Wallis Simpson casi se reconcilió con los Windsor, pero una “fuerza oscura” se apoderó de su vida

Así lo reveló recientemente la última secretaria privada del duque de Windsor, Johanna Schutz, quien reveló la maléfica influencia de Madame Blum.

Wallis Simpson, una estadounidense divorciada dos veces, se convirtió en protagonista del “escándalo del siglo” en los años ‘30 cuando comenzó a tener una relación con Eduardo, entonces el Príncipe de Gales, quien en 1936 renunció al trono británico para casarse con ella. La pareja adoptó el título de Duques de Windsor y vivió en el exilio durante décadas, alejada de la familia real.

Ningún miembro de la Familia Real asistió a su boda y, aunque se les concedieron los títulos de Duque y Duquesa de Windsor, a Wallis se le prohibió tener el título de Alteza Real, una decisión de la corte que enfureció a Eduardo durante décadas después. Sin embargo, cuando murió el duque de Windsor en 1972, se abrió la posibilidad de que su anciana esposa se reconciliara con el resto de la familia real, según la exsecretaria privada de los duques, Johanna Schutz.

Schutz explicó que Wallis Simpson “guardaba su dolor dentro” y “todos los días trataba de apaciguar al Duque, que siempre fue negativo con la Familia Real, hasta que llegó la reina” Isabel II para visitar a su tío poco tiempo antes de su muerte. “Esa visita fue histórica y curativa. Fue muy importante porque el Duque siempre decía que amaba a la reina”. Afirmó que el duque incluso legó todo a la familia real: “Tenía una copia del testamento. Los Windsor querían que todo su dinero, joyas, pinturas y artefactos fueran devueltos a Gran Bretaña”.

Si el testamento del duque de Windsor se hubiera respetado, este gesto podría haber ayudado a cambiar la prensa negativa que los duques de Windsor soportaron durante los 40 años que duró su matrimonio. “Sin duda habría sido inmensamente reconstituyente para las frías relaciones de la realeza con Wallis, una vez que ella enviudó. Trágicamente, sin embargo, los deseos del duque fueron borrados por la fuerza más oscura para entrar en la vida de la duquesa”, dijo Johanna Schutz.

Un año después de la muerte de su abogado francés, su viuda Suzanne Blum, una mujer codiciosa y manipuladora convenció a la duquesa de Windsor para que la dejara tomar el control de sus asuntos legales, avivándole sus temores de caer en la pobreza. Su control sobre la duquesa aumentó después de la muerte del duque de Windsor.

Schutz señaló que Suzanne Blum quería redirigir absolutamente todas las posesiones de los duques a Francia y explicó: “Realmente amenazó a la duquesa. Ella le dijo que el gobierno francés la obligaría a salir de la casa (donde vivían los Windsor, libre de impuestos y de alquiler) a menos que lo legara todo al Instituto Louis Pasteur”. “Ella era totalmente amenazante”, agregó.

Schutz solo logró enviar una caja con insignias de diamantes del Emperador de la India al palacio de Buckingham, pero Blum logró apoderarse de las cartas de amor de Wallis Simpson a Eduardo después de su muerte para publicarlas, contra la voluntad de la duquesa viuda.

Según los informes, la duquesa también quería que sus joyas fueran devueltas a la familia real, mientras que su esposo nunca quiso que ninguna de las piezas que había hecho para ella fuera usada por otros. Sin embargo madame Blum vendió toda la colección por £ 31 millones un año después de la muerte de Wallis en 1986. Schutz afirmó que incluso le pidió al abogado de la reina y a un médico que intentaran crear un nuevo testamento para la duquesa cuando su salud comenzó a empeorar, pero Blum no los dejó ingresar a la casa.

Qué tiene que suceder en Reino Unido para que el príncipe Carlos sea Regente

Mientras Isabel II está a punto de cumplir 95 años y varios expertos se preguntan si será el momento de un paso al costado. ¿Qué dicen las leyes?

A sus 94 años, Isabel II se convirtió en la monarca británica más longeva de la historia mientras crecen los rumores de un eventual período de Regencia en el cual el príncipe de Gales se encargaría de los asuntos de Estado. Su hijo, el príncipe Carlos, que cumplió 72 años en noviembre, ya se convirtió en el heredero de mayor edad en la historia de la familia real. Entonces, ¿es posible que la monarca decida ceder todas sus funciones a su hijo mayor sin abdicar?

Algunos analistas creen que existe la posibilidad de que la reina pueda cederle el trono en el futuro próximo, y muchos apuntan al 2021 como un año clave, cuando Isabel II cumpla 95 años. Pero el experto Richard Fitzwilliams declaró que, pese a los rumores que “han circulado durante años”, “vale la pena recordar que en 1947, la reina juró servir al país toda su vida”. “Es una persona profundamente religiosa y realmente estaba decidida a hacerlo”, subrayó.

Isabel II no puede nombrar a Carlos como Regente

Al mismo tiempo, Fitzwilliam admitió la posibilidad de que una enfermedad o incapacidad de Isabel II “alteren las cosas”. Isabel II, sin embargo, no tendría el poder de nombrar Regente al príncipe de Gales.

Las preestablecidas Leyes de Regencia dictan las reglas a seguir para quitar al monarca incapaz sus obligaciones estatales (tener acceso a documentos ministeriales, promulgar leyes, mantener audiencia con el primer ministro, disolver el Parlamento, llamar a elecciones, etc) y cederlas al miembro mayor del Consejo de Estado.

La última versión de las leyes se redactó en 1937. La Ley de Regencia de ese año se dictó para establecer planes para una regencia en caso de que la entonces princesa Isabel heredara la corona de su padre, Jorge VI, cuando aún era menor de edad.

De acuerdo con esto, si el monarca es menor de 18 años al momento de suceder al trono, se establece automáticamente una regencia y, hasta que el monarca cumpla los 18 años, el siguiente adulto en la línea sucesoria desempeña las funciones reales en nombre y en representación del monarca.

Qué dice la ley

Una enmienda de la Ley de 1937 estipula que el príncipe Felipe, el Lord Canciller, el Presidente de la Cámara de los Comunes, el presidente del Tribunal Supremo y el Master Of The Rolls tendrían que declarar probada la evidencia proporcionada “que el Soberano está por alguna causa definida no disponible para el desempeño de aquellos funciones”.

Esta declaración de incapacidad debe ser firmada por tres o más de este grupo, declarada oficialmente al Consejo Privado y comunicada a los gobiernos de la Commonwealth.

De acuerdo con esto, mientras el príncipe de Gales asumiría los roles que normalmente desempeña la soberana, el duque de Edimburgo -ahora de 99 años- se convertiría en el tutor de la reina. Sin embargo, si el duque de Edimburgo falleciera antes que su esposa o no pudiera cumplir con los deberes de tutor legal, la tutela del soberano recaería en el regente en ejercicio.

En tal caso, el nuevo regente solicitaría la ayuda de Dios en su juramento: “Juro que seré fiel y tener verdadera lealtad a [nombre del Soberano], sus herederos y sucesores según la ley (…) Juro que ejecutaré fiel y fielmente el cargo de Regente, que gobernaré de acuerdo con la ley y que, en todas las cosas, con todo mi poder y capacidad, consultaré y mantendré la seguridad, el honor y la dignidad de [nombre del Soberano] y el bienestar de su pueblo”.

La última vez que hubo un Príncipe Regente en el trono británico fue a principios del siglo XIX. Para 1811, la enfermedad mental de Jorge III (1760-1820) se había vuelto tan grave que ya no podía desempeñar su papel en el gobierno y el 5 de febrero de ese año su hijo mayor, Jorge, príncipe de Gales, fue nombrado regente y ejerció como tal hasta la muerte de su padre, en 1820. Fue entonces cuando fue coronado como el rey, Jorge IV.

«Ya hay una transición»

Como regente, el príncipe Carlos asumiría la mayoría de los deberes de Estado que actualmente desempeña la reina Isabel II, pero no sería coronado rey hasta el fallecimiento de su madre.

Anteriormente, el periodista y escritor Robert Jobson, que se especializa en la vida de la familia real británica, confesó en una entrevista con la cadena Sky News que la monarca ya “no puede continuar [trabajando] al mismo ritmo”, de modo que Carlos se ha visto obligado a hacer “mucho trabajo pesado” para su progenitora.

El experto sugirió que el príncipe tiene una buena oportunidad de convertirse en el príncipe regente de Isabel II si esta quiere apartarse de la política para “disfrutar de su jubilación”, al igual que lo hizo su esposo, el príncipe Felipe, en 2017 a sus 96 años.

“Creo que ya hay una transición”, subrayó Jobson, quien agregó que aunque todavía no se sabe si sería una especie de regencia, es obvio que “el príncipe de Gales continuará haciendo cada vez más y más cosas”.

Si bien la posibilidad de una abdicación de la reina ha sido descartadas en el pasado, y una prueba de esto es la organización del Jubileo de Platino en 2022, el príncipe Carlos ha asumido cada vez más deberes adicionales.

El biógrafo real Phil Dampier dijo a principios de este año: «Ya está empezando a hacer eso, estando en la inauguración estatal en el Parlamento y en la conferencia de la Commonwealth». «Está empezando a hacerse cargo de muchas de sus funciones y hacer las investiduras», agregó.

También se cree que el Príncipe Carlos se ha estado reuniendo con la reina para discutir asuntos de Estado, y se dice que el Príncipe de Gales también está incluido en una lista de distribución de documentos oficiales que la Isabel II recibe regularmente desde los ministerios.

La palabra ‘abdicación’ está prohibida en la corte británica, que prepara el Jubileo de Platino

La cronista real Katie Nicholl dijo que la reina Isabel II, de 94 años, ve “la abdicación como una mala palabra que nunca se pronunciará en su presencia” y planea “servir hasta su muerte”.

La reina Isabel II de Gran Bretaña está tan en contra de la idea de la abdicación que ni siquiera permitirá que se mencione la “palabra sucia” en su presencia porque “simplemente no está en su ADN abandonar a su gente o su deber”, dicen dijo la periodista de la realeza Katie Nicholl citando fuentes del palacio real.

Citando esas fuentes Nicholl dijo que la reina Isabel II, de 94 años, ve “la abdicación como una mala palabra que nunca se pronunciará en su presencia” y planea “servir hasta su muerte”. Aseguró además que la soberana británica está muy involucrada en los planes para sus celebraciones del Jubileo de Platino en 2022 pero que es poco probable que celebre su 95 cumpleaños el próximo año.

A los 94 años, la reina ya es la monarca más longeva de la historia británica. Superó a su tatarabuela, la reina Victoria, como gobernante de Gran Bretaña con más años de servicio hace cinco años. Ascendió al trono el 6 de febrero de 1952, a la edad de 25 años, tras la repentina muerte de su padre, Jorge VI. Sin embargo, su coronación no tuvo lugar hasta el 2 de junio de 1953.

Los planes para un doble feriado bancario para marcar el hito se revelaron la semana pasada en medio de las especulaciones de comentaristas reales de que la reina se haría a un lado y permitiría que el príncipe Carlos, de 71 años, asumiera el cargo de Regente el próximo año. Personas cercanas a la reina refutaron las afirmaciones y recordaron: “Cuando era joven, juró servir hasta su muerte y eso es lo que planea hacer”.

El palacio de Buckingham y el gobierno británico prometieron «un show único» para los súbditos de “esta generación”, con la celebración del Jubileo de Platino. El preanuncio, a grandes rasgos, parece querer alejar los rumores recurrentes de una presunta abdicación en 2021, cerca del cumpleaños 95 de la monarca, que desde hace meses se ve obligada a un aislamiento casi absoluto debido a las precauciones relacionadas con su edad y los riesgos del coronavirus.

Será “realmente un momento histórico, una celebración digna de ser recordada, que reunirá a toda la nación y todo el Commonwealth”, confirmó a la BBC Oliver Dowden, ministro de Cultura del gobierno tory de Boris Johnson.

Desde su ascenso al trono en 1952, la hija de rey Jorge VI, que entretanto se convirtió en la soberana reinante más longeva de la historia británica (y no solo), hubo al menos otras siete ocasiones en que el país agregó jornadas no laborales al calendario en homenaje a la casa Windsor.

Se trata de la coronación oficial de junio de 1953; para la boda de la princesa Anna con Mark Phillips en 1973; para el Jubileo de Plata (25 años en el trono) en 1977; para las «bodas del siglo» entre los príncipes Carlos y Diana en 1981; para el Jubileo de Oro (50 años en el trono) en 2002; para el matrimonio entre el príncipe Guillermo y Kate Middleton en 2011; y finalmente para el Jubileo de Diamante (60 años en el trono) en 2012.

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La reina Isabel II podría «dejar el cargo» en 2021, aseguró un biógrafo real

Robert Jobson cree que la soberana, que cumplirá 95 años en abril, está pensando en ceder sus obligaciones, pero la palabra “abdicación” no tiene lugar en sus planes.

La reina Isabel II de Gran Bretaña podría dar un paso al costado y dejar la corona en manos del príncipe Carlos el próximo año, cuando cumpla 95 años.

Así lo aseguró el biógrafo real británico Robert Jobson, quien aseguró en el podcast TrueRoyalty: «Todavía creo firmemente que cuando la reina cumpla 95 años, dejará el cargo».

Jobson lleva varios años afirmando que el paso al costado de la reina Isabel II está siendo planificado por la casa real, pero no cree que se realice una abdicación ya que, como recuerda, la reina se comprometió a los 21 años de servir a su país por toda la vida “sea larga o corta”.

Otro experto real, Phil Dampier, está de acuerdo con Jobson. “La Reina ciertamente nunca abdicará. En este momento se encuentra en excelente estado de salud, por lo que no se lo pensará seriamente en este momento. De hecho, sé que les ha dicho a sus amigos que quiere vivir hasta los 100 años como su madre”.

La reina, según Jobson, podría sin embargo optar por otorgar más atribuciones al príncipe Carlos -actualmente de 72 años- como Regente de la Corona, un papel constitucional que le autoriza a llevar a cabo determinadas actividades oficiales y gubernamentales en nombre del monarca.

Esto significa incluso remplazarlo en sus audiencias con el primer ministro y acceder a documentos de Estado, lo que convertiría al príncipe Carlos, en palabras de Jobson, en el Rey en todo menos en el nombre”.

En una entrevista con Business Insider, Jobson explicó: “Tengo entendido que mientras la reina se siente bien tanto física como mentalmente, seguirá reinando, apoyada por su hijo, Carlos, y Guillermo, su heredero, y el resto de la familia real”.

“Pero si por alguna razón, como estar limitada a realizar sus deberes públicos debido, por ejemplo, a la pandemia o enfermedad, es muy posible que Isabel II reconsidere su puesto ya que no podrá cumplir con sus deberes”, agregó Jobson.

“Después de todo, ella siempre ha dicho que hay que ‘ser vista para creerla’”, recordó Jobson, quien agregó entonces que la reina es muy consciente de su edad” y que querría asegurarse de que “la transición de la Corona sea perfecta”. Isabel II, dijo Jobson, “ha pensado mucho en el asunto y cree que, si todavía está viva a los 95 años, considerará seriamente pasarle el reinado a Carlos”.

“La reina, por supuesto, prometió servir a su país por el resto de su vida, pero se ha especulado durante mucho tiempo que el príncipe Carlos podría reinar como regente antes de lo esperado”, dijo Jobson en mayo.

“Después de todo, la vida de servicio público de Charles ha sido parte de su preparación para la realeza”, agregó. “Estoy seguro de que la Reina querrá que la sucesión ocurra de forma natural y sin problemas”.

El periodista, Jack Royston, también especialista en asuntos de la realeza, coincide con Jobson: “Creo que ella no quiere, pero de manera realista, llegará a un punto en el que le ha entregado todo a Carlos y luego, ¿cómo miras a tu hijo a los ojos y le dices que no va a ser rey?”, dijo citado por Royal Central.

La última vez que un príncipe de Gales fue Regente ocurrió en 1811, cuando el rey Jorge III, víctima de la demencia, cedió sus obligaciones a su hijo, el futuro rey Jorge IV. La regencia duró hasta que Jorge III murió en 1820 y, de esta forma, Jorge finalmente fue coronado rey.

Para Phil Dampier, sin embargo, “La única razón por la que se contemplaría una regencia es si se enferma gravemente, ya sea mental o físicamente”. “No creo que ella considere un tiempo límite artificial como llegar a 95. Ella considerará la situación a medida que pase cada año”, afirmó.

Unos meses atrás, Jobson explicó que la actual crisis del coronavirus podría hacer que la reina pase la mayor parte de su tiempo alejada de la vida pública, como efectivamente ha ocurrido, mientras las generaciones siguientes la han suplantado en diferentes actividades.

Las medidas de confinamiento y distanciamiento social se endurecieron en el Reino Unido después de que se verificara el inicio de una segunda “ola” de la pandemia de Covid, con lo cual se suspendieron numerosos actos oficiales de la monarquía británica y hacen suponer que Isabel II seguirá recluida en Windsor durante varios meses más.

Tiempo atrás, en declaraciones a The Telegraph, el biógrafo Andrew Morton dijo: “Es terriblemente triste, pero no veo cómo la reina puede reanudar su trabajo. El virus COVID-19 no desaparecerá pronto y estará con nosotros durante meses, si no años. Agregó que sería “demasiado arriesgado para la reina comenzar a conocer gente de forma regular”.

Activar la Ley de Regencia, sin embargo, será más difícil y no está en manos de Isabel II. Para establecer una regencia, el monarca debe ser considerado “incapaz” de tomar decisiones de forma independiente, según el comentarista real Joe Little.

“La reina no puede ‘activar’ la Ley de Regencia por sí misma; en el caso de su incapacidad, un grupo de al menos tres altos funcionarios nominados tendría que hacer esa declaración”, dijo Little, editor en jefe de la revista Majesty.

«Lo más probable es que el Príncipe de Gales asuma más funciones oficiales de su madre, pero, a menos que ella quede incapacitada, su estado actual no cambiará», dijo Little.

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