La noticia del romance del príncipe heredero de Noruega, Harald, con la empleada de una tienda de Oslo llegó a la prensa del corazón como una bomba: el heredero de una de las monarquías de mayor prestigio de Europa pretendía casarse con la joven de la que estaba enamorado y llegó a amenazar con renunciar al trono, y dejar al país sin un futuro rey, si alguien se oponía. El resto de la historia es conocida: cuando el rey Harald ascendió al trono tras la muerte del rey Olav, Sonia se convirtió en la primera reina de Noruega en 53 años, y la primera reina plebeya, tanto de Noruega como de todas las monarquías del continente europeo.
Sonia, hija de plebeyos, nació en Oslo y pasó su infancia y adolescencia en el distrito de Vinderen en Oslo, donde completó sus estudios secundarios en 1954. Era joven cuando recibió un diploma en costura y sastrería en la Escuela Vocacional de Oslo, y luego recibió un diploma de la École Professionelle des Jeunes Filles en Lausana, Suiza. Sus estudios allí incluyeron ciencias sociales, contabilidad y diseño de moda. Regresó a Noruega para continuar sus estudios y obtuvo una licenciatura (francés, inglés e historia del arte) de la Universidad de Oslo.

La señorita Sonia Haraldsen conoció al príncipe Harald de Noruega en 1959, dos años después de que -a la muerte de su abuelo Haakon VII- el joven se hubiera convertido en el primero en la línea sucesoria. Sin embargo, no fue hasta nueve años después que ella y el príncipe recibieron el consentimiento tanto del rey Olav como del Gobierno para casarse. En marzo de 1968 se anunció que el rey, viudo desde hacía casi quince años, había dado su consentimiento para que el príncipe se casara con una plebeya.

El compromiso desencadenó un debate serio y apasionado sobre el futuro de la monarquía en Noruega: si el príncipe no era capaz de anteponer los intereses de la nación a los de su corazón, no podría ser un rey adecuado. Pero hubo mucha menos resistencia a la idea de que el príncipe eligiera a una plebeya para ser su esposa de lo que muchos habían temido: después de todo, las dos hermanas mayores del príncipe, Ragnhild y Astrid, habían hecho lo mismo.

Pasada la tormenta inicial, el pueblo noruego aceptó de inmediato a la princesa Sonja como miembro de la familia real, quien estaba destinada a convertirse en la primera reina del país desde la muerte de la reina Maud, esposa de Haakon VII. La boda se celebró en la catedral de Oslo el 29 de agosto de 1968, y, en presencia de varios miembros de la realeza europea, la señorita Sonia Haraldsen se convirtió en la princesa heredera. En los siguientes años nacieron sus hijos, Märtha Louise, el 22 de septiembre de 1971, y Haakon Magnus, el 20 de julio de 1973.

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