La reaparición de la reina Isabel II de Inglaterra en el espectáculo ecuestre que se celebró este 15 de mayo en el Castillo de Windsor ofreció a los británicos esperanzas sobre su estado físico.
La reina, de 96 años, apareció “entusiasta y enérgica” según la prensa, pero el periódico The Daily Mail citó fuentes del palacio de Buckingham diciendo que Isabel no siempre está bien de salud.
De esta forma, todavía se cree que podría no estar presente en todos los eventos que se planifican para celebrar el Jubileo de Platino, sus 70 años de reinado.
Los ayudantes de palacio admitieron al periódico que la reina Isabel tiene «días buenos y menos buenos» con respecto a su estado físico.

Su salud es motivo de preocupación desde que el pasado octubre sus médicos le impusieron guardar reposo y se supo que había estado una noche hospitalizada para someterse a «pruebas» cuya naturaleza nunca se precisó.
Desde entonces, un dolor en la espalda y crecientes dificultades para permanecer de pie y caminar le hicieron cancelar varios compromisos. Además, contrajo el covid-19 en febrero, lo que en sus propias palabras la dejó «muy cansada y agotada».

Sus crecientes problemas de movilidad la llevaron a cancelar su presencia en destacados eventos, el último de ellos el discurso de apertura del Parlamento, al que solo había faltado en dos ocasiones durante sus 70 años de reinado.
«La reina sigue teniendo problemas episódicos de movilidad y, tras consultar con sus médicos, ha decidido a regañadientes no asistir al discurso del trono», explicó la casa real británica en un comunicado.

Pero los funcionarios reales insisten en que, a pesar de lo que describen como problemas de movilidad «episódicos», la reina está de buen ánimo y continúa a cargo de sus funciones oficiales, con varias reuniones y la firma de documentos oficiales.
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