El príncipe Akishino de Japón, hermano menor del emperador Naruhito, finaliza esta semana los rituales que marcan su consagración como heredero del Trono del Crisantemo.
El pasado miércoles, el príncipe heredero y su esposa, la princesa Kiko, viajaron unos 800 kms en automóvil para visitar el santuario de Ise (prefectura de Mie), el mausoleo del emperador Jimmu (Nara) y las tumbas de los emperadores Komei y Meiji (Kioto).
Siguiendo la tradición imperial, en estas ceremonias el príncipe Akishino informó a los espíritus de sus ancestros la finalización de los rituales “Rikkoshi-no-Rei”, que lo proclamaron primero en la línea de sucesión al trono.
El último escenario de los rituales será en el barrio de Hachiji, en Tokio, donde el príncipe Akishino y la princesa Kiko visitarán los mausoleos del emperador Showa y el emperador Taisho (abuelo y bisabuelo del príncipe, respectivamente) en el cementerio imperial Musashi.
En una conferencia de prensa antes de su 55 cumpleaños, el príncipe heredero dijo: «Si realmente lo desean, yo, como padre, lo respeto».
El príncipe heredero de Japón, Akishino, dijo que aprueba el matrimonio largamente pospuesto de su hija mayor, la princesa Mako, con su excompañero universitario Kei Komuro, y dijo que respeta los deseos de la joven pareja.
«Si realmente lo desean, entonces yo debería respetar eso como su padre», dijo Akishino con motivo de su cumpleaños 55 años el lunes 30 de noviembre.
Al mismo tiempo, el heredero al trono dijo que su hija y su futuro yerno no hicieron lo suficiente para crear una “situación en la que mucha gente los felicitaría”. Dijo que pronto la Casa Imperial discutirá el calendario para su la celebración del compromiso y posterior matrimonio.
La princesa Mako y Kei Komuro pospusieron su compromiso formal en febrero de 2018 luego de informes de problemas financieros que involucraban a la madre del joven y su ex prometido. Al explicar su decisión, Mako citó “la falta de tiempo para hacer los preparativos suficientes” antes de los ritos que rodearon el ascenso al trono del emperador Naruhito. El príncipe heredero y su esposa expresaron reservas sobre la boda en ese momento.
Poco después de que se anunciara el compromiso tentativo de Mako y Komuro en 2017,los informes sobre los problemas financieros en la familia de Komuro llenaron las revistas semanales. En una conferencia de prensa de noviembre de 2018, Akishino dijo que si los dos quieren casarse, “debería haber una respuesta adecuada” al tema que fue ampliamente difundido en la prensa japonesa. El rito de los esponsales “no puede tener lugar a menos que mucha gente pueda aceptarlo y celebrarlo”, dijo.
En una señal de que su padre abandonó sus objeciones, Mako emitió una declaración formal a principios de este mes diciendo que el matrimonio era una “elección necesaria para que vivamos mientras protegemos nuestros sentimientos”. Un representante de la Agencia de la Casa Imperial, que dio a conocer la nota, explicó en ese momento que Akishino y su esposa “respetan” los sentimientos de la pareja sobre el matrimonio.
En la nueva conferencia de prensa, Akishino señaló que el artículo 24 de la Constitución de Japón establece que “el matrimonio se basará únicamente en el consentimiento mutuo de ambos sexos” y dijo que él “no puede decir lo contrario”, pero que la pareja tendrá que actuar “de forma visible” para ganarse la aprobación popular de su matrimonio.
Cuando se le preguntó sobre la pandemia de coronavirus, Akishino señaló sus efectos de amplio alcance en la atención médica, la economía y la educación: “Me preocupan las muchas personas de diversas industrias y ocupaciones que están atravesando tiempos difíciles”, dijo Akishino, citado por la agencia Jiji Press.
En estas circunstancias, el papel de la familia imperial es “mostrar tanta comprensión y simpatía como sea posible a las personas involucradas en situaciones difíciles y a las personas que las apoyan”, dijo el hermano menor del emperador, quien junto a su esposa y sus hijas hizo un uso activo de las videoconferencias por Internet para sus funciones oficiales. El propio príncipe heredero lo hizo más de 50 veces, para escuchar a expertos y comunicarse con personas involucradas en eventos a los que el virus le impidió asistir en persona. “Es muy conveniente poder comunicarse mientras se ven las caras”, dijo.
La propuesta matrimonial del príncipe Akishino a esta plebeya universitaria sorprendió en momentos en que la mitad de los matrimonios japoneses eran el resultado de un arreglo entre familias.
La difusión mediática de la proclamación del príncipe Akishino de Japón como heredero del Trono del Crisantemo pasó por alto una figura discreta pero central en la moderna familia imperial nipona. Se trata de la princesa Kiko, la esposa del heredero, futura emperatriz consorte y madre del niño que será, algún día, el 127º soberano japonés.
Kiko, de 54 años, es la esposa desde hace 30 años del príncipe Fumihito, mejor conocido como Akishino, su título de juventud, y nuera de los emperadores eméritos Akihito y Michiko. Se espera que Akishino sea emperador después de su hermano, el actual emperador Naruhito, junto a Kiko como emperatriz, pero su futuro reinado será previsiblemente corto dada las edades de los miembros de la familia imperial.
Fumihito, conocido cariñosamente como príncipe «bagre», su tema de investigación, ha visitado Tailandia varias veces para estudiar la pesca y la domesticación de pollos. Conoció a su esposa en la Universidad de Gakushuin, donde ambos eran estudiantes. La princesa, nacida como Kawashima Kiko, hija de un profesor universitario, creció en Filadelfia (Estados Unidos), mientras su padre Kawashima Tatsuhiko estudiaba y enseñaba en la Universidad de Pennsylvania, y en Austria, y vivió en viviendas modestas después de regresar a Japón. Tenía 23 años cuando se casó con Fumihito en 1990, convirtiéndose en la segunda mujer plebeya que ingresaba por matrimonio a la ancestral familia imperial después de su suegra, Michiko, hija de un poderoso industrial japonés.
Pero antes de la boda la novia, estudiante de Psicología, tuvo que lograr el visto bueno del implacable consejo impenal japonés, compuesto por eruditos, cortesanos y miembros de la familia. La decisión romántica del príncipe sorprendió en momentos en que aproximadamente la mitad de los matrimonios que se celebraban en Japón eran el resultado de una concertación entre familias que utilizan un intermediario, el “nakodo”, para hallar la pareja idónea para el hijo o la hija. Algunos sociólogos consideraban que Kiko representaba a una nueva generación de japoneses, los que intentaban combinar las formas de vida de dos mundos: el Japón tradicional y el Occidente capitalista.
Kiko recibió un curso intensivo de un mes en las dependencias del Palacio Imperial en la que cortesanos, funcionarios y eruditos expertos en la monarquía nipona se empeñaron en enseñarle diversas formas de la etiqueta palaciega que se vería obligada a cumplir una vez integrada en la familia imperial. La joven siguió lecciones sobre ritos sintoístas, el sistema imperial, actividades de la familia del emperador, funcionamiento de la Casa Imperial, la Constitución y la historia japonesas, y odas y caligrafía tradicionales.
La boda se celebró en 1990, según los rituales sintoistas, después de que el príncipe terminó sus estudios en la Universidad de Oxford. Los recién casados vivieron en una casa de dos plantas de estilo occidental en los terrenos colindantes al palacio de Akasaka, en el centro de Tokio. Después, Kiko sorprendió al anuncia su intención de continuar sus estudios y de construir un vivero para cultivar su ya vieja afición a los peces-gato. Los príncipes tuvieron dos hijas, las princesas Mako y Kako, y doce años después del nacimiento de la menor Kiko dio a luz a Hisahito en 2006, en medio de una intensa atención sobre la ausencia de un heredero varón.
El nacimiento de Hisahito detuvo un debate gubernamental sobre si cambiar las reglas de sucesión para permitir una emperatriz, y significó un golpe durísimo para la princesa -ahora emperatriz- Masako, a quien la corte había presionado para tener un hijo varón que nunca llegó. Desterrada la posibilidad de que la hija de los emperadores, Aiko, sea la próxima soberana, Hisahito es el segundo en la línea de sucesión al trono de la Era Reiwa, y no quedará nadie después de él. Las reglas de sucesión solo para hombres mantenidas por el gobierno y sus partidarios de derecha lo ponen en un aprieto, con una fuerte presión para producir un heredero varón.
Mako, la mayor de los cuatro nietos de Akihito y hermana de Hisahito, ha sido blanco de la cobertura sensacionalista debido al escándalo de la deuda familiar de su novio que retrasó su matrimonio planificado hasta 2020 en medio de una creciente incertidumbre. Su prometido, Kei Komuro, ahora está estudiando derecho en la Universidad de Fordham en Nueva York. Kako, la segunda hija, se graduó recientemente de la Universidad Cristiana Internacional en Tokio, donde estudió psicología. No buscará trabajo y se espera que asuma deberes oficiales como miembro de la familia imperial. Pasó un año estudiando artes escénicas en la Universidad de Leeds en Gran Bretaña y disfruta del baile hip-hop. Ha publicado libros de fotos a medida que su apariencia y moda ganaban seguidores.
El domingo comienzan los rituales que proclamarán formalmente el nuevo estatus del príncipe -de 54 años-, lo que entierra las esperanzas de que Aiko sea la próxima emperatriz.
Japón celebrará el próximo domingo 8 de noviembre ceremonias para celebrar el ascenso del príncipe heredero Akishino al primer lugar en la sucesión al Trono del Crisantemo, que estaban programadas para el pasado 19 de abril y se pospusieron debido a la pandemia de coronavirus, anunció el jueves el primer ministro Yoshihide Suga.
Laa consagración de Fumihito, príncipe Akishino, entierra definitivamente las esperanzas de muchos japoneses de ver a la princesa Aiko (única hija de los emperadores Naruhito y Masako) convertida en la próxima emperatriz.
Las ceremonias del próximo domingo están destinadas a proclamar formalmente el estatus de heredero del príncipe de 54 años después de que su hermano mayor, el emperador Naruhito, fuera entronizado en mayo del año pasado. Según dijo el gobierno nipón, las ceremonias tradicionales se celebrarán bajo estrictas medidas de seguridad sanitaria para evitar la propagación del coronavirus.
La ceremonia principal de proclamación, conocida como “Rikkoshi Senmei-no-Gi”, donde el emperador realizará el anuncio de que su hermanao es el nuevo príncipe heredero tendrá lugar en el Palacio Imperial de Tokio. Ese mismo día se celebrará el ritual “Choken-no-Gi”, donde el príncipe heredero y su esposa, la princesa Kiko, serán recibidos formalmente en el vasto Salón Matsu no ma eon trajes de etiqueta.
Cuatro días más tarde se realizará el ritual «Chokushi-Hakken-no-Gi», donde el emperador enviará emisarios al santuario sinntoísta Ise Jingu para anunciar a los espíritus de sus antepasados que ya hay un heredero al trono, según detalló Nippon News.
Para reducir el riesgo de infección tanto como sea posible, el comité decidió reducir el número de invitados al ritual a alrededor de 50 de los 350 originales y no celebrar un banquete, informó Japan Times.
La entronización del emperador Naruhito dejó solo tres herederos al trono: el príncipe heredero, el hijo del príncipe heredero, Hisahito, de 14 años, y el príncipe Hitachi, de 84, tío del emperador. Si bien indicó que el gobierno se centrará en celebrar las ceremonias primero, el secretario jefe del gabinete, Katsunobu Kato, dijo: «Después de eso, nos gustaría abordar el asunto a la luz de la resolución».
El número de miembros de la familia imperial ha ido disminuyendo, y la Ley de la Casa Imperial de 1947 establece que solo los hombres en la línea paterna pueden ascender al Trono del Crisantemo y las mujeres deben abandonar su estado imperial después de casarse con plebeyos.
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