Entre los detalles que se contemplan en los preparativos, que se llevan adelante desde hace años en absoluto secreto, se habla del histórico Carruaje Dorado, o “Golden Coach” que ha transportado a los reyes de Gran Bretaña en las ocasiones más especiales, incluidas sus coronaciones.
De momento, un equipo de arquitectos y artesanos está trabajando para hacer reparaciones mecánicas en el carruaje, que volvería a las calles de Londres, tirado por ocho caballos, para conmemorar el Jubileo de Platino de la reina Isabel II en junio de 2022.
Los organizadores del Jubileo creen que habrá un “beneficio adicional” a los gastos de restauración, porque significa que el carruaje de 240 años también estará listo para circular para la coronación del próximo rey.
El vehículo de la era georgiana, que pesa cuatro toneladas y mide más de 7 metros de latgo, no se ha utilizado desde que la reina viajó en él desde el Palacio de Buckingham hasta la Catedral de San Pablo para conmemorar su Jubileo de Oro en 2002.
El carruaje fue encargado por el rey Jorge III para su coronación, en 1760, y aunque costó 7.562 libras esterlinas, el equivalente a 22 millones de dólares de la actualidad, se construyó pensando en el estilo, y no en la comodidad.
En 2012, recordando la ceremonia de su coronación, la reina Isabel describió el viaje en el Carruaje Dorado como «horrible». «Solo es de cuero», dijo, y «no es muy cómodo».
Los funcionarios del palacio se dieron cuenta de que se necesitará una revisión importante para Carlos y su esposa Camilla, ambos mayores de 70 años, quienes necesitan cojines para el respaldo cuando están sentados durante mucho tiempo en compromisos oficiales.
En numerosas oportunidades, el príncipe Carlos, de 73 años, hizo saber que está a favor de una Monarquía más moderna y reducida, y se espera que su servicio de coronación marque la pauta de su reinado.
Escenas de la coronación de la reina Isabel II el 2 de junio de 1953.
La reina Isabel II, de 95 años, cumplió 70 años de reinado el pasado 6 de febrero, cuando expresó su “deseo sincero” de que la duquesa de Cornualles sea coronada como ‘Reina Consorte’ cuando, “en la plenitud de los tiempos”, su hijo se convirtiera en reina.
Si bien la monarca ha manifestado una salud de hierro, aunque con achaques, detrás de escena el palacio de Buckingham tiene planes en marcha para una revisión de la única coronación religiosa que subsiste en las monarquías de Europa.
Escenas de la coronación de la reina Isabel II el 2 de junio de 1953.
Una persona conocedora de los planes dijo a The Mail on Sunday que la ceremonia sería «más corta, más rápida, más pequeña, menos costosa y más representativa de diferentes grupos comunitarios y religiones».
Según los planes contemplados en la Operación Golden Orb, la coronación de Carlos ocurrirá dentro de un año de la ascensión al trono y su reconocimiento de la diversidad religiosa y cultural de la Gran Bretaña moderna marcará una desviación significativa de la coronación de Isabel II, el 2 de junio de 1953.
Escenas de la coronación de la reina Isabel II el 2 de junio de 1953.
En aquella ocasión, una larga procesión de carruajes transportó a más de 8.000 dignatarios a la Abadía de Westminster, donde muchos se acomodaron en bancos improvisados. Más de 40.000 soldados participaron en el desfile, incluidos 30.000 en las calles. La ceremonia, la primera en ser televisada, duró más de tres horas y requirió que la reina hiciera varios cambios de atuendo.
Siete décadas después, los invitados a la coronación de Carlos se limitarán a un máximo de 2.000, y el servicio religioso será “mucho más corto porque hay que tener en cuenta la edad de Carlos«, dijo una fuente al citado periódico.
Escenas de la coronación de la reina Isabel II el 2 de junio de 1953.
Si bien se revisarán aspectos del servicio para reflejar una «Gran Bretaña moderna«, seguirá siendo un servicio anglicano y no se espera que cambien los votos aunque en un momento se informó que Carlos quería ser conocido como “Defensor de las Fes” para reflejar la sociedad multicultural de Gran Bretaña.
Si bien la asistencia a la iglesia ha disminuido significativamente desde la última Coronación, un informe publicado en 2016 por el grupo de expertos en religión Theos reveló que el 57 por ciento de los británicos pensó que la ceremonia debería ser cristiana, mientras que solo el 19 por ciento pensó que debería ser multiconfesional y el 23 por ciento pensó que debería ser secular.
Escenas de la coronación de la reina Isabel II el 2 de junio de 1953.
El servicio de coronación se reescribió por primera vez hace varios años para actualizar el lenguaje y acortar enormemente los procedimientos. De este modo, podría eliminarse el anticuado “Tribunal de Reclamaciones”, donde se invita a los Lores del Reino a reclamar su derecho a ser incluidos en la Coronación.
Se estima que la coronación de Isabel II costó 1,57 millones de libras esterlinas, el equivalente a 63 millones de dólares en la actualidad, pero una fuente consultada por el Mail dijo que la próxima coronación sería «mucho más barata».
Escenas de la coronación de la reina Isabel II el 2 de junio de 1953.
Por otra parte, se espera que no solo el número de invitados sea una cuarta parte del contingente de la coronación de Isabel II, sino que también habrá menos miembros de la Familia Real. “Será una monarquía reducida en exhibición en todo momento. No me sorprendería ver solo a Carlos y Camilla, Kate y Guillermo y sus hijos en el balcón del Palacio de Buckingham”, dijo una fuente.
El comité organizador está dedicado a estos planes en secreto, pero varias figuras clave han estado impulsando las discusiones entre el Palacio, la Oficina del Gabinete del primer ministro, los altos jerarcas de la Iglesia de Inglaterra y las Fuerzas Armadas, entre otros.
Escenas de la coronación de la reina Isabel II el 2 de junio de 1953.
Sir Stephen Lamport, exsecretario privado del príncipe, ejerció un papel fundamental en la revisión de los planes junto con el Duque de Norfolk, cuya familia ha ocupado el cargo de Conde Mariscal en la organización de importantes eventos estatales desde 1386.
Si bien los voceros de Carlos dijeron que “la planificación detallada de una coronación comienza en el momento de la adhesión”, una fuente interna reveló que “hay carpetas y carpetas de papeleo sobre la adhesión y la coronación, todas apiladas y cada una tiene varios apéndices”.
La misma fuente dijo que la operación es “muy complejo” y que el denominado “comité Golden Orb”, que solía reunirse dos veces al año, ahora se reúne “con mucha más frecuencia, a veces una vez al mes”.
El día que el príncipe Carlos sea coronado Rey de Gran Bretaña, como sucesor de la reina Isabel II, su esposa Camilla será coronada Reina Consorte y, como tal, recibirá la corona que le corresponde, una joya invaluable, histórica y adornada con un diamante “maldito”.
Se espera que la pareja sea ungida, bendecida y coronada en la Abadía de Westminster, como se realiza con los reyes de Inglaterra desde el siglo X, y la entronización de la duquesa de Cornualles con el título de reina cuenta con la aceptación de la reina Isabel II.
La corona que reposará sobre la cabeza de Camilla cuenta con un marco de platino engastado con 2.800 diamantes, muchos de los cuales provienen de una diadema de la reina Victoria, y contiene el diamante “Koh-i-Noor” (que significa Montaña de la Luz), una de las joyas más grandes y controvertidas del mundo.
La reina Isabel, esposa del rey Jorge VI y madre de Isabel II, recibió esta corona durante la coronación de su esposo el 3 de mayo de en 1937, después de haberse descartado el uso de la corona de la reina Alejandra (coronada en 1902) y la reina María (1911).
Fabricada por los joyeros reales Garrard & Co, la reina Isabel usó la corona, pero sin sus arcos, en las ceremonias de apertura del Parlamento durante el reinado de su esposo y en la coronación de su hija Isabel II, en junio de 1953, cuando adoptó el título de Reina Madre.
La corona, que ahora forma parte de las joyas de la corona que se exhiben en la Torre de Londres, salió por última vez para descansar sobre un cojín de terciopelo que se colocó sobre el ataúd de la reina madre, fallecida el 30 de marzo de 2002.
El diamante Koh-i-Noor de 105,6 quilates llegó a manos británicas a mediados del siglo XIX como regalo para Victoria. Otro gran diamante de la corona, fue entregado en 1856 a Victoria por el sultán Abdulmedjid, gobernante del Imperio Otomano, como gesto de gratitud por el apoyo británico durante la Guerra de Crimea.
La historia de «Koh-i-Noor», el diamante «maldito» de la corona de la reina
El diamante Koh-i-Noor, que significa «montaña de luz», es el ejemplo perfecto de una joya maldita, propiedad de numerosos gobernantes asiáticos a lo largo de los años que con demasiada frecuencia perdieron sus imperios y sus vidas.
Según la leyenda del año 1306, la desgracia caería sobre todos los hombres que lo poseyeran.
El diamante pasó de dinastía en dinastía en India, Afganistán, Irán y Pakistán después de muchos combates y derramamiento de sangre, y tras el final de la Segunda Guerra Anglo-Sikh y la anexión del Reino de Punjab, los tesoros fueron confiscados por la corona británica.
Después de que la Compañía Británica de las Indias Orientales tomó posesión del diamante a bordo de uno de sus barcos, no pasó mucho tiempo antes de que el cólera se apoderara y matara a decenas a bordo.
Inmediatamente después de su llegada a Gran Bretaña, la reina Victoria fue atacada por un hombre con un bastón (que recibió un desagradable ojo morado) mientras su carruaje atravesaba las puertas del palacio.
Menos de un mes después, en julio de 1850, el primer ministro del país, Robert Peel, murió después de caerse de su caballo y ser pisoteado, todas las desgracias atribuidas a la llegada del diamante en ese momento.
Sin embargo, la mayoría cree que la maldición recae solo sobre los hombres vinculados a la piedra, no sobre las mujeres, por lo que a partir de entonces solo mujeres usaron el diamante.
La piedra finalmente se colocó en la corona de la reina María de Inglaterra, esposa de Jorge V, para su coronación en 1911, y luego en 1937, en la corona de la reina Isabel.