Amadas, impopulares, despreciadas y desconocidas: cinco reinas de Suecia que hicieron historia

Estas son las historias de Désirée, Josefina, Sofía, Victoria y Luisa, las mujeres que fueron esposas de los reyes de la dinastía Bernadotte.

En los últimos 200 años, desde el nacimiento de la familia Bernadotte como familia real, además de la actual, Silvia, Suecia tuvo cinco reinas consortes que lograron hacerse un lugar en la historia.

La primera de ellas fue la breve y atractiva reina Désirée (1777-1860), la esposa de Carlos XIV. Hija de un rico comerciante de seda de Marsella, François Clary y de su mujer Françoise Somis, y cuñada de José Bonaparte, Désirée se comprometió matrimonialmente con Napoleón Bonaparte, en 1795 pero tras el encuentro y poderoso flechazo de Napoleón con la distinguida Josefina de Beauharnais.

La reina detestaba su reino escandinavo. Una vez que conoció este helado país, volvió a su amada Francia, desde donde solía prometer que pronto volvería.

La reina viuda Hedvig (última de la anterior dinastía) dijo que inmediatamente se dio cuenta de que Désirée nunca sería feliz en Suecia: «Es amable y de buen carácter, pero parece ser una niña mimada. Se aburre en Suecia, donde ni el clima ni la sociedad son de su gusto, donde carece de su entorno anterior y de sus placeres, aunque todo se hace para complacerla. (…) Todo lo que no es francés no le gusta».

El rey Carlos Juan estaba “desesperado” y «realmente merecía un amante, una esposa más comprensiva y representativa», escribió la reina en su diario. Año tras año, Désirée hacía vagas promesas de regresar a Estocolmo, pero siempre hallaba una buena excusa para no hacerlo, y ni siquiera se presentó a su coronación en 1818. Sin embargo, un día volvió, para sorpresa de todos, llamada por los celos: tenía miedo de que su nuera le quitara el protagonismo.

La siguiente reina de los suecos fue, casualmente, Josefina de Leuchtenberg (1807-1876), nieta de aquella Josefina de Beuharnais que le había arrebatado el prometido a Désirée. Se casó con el príncipe heredero Oscar de Suecia y Noruega en Múnich en 1823 y seis días después de su llegada a Suecia tuvo que renunciar a su tercer nombre, Napoléona, debido a que Suecia se había alineado en el bando contrario a Napoleón durante las guerras de éste en Europa.

Entre las actividades de Josefina como reina se encontraban las obras de caridad, el gusto por la pintura y la promoción de las reformas propuestas por su marido. Era católica, y aunque consintió educar a sus hijos en la religión luterana, también luchó por la libertad religiosa, que fue permitida en 1860. En su vida privada, padeció la infidelidad de Óscar, quien encontró una amante en la actriz Emilie Högqvist.

Josefina de Leuchtenberg, esposa de Oscar I.

La reina que admiraba a Alemania

Sofía de Nassau (1836-1913), descendiente de grandes monarcas de otros tiempos, provenía de la antiquísima casa ducal de Nassau, de 900 años de historia, que había brindado regentes a Holanda, Inglaterra y Luxemburgo. Delicadamente educada, se casó en 1857 con el futuro Carlos XV de Suecia.

A la llegada de Sofía a la corte, la familia real sueca pasaba por un momento difícil: el rey Oscar I se encontraba muy enfermo y el gobierno era encabezado por el príncipe heredero Carlos. Sofía hizo amistad con su cuñada, la princesa Luisa, y fue su apoyo tras el fallecimiento de su único hijo varón en 1854 y la imposibilidad de tener más hijos.

Sofía de Nassau, consorte de Carlos XV.

Sofía cobró popularidad cuando decidió educar a sus hijos en una escuela privada, junto con niños hijos de ciudadanos comunes. Se mudó de Estocolmo ante los rumores de la infidelidad de Óscar. La duquesa padecía de una salud bastante débil, que fue empeorando con los años. Tenía anemia, padecía de constantes calambres, malestares óseos y coronarios. Murió en Estocolmo en 1913

Sofía de Nassau no se mostró muy de acuerdo cuando se eligió a Victoria de Baden como la prometida de su hijo mayor, el heredero Gustavo (Futuro Gustavo V), y, tras la boda y la llegada de Victoria a palacio, las relaciones entre Sofía y la nueva princesa nunca fueron buenas. Y es que Victoria de Baden, su sucesora como reina, esposa de Gustavo V, no era una mujer fácil de tratar. Victoria descendía de Gustavo Vasa, lo que aportó una buena dosis de sangre real sueca y legitimidad a la dinastía francesa de los Bernadotte.

Victoria de Baden, esposa de Gustavo V.

Victoria llegó a Estocolmo a finales de septiembre de 1881 como princesa heredera de Suecia y Noruega. Era orgullosa de su origen alemán y de su educación prusiana; poseía un fuerte temperamento. No faltaron algunas tensiones entre la nueva princesa y la familia real sueca. En la coyuntura donde la monarquía sueca perdía poder político y su cuñado renunciaba a sus derechos dinásticos por casarse con una plebeya, Victoria opinaba que la dignidad real era otorgada por Dios y ningún poder mundano podía arrebatarla o renunciar a ella.

La reina Victoria fue impopular entre un importante sector del los suecos, por su abierta política a favor de Alemania, sobre todo durante la Primera Guerra Mundial. Se habló de que la reina ejercía una fuerte influencia en la política exterior de su marido, y que sus pretensiones eran promover una eventual alianza militar entre Suecia y Alemania. Realizó viajes a su tierra natal en plena guerra, lo que fue criticado por la prensa de Suecia, argumentando que la soberana se sentía más alemana que sueca. Tras la revolución de 1918, Victoria abandonó Alemania.

La primera esposa de Gustavo VI, Margarita de Inglaterra, murió antes de ser reina.

Sin embargo, se le reconoce la fortaleza de su personalidad, que le permitió soportar las más adversas situaciones. Su salud se hallaba quebrantada desde su juventud y sus embarazos fueron de alto riesgo. Durante ellos fue sometida a tratamientos con medicamentos bastante perniciosos, como el mercurio. Su hijo menor, el príncipe Erik, sufrió una débil salud durante toda su vida, quizás debido al tratamiento que su madre recibió durante el embarazo, y falleció de gripe española en edad temprana en 1918.

Mujer con un gran talento artístico, aficionada a la pintura, a la fotografía y al piano, Victoria produjo una extensa obra pictórica y fotográfica. Su trabajo fotográfico fue de gran calidad, y experimentó todas las técnicas de su tiempo.Desde su infancia tuvo una excelente educación musical, y fue una gran pianista; interpretaba completa El Anillo del Nibelungo de Richard Wagner sin necesidad de leer las notas. También dedicó una parte de su vida a obras de beneficencia en Suecia, Alemania e Italia. Además de Roma, vivió en Baden-Baden y Mainau.

Lady Louise Mountbatten, segunda esposa de Gustavo VI Adolfo, la última británica que fue reina de un país europeo.

A finales de la década de 1920 su salud empeoró y tuvo que permanecer en Italia todo el tiempo. La última vez que estuvo en Suecia fue con motivo del 70 aniversario de su esposo en 1928, y murió dos años después, en Villa Svezia (Villa Suecia), su hogar en Roma.

Las británicas, las mejores reinas

La princesa germanobritánica Sibilla de Sajonia-Coburgo no fue reina a causa de la muerte trágica de su esposo.

Durante dos décadas, Suecia no tuvo una reina. Hasta que murió Gustavo V los Suecos no vieron ninguna mujer al lado del monarca, pero esa suerte se rompió cuando Gustavo VI Adolfo subió al trono acompañado por la reina Luisa. Los suecos supieron con el tiempo que las británicas suelen ser las mejores reinas.

Lady Luisa Mountbatten (1889-1965), bisnieta de la reina Victoria de Inglaterra, fue la segunda esposa de Gustavo VI Adolfo, viudo de otra princesa británica, Margarita de Connaught.

La princesa Ingrid de Suecia fue reina consorte de Dinamarca y una de las reinas más populares de ese país.

Su padre, el príncipe Luis de Battenberg, sirvió a Inglaterra en su Armada Real, pero su nombre y apellido eran alemanes, había nacido en la enemiga Alemania, hablaba con acento alemán, empleaba sirvientes alemanes y tenía vastas propiedades en el imperio alemán, por lo cual, con el paso del tiempo, se convirtió en una persona no grata en suelo británico. El rey Jorge V de Inglaterra convirtió a los padres de Luisa, Luis de Battenberg y  Victoria de Hesse, en Lord y Lady Mountbatten, Marqueses de Milford Haven.

Gustavo Adolfo y Luisa no tuvieron hijos, pero ella fue muy cariñosa con los nietos de su esposo, cuya madre murió cuando eran muy pequeños. Como reina, Luisa fue muy popular entre los ciudadanos suecos por su carácter sencillo y su sentido del humor. Tenía ciertas costumbres excéntricas, como llevar a sus muchos perros (a quienes nombró, por ejemplo, “Conde de Gripsholm” o “Señor Olsson”) escondidos en su ropa cuando viajaba al extranjero, lo que provocaba tediosos problemas en las aduanas. Era muy nerviosa, y atravesaba las calles con tal descuido, que una vez estuvo apunto de ser atropellada por un autobús en Londres.

Ella misma decía que guardaba en su bolso de mano una tarjeta con la leyenda “Soy la reina de Suecia”, para que en el caso de tener un accidente supieran quién era. Cuando su hermano, Louis Mountbatten, le preguntó por qué tenía aquella tarjeta en su bolso, ella dijo: “Bueno, si yo soy atropellada en una calle, nadie sabría quien soy, así que si buscan en mi bolso, la encontrarán”.

Al igual que su marido, la reina pasaba por las calles de Estocolmo y realizaba compras repentinas en el barrio antiguo de la ciudad, tratando con los ciudadanos. Ella y el rey salían del Palacio Real a recorrer las calles, sin la presencia de ningún guardaespaldas o alguna persona de la guardia real.Murió en 1965, ocho años antes que su esposa, y fue la última reina de sangre real que tuvo Suecia.

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Hace 75 años: una tragedia de aviación que cambió la vida de la familia real de Suecia

La muerte del príncipe Gustavo Adolfo de Suecia, padre del actual rey, a los 40 años, en un accidente aéreo en Copenhague es recordada como uno de los capítulos más dramáticos de la dinastía Bernadotte.

En el castillo de Haga, la princesa Sibylla y sus cinco pequeños hijos esperaron despiertos toda la noche la llegada del padre pero, en su lugar, llegó la reina Luisa, quien mandó a los niños a sus dormitorios para darle la noticia a la princesa Sibylla. A la mañana siguiente, el lunes 27 de enero, los pequeños príncipes se enteraron de la noticia que ya se había extendido por todo el país: su padre estaba muerto al estrellarse su avión en las cercanías del aeropuerto de Kastrup, al igual que el resto de los pasajeros.

“Fue un gran impacto”, dijo el conde Carl Johan Bernadotte, hermano de Gustavo Adolfo, muchas décadas después.

Carl Johan era el menor de los cinco hermanos y se había mudado a Nueva York dos años antes del terrible accidente. Cuando se casó con la periodista semanal sueca Kerstin Wijkmark, perdió su título principesco y fue expulsado del Palacio. Se enteró de la muerte de su hermano mientras jugaba golf en Nueva York. “Fue horrible. Por lo que tengo entendido, todo fue completamente innecesario. Alguien se había olvidado de quitar el bloqueo del timón e hizo que el avión se elevara y luego se hundiera directamente en el suelo”, relató.

Fue el embajador sueco en Copenhague, Gustaf von Dardel, quien identificó los restos del príncipe con la ayuda de un pañuelo, tres tarjetas de visita de acero y una caja de pastillas para la garganta. La reina Ingrid de Dinamarca y el príncipe Sigvard, hermanos del fallecido Gustavo Adolfo, vivían en Copenhague y acompañaron el ataúd desde el Instituto de Medicina Forense a la Iglesia Sueca en la capital danesa antes de que el cuerpo fuera enviado a Malmö a bordo de crucero “Oscar II”.

Gustavo Adolfo y su ayudante, el conde Albert Stenbock, habían viajado en tren a los Países Bajos el jueves 23 de enero. El viernes fueron a cazar jabalíes y ciervos por invitación del príncipe Bernardo de Holanda en los campos alrededor de Soestdijk, el castillo rural de la familia real holandesa cerca de Utrecht. En 2011, la prensa sueca reveló cartas hasta entonces desconocidas en los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores que mostraban que el príncipe, por pura cortesía hacia sus anfitriones, eligió el avión de la aerolínea holandesa KLM.

Una carta, escrita al día siguiente del accidente por el embajador sueco Joen Lagerberg al canciller Östen Undén, relata su último encuentro con el príncipe. La carta, fechada el 27 de enero, dice que la noche del 24 se ofreció a Gustavo Adolfo una cena en la residencia de la reina Guillermina en Amsterdam. “Simplemente no quería ser grosero con la gente anfitriona”, escribió Lagerberg. El domingo, el embajador y el príncipe se habían vuelto a encontrar en el aeropuerto de Schiphol, donde príncipe compró regalos para su esposa y sus hijos.

«Negligencia humana»

El mismo día, Lagerberg envió una carta menos formal al ministro de Relaciones Exteriores sueco, Sven Grafström, que aborda la cuestión de por qué el príncipe voló con la empresa holandesa KLM y no con la sueca ABA, lo que debería haber sido natural. El embajador escribe que el propio príncipe le había explicado que el avión de ABA despegó tan temprano en la mañana que tendría que levantarse “en medio de la noche y por lo tanto causaría a sus anfitriones un problema innecesario en su opinión”. Simplemente no quería ser grosero y despertar a los anfitriones demasiado pronto, por lo que tomó el último avión de KLM con escala en Kastrup, Copenhague.

“Las cartas refuerzan la tragedia del accidente. Todo dependía del factor humano”, reflexionaría Carl Johan Bernadotte. Ese cambio de planes resultó ser una decisión que cambió toda la historia de Suecia. Con la muerte de Gustavo Adolfo, que era el segundo en la línea sucesoria al trono, se alteró dramáticamente el orden sucesorio y el único hijo varón del difunto príncipe, es decir, el actual rey, que tenía solo ocho meses cuando el avión se estrelló, ocupó su lugar. Tres años más tarde, Gustavo V murió y dejó el trono a Gustavo VI Adolfo, padre del trágico Gustavo Adolfo. El pequeño Carlos Gustavo se convirtió en heredero del trono a la edad de cuatro años.

Los archivos del Ministerio de Relaciones Exteriores sueco conservan una copia de la investigación danesa del accidente, que consistía en un resumen taquigráfico de 110 páginas de las investigaciones realizadas por el juez Baerentsen. Se afirma simplemente que la negligencia humana estuvo detrás del accidente. El avión, un DC-3, hizo escala a las 14.55 en Kastrup. Debido a las fuertes ráfagas, se instaló un bloqueo de timón externo, a pesar de la breve escala. Una de las cuñas se olvidó, lo que hizo que el avión fuera inmanejable. Cuando el DC-3 despegó, se elevó incontrolablemente en un ángulo pronunciado para finalmente colisionar con el suelo a las 15:23. Las 22 personas a bordo murieron en la explosión.

La vida que el príncipe Gustavo Adolfo y su esposa, Sibylla de Sajonia-Coburgo (bisnieta de la reina Victoria de Inglaterra) habían creado en el Castillo de Haga desapareció de repente. “Sibylla era en realidad una persona bastante feliz antes, pero quedó muy sola después de la muerte de su esposo”, dijo el conde Bernadotte. Su esposo, que sufría de dislexia durante la escuela, no temía en absoluto la actividad física. Era un oficial entrenado en Karlberg, pertenecía a la élite sueca en esgrima y realizaba carrera de obstáculos. Además, fue campeón múltiple de sable y fue miembro del equipo olímpico sueco en 1936, un tirador habilidoso y muy activo en el movimiento scout. “Amaba los deportes y la vida al aire libre, al igual que el rey. La caza era uno de sus mayores intereses, recordó su hermano.

Un funeral multitudinario

El entierro se realizó en la Gran Iglesia de Estocolmo el 4 de febrero de 1947, con más de 100.000 dolientes apostados en silencio en las calles de la ciudad. El entierro tuvo lugar luego en el Cementerio Real de Haga, muy cerca de la residencia que Gustavo Adolfo y Sibylla habían convertido en su hogar. Las princesas Margarita, Birgitta y Désirée acompañaron a su enlutada madre al funeral, pero los más pequeños de la familia, Christina y Carlos Gustavo, quedaron al cuidado de la niñera en el castillo.

Cuando el rey Carlos Gustavo pronunció su discurso después del desastre del tsunami de 2005 en el Sudeste Asiático, fue la primera vez que expresó el dolor por su padre en público. Nunca llegó a conocer a su padre y, durante toda su infancia, la estricta corte sueca prohibió a cualquier persona que se hablara de su fallecido padre en su presencia. Lo que pocos recuerdan hoy es que el padre del actual rey, y sus hermanos habían pasado por el mismo trauma: su madre, la princesa Margarita, murió de manera completamente inesperada cuando eran niños. Entonces estaba embarazada de ocho meses. “Fue un golpe increíble para mi padre, pero nadie debía hablar de eso. Mi padre nunca habló de mi madre”, recordó Carl Johan.

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Silvia de Suecia, 45 años como reina

Silvia Renata Sommerlath, quien se convirtió en reina consorte de Suecia hace 45 años, el 19 de junio de 1976, nació en Heildelberg, Alemania en 1943 en plena Segunda Guerra Mundial. De padre alemán y madre brasileña, su familia optó por emigrar a Brasil en 1945 e instalarse en Sao Paulo, donde permaneció hasta 1957.

De regreso en Alemania Occidental, Silvia inició sus estudios de idiomas en Dusseldorf cuando tenía quince años hasta graduarse con una especialización en español con tan sólo 20 años.

Dado su notable talento para los idiomas (además del alemán y el portugués, habla sueco, inglés, español y lenguaje de señas) ocupó puestos importantes en torno a las relaciones internacionales. A principios de los 70, ocupó un cargo en el Consulado argentino de Munich y de ahí pasó al comité de organización de los juegos olímpicos de verano en esa ciudad en 1972.

En 1973 asumió como suplente en la Jefatura de Protocolo de la Comisión para los Juegos Olímpicos de Invierno a realizarse en 1976 en Innsbruck, Austria. Como su cargo en los JJOO de Munich la vinculaba al cuerpo de azafatas protocolares, le tocó estar cerca de los visitantes más ilustres en los Juegos. Uno de esos visitantes extraordinarios, fue el por entonces príncipe Carlos Gustavo de Suecia. El joven rubio, esbelto y de ojos azules, tenía fama de enamoradizo y mujeriego, pero al ver a Silvia por primera vez se deslumbró -él siempre dijo que al verla, hizo un «click»- y ese mismo día la invitó a cenar.

Todo parecía en orden: Silvia era culta, hermosa, de mirada dulce y eterna sonrisa. El pequeño detalle es que, el por entonces rey Gustavo VI, no estaba convencido de que su nieto y heredero, Carlos Gustavo, se casara con una plebeya que además era tres años mayor que él. Recordemos que Carlos Gustavo perdió a su padre en un accidente de avión cuando sólo tenía un año, de modo que a la muerte de su abuelo, indefectiblemente se convertiría en rey.

Los enamorados continuaron viéndose en secreto hasta el fallecimiento del anciano rey, cuando Carlos Gustavo se comprometió siendo ya rey de los suecos y contrajo matrimonio pocos meses después, el 19 de junio de 1976 con Silvia.

La joven nunca fue princesa ya que desde el mismo momento de su boda fue reina de Suecia y ese día de verano llevó un vestido de corte sencillo de la Casa Cristian Dior, bien de los años setenta, que dejaba todo el protagonismo a la enorme tiara que llevaba en su cabeza, rodeada de camafeos y que había pertenecido a Josefina, la esposa de Napoleón.

En la gran fiesta con más de mil invitados, el grupo sueco Abba -como no podía ser de otro modo- estrenó en vivo el tema Dancing Queen, dedicado especialmente a la nueva reina (ver video). Como en toda familia real, pronto llegaron los hijos: la princesa Victoria (1977), quien fue nombrada heredera cuando los médicos dijeron que la reina no podría tener más hijos; el príncipe Carlos Felipe, quien constituyó una sorpresa para la familia (1979) y la princesa Magdalena (1982). Actualmente los reyes tienen siete nietos.

Silvia es hoy abuela de siete nietos y preside numerosas asociaciones benéficas, como por ejemplo La Casa Silvia dedicada al cuidado e investigación de la demencia y de los adultos mayores; el Fondo del Matrimonio de la Pareja Real que apoya la investigación deportiva para jóvenes discapacitados; la Fundación Mundial de la Infancia (tarea que comparte con su hija Magdalena) y colabora, patrocina o preside otras treinta organizaciones, por lo cual ya ha recibido varios Doctorados Honoris Causa.

Pero si algo caracteriza a Silvia es justamente su discreción, que junto a su sonrisa, se mantienen intactas en el tiempo pese a las acusaciones de simpatías hacia el nazismo por parte de su padre o las infidelidades del pasado de su esposo. Silvia perdona siempre, y siempre sonríe.

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La TV sueca creará una serie dramática sobre el rey Carlos Gustavo al estilo The Crown

La versión nórdica de la serie de Netflix, producida por TV4, describirá el camino del rey Carlos Gustavo desde que era un bebé hasta llegar al trono a los 27 años.

La cadena de televisión sueca TV4 está invirtiendo fuertemente en una nueva serie dramática que describe el camino del rey Carlos XVI Gustavo desde un joven heredero al trono hasta su vida como rey. “La incomparable genealogía de la familia Bernadotte tiene de todo”, dice la guionista Åsa Lantz.

La serie comenzará poco antes de que Carlos Gustavo pierda a su padre, el príncipe heredero Gustavo Adolfo, en un accidente de avión en 1947, continúa con su educación y el viaje de heredero de la corona a la vida como un rey adulto y consolidado.

“Aunque mi enfoque es más bien el opuesto a «The Crown» o «Atlantic Crossing», estas series tratan sobre cómo la realeza afecta los eventos mundiales de diferentes maneras. En Suecia, es todo lo contrario, la sociedad ha cambiado a la familia real”, dice Åsa Lantz.

El interés de la guionista por la historia de la familia real sueca tiene más que ver con la fascinación por el destino humano que con la monarquía misma: “Mi familia y amigos piensan que me he vuelto loca porque no he mostrado previamente un leve interés por la realeza”, dijo en declaraciones a SVD.

Todo comenzó como un proyecto novedoso hace diez años cuando Lantz quería escribir una historia de ficción basada libremente en la familia real sueca. Después de 150 páginas, perdió el interés y puso el guión en el cajón.

Pero “todo se soltó hace un par de años cuando me di cuenta de que la historia encajaría mejor como serie de televisión y sería una ‘historia real’”, relató la autora. “Representaremos puntos de inflexión donde el poder cambia y avanza hacia un punto que cambia toda la escritura de la historia”, dice Åsa Lantz en una entrevista.

Una de las escenas más impactantes de la serie promete ser la ocurrida en el palacio real de Estocolmo el 18 de septiembre de 1973, cuando el joven Carlos Gustavo, de 27 años, se convierte en rey al morir su abuelo en Helsingborg y regresa a su casa para pasar la noche con la única compañía de su hermana, Christina, la única que seguía soltera.

“Hay algo muy conmovedor en estos dos jóvenes que se quedan solos en el castillo. Su abuelo acaba de morir, sus padres también se han ido y las hermanas mayores se han casado y se han mudado”, dice Lantz. “El príncipe solo tiene asesores antiguos a su alrededor que no están en sintonía con los tiempos en absoluto. Y mañana será el rey”, agrega.

La autora afirma que al igual que a su padre, a Carlos Gustavo “le hubiera gustado evitar la corona”. “Pero el lema del abuelo ‘Deber sobre todo’ no es algo de lo que se pueda deshacer fácilmente”, dice Lantz. “En algunas situaciones, por supuesto, tienes que tomarte algunas libertades artísticas, pero mi objetivo es que la historia sea lo más veraz posible”, dice Lantz.

Se informó a la corte que la serie está en desarrollo, pero Åsa Lantz no ha reservado ninguna conversación individual con los miembros de la familia real. “Por supuesto, he tenido contacto y entrevisté a personas en las cercanías del rey y he realizado visitas al Palacio de Estocolmo. Por otro lado, creo que es bueno tener cierta distancia con los miembros de la familia para estar completamente libre y no empezar a tener en cuenta a las personas”, afirmó.

Emotivo recuerdo del rey de Suecia a su abuelo Gustavo VI Adolfo en Navidad

El rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo, recordó las Navidades de su infancia junto a su abuelo en un emotivo mensaje en el que alentó a recurrir a los buenos recuerdos para “ver las cosas desde una perspectiva más amplia”.

El rey, de 74 años, pronunció su mensaje de Navidad desde su aislamiento en el castillo de Drottningholm, a las afueras de Estocolmo, donde pasó parte de su infancia. Su padre, el príncipe Gustavo, murió cuando él tenía pocos años de vida y su crianza estuvo en gran parte a cargo de su abuelo, el rey Gustavo VI Adolfo.

“El saludo de Navidad de este año no proviene del Palacio Real, como suele ocurrir, sino desde Drottningholm, que hace 30 años se convirtió en el primer sitio del patrimonio mundial de Suecia”, recordó el monarca, de 74 años. “Nos mudamos aquí como una familia con niños pequeños en 1981. Y aquí prosperamos y hemos permanecido, como tantas generaciones antes que nosotros”.

“El castillo actual fue construido en el siglo XVII por la reina Hedvig Eleonora. Pero los restos antiguos muestran que la gente ha vivido y trabajado aquí en Lovön durante varios miles de años”, relató Carlos Gustavo, quien recordó que el rey Gustavo VI Adolfo “estaba muy apegado a Drottningholm”.

Gustavo VI Adolfo “pasó gran parte de su tiempo aquí”, dijo su nieto. “Y al igual que su padre Gustavo V, que en realidad nació aquí, con mucho gusto invitó a la familia aquí para las grandes celebraciones navideñas. Pero, lo mejor de todo, el abuelo todavía disfrutaba sentarse junto a la chimenea en el Salón de Piedra y leer uno de sus muchos libros”.

El rey de Suecia, Carlos XVI Gustavo, durante su mensaje de Navidad.

“Tenía un gran interés en el arte, la historia y la arqueología, y fue generoso al compartir sus conocimientos. Algo que he disfrutado mucho a lo largo de la vida”, dijo el rey sobre su abuelo, quien recordó que durante su infancia “sabía mucho sobre nuestra familia, sobre los lugares y eventos que nos dieron forma”.

En una Navidad marcada por la ruptura de las tradiciones y la distancia de las familias, el rey Carlos Gustavo dijo: “La generación anterior es un vínculo con la historia. Con su ayuda, podemos ver las cosas desde una perspectiva más amplia”. “Aquí, en el castillo de Drottningholm, hay muchos buenos recuerdos. Recuerdo las Navidades de mi infancia con calidez, así como deseo que mis hijos y nietos recuerden las suyas”, cerró.

Carlos Gustavo de Suecia celebró el fin de un año “vertiginoso”: “Pasamos por esta prueba juntos”

El rey Carlos XVI Gustavo de Suecia definió a 2020 como “un año vertiginoso” en un mensaje de Navidad en el que reflexionó sobre los muchos vínculos que se rompieron por causa de la pandemia.

Este año vertiginoso está llegando a su fin”, señaló el rey. “Vuelve la luz. La vacuna está en camino. Y ya en unos meses puede que hayan cambiado muchas cosas, debemos creer en el futuro”.

Hubo pérdidas significativas. Muchos se han enfermado durante mucho tiempo o han perdido su sustento. Envío un pensamiento muy especial a todos los afectados”, dijo el monarca, de 74 años, desde el Castillo de Drottningholm, donde se encuentra en confinamiento junto a la reina Silvia.

En el discurso de Navidad, el rey también quiso agradecer a las personas que trabajan a diario para cuidar a los enfermos de Covid y las que, de diversas formas, hacer que la sociedad funcione: “Su trabajo rara vez se puede hacer desde casa, pero todos dependemos completamente de los que ellos haces. Quiero decirles: vemos sus esfuerzos y todos estamos profundamente agradecidos”.

“Todos tenemos una responsabilidad” con esos trabajadores, dijo el rey a Suecia, uno de los países más afectados por la pandemia de Covid y dos semanas después de reconocer que la estrategia nacional contra la enfermedad fue un fracaso.

Dos metros de distancia pueden salvar vidas, pero también se pueden realizar dos minutos de llamadas telefónicas. En la situación actual, debemos ser tanto ciudadanos sabios como seres humanos solidarios”, dijo el monarca. “Debemos creer en el futuro. Y aunque recordaremos este año de diferentes maneras, también recordaremos que pasamos por esta prueba juntos”, finalizó.

Reconfinados fuera de Estocolmo, los reyes de Suecia llamaron a «resistir» al coronavirus

La casa real anunció que Carlos XVI Gustavo y la reina Silvia cumplirán sus tareas en Drottningholm, a 12 kms de Estocolmo.

En un mensaje dirigido a todo el pueblo sueco, el rey Carlos XVI Gustavo pidió a los ciudadanos responsabilidad y esfuerzo para mitigar los efectos de la pandemia del coronavirus, que hasta ahora ha matado a 6.225 personas en su país.

En una declaración publicada en el sitio web de la Casa Real, el rey escribió: «Todos debemos asumir nuestra responsabilidad y continuar los esfuerzos conjuntos para detener la propagación de la infección. ¡Resiste, resiste!”, escribió el rey Carlos XVI Gustavo.

Suecia, que lleva adelante una estrategia menos estricta que la mayoría de los países europeos ante la pandemia de covid-19, anunció este lunes que limitará las reuniones públicas a un máximo de ocho personas, una medida que toma por primera vez ante el alza de los contagios.

El país, con 10,3 millones de habitantes, desarrolló una estrategia sanitaria sin mascarillas, ni confinamiento ni cierre de comercios, pero llamó a la población a limitar en todo lo posible los contactos y a teletrabajar.

En relación con esto, la corte también ha publicado del rey sentado en su escritorio en el castillo de Drottningholm, desde donde “por el momento”, el monarca de 74 años y la reina Silvia, de 76, “en la medida de lo posible, llevarán a cabo sus obligaciones a distancia” del castillo de Drottningholm”, informó la casa real.

Situado en una isla del lago Mälar, a unos 12 kilómetros de Estocolmo, el Castillo de Drottningholm es la residencia oficial de los reyes Carlos Gustavo y Silvia, aunque el Palacio Real de Estocolmo es la sede oficial de la monarquía. Al inicio de la pandemia, los reyes se confinaron en el castillo de Stenhammar.

El rey Carlos XVI Gustavo, como el resto de la familia real, ha mantenido un perfil relativamente bajo últimamente. La pandemia de la corona, por supuesto, ha significado que se hayan eliminado muchos elementos del programa y, además, la pareja real ha trabajado desde casa durante largos períodos en 2020.

La última vez que se vio al rey en público fue cuando inauguró el nuevo Slussbron, también llamado «Puente Dorado» en Estocolmo, el 25 de octubre, junto con la princesa heredera Victoria y la princesa Estelle. Además, el rey recibió el lunes pasado en el castillo a varios nuevos embajadores en “audiencias adaptadas a la pandemia”. Pero desde entonces el calendario público del monarca estuvo relativamente vacío.

Frente a la segunda oleada de la pandemia, las autoridades suecas ya habían introducido el mes pasado nuevas recomendaciones regionales y más estrictas, que consisten sobre todo en limitar el contacto fuera del hogar y evitar los lugares cerrados. Actualmente se aplican en todo el país. El balance de muertes comenzó a empeorar en los últimos días en Suecia: el viernes, fecha de la última publicación, se anunciaron casi 6.000 nuevos casos y 42 muertes más, lo que lleva el total a más de 177.000 infectados y 6.164 decesos.

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Llegada de una vacuna será el fin del largo encierro de reyes en edad de riesgo

Los monarcas de Inglaterra, Dinamarca, Suecia y Noruega afrontaron largos encierros. Una posible vacuna del Covid quizás ayude a recuperar su vieja normalidad.

El año 2020 pasará a ser recordado como uno de los años más horribles vividos por la Humanidad en el último siglo a causa de la pandemia del coronavirus: con más de 50 millones de infectados y 1,2 millones de víctimas fatales, el virus paralizó a todas las economías, además de los eventos y los viajes a escala mundial.

Las casas reales del mundo vieron suspendidas sus actividades y contemplaron cómo muchos monarcas en edades consideradas de riesgo se veían obligados a encerrarse lejos de las ciudades para evitar el contagio. Por eso, la posible llegada de una vacuna será una buena noticia también para ellos.

ISABEL II Y FELIPE, SOLOS EN WINDSOR

La vacuna contra el covid-19 que están desarrollando Pfizer Inc. y BioNTech SE previno más de 90% de los contagios en un estudio en el que participaron decenas de miles de voluntarios, en lo que corresponde al avance científico más alentador hasta ahora en la batalla contra el coronavirus. Si bien los ensayos durante un tiempo más, a ocho meses después del inicio de la peor pandemia en un siglo los resultados preliminares son esperanzadores y abren el interrogantes sobre si estamos más cerca del final del virus.

“Esta es la mejor noticia que podría recibir el mundo y la salud pública”, señaló William Gruber, vicepresidente sénior de desarrollo e investigación clínica de vacunas de Pfizer, citado por Bloomberg News. Fue mejor que el mejor resultado que previeron, dijo. Como se esperaba que la efectividad de las primeras vacunas estuviera dentro de un rango de entre 60% y 70%, “más de 90% es extraordinario”, dijo el director ejecutivo de BioNTech, Ugur Sahin. “Esto demuestra que el covid-19 se puede controlar. Al fin y al cabo, en realidad se trata de una victoria de la ciencia”, agregó.

Esta victoria de la ciencia podría significar que la reina Isabel de Inglaterra y su esposo, el príncipe Felipe, finalmente rompan el duro confinamiento que han atravesado desde el 19 de marzo. Y esto no significa que la pareja real británica y los reyes de Dinamarca, Suecia o Noruega estén desesperados por vacunarse, sino que la vacunación masiva de la población hará más seguro el ambiente para una paulatina vuelta a la normalidad.

En marzo, la reina y el consorte -ahora de 94 y 99 años, respectivamente- se recluyeron en el castillo de Windsor, a 40 kms. de Londres, rodeados por apenas un pequeño grupo de asistentes que se autodenominaron “la Burbuja de Su Majestad”. Tras un período en Escocia y otro en el campo, Felipe actualmente está en Windsor, mientras Isabel II ha regresado brevemente a Londres para el homenaje a los soldados británicos y regresó al confinamiento tras apenas haber tratado con su familia.

«Teníamos un vecino amable que nos hacía la compra«

MARGARITA II, UN CUMPLEAÑOS 80 LEJOS DE LA FAMILIA

Los reyes de Suecia, Noruega y Dinamarca se encuentran en igual situación. La reina danesa, Margarita II, estuvo confinada en las afueras de Copenhague después de haber visto cancelados no solo los festejos de su cumpleaños 80, cuando la pandemia comenzaba, sino también todos los grandes acontecimientos reales del años. Solo regresó a Copenhague para la apertura del Parlamento.

Actualmente, Dinamarca estableció medidas más drásticas tras el descubrimiento de una mutación del coronavirus proveniente de los visones, que obligó a sacrificar millones de esos mamíferos y a cerrar una parte del país. La primera ministra dijo que el país se encuentra ante un rebrote “inquietante”, lo que significará el encierro de la población en edad de riesgo.

CARLOS XVI GUSTAVO Y SILVIA DE SUECIA, CONFINADOS EN STENHAMMAR

En Suecia, uno de los pocos países de Europa que no aplicó medidas de confinamiento, actualmente la pandemia «evoluciona rápidamente en el mal sentido» y «la situación es seria», reconoció el primer ministro esta semana. Los reyes Carlos Gustavo (74) y Silvia (76) pasaron cuatro meses de confinamiento desde marzo en el remoto castillo de Stenhammar, su residencia de verano.

“Teníamos un vecino amable que nos hacía la compra, porque solo estábamos nosotros dos. Debo decir que nunca me había sentido tan mayor de 70 años como ahora”, dijo la reina a la revista Svensk Dam. Tras una primera ola que provocó más de 5.000 muertos en un país con poco más de 10 millones de habitantes, la situación epidémica estuvo bajo control entre julio y mediados de octubre, pero el número de casos de coronavirus volvió a disparase en los últimos días, imponiéndose más encierros que pronto afectarán a los propios monarcas.

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«Profunda tristeza» de la reina Silvia de Suecia por muerte de su hermano Walther Sommerlath

Nacido en Alemania, vivía desde hace mucho tiempo en las cercanías del Castillo de Drottningholm, residencia de los reyes. Tenía 86 años.

El hermano mayor de la reina Silvia de Suecia, Walther Sommerlath, murió a los 86 años el pasado 23 de octubre. «Walther Sommerlath falleció tranquilamente el viernes por la noche en el Hospital Universitario Karolinska en Huddinge después de un período de enfermedad», escribió la Casa Real, pidiendo «respetar y comprender que esto es una cuestión de familia privada». «Mi familia y yo sentimos una profunda tristeza y una gran nostalgia por mi hermano Walther», dijo la reina.

La reina, esposa del rey Carlos XVI Gustavo, había recibido a su hermano enfermo y lo había instalado en el Castillo de Drottningholm, más precisamente en la antigua casa de la princesa heredera Victoria, Nedre Sjöflygeln, una pequeña casa del siglo XIX ubicada a unos 50 metros del castillo, informó Expressen. “Puedo confirmar que el hermano de la reina ha estado viviendo en Drottningholm durante un tiempo”, le dijo a Svensk Damtidning vocera de la corte, Margareta Thorgren. “Pero por lo demás, estos son asuntos familiares privados y nada sobre lo que el tribunal pueda comentar”, agregó.

De sus tres hermanos Ralf, Walther y Jörg, ya todos fallecidos, fue sin duda Walther el más cercano a Silvia. 

Walther Sommerlath nació en Berlín en 1934. Cuando tenía seis años, la familia abandonó la ciudad para escapar de los bombardeos compartiendo un departamento de cinco habitaciones con otra familia. Tras el final de la guerra, la familia se mudó a Brasil, donde el padre dirigió la filiar del afirma sueca Uddeholm hasta 1957, para luego instalarse en Düsseldorf.

Walther Sommerlath fue una persona un tanto errante. Vivió en Italia, y antes de eso durante muchos años en París. Fue en Francia donde conoció a su primera esposa, Michele, con quien tuvo los hijos Sophie y Patrick y de la que se divorció en 1987. Tras esto, Patrick llegó a Suecia y se instaló en Drottningholm por gracia de su cuñado, el rey.

Su, madre, la brasileña Alice de Toledo, también vivió en Drottningholm cuando enfermó de demencia a mediados de los noventa y hasta su muerte en 1997. Allí es donde pasó los últimos tiempos, en compañía de su hijo y sus nietas Anais y Chloé, quienes también viven en Sjöpaviljongen. La otra hija del fallecido, Sophie, de 57 años, actualmente trabaja como maestra en Concord, California. Michele vive en Los Ángeles y vende muebles retro de la tienda Gallerie Sommerlath.

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Los reyes de Suecia no estarán presentes en entrega de Premios Nobel, que será virtual

A la importante cita de gala asisten tradicionalmente los miembros de la familia real en Estocolmo.

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Los reyes Carlos XVI Gustavo y Silvia de Suecia, así como la princesa heredera Victoria y otros miembros de la familia real, no estarán en la ceremonia de entrega de los Premios Nobel, el próximo 10 de diciembre en Estocolmo, que fue anulada debido a la pandemia de Covid-19 y será reemplazada por un acto televisado, algo que no ocurría desde la II Guerra Mundial. Los premiados recibirán sus galardones a distancia en esta ceremonia virtual.

«La idea es que las medallas y diplomas sean entregados a los galardonados en forma segura en sus países de residencia, probablemente con el apoyo de las embajadas y universidades de los laureados», explicó la Fundación Nobel, con sede en la capital sueca.

Estaba previsto que el rey Carlos XVI Gustavo entregara en Estocolmo los premios de Medicina, Física, Química, Literatura, a los que se añade el premio de Economía, de creación más reciente. «La última vez que no hubo ceremonia en Estocolmo fue en 1944«, durante la II Guerra Mundial, explicó Gustav Källstrand, historiador de la Fundación Nobel. «De todas maneras, este año habrá una ceremonia digital«, subrayó. En 1940, 1941 y 1942 no se otorgó ningún premio ni hubo ninguna ceremonia, a pesar de que Suecia no participó en el conflicto. Los premios de 1944 fueron entregados retroactivamente en 1945 por el anciano rey Gustavo V, abuelo del actual monarca.

El rey de Suecia soñaba con ser un obrero, revelan las memorias de su niñera

Carlos XVI Gustavo, ahora de 76 años, golpeó a su hermana cuando era niño después de que ella le afirmara que su destino era ser rey.

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Ingrid “Nenne” Björnberg era una señorita de Västergötland, la segunda mayor de seis hermanos, que consiguió un trabajo como niñera del entonces príncipe Carlos Gustavo de Suecia y sus hermanas mayores, las princesas Margarita, Désirée, Birgitta y Christina. Los cinco eran los hijos del príncipe Gustavo Adolfo, quien falleció en un accidente de aviación en 1947, y fueron criados por su madre, la princesa alemana Sibila de Sajonia-Coburgo. En el palacio de Haga, hogar familiar de los príncipes, “Nenne” se convirtió en mucho más que una niñera y para el futuro rey Gustavo, que entonces era un joven príncipe heredero, ella se convirtió en una especie de madre extra.

En las memorias de Nenne, Dagbok från Haga och Stockholms slott (Diario de Haga y el castillo de Estocolmo), se encuentran muchas anécdotas divertidas sobre el actual rey y sus hermanas, que invitan a la reflexión de la infancia del rey. Una de ellas relata una pelea de hermanos entre Carlos Gustavo y su hermana, la princesa Christina, tres años mayor que él: “Recientemente, el príncipe de repente se había aficionado mucho al boxeo y las peleas. Su pequeño puño se metía en el estómago, y si alguien se acercaba demasiado, valía podía el riesgo de que lo empujara”, escribe Nenne en el libro.

“Por lo tanto, no me sorprendió cuando Christina un día salió corriendo de la habitación de su hermano con las mejillas enrojecidas y lágrimas brotando de sus ojos y gritó: ¡Carlos Gustavo me ha pegado! Pero, ¿qué fue entonces lo que provocó esta ira volcánica del joven Príncipe Heredero? ‘Solo dije que sería rey cuando creciera, y luego me golpeó’, le dijo Christina a Nenne cuando le preguntó. “Esto requirió una investigación y fui a Carl Gustaf”, dijo Nenne, quien fue a preguntarle al príncipe por qué lo había hecho. “¡Porque NO VOY a ser rey! ¡Voy a ser TRABAJADOR!”, respondió el príncipe.

El joven Carlos Gustavo estaba extremadamente fascinado por los trabajadores de los parques eólicos. Nenne describe cómo el príncipe dejaba todo tan pronto veía un lugar de trabajo y hacía preguntas; “A veces era tan entrometido que lo echaban”, relató Nenne. “A veces tardábamos en volver a casa desde la escuela porque Carlos Gustavo se detenía de inmediato y miraba todo el emocionante trabajo que estaba sucediendo en toda la ciudad, en las calles, en el metro… ‘Es una pena lo de los trabajadores que trabajan bajo tierra’, dijo un día con rostro pensativo. Deberían pagarles más”, reflexionó.

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El rey le dice a los suecos que no están solos: “El viaje es largo y arduo, pero al final la luz triunfa sobre la oscuridad”

“Tendremos que vivir con las elecciones que hacemos hoy”, dijo Carlos XVI Gustavo al alentar a ser solidarios en la cuarentena.

El rey Carlos XVI Gustavo de Suecia pronunció un discurso televisado desde el castillo de Stenhammar, Södermanland, donde la familia real sueca se refugia desde el brote del coronavirus en Suecia. “El viaje es largo y arduo. Pero al final, la luz triunfa sobre la oscuridad, y podremos sentir esperanza nuevamente”, reconoció el monarca, de 74 años, quien se refirió especialmente a las personas mayores y que están solas y alentó a los ciudadanos a apoyarlas y ayudarlas. “Por su bien, debemos actuar de manera responsable y desinteresada. Todos en nuestro país tienen esta obligación. Todos y cada uno de nosotros. Todavía hay mucha incertidumbre. Pero una cosa es segura: nunca olvidaremos estos tiempos. ¿Pensé en otras personas? ¿O me puse primero? Tendremos que vivir con las elecciones que hacemos hoy, durante mucho tiempo por venir”, dijo.

En Suecia, las autoridades aconsejaron al público que practiquen el distanciamiento social y trabajen desde casa, si es posible, y exhortaron a las personas mayores de 70 años a aislarse por precaución. Sin embargo, en comparación con las cuarentenas impuestas en otras partes del mundo, la respuesta del gobierno al virus permite una gran cantidad de libertad personal. Por ejemplo, está prohibido estar de pie en los bares, pero los restaurantes sí tienen permitido dar servicio a los comensales en mesas o para llevar. Las secundarias y universidades están cerradas, pero las escuelas preescolares y primarias aún imparten clases presenciales. “Las calles y plazas están vacías y tranquilas. La pandemia ha asestado un duro golpe a nuestros negocios, trabajadores y la economía sueca, a la sociedad sueca en general”, dijo el rey en su mensaje.

A continuación, el mensaje completo:

“La semana previa a la Pascua se llama comúnmente Semana Santa. Hoy, Domingo de Ramos, marca el comienzo de esta semana solemne. Y en muchos lugares el estado de ánimo es más solemne que nunca. Covid-19 tiene a Suecia y al mundo bajo control. Las calles y plazas están vacías y tranquilas. La pandemia ha asestado un duro golpe a nuestros negocios, trabajadores y la economía sueca, a la sociedad sueca en general.

“Al mismo tiempo, en otras partes de nuestra sociedad, la semana que viene será casi tranquila. La movilización cívica está teniendo lugar. Pienso en particular en el sector sanitario. Allí, los empleados y voluntarios ahora están trabajando, juntos, para salvar tantas vidas como puedan. Esta es una gran tarea. Requiere coraje. Y requerirá resistencia. A todos ustedes involucrados en este trabajo vital, les agradezco sinceramente.

“Volquemos nuestros pensamientos a todos los que trabajan para garantizar que el resto de Suecia siga funcionando, a pesar de las limitaciones de la situación y de los riesgos para su propia salud. Y para aquellos de ustedes que se aseguran de que las personas mayores reciban la atención que necesitan, que podamos comprar alimentos, que el transporte público continúe operando y todo lo demás que damos por sentado tan fácilmente, mi más sincero agradecimiento a todos ustedes.

“Como mencioné, la Semana Santa nos lleva a la Pascua. Para mí, y para muchas personas en nuestro país, esta es una celebración importante y esperamos con ansias. Es un momento en el que estamos ansiosos por viajar y tal vez pasar tiempo con familiares y amigos. Muchos van a la iglesia. Pero, esta Pascua, algo de esto no será posible. Tenemos que aceptar esto. Tenemos que repensar, prepararnos para quedarnos en casa.

“Podríamos sentirnos tristes por esto. Pero habrá más vacaciones de Pascua. Después de todo, para la mayoría de nosotros, esto requerirá sacrificios relativamente menores, especialmente si comparamos esto con enfermarse gravemente o perder a un amigo o miembro de nuestra familia. Hoy, pienso especialmente en todos los niños de nuestro país que ahora corren el riesgo de perder a sus abuelos. De perderse la seguridad y la sabiduría que pueden ofrecer.

“Por su bien, debemos actuar de manera responsable y desinteresada. Todos en nuestro país tienen esta obligación. Todos y cada uno de nosotros. Todavía hay mucha incertidumbre. Pero una cosa es segura: nunca olvidaremos estos tiempos. ¿Pensé en otras personas? ¿O me puse primero? Tendremos que vivir con las elecciones que hacemos hoy, durante mucho tiempo por venir. Impactarán a muchos.

“El viaje es largo y arduo. Pero al final, la luz triunfa sobre la oscuridad, y podremos sentir esperanza nuevamente. Dentro de unas semanas, cumpliré 74 años. Esa es una edad considerable. Pero esto también significa que he experimentado muchas de las crisis que ha sufrido nuestro país. He visto cómo las crisis nos ayudan a reevaluar, a distinguir entre importantes y sin importancia. Cómo el miedo se convierte en una comprensión de la gravedad del problema y cómo se puede resolver.

“Y una cosa que he aprendido es esto: sin importar cuán profunda o prolongada sea una crisis, finalmente llegará a su fin. Y cuando lo haga, todos nos beneficiaremos de la consideración y la fuerza que el pueblo sueco está demostrando. Esta fortaleza será un activo para nuestro país, en el futuro que anhelamos. Ahora me queda desearles a usted y a todos en Suecia una Pascua agradable, a pesar de todo. Y aunque puede ser difícil, recuerden: no están solos”.

En su discurso de Navidad, el rey de Suecia explicó su decisión de retirar el tratamiento de Alteza a sus nietos

Carlos XVI Gustavo explicó que tal paso «pueda ser útil cuando mis nietos eventualmente se destaquen por su propio futuro».

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Por qué el Rey de Suecia convirtió a cinco de sus nietos en «plebeyos»

Los príncipe Alejandro, Gabriel y Nicolás y las princesas Leonor y Adriane conservarán su puesto en la línea sucesoria al trono y los títulos reales, pero dejarán de ser parte oficial de la Casa Real.

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La familia real de Suecia protagonizó un soleado Día Nacional (50 fotos)

Los reyes, sus hijos y nietos conmemoraron con fiestas populares la coronación, el 6 de junio de 1523, de Gustavo I, primer monarca de la dinastía Vasa.

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En fotos: Así festeja Suecia los 70 años del rey Carlos Gustavo

Suecia celebra este sábado el 70º cumpleaños del rey Carlos XVI Gustavo con gran pompa en Estocolmo, adonde acudieron varios miembros de la realeza mundial, mientras los ciudadanos se apiñaban en las calles de la capital para ver de cerca la procesión real. Las celebraciones de este sábado empezaron con un Te Deum en la capilla del Palacio Real. Después de la ceremonia religiosa, el rey de Suecia recibió a la Guardia Real, tras lo cual el cuerpo de músicos de las Fuerzas Armadas ofreció un programa musical y numerosos niños tuvieron la oportunidad de entregar flores al rey.

Al mediodía se dispararon 21 salvas de honor para el homenajeado desde el Castillo de Skeppsholmen, tras lo cual el monarca hizo su aparición en el balcón de Lejonbacken junto a la reina Silvia, sus dos hijas, Victoria y Magdalena -acompañadas de sus respectivos maridos, Daniel y Christopher O’Neill- así como su hijo, Carlos Felipe, junto a su esposa Sofía. «Gracias a todos por venir y por hacer que este día sea tan bonito para mí y para mis invitados, llegados desde diferentes países», les el monarca. A continuación, rey y sus invitados se dirigieron al Ayuntamiento de Estocolmo para asistir a un almuerzo.

La lista de invitados de la realeza incluía a los reyes Juan Carlos y Sofía de España; la reina Margarita II de Dinamarca con su hermana Benedicta y los príncipes herederos de ese país, el rey Felipe de Bélgica, el príncipe Alberto II de Mónaco, la princesa Beatriz de Holanda, la princesa Marta Luisa de Noruega,  la princesa Takamado de Japón, los exreyes de Bulgaria y los príncipes herederos de Liechtenstein. Los miembros de la familia real Noruega no asistieron a la celebración, después de que un helicóptero que transportaba a trabajadores petroleros del mar del Norte se estrellara el viernes, causando la muerte de 13 personas cerca de Bergen, la segunda ciudad más grande del país. El sábado por la noche todos están invitados a un banquete en el Palacio Real.

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¿Quiénes asistirán a los festejos por los 70 años del Rey de Suecia?

Estocolmo espera a la realeza mundial. El próximo sábado a las 19.30 (hora de Suecia), el Palacio Real de Estocolmo se vestirá de gala para un banquete en honor al rey al que asistirán la familia real y varios miembros de la realeza. La familia real de Noruega planeaba asistir al completo a los festejos pero suspendió su presencia luego de que un helicóptero se estrellara en la costa occidental de Noruega perdiendo la vida once personas.

Hasta ahora confirmaron su asistencia la reina Margarita II de Dinamarca, los reyes Felipe y Matilde de Bélgica, la princesa Beatriz de Holanda, los reyes Juan Carlos y Sofía de España, el príncipe Alberto II de Mónaco, los príncipes herederos Alois y Sofía de Liechtenstein, la princesa Takamado de Japón, y los exreyes Simeón y Margarita de Bulgaria. Desde Jordania asistirán los príncipes Zeid y Majda, y el expríncipe heredero Hassan con su esposa, la princesa Sarvath.

La lista de asistentes está compuesta, además, por los príncipes herederos Federico y Mary de Dinamarca, la princesa Benedicta de Dinamarca, la princesa Margarita de Rumania y su esposo, el príncipe Radu de Hohenzollern, los príncipes Alejandro y Catalina de Serbia, y varios miembros de la Casa de Sajonia-Coburgo, emparentados con el rey de Suecia a través de su madre, la princesa Sibyla.

Una semana de festejos por los 70 años del Rey de Suecia

El rey Carlos Gustavo de Suecia cumple 70 años el próximo 30 de abril pero las celebraciones comienzan este lunes 25, día en que el monarca asistirá a un seminario organizado por las Reales Academias Suecas de Ciencias, Silvicultura y Agricultura en Estocolmo. El martes 26, la banda de la Real Fuerza Armada ofrecerá un concierto al rey en la Capilla del Palacio Real de Estocolmo, la «Slottskyrkan», al que asistirá también la reina Silvia.

El jueves 28 y el viernes 29 los reyes ofrecerán una recepción para agencias de gobierno y otras organizaciones de la sociedad sueca en el Palacio Real y esos días, entre las 10 y las 14, horas los ciudadanos suecos podrán acercarse a la residencia real para dejar sus obsequios y firmar un libro de felicitaciones.

El 29 de abril, además, los reyes asistirán a una recepción en la Real Opera Sueca ofrecida por la Academia Sueca de las Artes y, por la noche, a un concierto en el Stockholm Concert Hall del Museo Nórdico al que también asistirán los príncipes Victoria, Daniel, Carlos Felipe y Magdalena, aunque no se sabe si asistirá la princesa Sofía, quien dio a luz a su primer hijo el martes pasado.

El 30 de abril los festejos comenzarán a las 10 de la mañana, con un Te Deum celebrado en la Capilla del Palacio Real al que asistirá la familia real, seguido del tradicional cambio de guardia ante las puertas del palacio, ceremonia militar en la que estará presente toda la familia. La cadena de televisión sueca SVT (http://www.svt.se/) y el diario Expressen (http://expressen.se/) emitirán la mayor parte de los eventos en directo a través de internet.

Al mediodía, tras una presentación coral en la Terraza de los Leones del Palacio Real (Lejonbackens), el rey y su familia se dirigirán en una procesión de carruajes escoltados por la guardia real a caballo rumbo al Ayuntamiento de Estocolmo, donde participarán de una recepción con el gobierno, gobernadores provinciales y miembros del Parlamento sueco.

LA REALEZA EUROPEA, INVITADA

A las 19.30 horas, el Palacio Real se vestirá de gala para un banquete en honor al rey al que asistirá la familia real y los miembros de la realeza europea invitados. Hasta ahora confirmaron su asistencia los reyes Harald V y Sonia de Noruega, la reina Margarita II de Dinamarca, los reyes Felipe y Matilde de Bélgica, los reyes Juan Carlos y Sofía de España, los príncipes herederos de Noruega y Dinamarca, y las princesas Marta Luisa de Noruega y Benedicta de Dinamarca.

QUIÉN ES CARLOS GUSTAVO DE SUECIA

Carlos XVI Gustavo fue el menor de los cinco hijos, y el único varón, del príncipe Gustavo Adolfo, duque de Västerbotten (1906-1947), fallecido en un accidente de aviación, y de la princesa alemana Sibylla de Sajonia-Coburgo-Gotha, descendiente de la reina Victoria de Inglaterra. Carlos Gustavo nació durante el reinado de su bisabuelo, el rey Gustavo V, quien le concedió el título de duque de Jämtland.

El 19 de septiembre de 1973, con 27 años, juró como séptimo rey de la dinastía Bernadotte, tras ejercer la jefatura del Estado durante cuatro días justo a la muerte de su abuelo, el rey Gustavo VI Adolfo (1882-1973). En realidad, era heredero al trono de Suecia desde 1950, cuando Gustavo VI Adolfo se convirtió en monarca en la muerte de su padre y por tanto bisabuelo del joven príncipe, el rey Gustavo V.

El 19 de junio de 1976 contrajo matrimonio en la Catedral de Estocolmo con la azafata e intérprete alemana Silvia Sommerlath, hija de un hombre de negocios alemán y una brasileña, a la que había conocido en los Juegos Olímpicos de Munich de 1972. Este matrimonio «morganático» sentó un precedente en los enlaces de la realeza europea, al tratarse la novia de una plebeya no perteneciente a la aristocracia, nobleza o realeza.

La pareja real tiene tres hijos: en 1977 nació Victoria, duquesa de Vastergötland y heredera al trono de acuerdo con la Orden Sucesoria del 1 de enero de 1980, que abolió la Ley Sálica; Carlos Felipe, duque de Värmland, nacido en 1979, y Magdalena, duquesa de Hälsingland y Gästrikland, nacida en 1982. Los tres hijos les dieron a los reyes, hasta ahora, cinco nietos que son príncipes de Suecia: Estelle, Oscar, Leonore, Gustav y Alexander, nacido la semana pasada.