REVELACIÓN: Informe desclasificado afirma que el príncipe saudita «aprobó capturar o matar» al periodista Jamal Khashoggi

Es “altamente improbable” que los ejecutores “llevaran a cabo una operación de esta naturaleza sin la autorización del príncipe”, dice un informe de Inteligencia publicado por la Casa Blanca.

Estados Unidos desclasificó un informe de Estado en el que asegura que el príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salman, aprobó la operación en Estambul para “la captura o el asesinato del periodista Jamal Khashoggi”.

En el informe se afirma que Mohammed bin Salman Al Saud, de 35 años e hijo del rey Salman, tiene el control de las organizaciones de Seguridad e Inteligencia por lo que “es altamente improbable que los agentes saudíes llevaran a cabo una operación de esta naturaleza sin la autorización del príncipe”.

«El príncipe heredero ve a Khashoggi como una amenaza para el reino y en términos generales apoyó el uso de medidas violentas para silenciarlo», indicó el reporte. 

El informe publicado por la Casa Blanca este 26 de febrero se basa en inteligencia clasificada de la CIA y otras agencias de inteligencia después del asesinato de Khashoggi en octubre de 2018 dentro del consulado saudí en Estambul. Constata que siete guardias reales del príncipe, que “solo responden ante él”, participaron en el asesinato del periodista en octubre de 2018.

El príncipe veía a Khashoggi como una amenaza para el reino y apoyó ampliamente medidas violentas para silenciarlo si era necesario”, dice el texto. Se agrega que del crimen participó uno de los asesores más cercanos del príncipe y que este se ha mostrado dispuesto a “usar medidas violentas para silenciar a los disidentes en el extranjero”.

El príncipe heredero Mohammed bin Salman (35), hijo del rey Salman, gobierna de facto el país.

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El príncipe Mohammed bin Salman, heredero del trono desde 2017 y hombre fuerte del gobierno saudita, ha estado negando cualquier participación en el crimen, pero aceptó su responsabilidad simbólica como gobernante de facto del país. Altos funcionarios de su país dijeron que el asesinato fue perpetrado por agentes corruptos que fueron procesados y condenados.

Una hora después de la publicación del informe, los medios estadounidenses informaron que el secretario de Estado de Joe Biden, Antony Blinken publicó un comunicado en el que confirma sanciones a 76 saudíes involucrados con “amenazas a disidentes en el extranjero”, más allá del caso Khashoggi.

El príncipe, heredero del rey Salmán y gobernante de facto del reino, «aprobó una operación en Estambul, Turquía, para capturar o matar al periodista saudí Jamal Khashoggi», según el informe.

Estos serán identificados y se les denegarán visados para ir a Estados Unidos tanto a ellos como a su familia cercana en una nueva doctrina que se conocerá oficialmente a partir de ahora como la “Prohibición Khashoggi”.

“Como medida de seguridad para todos dentro de nuestras fronteras, los autores que atacan a disidentes identificados para un gobierno extranjero no deberían tener permitido llegar a suelo estadounidense”, dijo Blinken.

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Blinken aseguró en el segundo aniversario del asesinato de Jashogi, que residía en Estados Unidos, “no sería en vano” que se “debe a su memoria luchar por un mundo más justo”. “Las personas deberían poder ejercer sus Derechos Humanos y libertades fundamentales sin miedo al castigo, represión o daño del Gobierno. Khashoggi pagó con su vida expresar sus creencias”, dijo.

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EL CRIMEN DE KHASHOGGI. Khashoggi, era un periodista crítico con el reino que se afincó en Estados Unidos tras caer en desgracia con el príncipe heredero. Viajó el 2 de octubre de 2018 a gestionar unos documentos al consulado saudita en Estambul y nunca salió vivo, ya que fue asesinado y descuartizado por quince agentes saudíes tras sus críticas a la monarquía. Para llevar a cabo la operación, los agentes llegaron a Estambul bajo el mando de Saud al-Qathani, un asesor cercano del príncipe Mohammed, que incluso dijo en público a mediados de 2018 que él no realizaba acciones sin la aprobación del príncipe heredero.

Ex funcionario saudita hizo graves acusaciones sobre el príncipe heredero Mohammed

Un ex funcionario de la Inteligencia de Arabia Saudita afirmó que personas al servicio del príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman intentaron atraer a su hija al consulado de Estambul pocos días antes de que el periodista Jamal Khashoggi fuera asesinado allí.

La denuncia fue hecha por Saad al-Jabri, en una acusación que apunta especialmente al príncipe heredero Mohammed. Al Jabri, que vive en Canadá desde que el príncipe, que tomó el poder en 2017 y se convirtió en el gobernante de facto del reino, tiene la intención de matarlo.

En documentos judiciales presentados el año pasado, Al Jabri afirmó que Mohammed envió un equipo de sicarios a América del Norte para asesinarlo, después de tomar como rehenes a sus hijos y a su hermano, porque conocía secretos sobre el brutal golpe de palacio del joven real que lo llevó al poder.

En su última declaración, según informó The Times, Jabri afirmó que el príncipe Mohammed ordenó posteriormente a los agentes que hicieran un segundo intento de matarlo, esta vez viajando a Estados Unidos y entrando a Canadá por tierra.

Al Jabri afirmó que Mohammed envió un equipo de sicarios a América del Norte para asesinarlo, después de tomar como rehenes a sus hijos y a su hermano

El exfuncionario afirmó además que, en 2018, los saudíes intentaron atraer a su hija, Hissah Almuzaini, al consulado saudí en Estambul, donde vivía, para hacerle daño. Según el Times, la mujer vivía allí en ese momento, pero no asistió al consulado donde, días después, Khashoggi fue asesinado.

Al Jabri dijo en la demanda que una de las razones por las que el príncipe heredero lo quiere muerto es porque proporcionó información a la CIA donde lo señala como responsable de la muerte de Khashoggi. El asesinato provocó un escándalo mundial, empañando la imagen del príncipe heredero.

Khashoggi, residente de Estados Unidos, visitó el consulado de Arabia Saudita en Estambul el 2 de octubre de 2018 para recibir documentos de matrimonio. Se cree que su cuerpo fue desmembrado y retirado. Sus restos nunca fueron encontrados.

Al Jabri es considerado un aliado cercano de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos cuya asistencia salvó vidas estadounidenses después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Menos de dos semanas después del asesinato de Khashoggi, un “grupo mercenario personal” conocido como ‘Tiger Squad’ viajó a Canadá para matar a Jabri, según la denuncia. Los integrantes de este escuadrón llevaban “dos ​​bolsas de herramientas forenses”.

También tenían “personal forense con experiencia en la limpieza de escenas del crimen, incluida una instrucción en el mismo departamento de pruebas penales que el especialista forense que desmembró a Khashoggi con una sierra para huesos”, dice la denuncia.

Al Jabri es considerado un aliado cercano de la comunidad de inteligencia de Estados Unidos cuya asistencia salvó vidas estadounidenses después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Dos hijos y un hermano, que se dice que guarda secretos de Estado clave, fueron detenidos en Riad en marzo, y una fuente cercana a la familia dijo a la agencia AFP que eran víctimas de un “juego de tronos saudí”.

El rey Salman de Arabia Saudita fue vacunado contra el coronavirus

El rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdulaziz Al Saud, recibió su inyección de la vacuna contra el Covid-19 en la ciudad de Neom, se informó este viernes.

Según el informe, el ministro de Salud del reino, Tawfiq bin Fawzan Al-Rabiah, agradeció al monarca de 85 años por su disposición a inocular como parte del apoyo del rey a los ciudadanos del país.

“Hoy, el Custodio de las Dos Santas Mezquitas recibió la vacuna, por su deseo, que Dios lo bendiga, de prevenir este virus y esta iniciativa de él -que Dios lo proteja- es una afirmación de que la política del Reino radica en la prevención siempre antes del tratamiento”, dijo Al-Rabiah citado por la agencia de noticias SPA.

En diciembre, el reino de Arabia Saudita lanzó su campaña de inoculación contra el nuevo coronavirus utilizando la vacuna desarrollada por los laboratorios Pfizer y BioNtech. El reino se ha convertido en el primer país árabe en administrar vacunas gratuitas para todos los ciudadanos.

A fines de diciembre, el príncipe heredero Mohammed bin Salman se convirtió en el primer ciudadano del reino en ser inoculado contra el virus en una transmisión televisada, luego de que el Ministerio de Salud del país aprobara el uso de la vacuna Pfizer-BioNTech como segura y eficiente.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, desde el inicio de la pandemia, Arabia Saudita registró un total de más de 363.000 casos confirmados de coronavirus , y el número de muertos asciende a 6.278. El número medio diario de infecciones en el reino se sitúa en unos 100 nuevos casos al día.

Ex heredero saudita detenido teme por su vida tras campaña difamatoria

Un video falso en YouTube y una avalancha de publicaciones en Twitter acusaron al príncipe Mohammed bin Nayef de participar en un complot contra el actual heredero del trono.

El príncipe Mohammed bin Nayef de Arabia Saudita, detenido desde que fue derrocado como heredero al trono hace tres años, ahora teme por su vida debido a versiones que están circulando en las redes sociales que indican que está conspirando para derrocar a su pariente y sucesor Mohammed bin Salman.

Los abogados del príncipe Mohmmed bin Nayef suplicaron a YouTube que elimine uno de esos videos, diciendo que podría dar lugar a represalias contra el príncipe, informó The Guardian.

Por otra parte, surgió un aumento aparentemente en el número de tuits antes de las elecciones estadounidenses que afirman que Mohammed bin Nayef era parte de un complot liderado por los demócratas para desestabilizar a la familia real de Arabia Saudita. Este ataque fue orquestado en gran parte a través de bots dirigidos partidarios del príncipe Bin Salman, muestra la investigación.

Los dos hechos sirven para subrayar el peligroso estado de Bin Nayef, de 60 años, cercano a la administración Obama y al entonces vicepresidente Joe Biden”, afirmó el periodista especializado Patrick Wintour.

El príncipe, exministro del Interior, considerado fundamental para controlar a Al Qaeda dentro de Arabia Saudita tras los ataques del 11 de septiembre en Nueva York, se encuentra bajo arresto domiciliario desde marzo. Fue derrocado como príncipe heredero en 2017, dos años después de su nombramiento, mientras la monarquía nunca ofreció una explicación de por qué fue detenido.

Los partidarios del actual príncipe heredero y gobernante de facto del reino, han esgrimido una lista cambiante de acusaciones que van desde el intento de golpe de Estado, adicción, corrupción, traición y conspiración con ayuda del gobierno de Barack Obama.

The Guardian informó que se rechazaron los pedidos para que un grupo de políticos británicos acceda al príncipe para presentar un informe sobre su bienestar personal.

En la carta a YouTube, los abogados señalaron que todas las afirmaciones vertidas en el video, de que Bin Nayef está prófugo y de que se reunió con el presidente electo de EEUU, Joe Biden, son totalmente falsas, y forman parte de una elaborada teoría de la conspiración de que está trabajando para socavar a Mohammed bin Salman, informó The Daily Mail.

Señalan que “la verdadera posición es que nuestro cliente se encuentra detenido contra su voluntad y sin cargos desde marzo de 2020 donde permanece hasta el día de hoy. Nuestro cliente tiene acceso limitado a su familia o abogados y se le ha impedido ver a un médico personal que ha sido responsable de su tratamiento durante muchos años”.

La comunicación de la que disfruta nuestro cliente es sin duda monitoreada. Tanto nuestro cliente como la familia de nuestro cliente están preocupados por su seguridad, y no se sabe si la vida de nuestro cliente y la familia de nuestro cliente están en peligro”, afirmaron los abogados, que aclararon que “su lealtad al príncipe heredero nunca flaqueó y continúa apoyando la monarquía establecida”.

Antes de su destitución, Mohammed bin Nayef era jefe de un ministerio del interior que vigilaba de cerca a los disidentes y críticos del reino. También fue considerado un gran aliado de la Inteligencia estadounidense, que le atribuyó el mérito de haber puesto a Al-Qaeda bajo control en Arabia Saudita en los años posteriores al 11 de septiembre.

Pero Estados Unidos abandonó a Bin Nayef en 2017 para dar su apoyo a Mohammed bin Salman, conocido como “MBS”, que ha presentado planes ambiciosos para modernizar Arabia Saudita y poner fin a su dependencia del petróleo.

La destitución de Bin Nayef fue apoyada por 31 de los 34 miembros del Consejo de Lealtad de Arabia Saudita, que decide sobre cuestiones de sucesión en el reino. En marzo de este año, lo detuvieron en un campamento privado en el desierto y lo pusieron bajo arresto domiciliario en lo que MBS consideró una consolidación de poder.

Mohammed bin Nayef y otros fueron acusados ​​de “mantener contactos con potencias extranjeras, incluidos los estadounidenses y otros, para llevar a cabo un golpe de estado”, se afirmó.

La «noche de la golpiza»: decenas de príncipes fueron torturados por orden del heredero saudita

Tres años después, algunos de los multimillonarios detenidos sauditas contaron lo que aparentemente sucedió en la “purga” de la familia real.

Cientos de príncipes de la familia real de Arabia Saudita fueron torturados, extorsionados y obligados a entregar dinero de los depósitos de bancarios hace tres años cuando el príncipe heredero Mohammed bin Salman purgó a la élite saudita.

La redada de noviembre de 2017 en el lujoso Hotel Ritz-Carlton en Riad se describió oficialmente como una ofensiva contra la corrupción institucional del reino, pero fue ampliamente considerada como un abuso de poder por parte de un príncipe heredero decidido a modernizar el reino.

En declaraciones al diario británico The Guardian una fuente describió que esa noche “todo el mundo tenía los ojos vendados y casi todos sufrieron lo que la inteligencia egipcia llama la noche de la golpiza«, que vio a príncipes y magnates golpeados y atados a las paredes. Algunos de los presos fueron amenazados con la revelación de relaciones extramatrimoniales o negocios sospechosos, según los detenidos en la prisión de cinco estrellas.

Las fuentes dijeron que la “noche de la golpiza” tenía la intención de “ablandar” a los detenidos antes de que llegaran los interrogadores. Decenas de príncipes reales, sobrinos y nietos de los reyes sauditas, fueron “atados a las paredes” en actos de tortura que “se prolongaron durante horas” en los lujosos salones del Ritz-Carlton, reveló The Guardian.

El gobierno de Arabia Saudita dijo que “recuperó” hasta $ 107.000 millones en la purga, también apodada el “sheikhdown”, pero las fuentes afirmaron a The Guardian que la cifra fue en realidad de $ 28.000 millones. Según otra fuente, los torturadores “sabían muy poco y estaban improvisando”, y que estaban “desesperados” en lo que respecta a los activos de los multimillonarios parientes del rey Salman.

«Esta es una monarquía absoluta, lo que significa que los líderes pueden hacer lo que quieran», dijo la fuente citada por Guardian. “La gente ganaba favores a través de costumbres arraigadas. “No hubo un debido proceso. No existe tal cosa en el sistema de justicia saudí como un acuerdo de culpabilidad», agregó.

“A menudo no tenían ni idea de lo que buscaban. Se convirtió en un chantaje directo en algunos casos, porque algunos de los detenidos se negaban a firmar cualquier cosa”, dijeron. Si bien algunas de las solicitudes inusuales hicieron sonar las alarmas en el mundo bancario suizo, algunas de ellas, no obstante, “se aprobaron” y permitieron al príncipe Mohammed recuperar lo que, según dijo, era dinero del estado saudita.

La Justicia saudita anunció posteriormente que el gobierno había confiscado una combinación de propiedades, valores en efectivo y entidades comerciales de los acusados. Sin embargo, algunos de los prisioneros les dijeron a personas cercanas que no sabían por qué estaba encarcelados, dado que los privilegios personales y el patrocinio de la corona se habían aceptado durante mucho tiempo como partes del sistema.

Las 381 personas interrogadas incluyeron al multimillonario príncipe Al-Waleed bin Talal, considerado durante años uno de los hombres más ricos del mundo, quien estuvo detenido durante más de 80 días en la prisión improvisada. Otro prisionero de alto nivel, el exjefe de la Guardia Nacional, el príncipe Miteb bin Abdullah, fue puesto en libertad tras un “acuerdo” que supuestamente superó los 1.000 millones de dólares, informó The Daily Mail.

Mohammed bin Salman, autor de la purga

MOHAMMED BIN SALMAN

El príncipe heredero, de 35 años, anunció planes ambiciosos para poner fin a la dependencia del reino del petróleo y la purga real fue vista como un esfuerzo por consolidar su poder. Su impulso reformista vio a las mujeres sauditas recibir permiso para conducir por primera vez en la historia de Arabia Saudita, desafiando a los clérigos ultraconservadores del reino.

Sin embargo, su imagen internacional recibió un duro golpe un año después en medio de la sospecha mundial de que estuvo involucrado en el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi. Crítico del príncipe, el periodista fue asesinado, descuartizado y disuelto en ácido en el consulado saudita en Estambul en octubre de 2018.

La investigadora de la ONU, Agnes Callamard, escribió un informe en el que presentaba «pruebas creíbles» de la participación del príncipe, pero Riad siempre ha negado que el asesinato haya sido sancionado oficialmente. Aun así, el asesinato empañó la imagen del príncipe Mohammed en Occidente y llevó a algunos inversores a interrumpir sus relaciones con Arabia Saudita.

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Enfoque: a las puertas del trono, el príncipe Mohammed consolida su dominio sobre la sucesión saudita

La detención de cuatro príncipes rivales de la casa Al Saud fue el último capítulo de una guerra fraticida que empañó el gobierno del rey Salman.

El rey Salman de Arabia Saudita reapareció en público este domingo 8 de marzo en la recepción de los embajadores de Arabia Saudí ante Ucrania y ante Uruguay. Las imágenes difundidas por la agencia de noticias oficial SPA son la respuesta de la Casa Real a los rumores difundidos principalmente en redes sociales que ponían en cuestión el buen estado de salud del monarca, de 84 años de edad, y dos días después de que varios príncipes y de decenas de altos cargos del Ministerio del Interior y del Ejército fueran detenidos al descubrirse que tramaban un golpe de Estado. Fuentes del Palacio Real aseguran que el monarca saudita goza de buena salud, lo que parece mostrar que las detenciones fueron realizadas con su visto bueno.

El rey Salman cedió en 2017 gran parte de sus poderes a su hijo, el príncipe heredero, Mohammed bin Salmán, que llegó al poder con promesas de reforma y apertura. Ese mismo año decenas de miembros de la familia real, altos cargos y empresarios fueron detenidos en una ofensiva anticorrupción. Más recientemente ha sido acusado de ordenar el asesinato en Turquía del periodista crítico Jamal Khashoggi en 2018. En su último golpe de poder, Mohamed ordenó el arresto de cuatro príncipes del reino árabe en una nueva purga de opositores: entre ellos se encuentran el príncipe Ahmed bin Abdulaziz (hermano del rey), y el hijo de este último, Nayef bin Ahmed, antiguo jefe de la Inteligencia Militar.

Los otros detenidos son el príncipe Mohamed bin Nayef, sobrino del rey, exministro de Interior y antiguo heredero al trono, y Nawaf bin Nayef, hermano menor del príncipe Nayef, en una operación que podría haber afectado también, pendiente de confirmación, a decenas de altos responsables del Gobierno saudí, según informaron los diarios estadounidenses New York Times y Wall Street Journal. El portal de noticias Middle East Eye, de hecho, eleva a una veintena la cifra de príncipes detenidos. Tras las detenciones, Mohammed Bin Salman ordenó a los príncipes del reino que declararan su lealtad hacia él en las redes sociales. Tres de ellos así lo han hecho.

El expríncipe heredero Mohammed bin Nayef, candidato al trono preferido por Estados Unidos, había desarrollado lazos con las agencias de inteligencia estadounidenses durante años. En 2017, dos años después de ser declarado heredero por el rey Salman, fue destituido y se encontraba bajo arresto domiciliario desde entonces acusado de “traición”. Entre los posibles motivos de estas detenciones se encuentra la avanzada edad del rey, por lo que está intentado minimizar el poder de sus posibles adversarios. Sin embargo, ninguno de los detenidos demostró su intención de querer acceder al trono.

Desde el inicio de las detenciones, fuentes del Gobierno saudita aseguran que el príncipe Mohammed actió «tras perder la paciencia» después de escuchar críticas internas a su gestión. “No se espera una transición de poder inminente”, según las fuentes del Times. Las mismas fuentes aseguran que el rey Salman dio a su hijo el beneplácito para efectuar algunos de los arrestos, y que desde la purga que efectuó en 2017, el poder del príncipe heredero sobre todos los estamentos de seguridad es absoluto, y en modo alguno tenía miedo a un “golpe de estado”, como aseguraron algunos rumores que emergieron tras conocerse las detenciones.

“Parece que MBS (Mohamed bin Salman) está acabando con todos los rivales que le quedan”, explicó al New York Times el experto en Arabia Saudí del Royal United Services Institute, Michael Stephens, quien recordó que al príncipe heredero no le resultará tan sencillo justificar la nueva ronda de detenciones como en 2017. Desde el asesinato de Khashoggi en el consulado saudita de Estambul, la regencia de Arabia Saudita está en el punto de mira de las críticas internacionales, que acusan a Mohammed de haber aprobado personalmente la operación para matar al periodista, un crítico de la familia real Al-Saud. El Gobierno, totalmente dominado por hombres de la casa Al Saud, negó tajantemente estas acusaciones. “El problema es que después del asesinato de Jashogi, la confianza en el reino es muy baja, y nadie se va a creer la narrativa oficial”, explica Stephens.

Perfil | Mohammed bin Salman, el poderoso príncipe heredero de Arabia Saudita

El meteórico ascenso entre 2015 y 2017 a la cúpula de Arabia Saudí del joven príncipe ibn Salmán, hijo predilecto del rey Salmán ibn Abdulaziz, siguió una secuencia de tres promociones clave.

Mohammed ibn Salmán ibn Abdulaziz Al Saud, duodécimo príncipe heredero al trono de Arabia Saudí desde 1933, es el primogénito de Salmán ibn Abdulaziz Al Faysal Al Saud, proclamado rey en 2015, y la tercera de sus esposas, la princesa Fahda bint Falah bint Sultán Al Hithalayn. Quien se encuentra entre el, aproximadamente, millar de nietos y nietas tenidos por el monarca fundador del Estado en 1932, Abdulaziz ibn Abdulrahman Al Faysal Al Saud, más conocido simplemente como ibn Saud (1875-1953), tiene cinco hermanos biparentales de menor edad, los príncipes Turki, Jalid, Nayif, Bandar y Rakán, y además tuvo -puesto que algunos ya están fallecidos- siete hermanos y hermanastras, concebidos por el entonces príncipe Salmán con sus dos primeras esposas, Sultana y Sarah: los príncipes Fahd, Ahmad, Sultán, Abdulaziz, Faysal y Saud (el hijo único de Sarah), y la princesa Hussa. La diferencia de edad, 50 años, entre Mohammed y su padre es tan acusada que este bien podría ser su abuelo.

Dentro del linaje, densamente ramificado, de los Saud, Mohammed ibn Salmán, nacido en 1985 (dato que solo iba a saberse en 2015 y como una revelación de la cadena de noticias saudí Al Arabiya, pues hasta entonces, a falta de una aclaración en su biografía oficial, se había creído que era hasta cinco años mayor), no era más que uno de los muchos retoños de las generaciones principescas más recientes. Su mera condición de nieto del patriarca ibn Saud le aseguraba, a poco que mostrara capacidades, una posición eminente, bien en el servicio público del Estado, bien en el sector privado, pero en modo alguno parecía destinado a heredar el Reino en un futuro presumiblemente lejano. Sin contar a sus numerosísimos primos, el joven tenía varios hermanastros que le hacían sombra, precediéndole para cualesquiera opciones regias simplemente por una cuestión de edad. Sin embargo, una tortuosa secuencia de accidentes vitales -es decir, defunciones- y movimientos estratégicos realizados por su padre iba a desembocar en su encumbramiento, el último antes de la entronización, en 2017 a la improbable edad de 31 años.

En julio de 2001, cuando Mohammed tenía 15 años y el cabeza del Estado era el rey Fahd ibn Abdulaziz, hermano, dentro del conocido como clan Sudairi, del príncipe Salmán, a la sazón gobernador de Riad, y por tanto tío carnal del muchacho, su hermanastro 30 años mayor, Fahd ibn Salmán, falleció a causa de un infarto de corazón a la edad de 46. Fahd, un apasionado de la cría y las carreras de caballos, era un príncipe multifacético, involucrado por igual en las tareas del Gobierno, la empresa privada y las actividades caritativas. Otro deudo de esta progenie, Ahmad, con un perfil similar, murió también prematuramente, con 43 años, y en idénticas circunstancias, un fallo cardíaco, en julio de 2002. Los siguientes hermanastros mayores de Mohammed, Sultán, Abdulaziz y Faysal ibn Salmán, eran asimismo unos príncipes destacados por diferentes motivos: el primero, coronel de la Real Fuerza Aérea Saudí, había volado en 1985 en el trasbordador espacial de la NASA, convirtiéndose así en el primer astronauta árabe y musulmán; el segundo servía como viceministro de Petróleo y Recursos Naturales; y el tercero fungía de presidente del Grupo de Investigación y Marketing Saudí.

Continuando la tradición familiar, Mohammed adquirió una titulación superior en la Universidad Rey Saud de Riad. En su caso, se graduó en la especialidad de Derecho, tras lo cual se desenvolvió en el mundo de los negocios durante una temporada. En 2008 el príncipe tomó como esposa a una pariente de la vasta familia real, la princesa Sarah bint Mashoor ibn Abdulaziz Al Saud; a fecha de 2017 la pareja tenía tres hijos. En diciembre de 2009, en el quinto año del reinado de su tío, Abdullah ibn Abdulaziz, Mohammed, con 24 años, se puso al servicio directo de su padre en calidad de asesor especial del Gobierno de la Región de Riad, función consultora que hizo extensible a la Comisión de Expertos adjunta al Gobierno Real Saudí. Fue el principio de una acumulación de títulos y cargos oficiales que en una primera etapa tuvieron un cariz más que nada protocolario. Estaba también la dimensión filantrópica, presente por ejemplo en el establecimiento de la Fundación Príncipe Mohammed ibn Salmán ibn Abdulaziz, dedicada a financiar la formación académica y profesional de jóvenes con talento.

Ahora bien, sus primeras responsabilidades con incidencia en la política nacional no se le hicieron esperar a Mohammed, prácticamente un jo a las órdenes de los poderosos, aunque ancianos y frágiles de salud, príncipes que cvenonformaban la gerontocracia saudí. Los movimientos en el vértice familiar empezaron en octubre de 2011 al producirse la defunción del príncipe heredero y primer viceprimer ministro desde 2005, así como ministro de Defensa desde 1963, Sultán ibn Abdulaziz, uno de los siete hermanos Sudairi. Sultán sucumbió a un cáncer de colon a los 85 años de edad en el hospital de Nueva York donde estaba ingresado. Entonces, el nuevo príncipe heredero o de la Corona y número dos del Gobierno paso a ser su hermano menor Nayif ibn Abdulaziz, hasta la fecha la tercera personal del Reino en tanto que ministro del Interior, cargo que retenía, y viceprimer ministro segundo, mientras que los puestos de ministro de Defensa y segundo viceprimer ministro pasaron, en noviembre, al otro hermano sobreviviente, Salmán.

La cercanía de Mohammed a los altos procesos decisorios de Palacio se estrechó en junio de 2012 al morir su tío Nayif, otro príncipe achacoso, a los 77 años. De nuevo, operaron las mudanzas gubernamentales y sucesorias impuestas personalmente a la familia real por el rey Abdullah, que en esta ocasión supusieron la proclamación de su hermanastro Salmán como príncipe heredero, el tercero en menos de un año, y primer viceprimer ministro. El hecho de que las largas convalecencias en el extranjero de su tío Abdullah, golpeado por las dolencias seniles, dejara a su padre como el primer ministro de hecho en Riad fortaleció la imagen de Mohammed como uno de los principales notables del Reino.

Ya en los últimos años del reinado de Abdullah el príncipe heredero Salmán, investido de las atribuciones propias de un regente, propició una serie de cambios palaciegos que, contemplados en retrospectiva, resultan bastante esclarecedores de sus planes con respecto a su hijo favorito, cuya acusada juventud no dejaba de llamar la atención. El 2 de marzo de 2013, al mes de colocar Abdullah a su hermanastro Muqrin, otro de los 36 hijos varones de ibn Saud que habían llegado a adultos y hasta el año anterior director general de la Inteligencia General del Reino, la Mujabarat, en la posición de viceprimer ministro segundo del Gobierno, Mohammed pasó a ser el jefe de la Corte del Príncipe de la Corona en sustitución de su primo el príncipe Saud ibn Nayif, quien se hacía cargo del Gobierno de la Provincia Oriental. El 27 de marzo de 2014 Abdullah nombró a Muqrin «vicepríncipe heredero», título que hasta ahora no se había empleado de manera oficial y el 25 de abril siguiente, no por casualidad, ascendió a su sobrino Mohammed al rango de ministro de Estado, luego miembro del Gobierno.

El previsible deceso del rey Abdullah acaeció en Riad el 23 de enero de 2015, como el fatal desenlace de una infección neumónica contraída semanas atrás. El sexto monarca de Arabia Saudí tenía 90 años al morir. De manera automática, Salmán, a los 79, asumió la Corona y los títulos y cargos anexos a la persona del soberano, principalmente los de Custodio de las Dos Mezquitas Santas (las de La Meca y Medina) y primer ministro. Una vez entronizado, Salmán se apresuró a nombrar a sus más estrechos colaboradores. La cascada de decretos se produjo el mismo 23 de enero. El hermanastro Muqrin, con 69 años, accedió a las condiciones de príncipe de la Corona y primer viceprimer ministro. El nuevo vicepríncipe heredero y viceprimer ministro segundo pasó a ser Mohammed ibn Nayif, hijo de 55 años del fallecido Sudairi Nayif ibn Abdulaziz y ministro del Interior desde noviembre de 2012. Por primera vez en la historia de este país fundado y gobernado por la familia Saud como su coto patrimonial, en la línea de sucesión regia había un príncipe que no era hijo, sino nieto de ibn Saud.

A partir de entonces, la confianza del rey Salman en su joven hijo no hizo más que acrecentar. El 29 de abril de 2015, el monarca provocó la sorpresa general al ejecutar una nueva remodelación de envergadura en la cúpula del Reino. Con su laconismo habitual, Palacio anunció que Muqrin ibn Abdelaziz «renunciaba» a ser el número dos, condición que únicamente había ostentado durante tres meses, y que las posiciones de príncipe heredero y primer viceprimer ministro eran transferidas a Mohammed ibn Nayif, quien continuaba como ministro del Interior. La consecuencia automática de la promoción del sobrino del rey era el nombramiento por éste de Mohammed ibn Salmán como nuevo vice-príncipe heredero y viceprimer ministro segundo. Ahora, el hijo del monarca, más allá de sus vastas atribuciones gubernamentales, ya era oficialmente un eslabón en la línea de sucesión.

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