De Harry Truman Joe Biden: la reina Isabel II conoció a 13 presidentes de EEUU en 70 años

La reina Isabel II de Gran Bretaña puede contar entre los muchos hitos de su extenso reinado el haber conoció a trece de los catorce presidentes de Estados Unidos de los últimos 70 años, todos los ocupantes de la Casa Blanca con excepción de Lyndon B. Johnson, quien solo realizó visitas de estado a Asia durante su tiempo en el cargo. El último en sumarse a la lista ha sido el demócrata Joe Biden, quien fue recibido por Isabel II este 13 de junio en el Castillo de Windsor.

HARRY TRUMAN CON LA PRINCESA ISABEL EN 1951

Harry S. Truman fue el primer presidente que conoció Isabel, en octubre de 1951, cuando todavía era princesa. Truman y su esposa Bess recibieron a Isabel y al duque de Edimburgo en una visita de dos días a Washington hecha en nombre de su padre, el rey Jorge VI, que estaba gravemente enfermo en ese momento. El presidente dijo que, si bien había recibido muchos invitados en Washington, “nunca antes habíamos tenido una pareja joven tan maravillosa, que nos ha capturado tan completamente el corazón de todos nosotros”.

Isabel II con Dwight D Eisenhower en 1957

Cuatro años después de su coronación, la reina Isabel hizo su primera visita de estado a los Estados Unidos, con Dwight D. Eisenhower como presidente. La visita se produjo durante la Guerra Fría, un momento crucial para la alianza entre Estados Unidos y el Reino Unido. El primer ministro británico, Harold Macmillan, también viajó para mantener conversaciones urgentes con el liderazgo estadounidense. La joven reina (entonces de 31 años), sin embargo, encontró tiempo para eventos más alegres, incluida una cena de Estado, una visita a Jamestown, Virginia, lugar del primer asentamiento británico en Estados Unidos, y su primer partido de fútbol americano. También se reunió con el ex presidente Herbert Hoover en el Hotel Waldorf Astoria de Nueva York. Dos años más tarde, Isabel recibió a Eisenhower en Balmoral.

John y Jackie Kennedy en 1961 en el palacio de Buckingham

Medio millón de personas acudieron a saludar al presidente John F. Kennedy y a la primera dama Jacqueline cuando llegaron a Londres para una visita en 1961, pocos meses después de la toma de posesión de Kennedy. La serie de Netflix “The Crown” recreó la visita en su segunda temporada, reflejando gran parte de las supuestas críticas de la primera dama al estilo anticuado de la reina. La familia real recibió a los Kennedy con una lujosa cena de estado en Buckingham y el presidente más tarde le escribió a la reina diciendo que «siempre apreciaría el recuerdo de esa deliciosa velada«.

Con Richard Nixon en 1969

En 1969, Isabel II recibió en Buckingham al presidente Richard Nixon, a quien ya había conocido en 1957 cuando era vicepresidente de Eisenhower. La reina y el duque de Edimburgo recibieron al presidente estadounidense en el Palacio de Buckingham e intercambiaron retratos autografiados, mientras que un equipo de televisión capturó la ocasión para un documental llamado “The Royal Family”, transmitido más tarde ese año.

Isabel II con Gerald Ford en Washington

Gerald Ford, 38° presidente de los Estados Unidos, recibió a Isabel II con grandes fastos en la Casa Blanca en 1977 para celebrar el 200 aniversario de la declaración de independencia de Estados Unidos. Isabel II fue a Washington para celebrar la relación continua entre los dos países con una cena de estado organizada por Ford y su esposa Betty. La pareja compartió un baile y el presidente le prometió a la reina que «Estados Unidos nunca ha olvidado su herencia británica«. La primera damaescribió más tarde en sus memorias que «era fácil tratar con la reina» y «si no hubiera estado confundiendo Su Alteza y Su Majestad (él es Su Alteza, ella es Su Majestad) me daría cuatro estrellas por la forma en que se desarrolló esa visita”.

Isabel II y la reina madre con Jimmy Carter

Un año después de su visita por el Bicentenario de la Independencia de Estados Unidos, la reina recibió al presidente Jimmy Carter en el Palacio de Buckingham para una cena con otros jefes de estado durante una cumbre de la OTAN. Carter rompió el protocolo real al besar a la Reina Madre, por error, en los labios. Aparentemente, la madre de Isabel II se sintió mortificada y dijo: «Nadie ha hecho eso desde que murió mi esposo«.

Isabel II y Ronald Reagan, en 1982 en Windsor

En 1982, junto con su esposa Nancy, Ronald Reagan se convirtió en el primer presidente estadounidense en pasar la noche en el Castillo de Windsor. Fue el primero de los tres viajes que hicieron los Reagan para ver a la reina en el Reino Unido, y ella también visitó el rancho de los Reagan cerca de Santa Bárbara, California, en 1983. Reagan escribió en sus memorias que el viaje de 1982 fue una «visita de cuento de hadas» y uno de los momentos más “divertidos” de su presidencia. Dijo que lo más destacado fue montar a caballo con Isabel II mientras Nancy y Felipe viajaban en un carruaje tirado por caballos. «Debo admitir que la reina es una jinete consumada«, escribió.

George HW y Barbara Bush en Buckingham.

El presidente George H. W. Bush conoció a Isabel II en 1989 en Londres. Durante la visita, Bush también se reunió con la primera ministra Margaret Thatcher, quien, escribió con desdén en sus memorias, le dio «una conferencia sobre la libertad». Mientras tanto, la reina llevó a los Bush a un recorrido por el Palacio de Buckingham y correspondió a la visita con un viaje a Washington dos años después.

Isabel II y Bill Clinton

Su sucesor, el presidente Bill Clinton, realizó varias visitas al Reino Unido durante su presidencia, en parte debido a su participación en el proceso de paz en Irlanda del Norte. Conoció a la reina por primera vez en un banquete en honor al 50 aniversario del Día D de la Segunda Guerra Mundial en la ciudad de Portsmouth, y seis años más tarde, la reina recibió al matrimonio Clinton y su hija, Chelsea, en el Palacio de Buckingham para tomar el té.

George W. Bush y Laura Bush en Buckingham.

El presidente George W. Bush conoció a la reina por primera vez durante un almuerzo en el Palacio de Buckingham durante una gira europea de seis días en 2001 y en 2003 se convirtió en el primer presidente de EEUU en realizar una visita oficial de estado al Reino Unido. Para coincidir con la visita de Bush en noviembre, alrededor de 100.000 personas salieron a las calles para protestar contra la guerra de Irak, lo que supuestamente costó millones al Reino Unido en gastos de seguridad durante la visita de tres días. La manifestación culminó con manifestantes que derribaron una efigie de Bush, recordando escenas de la caída de la estatua de Saddam Hussein en Bagdad seis meses antes. George y Laura Bush recibieron un saludo de 41 disparos y luego asistieron a un banquete de Estado.

Banquete de Estado en Buckingham en honor a Barack Obama

Barack y Michelle Obama conocieron a Isabel II en una visita de estado en 2011. Los Obama le obsequiaron un conjunto de recuerdos y fotografías del viaje de sus padres a los Estados Unidos en 1939. A cambio, la reina les dio una colección de cartas intercambiadas entre monarcas y presidentes de Estados Unidos. Los Obama se reunieron con la reina dos veces más y en su 90 cumpleaños el presidente dijo: «Ella es verdaderamente una de mis personas favoritas«.

Donald Trump fue recibido dos veces en el Castillo de Windsor.

El presidente Donald Trump se reunió por primera vez con la reina en una visita oficial en 2018, cuando tomaron el té en el Castillo de Windsor. Los gobiernos británico y estadounidense acordaron evitar Londres, donde decenas de miles de manifestantes criticaron su retórica y política sobre temas como la migración, el género y los derechos LGBTQ. En su visita de 2019, el presidente y la primera dama pasarán más tiempo con los miembros de la realeza que el año anterior, aunque con protestas en todo el país, la mayor parte de la visita se llevará a cabo a puerta cerrada. Volaron en helicóptero al Palacio de Buckingham y fueron recibidos por la reina, el príncipe Carlos y Camilla, duquesa de Cornualles. Allí mismo, la reina ofreció a Trump un banquete de Estado para 170 invitados.

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El príncipe Felipe se reencontró con Isabel II tras 28 días en el hospital y en plena crisis familiar

Una semana después de la acusatoria entrevista del príncipe Harry y Meghan con Oprah Winfrey, el duque de Edimburgo recibió el alta médico y regresó al castillo de Windsor.

El príncipe Felipe de Inglaterra, duque de Edimburgo, recibió el alta médica después de 28 días en el hospital y una semana después de la dramática entrevista en la que los duques de Sussex hundieron a la monarquía en una crisis al acusar a un miembro de la familia real de racismo.

La periodista real y editora de la revista Majesty Ingrid Seward comentó este martes: “Me emociona ver que Su Alteza Real el Duque de Edimburgo ha dejado el hospital y regresado a Windsor. Su regreso será un gran alivio y apoyo para la reina”.

El duque de Edimburgo, marido de la reina Isabel II, regresó al castillo de Windsor el 16 de marzo tras permanecer un mes hospitalizado, lo que a sus 99 años había hecho temer por su vida en un momento convulso para la monarquía británica.

Felipe, de 99 años, fue trasladado en un automóvil desde el Hospital King Edward VII, donde fue ingresado el 16 de febrero, hasta el Castillo de Windsor, donde la reina pasa su aislamiento por la pandemia. Según una nota del palacio el príncipe “desea agradecer a todo el personal médico que lo atendió” y “a todos los que le enviaron sus mejores deseos”.

Debido a la pandemia de coronavirus, la reina, de 94 años, y su esposo han estado el último año confinados en Windsor, excepto una estancia de verano que la pareja real pasó en su castillo escocés de Balmoral. La monarca mantiene su agenda oficial en gran medida por videoconferencia y no visitó al duque durante su hospitalización.

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El consorte, que en junio cumplirá 100 años, fue ingresado en el primer centro el 16 de febrero como «medida de precaución» tras haberse sentido mal. Ante las especulaciones y preocupación por su avanzada edad, la casa real informó pocos días después de que la hospitalización no estaba relacionada con el covid-19, sino que se debía a una infección.

La noticia de que el duque de Edimburgo había dejado el hospital fue bien recibida por los conocedores de la realeza, incluido su biógrafo Phil Dampier, quien escribió en Twitter: “Una noticia fantástica”. La biógrafa real Angela Levin, por su parte, dijo que se trata demaravillosas noticias”.

El duque de Edimburgo, marido de la reina Isabel II, regresó al castillo de Windsor el 16 de marzo tras permanecer un mes hospitalizado, lo que a sus 99 años había hecho temer por su vida en un momento convulso para la monarquía británica.

El comentarista real Richard Fitzwilliams agregó: “Fantásticas noticias de que el duque de Edimburgo ha sido dado de alta del hospital y ha regresado al Castillo de Windsor. El sobrenombre de Duque de Hierro seguramente se aplica y todos le enviarán buenos deseos. Esperamos conmemorar su centenario el 10 de junio”.

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Isabel II abogó por la “dedicación al deber” antes de la entrevista de Harry y Meghan con Oprah Winfrey

En un mensaje pregrabado en la Abadía de Westminster, la reina de 94 años elogió a todos aquellos en la Commonwealth que durante la pandemia se han sacrificado por los demás.

La reina Isabel II de Gran Bretaña mencionó este domingo en un discurso televisado la importancia de la «dedicación al deber», horas antes de la emisión de la tan esperada entrevista de la célebre presentadora estadounidense Oprah Winfrey al príncipe Enrique y a su esposa Meghan.

El mensaje tuvo lugar durante el Commonwealth Day Service, y se produjo horas antes de transmitirse la entrevista, supuestamente reveladora, que abrió una gran brecha entre el palacio de Buckingham y los duques de Sussex en Estados Unidos.

En el video pregrabado en la Abadía de Westminster, Isabel II, de 94 años, elogió a todos aquellos en la Commonwealth que durante la pandemia se han sacrificado por los demás.

Si bien el año pasado las experiencias han sido distintas en la Commonwealth, se han mostrado conmovedores ejemplos de coraje, compromiso y dedicación al deber en forma desinteresada en cada lugar de esta mancomunidad” de naciones, afirmó.

Los momentos de duras prueba sufridos por tantos han llevado hacia una apreciación más profunda del apoyo recíproco y el sostén espiritual del que gozamos al estar en contacto con otros”, agregó.

El príncipe Harry y su esposa, la actriz estadounidense Meghan Markle, quienes se mudaron a California, decidieron el mes pasado que no retomarían sus roles en tanto miembros miembros de la familia real británica.

Lo concerniente al servicio y el deber se volvió un punto de discordia cuando Meghan y Enrique rompieron los lazos con la familia. Semanas atrás dijeron en un comunicado: “Todos podemos vivir una vida dedicada al servicio. El servicio es algo universal”.

Por entonces, el palacio de Buckingham informó que la pareja había confirmado que no “continuaría con sus responsabilidades y deberes que conlleva una vida al servicio público”.

Desde el denominado Megxit, en 2020 y, en particular, durante las semanas precedentes a la entrevista con Winfrey, los desacuerdos públicos entre la pareja y la familia real, se intensificaron.

Felipe de Edimburgo, sobre sus funerales: “No estoy interesado en lo que diga mi lápida”

Hospitalizado a los 99 años, el príncipe Felipe no ha mostrado mucho interés en los preparativos que la corte ya elaboró para su entierro.

El conde mariscal del reino, figura ceremonia importantísima de la corte británica, ha sido el encargado de organizar en los últimos años los funerales del príncipe Felipe, el esposo de la reina Isabel II de Inglaterra.

El consorte, sin embargo, no le ha mostrado mayor interés a su entierro, prefiriendo un funeral militar simple y sin las grandes pompas que corresponden a los consortes de los monarcas británicos: “No estoy realmente interesado en lo que diga mi lápida”, dijo una vez según el biógrafo Ian Lloyd.

La casa real, sin embargo, tienen ya los planes escritos para el desenlace final del duque de Edimburgo, en un procedimiento titulado “Forth Bridge” que detalla absolutamente todos los arreglos sobre el último adiós.

Este protocolo se encuentra en poder del duque de Norfolk y no será revelado hasta el momento en que el gobierno británico anuncie que el duque ha fallecido.

Según los informes, rechazó la oferta de un funeral de Estado, prefiriendo en cambio un servicio privado al estilo de un funeral militar.

El 18º duque de Norfolk, Eddie Fitzalan-Howard, pertenece a un extenso linaje que, durante generaciones desde el siglo XII, se ha encargado de la organización de las ceremonias más grandes de la monarquía británica, entre bodas reales, coronaciones, funerales y la Apertura Estatal del Parlamento.

Su cargo es el Earl Marshal (Gran Chambelán o Mariscal de la Casa Real) y sus títulos, recopilados por antepasados desde el siglo XII, son: Conde de Arundel; Barón Beaumont; Baron Maltravers; Conde de Surrey; Baron FitzAlan, Clun y Oswaldestre; Conde de Norfolk; Barón Howard de Glossop; Conde Mariscal y Mariscal Hereditario y Mayordomo Principal de Inglaterra.

El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, fue hospitalizado el 17 de febrero de manera preventiva en Londres tras haber sufrido un malestar.

Se cree que el duque de Norfolk ha organizado, siguiendo los deseos expresos de Felipe, un funeral idéntico al del príncipe consorte Alberto, esposo de la reina Victoria, quien falleció en 1861. El servicio fúnebre de Alberto se celebró en la Capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor, donde fue sepultado, y posteriormente sus restos fueron trasladados al Mausoleo Real de Frogmore, en las cercanías del castillo.

Según se sospecha, el príncipe Felipe manifestó su negativa a recibir un funeral oficial o de Estado y a ser velado en el Westminster Hall del Parlamento, un imponente salón construido en el reinado de Guillermo II en 1097, en Londres donde se instalan las capillas ardientes de los monarcas ingleses.

Capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor.

Felipe habría elegido algo menos ostentoso: la Capilla de la Reina del Palacio de St. James, donde fueron velados los restos de las princesas Diana (1997) y Margarita (2002), y la reina madre (2002).

Según ha trascendido en la prensa británica en años recientes, el príncipe Felipe, poco amante de las pompas reales, aprobó un servicio fúnebre austero, que incluiría sus himnos navales favoritos, en la Capilla de San jorge, Castillo de Windsor, a 40 kms de Londres.

La Capilla de San Jorge albergó los últimos funerales de miembros principales de la familia real, incluidos el duque de Gloucester (1974), del duque de Windsor (1972), la duquesa de Windsor (1986), la princesa Margarita (2002) y la duquesa de Gloucester (2004).

¿Dónde está enterrado el rey Enrique VIII y por qué no tiene una tumba?

El rey Enrique VIII de Inglaterra murió el 28 de enero de 1547. Fue el final de una era. Su testamento ordenaba que lo enterraran con su amada esposa Jane Seymour, la única esposa que dio a luz a un heredero varón legítimo sobreviviente. Enrique le había ofrecido un funeral magnífico, después del cual la enterraron en una bóveda bajo el coro de la Capilla de San Jorge en Windsor. Esta bóveda estaba destinada a ser su lugar de descanso temporal.

El cuerpo de Enrique VIII fue bañado, embalsamado con especias y envuelto en plomo. Permaneció en el salón del trono del palacio de Whitehall rodeado de velas encendidas durante unos días y luego fue trasladado a la capilla. El 14 de febrero, el cadáver inició su viaje de Londres a Windsor. La procesión tenía cuatro millas de largo. Un alto y elaborado coche fúnebre llevaba el ataúd mientras retumbaba por la carretera. Encima del coche fúnebre había una efigie de cera realista vestida de terciopelo carmesí con forro de miniver y zapatos de terciopelo. Tenía un gorro de satén negro engastado con piedras preciosas que estaba cubierto con una corona. La efigie estaba adornada con joyas y las manos enguantadas tenían anillos.

Los restos pasaron la noche en Syon Abbey y al día siguiente llegaron a Windsor. Dieciséis miembros de la Guarida del Rey (Yeomen of the Guard) llevaron el ataúd hasta la capilla cubierta de negro. Se bajó a la bóveda del coro.

Stephen Gardiner, obispo de Winchester pronunció el elogio y celebró la misa de réquiem mientras Katherine Parr, la reina viuda, observaba la ceremonia desde la ventana del mirador de Catalina de Aragón. Después de la misa, mientras sonaban las trompetas, los principales oficiales de la casa del rey rompieron sus varas de oficio y las arrojaron a la bóveda, señalando el final de su servicio.

El rey había dejado dinero para las misas diarias que se rezarían por su alma por el resto de los tiempos. Pero los gobernantes protestantes del gobierno de Eduardo VI, hijo y sucesor de Enrique VIII, detuvieron las misas después de un año. El testamento de Enrique dejó instrucciones para la construcción de una magnífica tumba.

Historia de la tumba de Enrique VIII

Ya en 1518, Enrique había elaborado planes para una tumba para él y su primera esposa, Catalina de Aragón. Los planos iniciales fueron realizados por el escultor italiano Pietro Torrigiano, el mismo hombre que diseñó la tumba para los padres de Enrique, Enrique VII e Isabel de York. Esta tumba se puede ver en la Lady Chapel en la Abadía de Westminster hasta el día de hoy. Torrigiano planeó que el sarcófago de Enrique VIII estuviera hecho del mismo mármol blanco y piedra de toque negra que el de su padre, solo que sería un veinticinco por ciento más grande. Se produjo una discusión sobre la compensación por el diseño de los planos que hizo que Torrigiano regresara a Italia en algún momento antes de junio de 1519. Hay evidencia de que Enrique consideró darle a otro italiano, Jacopo Sansovino, una comisión de setenta y cinco mil ducados para trabajar en un diseño en 1527.

Durante el siglo XVII, el anticuario John Speed ​​estaba haciendo una investigación histórica y desenterró un manuscrito ahora desaparecido que daba detalles de la tumba de Enrique VIII. Se basó en el diseño de Sansovino de 1527. Los planos requerían un gran edificio decorado con finas piedras orientales, pilares de mármol blanco, ángeles de bronce dorado e imágenes de tamaño natural de Enrique y su Reina. Incluso iba a incluir una magnífica estatua del rey a caballo bajo un arco triunfal. Ciento cuarenta y cuatro figuras de bronce dorado iban a adornar la tumba, incluidos San Jorge, San Juan Bautista, los Apóstoles y los Evangelistas.

Da la casualidad de que el cardenal Thomas Wolsey, el primer ministro de Enrique en los primeros años de su reinado, tenía planes para una tumba resplandeciente para él. Benedetto da Rovezzano, un empleado de Wolsey de 1524 a 1529, mantuvo un inventario completo de las estatuas y la ornamentación de esta tumba. Cuando Wolsey murió, Enrique VIII adoptó algunos componentes de la tumba de Wolsey para los suyos. Rovezzano y su asistente Giovanni de Maiano trabajaron en la tumba de Enrique desde 1530 hasta 1536.

Los deseos de Enrique VIII nunca fueron respetados

Después de la muerte de Wolsey, Enrique VIII se apropió del sarcófago de su tumba. Planeaba tener una figura dorada de tamaño natural de sí mismo encima. Debía haber un podio elevado con frisos de bronce incrustados en las paredes junto con diez pilares altos coronados con estatuas de los Apóstoles que rodeaban la tumba. Entre cada uno de los pilares habría candelabros de bronce de nueve pies de alto.

El diseño requería un altar en el extremo este de la tumba, coronado con un dosel sostenido en alto por cuatro pilares elaborados. Esto también incluiría dieciséis efigies de ángeles en la base con candelabros. La tumba y el altar debían estar encerrados por una capilla de mármol negro y bronce donde se podían decir misas por el alma del rey. Si este diseño hubiera sido finalizado, habría sido mucho más grandioso que la tumba de los padres de Enrique VIII, Enrique VII e Isabel de York.

La efigie del rey fue en realidad fundida y pulida mientras Enrique todavía estaba vivo y otros artículos se fabricaron en talleres en Westminster. El trabajo progresó durante los últimos años del reinado de Enrique, pero las guerras en Francia y Escocia estaban agotando el tesoro real y el trabajo se ralentizó. Rovezzano regresó a Italia por mala salud. Parte del trabajo en el monumento continuó durante el reinado de Eduardo VI, pero su tesoro siempre estuvo corto de fondos. El testamento de Eduardo pidió que se terminara la tumba, pero su hermanastra la reina María Tudor no hizo nada en la tumba.

Carlos I y un hijo de la reina Ana, sepultados junto a Enrique VIII

La reina Isabel I, también hija de Enrique VIII, tuvo cierto interés en el proyecto. Su ministro William Cecil encargó un estudio del trabajo necesario para completar la tumba y se prepararon nuevos planos en 1565. Los elementos terminados que había en Westminster se trasladaron a Windsor, pero después de 1572, el trabajo se detuvo. Los componentes languidecieron en Windsor hasta 1646 cuando la Commonwealth necesitó fondos y vendió la efigie de Enrique para fundirla por dinero. Cuatro de los candelabros de bronce llegaron a la Catedral de San Bavón en Gante, Bélgica.

Después de la ejecución del rey Carlos I en 1649 (o 1648 en el antiguo esquema de datación), sus restos fueron colocados apresuradamente en la misma bóveda de la Capilla. Se consideró apropiado enterrarlo allí porque era más tranquilo y menos accesible que en algún lugar de Londres en un esfuerzo por reducir el número de peregrinos a la tumba del rey mártir. Durante el reinado de la reina Ana, uno de sus muchos bebés murió y fue enterrado en la misma bóveda en un pequeño ataúd. En 1805, el sarcófago que había sido de Wolsey y Enrique fue tomado y utilizado como base de la tumba de Lord Nelson en la Catedral de St. Paul.

La tumba fue luego olvidada hasta que fue redescubierta cuando se inició la excavación en 1813 para un paso a una nueva bóveda real. La antigua bóveda se abrió en presencia del regente, Jorge, Príncipe de Gales y futuro rey Jorge IV. Varias reliquias del rey Carlos I fueron retiradas para su identificación. Cuando fueron reemplazados en 1888, A.Y. Nutt, topógrafo del College of St. George hizo un dibujo de acuarela de la bóveda y su contenido. El ataúd de Enrique VIII parece muy dañado. El de Jane Seymour estaba intacto.

El ataúd de Enrique podría haberse roto de varias formas. El caballete que lo sostenía podría haberse derrumbado. Es posible que cuando entraron en la bóveda para poner el ataúd de Carlos I, el de Enrique VIII estuviera dañado. Podría haberse derrumbado debido a la presión desde adentro. O también es posible que el ataúd se cayera en el camino y que se abriera.

El príncipe regente solicitó que se insertara una losa de mármol para marcar la tumba, pero esto no se materializó hasta el reinado del rey Guillermo IV en 1837. La inscripción en la losa dice: En una bóveda debajo de esta losa de mármol se depositan los restos de Jane Seymour, Enrique VIII, Carlos I y el niño de la reina Ana. Este monumento fue colocado aquí por orden del rey Guillermo IV. 1837.

La leyenda de los perros lamiendo

Debido al tema de esta publicación, tenemos que abordar la leyenda de los perros lamiendo la sangre de Enrique VIII mientras su cuerpo pasaba la noche en Syon. La historia comienza con el sermón de un fraile franciscano llamado William Petow, quien predicó en la capilla de Greenwich el domingo de Pascua, 31 de marzo de 1532. Era el momento del «Gran asunto» del rey, el nombre del esfuerzo de Enrique por conseguir el divorcio o la anulación de su matrimonio con Catalina de Aragón para poder casarse con Ana Bolena.

Petow no solo desafió a Enrique sobre tratar de dejar de lado a Catalina de Aragón, sino que también objetó los esfuerzos de Ana Bolena para promover la Nueva Religión. Lo dejó muy claro en el sermón cuando el rey se sentó ante él en la capilla. En lugar de pontificar sobre la resurrección de Cristo, predicó sobre el versículo de la Biblia, 1 Reyes 22, sobre el rey Acab. El rey Acab muere a causa de las heridas que sufrió en una batalla. El versículo dice: “Entonces el Rey murió y fue llevado a Samaria, y allí lo enterraron. Lavaron el carro en un estanque en Samaria (donde se bañaban las prostitutas), y los perros lamieron su sangre, como había dicho la palabra del Señor”.

Petow comparó a Enrique con el rey Acab y a Ana Bolena con la esposa de Acab, Jezabel. Jezabel había reemplazado a los profetas de Dios con paganos, ya que Petow dijo que Anne apoyaba y animaba a los hombres de la Nueva Religión. Petow dijo que Enrique terminaría como Ahab con perros lamiendo su sangre. Sorprendentemente, Enrique solo encarceló a Petow por un corto tiempo y escapó de Inglaterra y terminó en el continente.

Esta historia fue retomada y repetida por Gilbert Burnet (1643-1715). Era historiador y obispo de Salisbury y escribió la Historia de la Reforma en la que afirmaba que esto le sucedió al cuerpo de Enrique mientras pasaba la noche en Syon Abbey camino a Windsor. El propio Burnet admitió que tenía prisa cuando escribió este libro y que no lo investigó lo suficiente y que el volumen estaba lleno de errores.

Esto no impidió que Agnes Strickland embelleciera la historia cuando escribió La vida de las reinas de Inglaterra a mediados del siglo XIX. Ella escribe que la carcasa de plomo que rodeaba el cuerpo de Enrique estalló y derramó sangre y otros líquidos. Se llamó a un plomero para que arreglara el ataúd y fue testigo de cómo un perro lamía la sangre. Todo esto es un ejercicio único de ficción histórica por lo que tenemos que tomar la historia como apócrifa.

(*) Susan Abernethy es historiadora y autora del blog The Freelance History Writer.

Dónde fue sepultada la princesa Margarita de Inglaterra, hermana de la reina Isabel II

La princesa rebelde del siglo XX dejó en su testamento la indicación de que sus restos fueran colocados en un sitio muy especial para ella.

La semana se cumplieron 19 años del fallecimiento de la princesa Margarita, todo un ícono de la monarquía británica en el siglo XX. Su muerte angustió profundamente a la reina Isabel II, y se la vio emocionada en el funeral, que tuvo lugar en Windsor unos días después.

La princesa era conocida por por su amor por el tabaco y el alcohol, lo que provocó especulaciones a lo largo de los años de que desarrolló cáncer de pulmón, enfermedad que había conducido a la muerte a su padre en 1952. Sin embargo, Margarita nunca fue diagnosticada con cáncer.

Murió finalmente a los 71 años de edad el 9 de febrero de 2002, tres días después del 50 aniversario de la muerte de su padre, y tras sufrir otro derrame cerebral que resultó en problemas cardíacos. Su féretro reposó solitariamente en la capilla de St. George durante algunos días.

Margarita fue el primer miembro de la familia real británica que es cremado y sus cenizas fueron depositadas en la Capilla Conmemorativa de su padre, el rey Jorge VI (1895-1952), ubicada en un lateral de la Capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor.

¿Por qué fue cremado el cuerpo de la princesa Margarita?

Hija menor del rey, la princesa Margarita sostuvo toda su vida que Jorge VI fue el único hombre que la amó verdaderamente. Se asegura que la princesa, que tenía apenas 21 años cuando murió su padre, nunca se recuperó psicológicamente del golpe sufrido en 1952.

La Capilla Conmemorativa contiene una lápida con los nombres de Jorge VI y su esposa, la reina Isabel, Reina Madre. A su lado se encuentra una lápida dedicada a la princesa: “En agradecida memoria a Su alteza Real la Princesa Margarita, Condesa de Snowdon, nacida el 15 de agosto de 1930, muerta el 9 de febrero de 2002”.

La Capilla Conmemorativa contiene una lápida con los nombres de Jorge VI y su esposa, la reina Isabel, Reina Madre

Tras realizarse la incineración en el Crematorio Slough (cercano a Windsor) junto a los cuerpos de otros cinco fallecidos, las cenizas de la princesa se colocaron en un ataúd junto al ataúd de su padre, el difunto rey Jorge VI, en la Cripta Real ubicada en el subsuelo de la Capilla de San Jorge.

La ruptura con la tradición real aparentemente reflejaba el deseo de la princesa de reunirse con su amado padre en la muerte, pero se cree que la cremación era la única opción, ya que no hay más espacio en la bóveda real donde está enterrado.

¿Dónde estaba la reina Isabel II a la hora que murió su padre, el rey Jorge VI?

La reina Isabel II de Inglaterra, ahora la monarca más longeva del planeta, tenía tan solo 25 años cuando ascendió al trono tras la muerte de su padre, el rey Jorge VI. Cuando este evento desafortunado tuvo lugar, la joven princesa no estaba en su país natal, sino a miles de kilómetros de distancia y sin contacto directo con Londres.

El 6 de febrero de 1952, el rey Jorge VI murió repentinamente en la finca real de Sandringham en Norfolk. En el momento de su muerte, el rey solo tenía 56 años. Un criado encontró al rey muerto por la mañana; se determinó que la causa había sido una trombosis coronaria que le bloqueó el flujo de la sangre al corazón debido a un coágulo en una arteria.

En el momento de la muerte del rey Jorge VI, la nueva reina y su esposo Felipe, duque de Edimburgo, se encontraban en Kenia. La pareja estaba haciendo un viaje oficial por la Mancomunidad Británica de Naciones en nombre de su padre que no se sentía muy bien, aunque la gravedad del estado real de su salud se desconocía. La noche antes de que Isabel se enterara de la trágica noticia, ella y su marido habían pasado la noche en el hotel “Treetops”, construido sobre la copa de un enorme árbol en el parque nacional Aberdare de Kenia.

Se trataba de un asombroso edificio construido encima de un árbol enorme que domina una especie de laguna a la que acuden a beber los animales de la selva. Isabel II se convirtió en reina sentada en lo alto de un árbol viendo a los rinocerontes tomando agua del estanque. Los restos de ese árbol siguen en pie y una placa recuerda lo que sucedió allí. Del mismo modo, otra placa fue colocada en el gran árbol mgugu, en cuya cima estaba Isabel II al momento de convertirse en reina.

La noticia llegó a Kenia mediante un periodista llamado Granville Roberts, del diario East African Standard, que estaba cubriendo la visita real. Sus colegas desde Europa le dijeron que la agencia Reuters había enviado un cable diciendo simplemente: “El rey ha muerto”. Roberts pidió inmediatamente a una recepcionista a buscar el teniente coronel Charteris para informarle de la noticia. Consultado sobre si el mensaje es correcto, simplemente respondió: “Muy seguro”.

Roberts llamó por teléfono a Michael Parker, secretario privado de Felipe, para darle la noticia, que fue confirmada más tarde por la radio cuando Parker sintonizó la BBC. Los asesores de la princesa necesitaron seis horas para confirmar las noticias que habían legado incompletas por telégrafo. Parker regresó al hotel, donde comunicó la noticia a Lady Pamela Mountbatten (dama de honor de Isabel), quien, por su parte, informa al duque. “Fue como si se le hubiera caído la mitad del mundo encima”, dijo Parker.

Muchos años más tarde, Charteris describió así la reacción de la nueva reina: “Me acuerdo de haberla visto poco después de convertirse en reina; muy poco, no llegaría a la hora. No lloraba. Estaba ahí, muy erguida, un poco más roja que de costumbre. Esperando su destino… Con Felipe fue muy distinto. Se sentó a leer el Times con mala cara. Era lo último que quería. Su vida iba a sufrir un cambio radical”.

QUIÉN ERA JORGE VI. El padre de Isabel II fue un monarca muy popular. Ascendió al trono tras la abdicación de su hermano mayor el rey Eduardo VIII en 1936. Eduardo renunció a su derecho a regir para casarse con la divorciada mujer estadounidense de origen no aristocrático Wallis Simpson, un matrimonio que no contaba con la aprobación de la Iglesia ni tampoco de gran parte del público de la época. Pese al amor y respeto de que Jorge VI gozaba en su país, su reinado solo duró 16 años. El monarca había luchado contra varios problemas de salud en los meses anteriores a su muerte en 1952. Había sido diagnosticado con un cáncer de pulmón que le llevó a una cirugía para extraer parte del órgano en 1951 y del que nunca se recuperó.

Dónde fue sepultado Jorge VI de Inglaterra, el padre de Isabel II, fallecido hace 69 años

Hace 69 años, durante la noche del 6 de febrero de 1952, el rey Jorge VI, último hombre que ocupó el trono de Gran bretaña, falleció mientras dormía en una muerte que conmocionó a los británicos.

El rey Jorge VI tenía 56 años y padecía problemas cardíacos y pulmonares que lo llevaron a suspender una gira por el continente africano en la que fue remplazado por su hija, la princesa Isabel. De la noche a la mañana, la princesa se convirtió en la reina Isabel II a los 25 años y emprendió un rápido regreso a Londres.

Once días después, tras un impresionante cortejo fúnebre que paralizó Londres, el cuerpo del rey Jorge VI fue sepultado en las entrañas del Castillo de Windsor, más puntualmente en la cripta subterránea de la Capilla de San Jorge (St. George’s Chapel).

Una lápida negra con la inscripción “GEORGE VI, 1894-1952” se encuentra actualmente en una capilla conmemorativa. Bajo el suelo de la capilla, los restos de Jorge VI descansan junto a los de su esposa, Isabel Bowes Lyon, y de su hija menor, la princesa Margarita, ambas fallecidas en 2002.

La cripta de San Jorge, en Windsor, alberga hoy los restos de todos los monarcas del siglo XX, excepto uno: Eduardo VII y la reina Alejandra, Jorge V y la reina María, Jorge VI y la reina Isabel. También se encuentran allí las sepulturas de Jorge III y la reina Carlota, Jorge IV y los reyes Guillermo IV y Adelaida. Eduardo VIII, el rey que abdicó para casarse con una plebeya, descansa bajo la sombra de los árboles del parque que rodea el mausoleo real de Frogmore.

En Windsor también se encuentran los huesos de Enrique VIII y el mutilado cadáver de Carlos I, a quien algunos días después de su ejecución en Londres llevaron en medio de una noche de tormenta de nieve a Windsor, fue depositado en la misma bóveda que Enrique VIII. Su féretro de plomo fue abierto en 1813 para satisfacer la curiosidad del entonces príncipe de Gales ante las dudas sobre el paradero de la cabeza del rey ejecutado.

Lista de personas sepultadas en la capilla de San Jorge

Tumba del rey Jorge V

Rey Enrique VI (1471)

Rey Eduardo IV (1483)

Isabel Woodville, esposa de Eduardo IV (m. 1492)

Enrique VIII (1547)

Jane Seymour, tercera esposa de Enrique VIII (m. 1537)

Carlos I (1649)

Hijo sin nombre de la reina Ana (1696)

Princesa Carlota de Gales, hija de Jorge IV (m. 1817)

Hijo nacido muerto de la princesa Carlota de Gales (m. 1817)

Princesa Amelia, hija de Jorge III (1810)

Princesa Augusta, duquesa de Brunswick, hermana de Jorge III (1813)

Carlota de Mecklemburg-Strelitz, esposa de Jorge III (1818)

Príncipe Eduardo, duque de Kent, padre de la reina Victoria (1820)

Rey Jorge III (1820)

El príncipe Alfredo, hijo de Jorge III (1782, colocado en la bóveda de 1820)

Príncipe Octavio, hijo de Jorge III (1783, colocado en la bóveda de 1820)

Princesa Isabel de Clarence, hija de Guillermo IV (1821)

Príncipe Federico, duque de York, hijo de Jorge III (1827)

Príncipe Guillermo, duque de Gloucester (1805)

Princesa María, duquesa de Gloucester, hija de Jorge III (m. 1807)

Príncipe Guillermo, duque de Gloucester (1834)

Princesa Sofía de Gloucester (1844)

Princesa María, duquesa de Gloucester (1857)

Rey Jorge IV (1830)

Hija muerta del príncipe Ernesto Augusto, hijo de Jorge III (1818)

Princesa Luisa, duquesa de Sajonia-Weimar, sobrina de la reina Adelaida (1832)

Rey Guillermo IV (1837)

Princesa Sofía, hija de Jorge III (1840)

Adelaida de Sajonia-Meiningen, esposa de Guillermo IV (1849)

Príncipe Federico de Schleswig-Holstein, hijo de la princesa Christian (1876)

Rey Jorge V de Hannover, nieto de Jorge III de Inglaterra (1878)

Victoria von Pawel Rammingen, hija de la princesa Frederica de Hannover (1881)

Princesa María Adelaida, duquesa de Teck, madre de la reina María (1897)

Príncipe Francisco, duque de Teck, padre de la reina María (1900)

Princesa Federica de Hannover (1926)

Príncipe Adolfo, duque de Cambridge, hijo de Jorge III (1850, colocado en la bóveda de 1930)

Princesa Augusta, duquesa de Cambridge (1889, colocada en la bóveda de 1930)

Rey Eduardo VII (1910)

Alejandra de Dinamarca, esposa de Eduardo VII (1925)

Rey Jorge V (1936, colocado allí en 1939)

Reina María (1953)

Rey Jorge VI (1952, enterrado en la capilla de 1969)

Reina Isabel, esposa de Jorge VI (2002)

Princesa Margarita, hija de Jorge VI (2002, cremada)

Un ex espía del MI5 que ocupará el cargo más alto de la casa real británica

La reina Isabel II ha designado a un exjefe del MI5, el servicio de inteligencia interna del Reino Unido, para que se haga cargo de la gestión de la casa real.

El Palacio de Buckingham anunció que Lord Parker, quien renunció el año pasado como director general del MI5, asumirá el cargo de nuevo Lord Chamberlain de Su Majestad.

En un comunicado emitido el jueves por la tarde, el Palacio de Buckingham dijo: “La reina ha designado a Andrew Parker, Barón Parker de Minsmere, como Lord Chamberlain para suceder a Lord Peel, quien se retirará el 31 de marzo. Lord Parker asumirá su cargo el 1 de abril de 2021”.

“Al hacerlo, se convierte en el primer ex miembro de los servicios de seguridad en ocupar un cargo histórico, que se remonta a cientos de años”, dijo el diario The Telegaph.

Quién es Lord Parker

Hasta hace poco tiempo, el puesto de Lord Chamberlain era en gran parte dominio exclusivo de los duques y condes, explicó el periódico. Lord Parker , de 58 años, sucederá al conde Peel, un tataranieto del primer ministro Sir Robert Peel, quien anunció su intención de retirarse el año pasado después de más de 14 años en el cargo.

Lord Parker es bien conocido por la Reina y los miembros mayores de la casa real después de siete años como jefe del MI5, el servicio de seguridad nacional. “Es increíblemente respetado en todo el gobierno y particularmente en la comunidad de inteligencia”, dijo una fuente conocedora.

Lord Parker es reconocido por haber dirigido la respuesta de inteligencia del Reino Unido a través de eventos trascendentales como el ataque con agente un nervioso en Salisbury en 2018 y una serie de ataques terroristas islamistas en 2017.

“Tiene un agudo sentido del deber público y trabajó para el MI5 durante 37 años, dirigiendo investigaciones sobre al-Qaeda y frustrando un complot tramado en el Reino Unido para volar simultáneamente aviones transatlánticos en el aire”, destaca hoy la prensa británica.

Cuál es el papel del Lord Chamberlain

El Lord Chamberlain es el funcionario de más alto rango de la Casa Real, encargado de garantizar el buen funcionamiento de cada departamento.

El rol no ejecutivo a tiempo parcial, que paga alrededor de £ 90.000 al año, también facilita la comunicación entre la reina y la Cámara de los Lores, y asegura la coordinación entre el Palacio de Buckingham y Clarence House, la casa del príncipe de Gales.

La Oficina del Lord Chamberlain es responsable de organizar los aspectos públicos y ceremoniales de la vida laboral de la reina, desde las garden parties y las visitas de Estado hasta bodas reales y la Apertura Estatal del Parlamento. También manejan la entrega semestral de honores.

Oración y reflexión: Isabel II pasó un aniversario de reinado “discreto” y bajo confinamiento

La reina Isabel II de Gran Bretaña cumplió 69 años de reinado, pero lo que en tiempos normales hubiera sido un silencioso retiro en Sandringham House fue remplazado por una conmemoración “increíblemente discreta” en el Castillo de Windsor.

Se trata de la primera vez en 31 años que la monarca no pasa la jornada de su aniversario en Norfolk, en el lugar donde su padre, el rey Jorge VI, murió sorpresivamente el 6 de febrero de 1952. Ahora, la reina y su esposo, el duque de Edimburgo, se encuentran confinados en Windsor por la pandemia de covid.

Este sábado, la reina, de 94 años, asistió a un servicio religioso en la Capilla Privada del Castillo de Windsor y posteriormente se dirigió a orar en la Capilla Conmemorativa del rey Jorge VI, que se encuentra dentro de la Capilla de San Jorge, en el mismo castillo.

El rey Jorge VI, padre de Isabel II, murió el 6 de febrero de 1952.

Jorge VI murió a los 56 años y su hija mayor, la entonces princesa Isabel, se convirtió en reina a los 25 años. Medio siglo más tarde, en 2002, Isabel II perdió en el lapso de pocas semanas a su madre, la reina madre, y a su hermana, la princesa Margarita. Los tres están sepultados en San Jorge.

La última vez que la reina Isabel pasó su aniversario de reinado fuera de Sandringham fue en 1990, cuando estaba en una visita oficial a Nueva Zelanda. Por lo demás, ha optado por permanecer allí después de Navidad, una tradición personal de larga data.

Un aniversario “increíblemente discreto”

Isabel II visitó la capilla conmemorativa de su padre, Jorge VI, de su madre y de su hermana, la princesa Margarita.

Joe Little, editor en jefe de la revista Majesty, dijo: “Le gusta pasar el día tranquilamente reflexionando sobre el fallecimiento de su padre, por lo que ciertamente no es un día para celebrar, por eso los grandes hitos del Jubileo tienen lugar en el verano, en parte por el clima, pero también porque no sería así. sea ​​apropiado”.

Dado el paso del tiempo y que ya han pasado 69 años desde la muerte de su padre, la conmoción debe haberse disipado un poco, pero claro, es un día muy importante para ella y siempre lo será”, agregó el cronista.

Little dijo que la reina normalmente recibiría la visita de un vicario en Sandringham para oraciones privadas en memoria de su padre, y sugirió que la tradición podría seguirse en Windsor este año en la capilla privada del castillo.

“Creo que todo lo que haga en privado a modo de conmemoración en Sandringham se transferirá a la ‘Burbuja de Su Majestad’ y tendrá lugar allí, pero estoy seguro de que será algo increíblemente discreto”, dijo Little.

Isabel II alcanza los 69 años de reinado: un aniversario trastornado por el Covid

A los 94 años y confinada en Windsor, la reina británica estará lejos de Sandringham, el lugar donde su padre, el rey Jorge VI, murió el 6 de febrero de 1952.

Por primera vez en muchos años, la reina Isabel II de Gran Bretaña no estará en Sandringham House (Norfolk) en el aniversario de su reinado. Sandringham, ubicada a unos 170 kilómetros de Londres, es el lugar donde su padre, el rey Jorge VI, murió el 6 de febrero de 1952, hace 69 años, por lo que el lugar siempre fue aprovechado en estas fechas para el recuerdo de su antecesor.

La reina Isabel II, de 94 años, se encuentra confinada desde marzo en el Castillo de Windsor, en compañía de su esposo el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, de 99 años. Aunque ambos tuvieron breves estadías en las residencias de Balmoral y Sandringham a lo largo de la primavera y el verano pasados, Windsor se convirtió en su residencia oficial por la pandemia.

El rey Jorge VI murió mientras dormía de una trombosis coronaria en 1952, con solo 56 años

Jorge VI, padre de la reina Isabel II, murió el 6 de febrero de 1952.

La entonces princesa Isabel tenía 25 años cuando murió su padre y tuvo que regresar apresuradamente desde Kenia, donde realizaba un viaje oficial con su marido, hasta Londres. Recibida por Winston Churchill en el aeropuerto, la princesa se dirigió de inmediato a Sandringham para despedirse de Jorge VI, quien había fallecido mientras dormía a causa de una trombosis coronaria.

El 7 de febrero, la princesa viajó a Londres para prestar el juramento y el discurso de Ascenso al trono en el Palacio de St. James, tras lo cual volvió a Sandringham para acompañar a su madre y a su hermana, que velaban al rey. El cuerpo embalsamado del monarca, muerto a los 56 años, yacía en una pequeña capilla cercana en un ataúd de madera construido por los carpinteros de la zona. Su funeral se realizó el 15 de febrero.

Desde entonces, la residencia privada de Sandringham fue el refugio de Isabel II en cada aniversario de su ascenso al trono, fecha en la que nunca se realizan celebraciones oficiales. El aniversario es marcado solemnemente cañonazos de honor en distintos puntos. Entre las formas en que tiene que honrar la memoria de su padre, se cree que la reina deja las luces y la decoración navideña hasta el 6 de febrero.

Este 6 de febrero Isabel II cumplirá 69 años de reinado

La comentarista real Rebecca English dijo que la reina es dolorosamente consciente de que solo pudo lograr este récord después de la prematura muerte de su padre, el rey Jorge VI.

“El día de la adhesión es el día en que la reina perdió tristemente a su amado padre, el rey Jorge VI, y normalmente lo recuerda en silencio en Sandringham. Obviamente, debido al confinamiento, estará en Windsor este año con el duque de Edimburgo. Pero claramente, no obstante, será conmovedor para ella”, dijo.

“Esa es realmente la razón por la que nunca se ha mostrado masivamente a favor de celebrar su propia longevidad en el trono, porque para lograrlo murió alguien muy cercano a ella”, dijo English, quien remarcó que el 6 de febrero “es un día muy conmovedor” para Isabel II.

Hace 69 años, tras la muerte del rey, la joven monarca dio una idea poco común de sus emociones y sentimientos privados en una carta que le escribió a su secretaria privada: “Todo parece tan increíble todavía que mi padre ya no está aquí y es solo después de que ha pasado un tiempo uno comienza a darse cuenta de cuánto lo extrañan”.

En 2022, Isabel II celebrará su Jubileo de Platino

La reina se convirtió en la soberana británica con más años en el trono el 9 de septiembre de 2015, cuando superó el reinado de su tatarabuela, la reina Victoria. Hasta la fecha, la Reina ha servido en el trono durante 68 años y 364 días, mientras Victoria, que ascendió al trono en junio de 1837 y retuvo el poder hasta su muerte en 1901, reinó durante 63 años y 216 días.

Si bien Isabel II no conmemora el día de su acceso al trono, el próximo año celebrará públicamente su Jubileo de Platino (70 años de reinado), un hito histórico y extraordinario para el Reino Unido. Para conmemorarlo, el Gobierno creó un feriado extraordinario de cuatro días y se espera que haya grandes celebraciones en las que los británicos podrán agradecer sus siete décadas de servicio fiel.

Isabel II lamentó la muerte de covid-19 del «capitán Tom», centenario héroe de la pandemia en Inglaterra

A los 100 años, el exveterano logró recaudar US$42 millones para donar al servicio de salud. Meses atrás había sido condecorado por la reina en el Castillo de Windsor.

El capitán Tom Moore, exveterano de guerra que a los 100 años se convirtió en héroe del primer confinamiento en Inglaterra al recaudar más de 30 millones de libras para el servicio de salud, murió del covid-19, informó el martes su familia. Meses atrás había sido condecorado por la reina Isabel II de Gran Bretaña en el Castillo de Windsor.

La reina Isabel II envió «un mensaje privado de condolencia» a la familia, anunció poco después del Palacio de Buckingham, después de que una fotografía del anciano con su chaqueta cubierta de medallas, fuera publicada en Twitter para anunciar el fallecimiento.

«Los pensamientos de la reina y de la familia real están con la familia del Capitán Sir Tom Moore«, aseguró en Twitter.

Pese a que todas las investiduras reales que debían celebrarse el pasado junio y julio habían sido aplazadas por la pandemia, la monarca había hecho una excepción el 17 de julio para nombrar caballero a este hombre entrañable que conquistó el corazón de los británicos.

Fue el primer compromiso público de Isabel II desde que se aisló en marzo en el castillo de Windsor con su marido, el príncipe Felipe, debido al coronavirus.

Quién fue el Capitán Tom Moore

Veterano de la Segunda Guerra Mundial, el «capitán Tom» recaudó en abril la suma sin precedentes de 33 millones de libras, reconocida oficialmente como un récord individual por el Guinness, dando 100 vueltas a su jardín, durante varios días, ayudado de su andador. Todo había comenzado tres semanas antes cuando el anciano se propuso conseguir 1.000 libras para asociaciones vinculadas con el servicio público de salud británico NHS.

Su reto conmocionó a un país confinado por primera vez y provocó una afluencia de donaciones sin precedentes que llegaron a 33 millones de libras equivalente a unos 42 millones de dólares al cambio de la época.

Nombrado Coronel honorario cuando cumplió 100 años el 30 de abril, Moore «inspiró a todo el país y nos trajo a todos una luz en medio de la niebla del coronavirus», dijo entonces el primer ministro Boris Johnson.

Isabel II está «ansiosa» por salir de su burbuja y volver al trabajo apenas se levante el confinamiento

Tras ser vacunada, y con entusiasmo renovado, la reina británica está planeando reanudar sus deberes reales, dijo una fuente del palacio a la revista Vanity Fair.

La reina Isabel II de Gran Bretaña se muestra “ansiosa” por retomar sus compromisos oficiales y espera hacerlo tan pronto como el gobierno levante el estricto confinamiento destinado a mitigar la segunda ola de la pandemia de coronavirus.

La reina, de 94 años, desea salir del encierro y reaparecer en público porque entiende la necesidad de que el pueblo vea a la realeza, dijo una fuente del palacio a la revista Vanity Fair. El entusiasmo de la monarca por regresar al trabajo se renovó después de ser vacunada contra el Covid junto a su esposo, el príncipe Felipe, de 99 años.

Su Majestad tiene mucho interés en volver a hacer lo que mejor sabe hacer, ser visible”, dijo la fuente. “Su creencia siempre ha sido ‘Hay que ser visto para ser creído’ y esa sigue siendo la opinión de Su Majestad. Ha tenido que reinar desde una pantalla durante gran parte del año pasado, todos esperamos que este año sea diferente”.

Según la Circular de la Corte, Isabel II llevó a cabo casi la mitad de sus compromisos de 2020 por teléfono o videollamadas, incluidas ceremonias de acreditación de diplomáticos. Entre los compromisos llevados a cabo en persona se encuentra el nombramiento de caballero del capitán Sir Tom Moore en el castillo de Windsor en julio y una salida conjunta con el príncipe Guillermo para reunirse con expertos en lucha contra el terrorismo en Salisbury en octubre.

La reina Isabel II, de 94 años, y el duque de Edimburgo, de 99, se instalaron en el Castillo de Windsor durante los dos confinamientos nacionales.

La reina y Felipe pasaron la mayor parte del año en el Castillo de Windsor, donde se les unió un reducido grupo de ayudantes en lo que se denominó ‘HMS Bubble’ (la burbuja de Su Majestad). La longeva reina viajó brevemente a su castillo escocés de Balmoral durante el verano y pasó un tiempo con el príncipe Felipe en Sandringham, antes de que ambos volvieran a encerrarse en Windsor.

El Reino Unido se está viendo duramente golpeado por una variante del covid-19 considerada más contagiosa y que ha hecho que se disparen los casos y la mortalidad. El pasado viernes, se registraron 1.325 fallecidos en 24 horas, algo nunca visto desde que empezó la crisis. Esta situación ha colocado a los hospitales bajo una gran presión, tanto a sus unidades de cuidados intensivos como a sus morgues.

Una reina importó la costumbre del árbol de Navidad a Inglaterra y un príncipe la popularizó

Cuando la princesa Carlota era una niña, en su natal ducado de Mecklemburgo-Strelitz la costumbre de adornar e iluminar ramas del árbol de tejo se expandía por toda Alemania.

Se suele decir que fue el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, esposo de la reina Victoria, quien introdujo el árbol de Navidad en Inglaterra en 1840. Sin embargo, aunque Alberto y Victoria popularizaron esta tradición nacida en Alemania, el honor de llevar el árbol navideño al Reino Unido le pertenece a la «buena reina Carlota», la esposa alemana del rey Jorge III, quien colocó el primer árbol inglés en el Queen’s Lodge, cerca del Castillo Windsor, en diciembre de 1800.

Según la leyenda, fue el reformador religioso Martin Lutero, compatriota de la reina Carlota, quien inventó el árbol de Navidad. Una noche de invierno en 1536, según cuenta la historia, Lutero caminaba por un bosque de pinos cerca de su casa en Wittenberg cuando de repente levantó la vista y vio miles de estrellas brillando como joyas entre las ramas de los árboles. Esta vista lo inspiró a colocar un abeto iluminado con velas en su casa esa Navidad para recordarles a sus hijos el cielo estrellado de donde Jesús.

Carlota fue la esposa de Jorge III y abuela de Victoria I.

Para principios del siguiente siglo, los árboles de Navidad se expandían por los hogares del sur de Alemania. Porque en ese año un escritor anónimo registró cómo en Yuletide los habitantes de Estrasburgo plantaban abetos en los salones … «y colgaban rosas cortadas en papel de varios colores, manzanas, obleas, papel de aluminio, dulces, etc». Cuando la princesa Carlota nació, en el ducado de Mecklemburgo-Strelitz, en 1744, la costumbre de adornar e iluminar ramas del árbol conocido como tejo se expandía por toda Alemania.

El poeta Samuel Taylor Coleridge (1772-1834) visitó el ducado en diciembre de 1798, y quedó muy impresionado por la tradición navideña que presenció allí, y en una carta a su esposa, fechada el 23 de abril, escribió lo siguiente , 1799: «En la tarde antes del día de Navidad, uno de los salones está iluminado por los niños, en el que los padres no deben ir; una gran rama de tejo se sujeta a la mesa a poca distancia de la pared, una multitud de pequeños cirios se fijan en la rama … y el papel de color, etc. cuelga y revolotea de las ramas«.

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«Bajo esta rama«, continúa el relato de Colerige, «los niños colocan los regalos que significan para sus padres, aún ocultando en sus bolsillos lo que se quieren el uno al otro. Luego se presentan a los padres, y cada uno presenta su pequeño regalo; luego sacan el resto uno por uno de sus bolsillos, y los presentan con besos y abrazos«.

Cuando la joven princesa Carlota abandonó de Mecklenburg-Strelitz en 1761 y viajó a Inglaterra para casarse con Jorge III, trajo consigo muchas de las costumbres que había adquirido de niña, incluida la instalación de una rama de tejo en la casa en Navidad. Pero en la Corte inglesa, la reina transformó el ritual esencialmente privado de la rama del tejo de su tierra natal en una celebración más pública que podría disfrutar su familia, sus amigos y todos los miembros de la corte.

La nobleza imita a la realeza

Carlota colocó su rama de tejo no en un salón pequeño sino en una de las habitaciones más grandes del palacio real de Kew o del castillo de Windsor. Asistida por sus damas de honor, ella misma adornó la rama de este árbol. Y cuando todos los cirios de cera se habían encendido, toda la Corte se reunió y cantó villancicos. La festividad terminó con una distribución de regalos a todos los asistentes, que incluían artículos como ropa, joyas, platos, juguetes y dulces.

Estas ramas de tejo real causaron un gran revuelo entre la nobleza inglesa, que nunca había visto algo así antes pero acostumbraba a emular en todo a la realeza. Sin embargo no fue hasta diciembre de 1800 cuando apareció en la corte el primer árbol de Navidad en inglés. Ese año, la reina planeó celebrar una gran fiesta de Navidad para los niños del pueblo de Windsor. Para ello, adornó un gigantesco árbol, el primer árbol navideño de la historia.

El doctor John Watkins, uno de los biógrafos de la reina Carlota, quien asistió a la fiesta, ofrece una vívida descripción de este espectacular árbol «cuyas ramas colgaban racimos de dulces, almendras y pasas en papeles, frutas y juguetes, arreglados con el mejor gusto; todo iluminado por pequeñas velas de cera«. El médico agrega que «después de que todos caminaron y admiraron el árbol, cada niño obtuvo una porción de los dulces que había, junto con un juguete, y luego todos regresaron a casa muy encantados«.

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El árbol navideño del Castillo de Windsor en 1857

Los árboles de Navidad ahora se convirtieron en furor en los círculos ingleses de la clase alta, quienes transformaron sus árboles navideños en el centro de las celebraciones y también competían por ver quiénes tenían los árboles más espectaculares. Los árboles navideños de principios del siglo XX eran cubiertos con velas, juguetes y adornos de madera pintados. Cuando la reina Carlota murió, en 1818,la tradición del árbol de Navidad estaba firmemente establecida en la sociedad inglesa, y continuó floreciendo a lo largo de los años 1820 y 30.

La reina Victoria, nieta de Jorge III y Carlota, conoció la costumbre de los árboles navideños en su infancia: «Después de cenar, como cada año, en el palacio de Sandringham… nos dirigimos al salón de dibujo cerca del comedor… Allí había dos grandes mesas sobre las cuales se encontraban dos árboles de Navidad decorados con luces y todo tipo de adornos. Los regalos estaban cuidadosamente colocados alrededor de los abetos«, escribió la monarca en su diario a la edad de trece años.

Cuando en diciembre de 1840, el príncipe Alberto -casado desde 1838 con la reina Victoria- importó varios ejemplares de abeto de su Coburgo natal, no eran una novedad para la aristocracia inglesa. Sin embargo, no fue hasta que periódicos como el «Illustrated London News«, «Cassell’s Magazine» y «The Graphic» comenzaron a describir minuciosamente los árboles de Navidad de la familia real todos los años desde 1845 hasta finales de la década de 1850, que la costumbre de establecer tales árboles ingresaron en los hogares de la gente común en Inglaterra.

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“The New Firm”: los Windsor cierran filas en torno a la reina Isabel II para superar los conflictos

En una idea respaldada por la reina, ocho miembros de la familia desplegarán una nueva forma de trabajo que excluye a Harry, Meghan y Andrés.

La reaparición de la reina Isabel II de Gran Bretaña en el Castillo de Windsor con otros siete miembros de la familia real parece ser el primer paso hacia una reducción de la monarquía, que no contará en su primera línea con los duques de Sussex ni el príncipe Andrés, afirmaron informes de la prensa.

La reina ha dado el visto bueno para una nueva versión de The Firm (‘La Firma’) con ocho miembros de alto nivel de la Familia Real que asistirán juntos a los eventos del próximo año”, dijo The Mirror en revelaciones exclusivas.

“El grupo, que en particular no incluye al príncipe Harry, su esposa Meghan o el príncipe Andrés, trabajará en conjunto y ayudará a resaltar las causas de cada uno, ya que su objetivo es volver a sus funciones completas ‘lo antes posible’”, agregaba el periódico.

Se atribuye a la reina, de 94 años, la idea de reunir a su familia en las escaleras del Cuadrángulo en el Castillo de Windsor, donde ha estado aislada durante nueve meses, el pasado martes. Junto a ella estuvieron el príncipe Carlos, la duquesa de Cornualles, la princesa Ana, el príncipe Guillermo, la duquesa de Cambridge y los condes de Wessex, Eduardo y Sophie.

El arreglo encaja con la visión a largo plazo del príncipe Carlos de una monarquía reducida, así como con el mantra de la reina de ‘hay que ser visto para ser creído’”, escribió el periodista experto en asuntos de la realeza Russell Myers.

La prensa británica asegura que los funcionarios de la casa real están “entusiasmados” con la perspectiva de organizar más eventos compartidos entre los miembros ‘senior’ de la familia real, ya que buscan comenzar a funcionar una vez más lo antes posible. Se les pidió que planifiquen eventos para los ocho miembros principales, denominados extraoficialmente la “Nueva Firma”.

A raíz de que el duque y la duquesa de Sussex renunciaron a sus roles oficiales para establecerse en los Estados Unidos a principios de este año, la reina pidió calma y el regreso de una actitud de “regreso a lo básico” entre la familia. De manera similar, cuando el príncipe Andrés fue desterrado de los deberes de primera línea debido a su relación con el difunto financiero pedófilo Jeffrey Epstein, el monarca enfatizó a la familia la importancia del tema central de la monarquía.

Mientras tanto, fuentes reales aseguran que una familia real “dedicada y trabajadora” está “siempre ocupada”, pero que durante la pandemia y los confinamientos ha actuado en gran medida discretamente. “La familia real está unida para explorar las posibilidades de trabajar juntos para resaltar las causas queridas en sus corazones, ayudándose mutuamente y al país al mismo tiempo. Ya están trabajando en oportunidades para el próximo año y más allá. Tan pronto como puedan, estarán todos disponibles para recuperar el tiempo perdido”.

Video: Isabel II reunió a gran parte de la familia por primera vez en la pandemia

La reina Isabel II recibió la visita de los duques de Cambridge y tres de sus hijos, pero en el exterior y con la reglamentaria distancia.

La reina Isabel II de Gran Bretaña recibió a los duque de Cambridge en el Castillo de Windsor, donde agradecieron a los voluntarios locales y a los trabajadores clave al marcar el final de su gira por el Reino Unido a bordo del Tren Real.

El príncipe Carlos, su esposa Camilla, duquesa de Cornualles, los condes de Wessex y la princesa Ana también se unieron al grupo familiar en el cuadrilátero del castillo, en lo que constituyó la primera gran reunión de la familia Windsor desde antes de la pandemia del coronavirus.

Pese a las bajas temperaturas, la reina salió al patio interno del Castillo de Windsor y escuchó los villancicos interpretados por la Regent Hall Band del Ejército de Salvación. Sus hijos y su nieto guardaron distancia con la reina en todo momento y se evitó ingresar al interior del castillo para dar el ejemplo a la población.

El gran ausente fue el príncipe Felipe, de 99 años, quien pasa el confinamiento en Windsor. Por primera vez en más de tres décadas, la familia real no se reunirá en Navidad y la reina y el duque de Edimburgo solo estarán acompañados por los condes de Wessex y sus dos hijos adolescentes, Lady Louise Moutbatten-Windsor y Lord Severn.

La decisión de los duques de Cambridge de hacer una gira por el Reino Unido a pesar de las restricciones del coronavirus fue cuestionada el martes cuando Downing Street se negó repetidamente a respaldar el viaje. Después, el gobierno pareció dar marcha atrás, lo que se sumó a la confusión, insistiendo en que Boris Johnson agradeció el «impulso moral» que proporcionaría la gira real.

Pero si los Cambridges estaban al tanto de algún debate político, ciertamente no lo demostraron, y se lanzaron a la etapa final de la gira en Cardiff, donde fueron recibidos por Oliver Dowden, secretario de Cultura, quien dijo que era una “noticia maravillosa” que viajaran para ver el impacto de la pandemia en las comunidades locales.

“A lo largo de la pandemia, las organizaciones de todo el país han dado un paso al frente para apoyar a los necesitados y nuestros coros, bandas, actores, cineastas, museos, y los equipos técnicos que los apoyan, no son diferentes”, dijo.

Simon Hart, el secretario de Gales, también respaldó el viaje y dijo: “El sector cultural de Gales es uno de nuestros mayores activos, así que fue genial ver a sus Altezas Reales en Cardiff experimentando algunos de los ricos talentos que seguimos produciendo”.

Por la pandemia, embajadores presentaron sus credenciales a Isabel II en videollamada

Siguiendo la tradición, tres embajadores presentaron sus credenciales a la monarca pero a 40 kms. de distancia, a través de una videollamada.

La reina Isabel II de Gran Bretaña celebró su primera audiencia diplomática virtual saludando a los embajadores extranjeros que llegaron hasta el Palacio de Buckingham, desde su casa en el Castillo de Windsor.

Siguiendo la tradición, tres embajadores presentaron sus credenciales a la monarca pero a través de una videollamada, organizado de acuerdo con el consejo médico para mitigar el impacto de la pandemia de coronavirus.

La reina Isabel II, de 94 años, y su esposo Felipe, duque de Edimburgo, pasaron gran parte del segundo encierro en Inglaterra en su residencia de Berkshire y anunciaron a principios de esta semana que permanecerán en el Castillo de Windsor durante la Navidad, renunciando a la reunión real anual en Sandringham.

Una portavoz del Palacio de Buckingham dijo: “Las audiencias diplomáticas son una parte antigua y tradicional del papel del monarca y la esperanza siempre ha sido reiniciarlas lo antes posible. «Se consideraron una variedad de opciones de acuerdo con las pautas actuales para reintroducir audiencias diplomáticas mientras se conservan algunos de los elementos ceremoniales establecidos desde hace mucho tiempo, como el uso del Palacio de Buckingham», agregó.

El Reino Unido -el país más enlutado de Europa con 60.113 muertos por Covid- anunció el inicio de la vacunación la semana próxima para los residentes y el personal de las casas de ancianos. Pero el país, primero del mundo en aprobar el uso de la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech, se encuentra todavía bajo confinamiento nacional, por lo que de acuerdo con el consejo médico, la reina celebrará todas las audiencias diplomáticas “virtualmente desde el Castillo de Windsor”, añadió la casa real

La monarca celebró tres audiencias diplomáticas separadas con Sophie Katsarava, embajadora de Georgia, Gil da Costa, embajadora de Timor-Leste también conocido como Timor Oriental, y Ferenc Kumin, embajador de Hungría, y su esposa Viktoria Kumin, quienes se presentaron ante la pantalla en la Equerry’s Room de Buckingham mientras la Reina estaba sentada en la Sala Oak en el Castillo de Windsor, a 40 kms de distancia.

Las audiencias diplomáticas se han mantenido casi sin cambios desde la era victoriana: los embajadores son recogidos de su embajada o residencia en un landau estatal, un carruaje ceremonial tirado por caballos, y son llevados al Palacio de Buckingham para presentar sus credenciales a la reina. Esta ceremonia se mantuvo intacta.

El Castillo de Windsor, listo para una Navidad real marcada por la pandemia

Isabel II y el príncipe Felipe quieren “predicar con el ejemplo” a los británicos al cancelar las reuniones sociales. “Como todos, esperan que las cosas vuelvan a la normalidad en 2021”, afirman en el palacio.

La reina Isabel II y el príncipe Felipe de Gran Bretaña romperán 33 años de tradición real al pasar la Navidad en el Castillo de Windsor sin su familia. Liderando con el ejemplo, ya que se insta a los británicos a tener cuidado en esta temporada festiva en plena pandemia de Covid-19, la pareja real canceló su viaje habitual a Sandringham y, en cambio, pasarán el día en solitario.

Pero para asegurarse de que la Navidad siga siendo especial a pesar de la catástrofe global causada por el coronavirus, el personal trabaja arduamente preparando las tradicionales decoraciones del Castillo de Windsor.

Los apartamentos estatales de la residencia real, que están abiertos al público, se transformaron con árboles relucientes, luces centelleantes y hermosos adornos, según mostró este miércoles la Royal Collection Trust.

La tradición que sí se ha roto fue la acostumbrada entrega de regalos de parte de la reina a todo el personal de la casa real. Normalmente, Isabel II compra un pequeño obsequio para cada trabajador del palacio, que ella personalmente entrega para agradecerles por su trabajo durante el año. En el pasado, los empleados recibían retratos enmarcados fotos y copas de champán, además de un regalo personal y un tradicional puding navideño.

Sin embargo, en medio de planes que intentan proteger a la anciana pareja real del coronavirus, la reina se ha visto obligada a desechar la ceremonia de este año. El diario The Daily Mail sin embargo informó que el personal aún recibirá sus regalos.

“Es una gran tristeza, pero es inevitable y es lo correcto”, dijo una fuente del castillo. “El personal seguirá recibiendo un obsequio de la reina como siempre, pero no habrá un momento especial con Su Majestad. Es una decepción tanto para ella como para ellos, ya que es una época del año muy especial”.

Al igual que en las oficinas en todo el país, este año no habrá fiestas de Navidad en el Palacio de Buckingham ni en ninguna de las residencias reales. Así tiene que ser”, agregó la fuente.

Funcionarios de la casa real dijeron al Daily Mirror que la reina de 94 años tomó la decisión de “predicar con el ejemplo” y deshacerse de la reunión familiar, después de consultar a los médicos del palacio y al resto de la familia, incluido su esposo, de 99 años. Aunque se suavizaron las restricciones y se permite que las personas formen «burbujas navideñas» de tres hogares, se insta a las personas a que tomen decisiones sensatas.

El asesor médico jefe, el profesor Chris Whitty, advirtió la semana pasada contra el contacto físico con parientes ancianos durante la Navidad: “No hagan estupideces. ¿Animaría a alguien a abrazar y besar a sus parientes mayores? No, no lo haría”.

Ante esto, una fuente del Palacio dijo: “La reina es muy consciente de la necesidad de actuar con cautela durante la crisis y el período navideño no es diferente. La reina y el príncipe tienen la suerte de pasar la Navidad con su familia todos los años. Entienden que su familia tendrá restricciones durante el período navideño y están contentos de tener una temporada festiva tranquila este año. Como todos, esperan que las cosas vuelvan a la normalidad en 2021”.

Isabel II canceló las tradiciones de Navidad: la pasará «tranquilamente» en Windsor

La reina, de 94 años, y el príncipe Felipe, de 99, se encuentran en el grupo de riesgo más alto, y tendrán que reducir su lista de invitados al máximo.

La familia real británica ha pasado la Navidad en su residencia de Sandringham, Norfolk, desde finales de la década de 1980 y, por lo general, asisten a un servicio religioso tradicional en una pequeña iglesia cercana. Sin embargo, este año la pandemia de Covid obligó a una serie de cambios que quebraron la tradición

De este modo, la reina Isabel II y el príncipe Felipe pasarán la Navidad «tranquilamente» en el Castillo de Windsor, 40 kms al oeste de Londres, rompiendo con la tradición de recibir a toda la Familia Real en Sandringham durante el período festivo. Un portavoz del Palacio de Buckingham dijo: «Habiendo considerado todos los consejos apropiados, la reina y el duque de Edimburgo han decidido que este año pasarán la Navidad tranquilamente en Windsor”.

La reina está “contenta de tener una temporada festiva tranquila con la esperanza de volver a la normalidad en 2021”, dijo el periodista británico Chris Ship.

La familia real acostumbraba a celebrar la Navidad en el Castillo de Windsor cuando los hijos de la reina eran pequeños. Pero cuando la residencia fue remodelada en 1988, se trasladaron las celebraciones a Sandringham, donde han pasado el día desde entonces. Por lo general, la familia real asiste a un servicio religioso tradicional en St. Mary Magdalene.

Al igual que muchas grandes reuniones familiares este año, la reunión de la Casa de Windsor ya estaba cancelada, ya que la familia en general se dividió en grupos más pequeños que el gobierno bautizó “burbujas”. El Reino Unido mantiene ahora un confinamiento estricto, pero del 23 al 27 de diciembre a los británicos se les permitirácombinar tres hogares, lo que significa que la monarca tuvo que tomar algunas decisiones difíciles.

La reina, de 94 años, y el príncipe Felipe, de 99, se encuentran en el grupo de riesgo más alto, y los problemas de salud preexistentes de este último que lo llevaron al hospital la Navidad pasada son un factor clave en cualquier toma de decisiones. Ahora la pareja deberá organizar una Navidad reducida y segura en la que contará con la compañía de los condes de Wessex y otro grupo familiar que aún no se confirmó.

El príncipe de Gales y su esposa, Camilla, pasarán la Navidad en la casa de Highgrove, según explicó la periodista Rebecca English: “El príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles pasarán el día de Navidad en Highgrove, aunque esperan ver a la reina y al príncipe Felipe en algún momento… aunque fuera en el exterior para dar un paseo”.

Burbuja real: los condes de Wessex pasarán la Navidad con Isabel y Felipe

Solo dos núcleos familiares podrán unirse a la pareja real, según las restricciones impuestas por el gobierno británico.

Los planes navideños de la reina Isabel II, de 94 años, y del príncipe Felipe de Gran Bretaña, de 99, han estado sujetos a una gran especulación, ya que existen dudas sobre cómo la pareja real podría pasar esa fiesta en medio de la pandemia del coronavirus y sin riesgos de contagio.

Si bien la tradicional Navidad real en Sandringham no tendrá lugar este año, Isabel y Felipe estarán con familiares, según afirmó una fuente del palacio de Buckingham. Se espera que el hijo menor de la reina y de Felipe, el príncipe Eduardo, se una a sus padres en compañía de su esposa Sophie, condesa de Wessex, y sus dos hijos, Lady Louise Windsor y el vizconde Severn, para celebrar la festividad.

El Reino Unido, donde cada región define su estrategia sanitaria, es el país más castigado de Europa con más de 57.000 muertos confirmados por covid-19 y casi 1,6 millones de casos positivos. A partir del 2 de diciembre, Londres se situará en el nivel de alerta «alto», el segundo de tres, que incluirá a la mayor parte de Inglaterra con un total de 32 millones de personas, y estará prohibido reunirse con personas que vivan bajo otro techo, y la prohibición incluye a la familia real.

Habrá, sin embargo una “tregua” de Navidad en la que se permitirá que hasta tres hogares se mezclen entre el 23 y el 27 de diciembre. Durante este período, las familias no deberían mezclarse con otras y solo podrán reunirse con personas que no hayan tenido relaciones con otras familias. De acuerdo a esto, también podría unirse a Isabel II otro núcleo familiar, que podrían ser el príncipe Carlos y su esposa Camilla, o bien los duques de Cambridge y sus hijos, siempre que hayan guardado una cuarentena preventiva.

Casi la totalidad de los 56 millones de habitantes de Inglaterra, Londres incluido, seguirá viviendo bajo importantes restricciones cuando el segundo confinamiento llegue a su fin el 2 de diciembre, cuando el país volverá al sistema de restricciones locales en base a tres niveles que se determinan en función de la incidencia del virus. El primer ministro Boris Johnson, insistió en la necesidad de respetar las restricciones a la espera de que las vacunas contra Covid-19 estén listas para ser distribuidas.