones en una Grecia que no lograba estabilizarse políticamente, y se vio obligada a pedir asistencia económica a sus parientes europeos debido a la crisis que atravesaban.

Tras ser abandonada por su marido, Alicia fue diagnosticada con esquizofrenia paranoide y pasó un tiempo en un sanatorio después de sufrir una crisis nerviosa. Sigmund Freud fue consultado sobre la salud mental de las princesas, y concluyó que sus delirios fueron el resultado de «frustración sexual». En su libro de memorias «Bubbikins» (el apodo de su hijo), la princesa hace referencia al psicólogo, diciendo: «No era un hombre amable. Estuve allí por poco más de dos años y logré escapar».

Su gran secreto

Después de escapar del asilo, la princesa llevó una existencia nómada y monástica, dejando de tener contacto con su familia durante años. En 1928 se convirtió después en una monja ortodoxa griega mientras vivía en Francia, y regresó a Atenas sola en 1940, viviendo en la residencia de tres pisos de su cuñado.

Durante la Segunda Guerra Mundial, trabajó con la Cruz Roja de Suecia y Suiza para ayudar a los necesitados. Más tarde fundó una orden de monjas conocidas como la Hermandad Cristiana de María y Marta. Gran parte de su dedicación a la fe nació después del gravísimo accidente de avión que le costó la vida a su hija Cecilia, en 1937.

Cuando los nazis entraron en Atenas en 1943, la Hermana Alicia albergó a tres miembros de la familia Cohen. El padre de la familia, el ex parlamentario Haim Cohen, había estado cerca de la familia real hasta que falleció ese año. La princesa Alice no conocía a la esposa de Cohen, Rachel, ni a su hija, Tilde, pero de todos modos los escondió en su residencia ateniense, y más tarde también albergó al hijo de Rachel, Michael.

Yad Vashem dice que la princesa visitaba regularmente a la familia y quería aprender más sobre su fe judía. Muchas veces Alicia no comía los alimentos que el régimen daba a cuentagotas para poder alimentar a los Cohen. En un momento, cuando oficiales de la Gestapo llegaron a la casa para interrogarla, la princesa usó su sordera para evitar responder a sus preguntas.

La propia familia de la princesa Alicia luchó en ambos lados de la Segunda Guerra Mundial. Mientras el joven príncipe Felipe sirvió en la Marina Real Británica, sus tres yernos reales alemanes fueron partidarios de Adolfo Hitler y ocuparon puestos en la jerarquía nazi, que mató a seis millones de judíos. Muchos años después, el príncipe Felipe dijo que no había sabido de la existencia de la familia Cohen sino hasta mucho tiempo después del fallecimiento de su madre.

Sepultada en Jerusalén

“Era casi sorda de piedra y, por lo tanto, algo remota, bastante franca y bastante austera”, dijo el historiador británico Hugo Vickers, autor de una biografía de Alicia.“Fue una santa y, de hecho, era una filántropa. Ella fundó una hermandad de enfermería, escondió a una familia judía durante la guerra y regaló todo lo que poseía”.

“El príncipe Felipe lo adoraba, y él era bueno con ella”, relató Vickers. “A diferencia de lo que dice la serie The Crown, él había estado tratando de que ella viniera a vivir con ellos en Londres durante años. Solo cuando su hija Sofía le dijo que la invitación venía de parte de la reina, ella accedió de inmediato a venir”.

En 1967, después del golpe militar que destronó a la monarquía en Grecia, Alicia voló a Londres por pedido de su nuera, Isabel II, quien la alojó en el Palacio de Buckingham, donde se recluyó. Hugo Vicker recuerda: “Al final de su vida, el público en general apenas recordaba que estaba viva y desconocía en gran medida que estaba en el Palacio de Buckingham”.

Dos años después murió allí y, siguiendo su deseo, su cuerpo fue llevado a la Iglesia ortodoxa rusa de Santa María Magdalena, cuyas cúpulas de cebolla dorada se elevan desde el Monte de los Olivos, a las afueras de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Cerca suyo están las tumba de su tía, la gran duquesa Elisabeth de Rusia, quien también había dedicado su vida a la caridad, fue ejecutada por los bolcheviques en 1918 y fue canonizada como una santa ortodoxa rusa.

Hija de sobreviviente del Holocausto rescata la valentía de Alicia de Grecia por salvar a su familia

Nació sorda, fue abandonada por su marido y diagnosticada de esquizofrenia, pero superó los desafíos personales más extraordinarios para ayudar a aquellos que consideraba más necesitados.

La hija de un sobreviviente del Holocausto salvada de los nazis por la madre del príncipe Felipe de Inglaterra, Alicia de Battenberg, compareció en un documental de televisión en el que expresó su agradecimiento a la fallecida princesa por su valentía.

Evy Cohen reveló cómo su padre Alfred Haimaki Cohen, jefe de una familia poderosa de Atenas con vínculos con la realeza griega, buscó a la princesa Alicia como su única esperanza ante la amenaza de los nazis. En ese momento, la princesa Alicia, que estaba casada con el príncipe Andrés de Grecia, se había establecido en Atenas y había pasado más de dos años siendo tratada en un sanatorio por esquizofrenia.

A principios de 1943, se hizo evidente que las decisiones contra los judíos, de llevarlos a campos de concentración, empezaban a ser obvias, y mi familia tuvo que esconderse”, explica Evy en el documental Princess Alice: The Royals Greatest Secret, de la cadena británica Channel 5.

Por casualidad, Alfred, un miembro prominente de la comunidad de 8.000 judíos en Atenas, se encontró con la dama de honor de Alicia, y la princesa rápidamente le ofreció refugio en el último piso de su casa, a solo unos metros de la sede de la Gestapo en Atenas. “Si no hubiera sido por ella, no estaría viva hoy para decir todo esto. Mis padres no se habrían conocido, y tantas otras cosas”, detalló Evy.

No lo pensó ni por un minuto, solo escuchó que había personas en peligro y pensó que podía hacer algo por ellos”, relató la mujer. “La historia de la princesa Alicia y mi familia es hermosa, y espero que pueda ser un ejemplo para que los jóvenes de hoy sigan haciendo cosas buenas en la vida y sean humanos”.

La princesa Alicia de Battenberg, que nació en el Castillo de Windsor y era bisnieta de la reina Victoria de Inglaterra. Se crió como una princesa inglesa, aunque sus padres eran alemanes. Alicia era congénitamente sorda pero podía hablar con claridad. Las fotografías muestran lo hermosa que era, con su cabello recogido y vestidos de encaje.

Luego, en 1902, en la coronación del rey Eduardo VII, se enamoró perdidamente del príncipe Andrés, un hijo menor del rey de Grecia. Como su sobrina, Lady Pamela Hicks, ha dicho anteriormente, ella estaba absolutamente loca por él. Realmente, profundamente enamorada”.

En 1922, cuando Alicia ya tenía cuatro hijas y un hijo, la familia real griega fue exiliada a causa de la revolución. El futuro duque de Edimburgo, de apenas unos meses de vida, fue metido en un catre improvisado, un cajón de naranjas, mientras la familia escapaba en un barco de guerra británico. Llegaron a París como refugiados, viviendo de las dádivas de sus familiares.

La tensión pasó factura a Alicia, y sus apasionadas creencias religiosas se volvieron cada vez más excéntricas. Para 1930, estaba escuchando voces y creía que estaba teniendo relaciones físicas con Jesús y otras figuras religiosas.

Fue diagnosticada como esquizofrénica, y cuando el tratamiento en una clínica de Berlín falló, por consejo de Sigmund Freud, le hicieron una explosión de rayos X en el útero para curarla de los deseos sexuales frustrados, fue ingresada en un sanatorio suizo mientras su marido se fue a vivir a la Riviera francesa con su amante.

Durante la guerra, y separada de sus hijos, se desempeñó como enfermera militar en el frente y fundó una orden de monjas enfermeras en Grecia, donde superaría los desafíos personales más extraordinarios para ayudar a aquellos que consideraba más necesitados que ella. Su hermano, Lord Mountbatten, le enviaba paquetes de comida que Alicia entregaba a los necesitados.

La princesa Alicia ha sido reconocida formalmente por la valentía y el coraje que demostró al esconder a los miembros de la familia Cohen durante la persecución nazi. “Si ella no lo hubiera hecho, yo no estaría viva hoy para decir todo esto”, dijo Evy.

La doctora Anna Whitelock, historiadora real y experta, explicó que cuando los generales alemanes vinieron a buscar judíos escondidos, Alicia fingió que no podía entenderlos, porque era sorda, y ellos pensaron que era “una anciana tonta y la dejaron en paz”.

“Se estaba ejecutando gente por cuidar de familias judías, pero Alicia no tenía miedo”, dijo Ingrid Seward, editora de la revista Majesty. “Creo que Alicia estaba enfrentando un riesgo enorme, ya que pudo haber enfrentado un pelotón de fusilamiento porque había albergado a una familia judía», agregó la historiadora Chandrika Kaul, de la Universidad de St Andrews.

En enero de 2020, el príncipe Carlos rindió homenaje a su “querida abuela” en una ceremonia conmemorativa del Holocausto a la que asistieron unos 40 líderes mundiales en Jerusalén: “Durante mucho tiempo me inspiré en las acciones desinteresadas de mi querida abuela, la princesa Alicia de Grecia, quien en 1943, en la Atenas ocupada por los nazis, salvó a una familia judía llevándola a su casa y escondiéndola”.

En 1993, la princesa recibió el mayor honor que Yad Vashem otorga a los no judíos por esconder a la familia Cohen en su casa de Atenas durante la Segunda Guerra Mundial. Su tumba hoy se encuentra en la Iglesia de María Magdalena, el Monte de los Olivos de Jerusalén, y hay un árbol plantado en su nombre en el Yad Vashem.