El comité de expertos comenzó a buscar una solución para la sucesión imperial de Japón

El comité asesor del gobierno de Japón, encargado de asegurar una sucesión imperial estable, celebró su primera reunión el martes, y las discusiones durante los próximos meses se centrarán en si el país debe romper con la tradición y permitir que las mujeres miembros de la familia del emperador asciendan al trono.

El panel se estableció en respuesta a una resolución no vinculante del parlamento en 2017 que pedía al gobierno que intensificara el debate después de que el entonces emperador Akihito expresó su deseo de abdicar debido a la vejez”, informó Japan Times.

El panel de seis miembros escuchará a expertos en varios campos y tiene como objetivo llegar a una conclusión para los próximos meses, momento en el que presentará sus hallazgos a la Dieta.

Lea además: El premier japonés quiere una sucesión masculina pese al “peligro de extinción” imperial

El tema que están discutiendo es un asunto importante en relación con la base de la nación”, dijo el primer ministro Yoshihide Suga al comienzo de la reunión. “Espero que escuche una variedad de opiniones y las ordene de una manera que sea fácil de entender”.

El comité de expertos se formó en medio de una creciente preocupación por el número cada vez menor de miembros de la familia imperial y lo que eso significa para el futuro del Trono del Crisantemo. Estará formado por el ex presidente de la Universidad de Keio, Atsushi Seike, Tetsuro Tomita, presidente de East Japan Railway Co., y Mayumi Ohashi, profesora de derecho en la Universidad de Sophia, entre otros.

Según un funcionario del gobierno nipón, citado por Japan Times, el comité consultará a un total de unos 20 expertos para que den su opinión sobre el tema.

El preocupante asunto de la sucesión al trono

Bajo la sucesión imperial patrilineal de Japón, solo masculina, el emperador Naruhito, de 61 años, solo tiene tres herederos: su hermano, el príncipe heredero Akishino, de 55, su sobrino, el príncipe Hisahito, de 14, y su tío, el príncipe Hitachi, de 85. El emperador y la emperatriz Masako tiene una hija, la princesa Aiko, de 19 años.

El panel acordó preguntar a los expertos sobre 10 puntos clave, incluida su posición sobre la inclusión de miembros imperiales femeninos o matrilineales en la línea de sucesión, la regla actual que exige que las mujeres que se casan con plebeyos abandonen su estatus imperial y la adopción de herederos varones de antiguas ramas de la familia imperial.

Lea además: Emperador en el 2050: la presión de perpetuar a la monarquía japonesa recae ahora en el príncipe Hisahito

El público japonés está cada vez más a favor de permitir que una mujer ascienda al trono, y el 85% de los encuestados en una encuesta de Kyodo News realizada la primavera pasada apoya la medida. Pero los conservadores del gobernante Partido Liberal Democrático son reacios a realizar cambios significativos en las reglas sobre la sucesión imperial.

El sistema imperial de Japón se remonta al siglo V y ha habido ocho mujeres monarcas entre los siglos VI y XVIII. Pero ninguno de ellos era de ascendencia femenina. La ley actual entró en vigor en 1947.

El emperador Naruhito elogió la «perseverancia y fuerza» de los japoneses ante la pandemia

El emperador Naruhito de Japón dijo, con motivo de su cumpleaños número 61, sentirse agradecido por la “perseverancia y fuerza del pueblo” de su país frente a la pandemia de Covid y expresó su aprecio por los profesionales médicos que la han enfrentado.

En una conferencia de prensa, el emperador ofreció sus condolencias por las numerosas pérdidas sufridas en el último año a causa del Covid, reconociendo los esfuerzos que han realizado las personas para prevenir una mayor propagación de infecciones, así como las dificultades y el estrés provocado por la pandemia.

“Espero un futuro brillante después de que el público supere la pandemia de coronavirus con paciencia al cooperar entre sí”, dijo el monarca.

El emperador también expresó su esperanza de que visite la región nororiental de Tohoku de Japón, que conmemorará el décimo aniversario del terremoto, tsunami y desastre nuclear del 11 de marzo que mató a unas 16.000 personas y dejó unas 2.500 desaparecidas, la mayoría en las prefecturas de Fukushima, Iwate y Miyagi.

“Si tengo la oportunidad, espero visitar las zonas afectadas con más de 10 años transcurridos”, dijo. “Siento que las heridas de las personas afectadas por el desastre aún no se han curado”.

El fuerte temblor que azotó el noreste de Japón a principios de este mes le recordó una vez más que Japón “necesita pensar en el Gran Terremoto del Este de Japón como parte del presente, y no solo del pasado”, según publicó la agencia Kyodo News.

Este año, como el anterior, el tradicional saludo del emperador en el palacio imperial de Tokio fue cancelado por la pandemia. Naruhito dijo que es “desafortunado” que no pueda reunirse con sus padres y su hermano menor, el príncipe heredero Fumihito, pero que se comunica con ellos con frecuencia.

En la conferencia de prensa, el emperador también expresó su preocupación por el aumento de los casos de violencia doméstica y abuso infantil, junto con las crecientes tasas de suicidio entre las mujeres y la población más joven debido a la pandemia.

Respecto a su familia inmediata, el emperador dijo que continuaría apoyando a su esposa, la emperatriz Masako, de 57 años, quien «todavía está en proceso de recuperación». La emperatriz es propensa a sufrir episodios de agotamiento después de eventos importantes, dijo.

También habló sobre su hija, la Princesa Aiko, una estudiante de la Universidad de Gakushuin que se convertirá en un miembro adulto de la familia cuando cumpla 20 años en diciembre.

«Espero que aprenda de muchas personas y que las experiencias que ha tenido amplíen sus puntos de vista», dijo el emperador sobre su hija, quien actualmente asiste al Departamento de Lengua y Literatura Japonesa de la universidad.

Aiko es la única hija de los emperadores pero no es la heredera al trono. Cuando se le preguntó sobre el futuro de su hija, el emperador dijo que cree que habrá oportunidades para hablar sobre ello con la princesa, incluso sobre su matrimonio.

Covid-19 obliga a cancelar nuevamente el cumpleaños del emperador de Japón

Japón está en estado de Emergencia y la Agencia de la Casa Imperial anunció la cancelación de la celebración pública de cumpleaños del emperador Naruhito en el Palacio Imperial de Tokio para evitar la propagación del coronavirus. Se trata de la segunda vez que el cumpleaños del monarca se cancela debido a la pandemia.

El evento, que debía celebrarse el 23 de febrero, fue cancelado porque se llevaría a cabo “a fines de febrero cuando hace frío”, mientras que “mucha gente se congregaría en el palacio”, dijo Kenji Ikeda, vice gran administrador de la Agencia imperial, citado por The Japan Times.

En el cumpleaños imperial, más de 80.000 ciudadanos suelen ingresar al palacio imperial para escuchar el mensaje del emperador. Antes de la pandemia, el cumpleaños del emperador se canceló por última vez en 1996 de acuerdo con los deseos del entonces emperador Akihito debido a la crisis de rehenes en la embajada japonesa en Perú.

El tradicional discurso imperial de Año Nuevo, que generalmente tiene lugar el 2 de enero, también fue cancelado este año, aunque el emperador y su esposa, la emperatriz Masako, publicaron un video el día de Año Nuevo para expresar a los japoneses sus buenos deseos.

En Japón, los pacientes con Covid-19 ingresados en hospitales, cuyas condiciones se consideran graves, aumentaron a niveles récord esta semana. Las cifras de nuevos casos diarios se consideran récord y el país registra un total de 330.544 infecciones. La semana pasada, Japón notificó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el hallazgo de varios casos de infectado con la nueva cepa del coronavirus.

El premier japonés quiere una sucesión masculina pese al «peligro de extinción» imperial

Las reglas sucesorias vigentes en la monarquía japonesa, que solo permiten a los hombres ascender al Trono del Crisantemo, debe ser una “prioridad” en las discusiones sobre cómo lograr una sucesión imperial estable, manifestó el primer ministro Yoshihide Suga.

“En las circunstancias actuales, se debe dar prioridad a la sucesión sólo masculina”, dijo Suga en un programa de radio transmitido por Nippon Broadcasting System, refiriéndose a la larga tradición de sucesión masculina.

A los largo de 2.600 años, Japón tuvo 126 emperadores, salvo las excepciones de siete mujeres que gobernaron como regentes de familiares cercanos que estaban incapacitados para reinar. Ley de la Casa Imperial de 1947 establece que solo los varones en línea paterna pueden ascender al Trono del Crisantemo.

Actualmente, solo tres hombres están habilitados para remplazar al emperador Naruhito, de 60 años, quien solo tiene una hija mujer. El príncipe heredero es el hermano menor del emperador, el príncipe Akishino, de 55 años, y la línea sucesoria se completa con su hijo Hisahito, de 14, y el tío del emperador, el príncipe Hitachi, de 85 años.

El actual gobierno dijo que mantendrá un debate sobre cómo asegurar una sucesión imperial “estable” luego de los llamados del Parlamento para abordar el problema. La medida se produce en medio de preocupaciones de que la familia imperial podría quedarse sin herederos: en el futuro, la responsabilidad de perpetuar a la dinastía reposará únicamente en el príncipe Hisahito.

El Parlamento pidió al gobierno crear un comité de expertos para analizar las posibilidades para impedir que la familia imperial se “extinga” en las próximas décadas, pero la administración de Suga está retrasando el debate. En una encuesta de Kyodo News realizada el año pasado, el público japonés mostró su apoyo a que las mujeres asciendan al trono.

Intruso en palacio: detenido un hombre por entrar en la residencia del emperador de Japón

Un hombre de 29 años fue arrestado por haber irrumpido presuntamente en la residencia del emperador Naruhito de Japón en Tokio, donde habría pasado dos horas antes de ser descubierto, indicaron medios locales el domingo 3 de enero. 

El hombre, que no fue identificado, ingresó el sábado por la noche en el complejo residencial de Akasaka, donde residen varios miembros de la familia imperial, normalmente muy custodiado, a través de una casa de huéspedes adyacente, indicó Fuji News Network (FNN). 

El intruso fue capturado por la Guardia Imperial cerca de la residencia de la princesa Yuriko de Mikasa, la tía abuela del emperador Naruhito, unas dos horas después de que irrumpiera en el lugar. FNN dijo que el hombre había accedido a través de la puerta de entrada de la casa de huéspedes, que no estaba vigilada en ese momento.

La irrupción también fue confirmada por TBS News, que explicó que el sospechoso le había dicho a la policía que «quería conocer a miembros de la familia imperial».

La residencia de Akasaka ocupa un poco más de 500.000 metros cuadrados de terreno, aproximadamente la mitad del Palacio Imperial de Tokio, y es donde viven varios miembros de la familia imperial. Después su abdicación, el emperador Akihito y la emperatriz Michiko se prepara para habitar el Palacio Tōgū, la que fuera residencia del príncipe heredero en el lado oeste del recinto de Akasaka.

El príncipe Akishino, heredero del trono trono, y su familia tienen su residencia en el lado este de los terrenos, mientras al sudoeste residen miembros de las líneas Mikasanomiya y Takamado de la familia imperial. Akasaka, también conocido como la Casa de Huéspedes del Estado, se usa para dar la bienvenida a dignatarios extranjeros.

Pero no se trata de la primera vez que un intruso accede al palacio, ya que en mayo de 2020 un japonés fue arrestado por nadar a través del foso del Palacio Imperial para escalar una pared exterior y entrar en partes prohibidas de la residencia.

Por la pandemia, el mensaje de Año Nuevo del emperador de Japón será televisado

Será el primer mensaje de video lanzado por Naruhito a los japoneses desde que ascendió al trono en mayo del año pasado.

El emperador Naruhito de Japón pronunciará su discurso de Año Nuevo a través de un mensaje grabado después de la decisión del mes pasado de cancelar la celebración pública en el palacio de Tokio debido a la pandemia de coronavirus.

Será el primer mensaje de video lanzado por el emperador desde que ascendió al trono en mayo del año pasado luego de la abdicación de su padre, el ex emperador Akihito, dijo el jueves la Agencia de la Casa Imperial citada por el periódico Mainichi.

En noviembre, la casa imperial decidió suspender la celebración imperial de Año Nuevo en enero, ya que atraería a espacios reducidos a grandes multitudes de personas, muchas de las cuales se esperaban que fueran mayores y que enfrentarían un mayor riesgo de contraer una forma grave de Covid-19, informó Japan Times.

En el evento, que generalmente tiene lugar el 2 de enero, el emperador, la emperatriz y otros miembros de la familia imperial saludan a miles de simpatizantes desde un balcón en el Palacio Imperial de Tokio. Un total de 68.710 personas acudieron el pasado enero a la explanada del Palacio Imperial de Tokio con motivo del evento.

Japón: tradicional saludo imperial de Año Nuevo fue cancelado por el coronavirus

La Casa Imperial teme que sea un evento supercontagiador, especialmente por la cantidad de gente adulta que asiste.

La tradicional ceremonia de Año Nuevo, en la que la Familia Imperial de Japón abre sus puertas a las multitudes, es uno más de los eventos imperiales que tuvieron que ser cancelados a causa de la pandemia.

La Agencia de la Casa Imperial de Japón, que se encarga de gestionar los asuntos vinculados a la familia imperial japonesa, tomó esta decisión para evitar las aglomeraciones que suelen producirse con motivo del evento, que se celebra habitualmente el 2 de enero, y al que suele acudir mucha gente de edad avanzada, especialmente vulnerable frente al virus.

Un total de 68.710 personas acudieron el pasado enero a la explanada del Palacio Imperial de Tokio con motivo del evento, durante el que el emperador, la emperatriz y otros miembros de la familia saludan a los ciudadanos desde un balcón de vidrios blindados. Es la primera vez que el evento se cancela desde 1990, cuando el país estaba de luto por la muerte el año anterior del emperador Hirohito, el abuelo del actual emperador, informó la agencia Kyodo.

En medio de un resurgimiento de casos de virus, con recuentos diarios en todo el país que alcanzan niveles récord desde la semana pasada, el Año Nuevo el último de una serie de eventos imperiales que se cancela o pospone este año debido a la crisis mundial. El cumpleaños público del emperador Naruhito, quien ascendió al trono el año pasado, también se canceló en febrero pasado, pocos días antes de la fecha prevista, a causa del inicio del brote de Covid.

Las autoridades de Tokio pidieron esta semana a los habitantes que eviten salidas innecesarias e instaron a los comercios que venden alcohol a cerrar más temprano, frente al aumento de contagios de covid-19. Hasta la fecha, Japón se ha visto relativamente poco afectado por la pandemia -con unos 2.000 decesos y 135.400 contagios, según las cifras oficiales- y no impuso medidas de confinamiento como sí lo hicieron otros países. Pero actualmente el archipiélago nipón registra cifras récord de contagios diarios.

La asociación médica de Japón advirtió el miércoles que «el sistema sanitario corría el riesgo de derrumbarse en todo el país». «Si el número de infecciones aumenta rápidamente, no tendremos (suficientes) camas para los enfermos y otros» pacientes, declaró su presidente. Antes, el primer ministro Yoshihide Suga declaró que Japón se encontraban en «alerta máxima» tras registrar un número récord de infecciones diarias, y el gobierno tuvo que renunciar a una polémica campaña para promover el turismo interior.

La corte de Japón cancelaría más eventos ante temor de una tercera ola del coronavirus

La gran oportunidad de ver a la familia de imperial Japón al completo en Año Nuevo podría perderse por la pandemia.

La gran oportunidad de ver a la familia de imperial de Japón al completo podría perderse. La Agencia de la Casa Imperial está considerando suspender el evento anual de Año Nuevo del emperador Naruhito en el Palacio Imperial de Tokio debido a los crecientes temores sobre una nueva ola de infecciones por coronavirus.

La posibilidad de cancelación se producce mientras el número de casos diarios de coronavirus en Japón alcanzó un récord de alrededor de 1.700 en los últimos días, superándose por primera vez desde agosto los 300 casos diarios en Tokio. Sería la primera vez que se cancela el evento desde 1990, cuando el país todavía estaba de luto oficial por la muerte del emperador Hirohito, abuelo del actual emperador, ocurrida en enero de 1989.

El evento de Año Nuevo generalmente tiene lugar el 2 de enero. En el evento de este año, el primero desde que el actual emperador asumió el trono el 1 de mayo de 2019, él y la emperatriz Masako, junto con el príncipe heredero Akishino y su familia, saludaron a unas 68.000 personas. -aposa en cinco ocasiones – tres veces por la mañana y dos por la tarde.

Posteriormente una serie de eventos imperiales organizados por el emperador y la emperatriz, las fiestas bianuales en el jardín, que normalmente se celebran en primavera y otoño en Akasaka, en el centro de Tokio, para apreciar el trabajo de personas que han alcanzado logros distinguidos en varios campos, también se cancelaron debido a a la pandemia.

La Casa Imperial también canceló el discurso del cumpleaños del emperador días antes de lo programado en febrero debido a la preocupación de que el evento público pudiera llevar a un aumento de infecciones, ya que atraería a una gran multitud a confines cerrados.

Una tercera ola de coronavirus está llegando a Japón, advirtieron esta semana las autoridades. «Esto puede considerarse como una tercera ola (del coronavirus)», explicó el director de la Asociación Médica de Japón, Toshio Nakagawa. Sin embargo, el Gobierno ha descartado declarar un estado de emergencia para detener la propagación de la infección, aseguró el ministro a cargo de la respuesta al coronavirus del Gobierno, Yasutoshi Nishimura.

El primer ministro Yoshihide Suga espera obtener dosis de vacunas suficientes como para cubrir a toda la población japonesa, pero entretanto aumentan los casos diarios de Covid-19, en parte por las temperaturas en baja y en parte por los traslados dentro del país, favorecidos por una campaña del gobierno para promover el turismo local. “Si la propagación de la infección continúa, tendremos que tomar medidas más fuertes», dijo Nishimura, sugiriendo que la caída de las temperaturas y la baja humedad “podrían exacerbar el brote”.

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Akishino de Japón fue declarado Heredero del Trono en ritual imperial

El hijo menor de los ex emperadores Akihito y Michiko asumió el título de “Koshi denka” en un ritual ancestral celebrado en Tokio.

El príncipe Akishino de Japón, fue formalmente declarado Príncipe Heredero de la Era Reiwa en una ceremonia en Tokio este 8 de noviembre.

El evento, que estaba programado para el 19 de abril y se pospuso debido a la pandemia del coronavirus, tuvo lugar casi 18 meses después de que el príncipe fuera ascendido al primer lugar en la sucesión al trono tras la entronización de su hermano mayor, Naruhito.

El ascenso del príncipe Akishino al rango de “Koshi denka” (heredero) entierra definitivamente las esperanzas de una gran mayoría de japoneses que prefería ver como futura emperatriz a la princesa Aiko, hija de Naruhito y de la emperatrz Masako.

Vestido con una túnica de color naranja, el príncipe de 54 años se presentó en el ritual «Rikkoshi Senmei no Gi» (ceremonia de proclamación del príncipe heredero) en el Salón Matsu no Ma, el espacio más amplio del Palacio Imperial de Tokio, ante unas 50 personas, incluidas miembros de la familia imperial y funcionarios del gobierno. Su esposa, la princesa heredera Kiko, de 54 años, también participó del ritual.

Las ceremonia fue similar a los rituales de Rittaishi no Rei que se celebraron en 1953, cuando Akihito fue declarado príncipe heredero, y los de 1991 cuando el actual emperador fue proclamado como tal. Pero a diferencia de sus antecesores, Akishino no asumió el título de “Kotaishi” -que utilizan los hijos del emperador- sino el de “Koshi”, destinado a los herederos que no son hijos de los emperadores reinantes.

Tras los discursos del emperador Naruhito, de 60 años, y del príncipe heredero, el primer ministro Yoshihide Suga ofreció un mensaje de felicitación similar al que se dio en octubre de 2019 durante la entronización del emperador.

El número de asistentes a la ceremonia, de aproximadamente 15 minutos de duración, se redujo significativamente de los 350 inicialmente planeados a raíz del brote de coronavirus en el país. Los banquetes imperiales y el desfile por las calles de Tokio también se cancelaron.

El príncipe heredero Akishino heredó una espada imperial transmitida por los sucesivos príncipes herederos nipones como símbolo de su nuevo estatus y será recibido en audiencia por los emperadores en la ceremonia “Choken no Gi”, que se llevará a cabo el domingo por la tarde después de la proclamación.

El emperador Naruhito, de 60 años, cuenta actualmente con otros dos presuntos herederos además de su hermano: su sobrino de 14 años, el príncipe Hisahito, y su longevo tío el príncipe Hitachi, de 83 años.

Las mujeres de la familia real están impedidas de reinar en consecuencia de la Ley de la Casa Imperial impuesta después de la II Guerra Mundial, y pierden su estatus imperial cuando contraen matrimonio. Tampoco pueden transmitir derechos sucesorios a sus hijos ni ejercer como regentes, cosa que sucedió diez veces a lo largo de la historia nipona hasta el siglo XVIII.

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Perfil: Akishino de Japón, un futuro emperador con curiosidad científica

Reconocido por su franqueza, no es el futuro monarca que muchos japoneses quisieran tener, pero su presencia se convirtió en indispensable para una monarquía en peligro de extinción. ¿Quién es realmente el príncipe?

El nuevo príncipe heredero nipón, Fumunito, también conocido como Akishino, que será formalmente declarado heredero de la Era Reiwa en una ceremonia en Tokio este 8 de noviembre, es conocido como uno de los miembros más francos de la familia imperial, y a menudo expresa sus puntos de vista sobre cómo debería estar la familia en los tiempos modernos. El príncipe también es conocido por su interés en los animales, habiendo investigado la domesticación de pollos, entre otros temas.

Nacido el 30 de noviembre de 1965, Fumihito es el hijo menor del emperador emérito Akihito y la emperatriz emérita Michiko y era conocido como el príncipe Aya cuando era joven. Asistió a la escuela primaria de la Universidad de Gakushuin al igual que su hermano y muchos otros miembros de la familia imperial, y avanzó a su escuela secundaria y secundaria antes de ingresar a la Facultad de Derecho de la universidad, Departamento de Estudios Políticos.

Después de graduarse de la universidad en 1988, fue a Gran Bretaña para estudiar en la Escuela de Graduados de Zoología en el St. John’s College de la Universidad de Oxford y regresó a Japón en 1990, escribió el Japan Times en un reciente perfil del príncipe.

Boda imperial con una plebeya

La noticia del compromiso de Fumihito en agosto de 1989 sorprendió a muchos en Japón, ya que fue solo siete meses después de la muerte de su abuelo, el emperador Hirohito. La noticia llegó mientras la familia imperial cumplía un año de luto y Fumihito estudiaba en Gran Bretaña. Su compromiso, después de una relación de cuatro años también ocurrió antes que el de su hermano mayor, al que le costaba encontrar una esposa, y el interés de los medios significó que eclipsó a Naruhito por primera vez.

La corte consideró que una boda sería inapropiada durante el período de duelo, pero decidió que un anuncio no oficial era aceptable. Después de regresar de dos años de estudios en Gran Bretaña, Fumihito se casó con Kiko en junio de 1990. Su matrimonio con Kiko, quien también estudió en la Universidad de Gakushuin y es la hija del economista y profesor de la Universidad de Gakushuin, Tatsuhiko Kawashima, marcó el inicio de una nueva rama de la familia imperial, la de los Príncipes Akishino.

La primera hija de la pareja, la princesa Mako, nació en octubre de 1991, y su segunda, la princesa Kako, nació en diciembre de 1994. En septiembre de 2006, nació el príncipe Hisahito, convirtiéndose en el primer hijo y heredero del trono del crisantemo nacido del imperial. familia en 41 años. Debido a que la Ley de la Casa Imperial de 1947 de Japón establece que solo los varones de la línea paterna pueden ascender al trono, lo que deja tres herederos en la actualidad: Akishino y su hijo menor Hisahito se convirtieron en los futuros emperadores.

Primero en la línea sucesoria

En 2018, el príncipe causó revuelo al cuestionar si el dinero público debería financiar el Daijōsai único, un ritual clave durante el proceso de entronización que se celebró en noviembre de 2019, dada su naturaleza fuertemente religiosa. Su comentario sobre la necesidad de aceptar una familia imperial más pequeña también atrajo interés y ofrece una idea del pensamiento de la casa imperial.

Akishino planteó una pregunta sobre el financiamiento estatal de Daijosai, el evento religioso, desde el punto de vista de la separación de religión y estado. En su lugar, sugirió utilizar los fondos privados de la familia imperial para el ritual en 2018. Aunque su propuesta no fue aceptada, dijo que sus sentimientos sobre este asunto permanecen sin cambios en una conferencia de prensa en su cumpleaños en 2019.

Como sugiere este comentario, el príncipe Akishino es conocido por su franqueza. Sin embargo, también es conocido por su sentido del humor. Durante la misma conferencia de prensa, el príncipe comentó sobre las ceremonias relacionadas con la entronización de su hermano: “En la ceremonia anterior, el actual emperador estaba a mi lado y sentí que podía observar sus gestos formales si no sabía qué hacer. Pero en esta ceremonia, no pude hacer eso e imaginé que otros participantes probablemente seguirían mis acciones. Así que estaba un poco nervioso por eso. Pensé que tenía que comportarme para no cometer errores”, dijo.

Compartir alegrías y tristezas de la gente”

“Como el único otro miembro masculino de la familia imperial de la misma generación, Akishino tiene una gran responsabilidad en el mantenimiento de la familia”, escribió el periodista Saito Katsuhisa, especializado en asuntos de la monarquía nipona.

Akishino y Kiko han participado en diversas ceremonias como las relacionadas con el nuevo reina y otros eventos como parte de sus funciones. Sus hijas mayores, la princesa Mako, de 29 años, y la princesa Kako, de 25, también han cumplido con distintas ceremonias. Cuando se le preguntó sobre los deberes de su familia y el nuevo papel de la familia imperial en la conferencia de prensa, el príncipe dijo que cree que es importante que todos los deberes se lleven a cabo de manera respetuosa.

“Creo que el (papel básico de la familia imperial) es compartir las alegrías y las tristezas de la gente y cumplir con nuestros deberes mientras deseamos la felicidad de la gente. Esto es algo que el emperador emérito ha dicho a menudo ”, dijo el príncipe en la conferencia de prensa. “A medida que las solicitudes (del público a la familia imperial) cambian de una época a otra, creo que siempre debemos considerar la forma en que actuamos para adaptarnos a los tiempos”, dijo mientras mantiene la importante tradición de la familia.

En una conferencia de prensa celebrada por el príncipe heredero y la princesa heredera antes de su viaje a Europa, un periodista preguntó qué pensaba la pareja sobre el tema de cumplir con los deberes reales a medida que la familia disminuye en número. Akishino dijo que, en cierto sentido, era necesario simplemente aceptar que habría menos miembros capaces de participar en las actividades de buena voluntad internacional. “Creo que debemos hacer lo que podamos con los números disponibles”, comentó.

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Koshi denka: el nuevo título oficial de Akishino como príncipe heredero de Japón

La ley de la Casa Imperial establece minuciosamente la nueva posición del hermano del emperador Naruhito.

Este 8 de noviembre el príncipe Fumihito de Japón, también conocido como príncipe Akishino, será declarado oficialmente Príncipe Heredero en un solemne ritual llamado “Rikkoshi no rei” (ceremonia de proclamación del príncipe heredero) en el más vasto de los salones del palacio Imperial de Tokio, el Matsu no ma.

La ceremonia, presidida por los emperadores Naruhito y Masako, es la primera de este tipo que se celebra en mucho tiempo en la corte nipona y tiene por objeto presentar al hermano menor del emperador como el oficial heredero del Trono del Crisantemo.

En Japón existen distintas formas de llamar al príncipe heredero. De acuerdo con las disposiciones de la Ley de la Casa Imperial, “cuando el Emperador fallece, el Príncipe Heredero toma inmediatamente el trono” y el nuevo heredero “se llamará Kotaishi o Koshi”. “Si Kotaishi fallece, «Kotaison», hijo del Kotaishi será reemplazado en el orden de sucesión”, firma la Ley, aprobada después de la II Guerra Mundial.

“Kotaishi”, es el título del hijo primogénito del emperador y el primero en la línea de sucesión como Heredero Aparente. Este fue el título del actual emperador desde 1990 hasta la abdicación de su padre; y el emperador Akihito ostentó el título de Kotaishi desde su investidura en 1953 hasta que ascendió al trono en 1989.

A partir de su ubicación en el primer plano de la sucesión, Akishino será denominado oficialemente “Koshi denka”: “Koshi” (heredero imperial o príncipe heredero), le corresponde como primero en la sucesión, mientras «denka» es un título honorífico que significa «Alteza».

Según informes de la prensa japonesa basados en declaraciones de expertos asesores del gobierno, Akishino había confiado a sus allegados su renuencia a asumir el título de «kotaishi» con el argumento de que no fue educado como un príncipe heredero.

Al primer hijo varón del príncipe heredero se lo denomina “Kotaison” (así será denominado el príncipe Hisahito, hijo de Akishino), mientras que el título de “Koshi” se utiliza para el heredero que no es el descendiente directo del soberano actual (por ejemplo, hermano o primo).

A lo largo del siglo XX, hubo un “Koshi” en la monarquía japonesa: el primero fue el príncipe Yasuhito (1902-1952), segundo hijo del emperador Taisho, quien fue presunto heredero del trono desde la coronación de su hermano mayor, Hirohito, hasta el nacimiento del príncipe Akihito, una década más tarde.

El nuevo heredero nació en 1965 y es el segundo hijo de los emperadores (ahora eméritos) Akihito y Michiko. Ostenta el título de Príncipe Akishino. En 1990 contrajo matrimonio con Kiko Kawashima, hija de un profesor universitario con la que tuvo tres hijos: las princesas Mako (1992) y Kako (1994) y el príncipe Hisahito de Akishino(2006).

El 1 de mayo de 2019, Akishino pasó al primer lugar en la línea sucesoria al trono, al ser entronizado su hermano mayor, con lo cual se convirtió en el nuevo “Koshi” de la monarquía nipona y el primero después de 86 años.

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La princesa Aiko no será emperatriz, pero ocho mujeres reinaron antes en Japón

El debate sobre la sucesión al Trono del Crisantemo continúa en la era Reiwa. Aunque hoy solo los varones pueden reinar, en el pasado el país tuvo emperatrices.

Pese a que actualmente rige la Ley Sálica, que prohíbe el acceso de las mujeres al trono, Japón tuvo ocho emperatrices a lo largo de su milenaria historia. Suiko, la primera mujer que fue emperatriz, fue coronada en el año 593, pero ninguna de sus sucesoras transmitieron sus derechos al trono a sus hijos. La última emperatriz regente fue Go-Sakuramachi, quien abdicó en 1771 y no dejó la corona a su propia descendencia, sino a su sobrino.

Actualmente, de acuerdo a la ley de la casa imperial de 1947, las hijas, nietas o sobrinas de emperadores pierden su estatus y pasan a ser “plebeyas” cuando contraen matrimonio. Ya tampoco pueden convertirse en emperatrices, lo que significa que la princesa Aiko, hija de los emperadores Naruhito y Masako, jamás podrá sentarse en el Trono del Crisantemo.

Bajo el gobierno de Junichiro Koizumi, en diciembre de 2004, se creó el “Comité de Expertos sobre la Ley de la Casa Imperial” para debatir sobre el futuro de las sucesiones al Trono del Crisantemo. El problema era que ningún varón había nacido en la Familia Imperial desde hacía 40 años, y la siguiente generación del príncipe heredero (el actual emperador Naruhito) no tenía un hijo varón que pudiera ascender al trono.

En el informe final, elaborado en noviembre de 2005 tras casi un año de deliberaciones, el comité propuso una política que permitiera a las mujeres y a sus hijos suceder en el trono. Más tarde, en febrero de 2006, se anunció que la princesa Kiko estaba embarazada, y en septiembre de 2006 nació el príncipe Hisahito, el primer varón de la dinastía después de cuatro décadas. Finalmente, el gobierno archivó la propuesta del comité para enmendar la Ley de la Casa Imperial, pero pasaron 14 años, y la generación que sucederá a Hisahito aún plantea una seria incógnita.

La Ley Especial de la Casa Imperial, que fue promulgada en junio de 2017 con el fin de permitir la abdicación del emperador Akihito, sugiere al Gobierno que considere la “sucesión estable al Trono Imperial” a través de una resolución. La Ley estipula que “el Trono será ocupado por un varón del linaje paterno”, es decir, sólo los varones cuyo padre sea emperador se convertirán en emperadores. Esto significa que solo tres miembros de la actual familia imperial son elegibles para suceder al trono (el Príncipe Heredero Akishino, su hijo Hisahito y su tío, el octogenario príncipe Hitachi), con lo cual el futuro de la monarquía peligra dramáticamente.

Si el sistema actual se mantiene y el príncipe Hisahito asciende al trono en el futuro, llevará la pesada responsabilidad de tener hijos varones que aseguren estabilidad a la sucesión, un dilema en el que es el país con menor tasa de natalidad del planeta. En el pasado no existía la y hubo diez mujeres que ejercieron como emperatrices regentes que gobernaron en nombre de sus padres, hijos o consortes.

Todas ellas fueron descendientes de emperadores y dos de ellas ascendieron al trono en dos ocasiones cada una:

Emperatriz Suiko: Hija del emperador Kinmei y la emperatriz consorte del emperador Bidatsu. Las tensiones políticas se intensificaron después del asesinato del 32.º emperador, Sushun, a manos de un aristócrata de Soga-no-Umako, que ostentaba el poder en la Corte Imperial. Había varios sucesores masculinos potenciales, era difícil organizar la situación teniendo en cuenta también las intenciones del clan Soga. Se cree que el acceso al trono de la emperatriz Suiko, cuya madre era miembro del clan Soga, tenía por objeto mejorar la relación entre la familia imperial y dicho clan para alcanzar la estabilidad política. Fue sucedida por el emperador Jomei.

Emperatriz Kogyoku: Fue bisnieta del emperador Bidatsu y la emperatriz consorte del emperador Jomei. Después de la muerte de su marido, no fue fácil elegir un sucesor de nuevo debido a las intenciones políticas del clan Soga, por lo que Kogyoku ascendió al trono como emperatriz. Fue sucedida por su hermano, Kotoku, pero volvió a ocupar el trono (con el nombre de Saimei) después de la muerte del emperador mientras se solucionaba una rivalidad familiar. Cuando murió, tenía el título de Emperatriz Abuela.

Emperatriz Jito: Hija del emperador Tenji consorte del emperador Tenmu. El príncipe Kusakabe, hijo que engendró con su esposo, era un sucesor viable, pero el príncipe Otsu, hijo de otra mujer, también fue considerado un poderoso sucesor. Hubo un conflicto concerniente a los dos en la Corte Imperial, y no fue fácil determinar el sucesor. El fallecimiento de Kusakabe propició la entronización de Jjito para que pudiera suceder al trono su nieto el príncipe Karu, que era un niño pequeño en ese momento.

Emperatriz Genmei: Hija del emperador Tenji y hermanastra de la emperatriz Jito. Cuando murió su hijo el emperador Monmu, el príncipe imperial Obito (más tarde el emperador Shōmu), tenía sólo 7 años. Debido a su edad era difícil que ascendiera al trono rápidamente, de modo que fue entronizada como regente.

Emperatriz Gensho: Hija de la emperatriz Genmei, y hermana del emperador Monmu, sucedió en el trono a su madre y se convirtió en la segunda emperatriz regente sucesiva. Su madre expresó su intención de abdicar por motivos de declive mental y corporal nueve años después de la entronización. Sin embargo, como en ese momento el príncipe heredero Obito tenía solo 15 años y la nobleza resistía la entronización de un niño, Gensho se convirtió en emperatriz regente.

Emperatriz Koken: Hija del emperador Shomu, cuando su hermanastro falleció prematuramente ella se convierte en la primera princesa heredera y más tarde ascendió al trono. Es la única Princesa Heredera en la historia de Japón que ascendió al trono desde esa posición. Cuando su hijo, el emperador Junninm fue destronado, la emperatriz emérita Koken ascendió al trono de nuevo con el nombre de Shotoku.

Emperatriz Meisho: Hija del emperador Go-Mizunoo, quien abdicó el trono debido a las fricciones entre el shogunato Tokugawa y la Corte Imperial. Como todos los hijos del emperador Go-Mizunoo murieron prematuramente, no pudo ser sucedido por un varón de linaje masculino y su hija Meisho ascendió al trono como regente de su hermano, el príncipe Tsuguhito (más tarde, emperador Go-Komyo), nacido posteriormente a la abdicación del padre. Meisho reinó como regente hasta que su hermano pequeño cumplió 11 años.

Emperatriz Go-Sakuramachi: Hija del emperador Sakuramachi. El Príncipe Heredero Hidehito (futuro emperador Go-Momozono) tenía cinco años cuando falleció el emperador Momozono (hermanastro de Go-Sakuramachi). Como era difícil que el príncipe accediese al trono inmediatamente, asumió el trono para darle continuidad. Reinó hasta que Hidehito cumplió 13 años, cuando abdicó el trono. Fue la última mujer que reinó en Japón y murió en 1813.

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Japón: cómo funciona la corte más estricta y misteriosa del mundo

La ‘Kunaicho’ o Agencia Imperial es una poderosa burocracia secreta que ejerce un enorme control sobre los asuntos de la familia del emperador.

La familia imperial japonesa es un fenómeno extraordinario, muy querida por el pueblo nipón, pero cargada de tabúes que la mayoría de los japoneses se abstienen de discutir. Incluso sin contar su mítica prehistoria, es mucho más antigua que cualquier otra monarquía hereditaria existente. A diferencia de la realeza europea o los antiguos emperadores de China, los emperadores japoneses eran considerados seres divinos, descendientes directos de la diosa del sol Amaterasu Omikami.

Pero después del siglo XII, perdieron la mayor parte de su poder temporal y pasaron a tener peso espiritual. Una larga línea de “shoguns” (señores feudales) utilizó a los emperadores para validar su propio gobierno. Los emperadores fueron recluidos, a menudo sirviendo como símbolos decorativos. Muchos de ellos fueron coronados siendo niños y obligados a abdicar a edad temprana, para responder a los intereses políticos del shogun de turno. De hecho, después de ocho siglos de gobierno militar muchos japoneses a principios del siglo XIX ni siquiera sabían que todavía existía un emperador.

“La historia de Japón comienza con el emperador”

El emperador Hirohito y la emperatriz Nagako.

La revolucionaria ‘Restauración Meiji’ cambió todo eso. En 1867, un grupo de samurais derrocó al último shogun. Temerosos de que el poder occidental invadiera Japón, colocaron al emperador Mutsuhito (conocido póstumamente como Meiji), de 15 años de edad, en el centro del gobierno y lo convirtieron en el punto focal de sus esfuerzos por estimular una nueva conciencia nacional. Por primera vez, todo Japón se vio obligado a jurar lealtad a un emperador, y efectivamente el sistema se convirtió en una teocracia. El Shinto, la religión nativa de Japón, que nunca había desarrollado un dogma u ortodoxia formal, se reconfiguró para centrarse en el emperador. Los lazos imperiales con el budismo fueron cortados. Codificado por una constitución y una serie de nuevas leyes, todo poder terrenal y religioso emanaba ahora del emperador, un dios encarnado.

Los historiadores japoneses entonces reforzaron la nueva legitimidad imperial mediante el uso de textos antiguos para trazar una línea directa –de dudosa existencia– de 120 emperadores entre Meiji y Jimmu, el primer emperador mitológico que comenzó su reinado el 11 de febrero de 660 a.C. Dice el profesor Mori, de la Universidad de Doshisha: “Es de conocimiento general que los primeros nueve emperadores fueron inventados”. “No creo que la mayoría de la gente se dé cuenta de que toda la concepción actual del sistema imperial tiene solo 135 años, y es un producto de la política», escribe Kyosuke Itagaki, autor de un libro sobre el sistema imperial. “Una serie de tradiciones que muchos japoneses consideran antiguas, incluyendo la bandera y el sello imperial del crisantemo, en realidad provienen de finales del siglo XIX”, agrega.

Pero tras la refundación del sistema imperial, ya no fueron los shogun, sino los funcionarios de la corte, quienes mantuvieron el control absoluto sobre el emperador. Para antes de la Segunda Guerra Mundial, el Ministerio de la Casa Imperial se había convertido en una de las burocracias más poderosas del país. Manejaba las propiedades más grandes de Japón y estaba entre sus instituciones financieras más grandes, con amplias participaciones en el Banco colonial de Corea y el Ferrocarril de Manchuria del Sur. Gracias a los inmensos poderes para operar independientemente del parlamento, el ministerio funcionaba casi como un gobierno en la sombra.

Tras la guerra, el general estadounidense Douglas MacArthur y el gobierno de Estados Unidos decidieron que retener a la corte imperial era esencial para la legitimidad de la ocupación, aunque el emperador fue obligado a renunciar a su divinidad. Para los ultranacionalistas aún poderosos de Japón, que desean restablecer una reverencia por el emperador, el linaje imperial conserva una importancia mística, incluso religiosa. Akira Momochi, profesor de derecho constitucional en la Universidad de Nihon, lo cree: “El emperador posee una existencia divina, una existencia sagrada”. Norifumi Shimazu, jefe de teología de la Asociación conservadora de santuarios sintoístas, subraya el supuesto papel central del emperador en la historia: “Japón no puede existir como país sin el emperador. La historia de Japón comienza con el emperador. El emperador se encuentra en la raíz de quienes somos como japoneses”.

Más de un millar de cortesanos

Proclamación de Akihito como príncipe heredero en 1952.

La ocupación vio una reducción masiva de la Casa Imperial, que se transformó en la “Kunaicho”, la Agencia de la Casa Imperial: final de la guerra, tenía más de 6.000 empleados y actualmente consta de 1.100 personas que velan por las tradiciones imperiales con mano de hierro. Responsable de administrar todos los asuntos de la familia imperial de Japón, incluidos los palacios imperiales, la agenda oficial y las ceremonias rituales, se dice que es la agencia más secreta en Japón, incluso más que la oficina de Inteligencia del Estado, y que su principal misión es ocultar todo lo que sucede puertas adentro del palacio.

La agencia está dividida en dos partes: el omote, o «frente», y el oku, o «atrás». El “frente” son un grupo de funcionarios administrativos que sirve de enlace con los miembros del gabinete, los ministerios y otras agencias estatales. La «parte posterior» consiste en 80 personas que cuidan la vida cotidiana de los emperadores. El jefe del “oku” es el “jijucho”, o gran chambelán, a quien asisten cortesanos menores y damas. “Cuidan del emperador y de su esposa las 24 horas del día”, dice el periodista Kiyoshi Kubo, del diario Yomiuri Shimbun. “El oku incluye a las criadas y otros que sirven comidas, se cambian de ropa y limpian sus habitaciones. También incluye a los médicos de la corte”. Hasta la década de 1970, cuando el gobierno decidió que trajes, corbatas y automóviles serían más apropiados, los chambelanes vestían túnicas blancas y viajaban en carruajes tirados por caballos para rezar en los santuarios del palacio.

Los críticos dicen que la Kunaicho utiliza sus poderes para dibujar una «cortina de crisantemo» casi impenetrable alrededor de la familia imperial en una búsqueda sostenible y eficiente por mitificar al emperador y los suyos. La agencia controla estrechamente el flujo de información sobre la monarquía japonesa, no solo al público sino al resto del gobierno, y orquesta las “conferencias de prensa” en la que los miembros de la familia imperial aparecen ante periodistas para repetir de memorias repuestas previamente escritas por el chambelán.

La Kunaicho es una agencia dependiente directamente del Ministerio de la Casa Imperial una organización a nivel de gabinete. Bajo las reformas de la Posguerra, se rebajó a una oficina adjunta a la oficina del primer ministro, con el gran administrador designado por el primer ministro. La agencia tiene 1.130 empleados, con un presupuesto anual de alrededor del Estado. La familia imperial, a diferencia de la familia real británica, por ejemplo, no tiene otra fuente de ingresos que no sea ese presupuesto anual. La mayor parte, US$ 66 millones en el último año fiscal, se destinó a los costos administrativos de la agencia, que incluyen el mantenimiento de los palacios imperiales y varias funciones oficiales. El resto, alrededor de US$ 24 millones, fue directamente a la propia familia imperial, incluido el príncipe heredero (actual emperador Naruhito).

En otros tiempos, el emperador generalmente pasaba parte de su día en su oficina tratando con sus limitados deberes oficiales, como firmar documentos. “Si el Emperador tiene una pregunta que hacer mientras trabaja” explicó Kubo, “sus chambelanes le ayudarán y, si es necesario, se comunicarán con el omote”. Estos funcionarios escriben cuidadosamente las apariciones públicas del emperador, incluidas sus reuniones ceremoniales con jefes de estado visitantes. Por tradición, cuando el emperador se encuentra con un invitado, los contenidos de la discusión nunca se revelan, pero el gran chambelán y el gran maestro de ceremonias asisten a esas reuniones y luego informan a la prensa. La mística que rodea al oku se ha visto agravada por el hecho de que, hasta hace unas décadas, los que ocupaban sus primeros puestos eran de familias aristocráticas de alto nivel. De hecho, hasta el inicio del reinado del emperador Akihito el gran chambelán era un descendiente de la poderosa dinastía Tokugawa que gobernó a Japón como shogunes durante 250 años. Pasó más de 50 años en su cargo.

Proteger la divinidad imperial

Akihito fue el primer emperador que llegó al trono como un ser humano común y no como un semidiós shinto.

Para muchos japoneses, la actitud de la Agencia de la Casa Imperial es un vestigio incómodo de la era anterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando el emperador se mantuvo totalmente alejado del pueblo, no podía ser visto a los ojos, su nombre jamás podía ser mencionado y era tratado como una figura divina de acuerdo con los antiguos mitos. Los cuerpos de los emperadores Meiji y Taisho (que reinaron a principios del siglo XX) no podía ser tocados por los médicos sino con guantes de seda, y la leyenda dice que los sastres tomaban medidas a los emperadores desde lejos. La divinidad imperial no podía ser vulnerada al punto que, cuando el carruaje imperial pasaba (velado por cortinas para que nadie pudiera ver a su imperial pasajero), las ventanas de los edificios debía cerrarse inmediatamente, y la torre del cuartel de Policía de Tokio, en los años 20, no se terminó de construir porque desde ella se veían los jardines del palacio.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, dentro de los muros palaciegos los cortesanos de más alto rango se encargaban de mantener intacta la sacralidad de los emperadores, que incluso tenían prohibido comunicarse con nobles cuyos linajes no se remontasen a más de 2.000 años de antigüedad. Los escasos retratos que la casa imperial publicaba se cubrían con una tela semitransparente y una vez un funcionario se negó a responder a un embajador acerca del aspecto físico del emperador Hirohito porque no era concebible que el “Mikado” (término de la literatura clásica nipona que significa “Puerta de los cielos” y que designaba indirectamente al emperador) pudiera ser descrito, de la misma forma que el aire o el Sol. En 1936, la revista norteamericana “Time” publicó en su portada uno de esos escasos retratos de Hirohito y centenares de súbditos japoneses escribieron a la editorial suplicando a quien tuviera un ejemplar que jamás lo apoyara con la portada hacia abajo o pusiera ningún objeto sobre ella.

Pasados setenta años de la capitulación de Japón, y de que los Estados Unidos hubieran presionado para eliminar aquellos “mitos y leyendas” que adjudicaban divinidad al emperador, la Kunaicho aún procura mantener intacta la sacralidad imperial al preservar rituales, costumbres y protocolos de varios siglos de antigüedad. “La agencia está orgullosa de su sistema secreto, que mantiene al Emperador rodeado de muchos tabúes”, explicó una vez un funcionario. “Incluso el Primer Ministro no habla directamente con el emperador sin pasar primero por la Agencia”, dijo Hakubun Shimomura, un parlamentario del Partido Demócrata Liberal y partidario de la sucesión imperial femenina. La Agencia rara vez permite que los medios de comunicación accedan a la familia imperial y no oculta su aversión a la prensa.

Al tiempo, los burócratas de la agencia niegan que estén ocultando información del público y, en comparación con el período anterior a la guerra, los últimos años se encargaron de mostrar unos emperadores mucho más activos. Sin embargo, la vida de la familia real continúa en gran medida en los alrededores distantes del Palacio Imperial, al que el público casi no tiene acceso. Dentro del palacio, el emperador todavía realiza rituales de varios siglos de antigüedad asociados con las antiguas creencias del culto a los antepasados y el sintoísmo. “El principio de la agencia es no decir nada de lo que ocurre dentro de la institución imperial”, dice el periodista Hiroshi Takahashi.

A diferencia de los miembros de la realeza europea, que tienen sus propios intereses y objetivos y presiden organizaciones benéficas, los miembros de la familia imperial de Japón prácticamente no tienen voz en sus calendarios. En su determinación de administrar por etapas la vida de la familia real y moldear su imagen pública, la Kunaicho incluso va tan lejos como para bloquear ciertas líneas de investigación académica para evitar revalorizaciones incómodas de la historia imperial. “Los miembros de la familia imperial no pueden elegir a dónde van o qué hacen», dice Shinji Yamashita, un ex jefe del departamento de relaciones públicas de la agencia.

«Nunca se les podría permitir favorecer a una organización benéfica sobre otra”, agrega el exfuncionario. No pueden decir que les gustan las manzanas, porque si las tuvieran, ¿qué dirían los cultivadores de naranjas?” De manera significativa, los miembros de la realeza japonesa, por diseño, todavía habitan el reino celestial: no tienen apellido, ni riqueza ni posesiones personales, ni pasaportes y pocos derechos legales, si es que tienen alguno, y el derecho del emperador Akihito a jubilarse fue discutido ampliamente durante tres años por el gobierno y el parlamento. Akira Asada, profesor de la Universidad de Kyoto, reflexiona: “A los miembros de la familia imperial no se les permite vivir como los seres humanos normales. Se les obliga a vivir en una situación miserable, despojados de muchos derechos humanos básicos”.

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Naruhito de Japón cumple 60 años con la mirada puesta en la crisis del coronavirus

Las celebraciones públicas organizadas por la corte fueron canceladas y el monarca expresó su solidaridad con sus miles de víctimas.

El emperador japonés Naruhito, que cumple 60 años este 23 de febrero, ofreció su simpatía a los afectados por el nuevo coronavirus que surgió en China y dijo que espera ver el brote contenido muy pronto. La edad del monarca, el primero desde que se convirtió en emperador, se considera una edad especial en el calendario zodiacal japonés, pero las festividades públicas se han atenuado en medio de las preocupaciones sobre el COVID-19 surgido en la ciudad china Wuhan, que ha matado a más de 2.300 personas y afectó hasta el momento a más de 76.000. Japón por su parte confirmó más de 750 casos, incluidos 634 del crucero ‘Diamond Princess’, que fue puesto en cuarentena en el puerto de Yokohama, cerca de Tokio.

Los planes de celebración de cumpleaños incluían la apertura del palacio imperial para que el emperador Naruhito saludara desde el balcón del palacio a decenas de miles de simpatizantes, pero fueron cancelados como medida preventiva contra la infección. «Al enfrentar las preocupaciones sobre la propagación del coronavirus, ofrezco mi simpatía a los pacientes y sus familias», dijo Naruhito a los periodistas en una nueva conferencia celebrada antes de su cumpleaños. «Espero que la escalada de las infecciones sea contenida lo antes posible».

Según informó The Japan Times, Naruhito se comprometió a apoyar a la gente de Japón para responder a la intensificación de los desafíos ambientales y sociales que van desde el cambio climático hasta el nuevo brote de coronavirus. «En esta sociedad que cambia rápidamente, estoy contemplando medidas en nuestros deberes oficiales que serían complementarias con tales cambios sociales», dijo el monarca en una conferencia de prensa ofrecida el viernes. «Creo que la familia imperial tiene una parte de la responsabilidad» de abordar tales desafíos”, agregó y señaló la crisis climática, que contribuyó a los tifones e inundaciones más graves que sufrió Japón, como uno de los principales desafíos que su país enfrentó en los últimos años.

Si bien la atención mundial se centró en el crucero, el virus ya llegó a Japón y se está extendiendo gradualmente en el país, desde Okinawa en el sur hasta Hokkaido en el norte. Los expertos dicen que la infección en Japón se encuentra en las primeras etapas de aceleración, lo que llevó al gobierno a prepararse para una mayor propagación del virus. Por esta razón, se canceló una serie de eventos, que incluyen conciertos, eventos deportivos y festivales, y algunas personas comienzan a preguntarse si Japón puede organizar los Juegos Olímpicos de Tokio de este verano según lo planeado, informó la agencia Kyodo News.

Naruhito, citando sus buenos recuerdos de los primeros Juegos Olímpicos de Tokio, que presenció cuando tenía cuatro años, dijo que espera ver que los juegos de este año se lleven a cabo con éxito. «Para mí, los Juegos Olímpicos de Tokio (1964) fueron mi primer encuentro con el resto del mundo», dijo Naruhito. Como joven príncipe, vio la ceremonia de clausura con sus padres. Dijo que ver a atletas de todas las nacionalidades marchar juntos le causó una fuerte impresión: «Creo que la escena que pude ver se convirtió en la base de mi compromiso y oración duraderos por la paz mundial», dijo Naruhito en una declaración pública emitida este domingo en Japón.

Naruhito y su esposa, Masako, que se está recuperando de una condición mental inducida por el estrés, tienen una hija de 18 años, la princesa Aiko, que se graduó de la escuela secundaria y estudiará literatura japonesa en la Universidad de Gakushuin, también el alma mater de Naruhito, donde se especializó en historia, según informó el periódico local The Mainichi. La joven, titulada Princesa Toshi, no es apta para heredar el trono de su padre bajo la regla de sucesión solo masculina de Japón, aunque hay un llamado creciente para permitirle ser una emperatriz en medio de una población real en declive y la escasez de sucesores masculinos.

Naruhito se convirtió en el 126º emperador el 1 de abril del año pasado, un día después de la abdicación de su padre, Akihito, de 85 años. Primer emperador nipón con ancestros plebeyos, Naruhito es un hombre culto y con amplia experiencia en los asuntos oficiales que ha heredado el carácter sencillo y afectuoso de su padre, el cual hizo del sometimiento estricto a las prescripciones constitucionales y la empatía popular las principales divisas de su reinado. Nació en febrero de 1960 en el Hospital de la Agencia de la Casa Imperial (Kunaicho), aledaño al Palacio Imperial, cuando sus padres solo llevaban diez meses casados.

El retrato que suele hacerse de Naruhito en la edad infantil (cuando era llamado Príncipe Hiro) es el de un muchacho alegre, curioso y participativo, como despegado de los encorsetamientos, muchas veces sofocantes -en especial para los miembros femeninos de la familia imperial- que imponían la tradición y el protocolo propios de la antiquísima monarquía nipona. Su padre, un hombre con inquietudes científicas ducho en biología marina, le alentaba a que practicara actividades deportivas al aire libre, como el tenis, la hípica, el esquí y el montañismo. Naruhito también se aficionó a las artes marciales, a tocar el violín y a estudiar cuestiones relacionadas con los transportes y las comunicaciones, en particular las vías acuáticas.

Enfoque: claves para entender el drama de una familia imperial de Japón en “peligro de extinción”

El problema es un asunto «urgente» que debe abordarse sin demora, dijo el Gobierno, que comenzará a estudiar el tema en abril.

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¡Banzai! El emperador Naruhito ascendió al trono de Japón en una esplendorosa ceremonia

Al sonido de gongs ancestrales, el emperador y la emperatriz Masako lucieron exquisitos trajes de la Era Heian para anunciar su coronación.

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Seda, laca y atuendos ancestrales de la entronización del emperador de Japón

El «kōrozen no go-hō» del emperador y el «junihitoe» de la emperatriz son prendas pesadas que sólo se usan durante rituales y bodas imperiales.

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Pompa y esplendor: cómo serán las ceremonias de entronización del emperador Naruhito de Japón

Para alegría de algunos, y para sorpresa de otros, el martes 22 de octubre es una fiesta nacional única y de orígenes ancestrales.

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Reyes, príncipes y líderes de todo el mundo viajan a Japón para la entronización del emperador

Naruhito ascendió al trono el 1 de mayo después de que su padre abdicara. Ahora deberá anunciar al mundo su coronación en una ceremonia milenaria.

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