Auge y caída de la monarquía de Irak, a 100 años de su creación


Para muchos, la efímera monarquía de Irak fue la era dorada de un país que desde entonces se ha visto afectado por décadas de guerra e inestabilidad. Fundada hace 100 años, en 1921, surgió de las cenizas del Imperio Otomano, que las fuerzas árabes ayudaron a derrocar, motivadas por la promesa de una nación independiente, libre de influencias externas.

A pesar de que solo duró 37 años, muchos ven la monarquía de Irak como un período positivo en la historia del país. Feisal Al Istrabadi, ex embajador de Irak en la ONU, cree que el sistema monárquico presenta “un movimiento optimista y esperanzador en la historia de Irak, uno que se perdió y que no puede ser reemplazado”. “La monarquía encontró a Irak, un rincón atrasado y olvidado del Imperio Otomano, y en menos de 40 años lo convirtió en un estado que importaba en las ecuaciones de poder de la región”, explicó.

Durante la monarquía, Irak se convirtió en un actor regional central en la política internacional, incluida la lucha de Estados Unidos para detener la expansión del comunismo, dijo el exdiplimático. “Por supuesto, en 1958, la nueva administración eligió a la Unión Soviética, el bando perdedor de la Guerra Fría, y conocemos el resto de la historia de Irak”, agregó. Para los británicos, la monarquía iraquí era una institución que inspiraría lealtad y uniría a una sociedad diversa, convirtiéndola así en una base para la construcción de la nación, dijo Charles Tripp, profesor de Política de Medio Oriente en la Universidad SOAS de Londres.

EL REY FAISAL I (1921-1933)

Los reyes hachemitas de Irak, descendientes de Mahoma

El primer rey, elpríncipe Faisal bin Hussein, hijo de Hussein ibn Ali, sharif de La Meca y heredero de la dinastía hachemita, declaró el Reino de Siria en marzo de 1920 pero tras el derrumbe de esta monarquía un año después, los británicos vieron la oportunidad de mantener el control indirecto sobre Irak nombrando rey a Faisal, que había huido a Londres.

Entonces, los dignatarios iraquíes y la mayoría de los líderes religiosos de alto rango tanto chiitas como sunitas juraron lealtad al Rey”, dijo el historiador Yassir Ismaiel Nassir. “Disfrutó de una amplia aceptación entre las comunidades locales en Irak debido a su linaje directo con el profeta Mahoma”, explicó. El rey fue coronado el 23 de agosto de 192, una fecha clave para los musulmanes chiítas, que recuerdan ese día cuando el profeta Mahoma declaró que su primo, el imán Ali ibn Abi Talib, sería su sucesor.

Con el establecimiento de la monarquía, comenzó un nuevo e importante capítulo en la historia moderna de Irak. El rey se puso a trabajar para transformar el país de una entidad compuesta por tres provincias otomanas – Mosul, Bagdad y Basora – en un estado con un régimen nacional. Durante su mandato de 12 años, el rey Faisal I sentó las bases de las instituciones gubernamentales que existen hasta el día de hoy, ganando el título de “Fundador del Iraq moderno”.

EL REY FAISAL I

Estableció la Universidad Ahl Al Beit en el distrito Azamiyah de Bagdad, que permanece bajo el nombre de Universidad Árabe. Bajo su reinado, había planes para unir Bagdad, Damasco y Ammán por ferrocarril y su objetivo era construir un oleoducto hacia el Mediterráneo a través de Siria. Los iraquíes lo recuerdan como un rey modesto, que se mezclaba con el público. Su principal objetivo era lograr la plena independencia de Irak.

El Rey fue inteligente. A pesar de sus diferencias con Gran Bretaña, trató de arrebatarles la independencia de todas las formas que pudo”, dijo Nasir. “A pesar de las dificultades que enfrentó durante su reinado, logró llevar al país a la seguridad y sentar las bases de un estado moderno”.

En 1933, a los 48 años, Faisal I murió de un ataque al corazón y su hijo, Ghazi, ascendió al trono y gobernó durante solo seis años antes de morir en un accidente automovilístico en Bagdad, pasando el trono a su hijo Faisal II de 3 años. El tío del rey niño, el príncipe heredero Abdullah, ocupó el poder hasta que el niño terminó su educación en el internado británico Harrow, donde estudió junto a su primo, el rey Hussein de Jordania, padre del actual rey del país, Abdullah II.

EL REY FAISAL I CON SU HIJO Y SUCESOR, GHAZI (1933-1939)

Faisal II ascendió al trono a los 18 años, en 1953, y se depositaron grandes esperanzas en el joven rey para construir sobre los legados de su padre y abuelo. Sin embargo, el poder colonial británico que estableció el reino hachemita en Irak no había tenido en cuenta las diversas comunidades étnicas y religiosas del país y muchas minorías se sintieron marginadas por un rey árabe sunita, un tema que sigue influyendo en la estabilidad del país en la actualidad.

En julio de 1958, la monarquía fue derrocada en un golpe militar, liderado por el Movimiento de Oficiales Libres. El rey Faisal II, su tío y otros miembros de la familia fueron asesinados. El grupo se había inspirado en la Revolución Egipcia de 1952, que vio abolida su monarquía en favor de un estado más laico y nacionalista. El cuerpo del joven rey, al igual que el de su prometida, fue destrozado en un sangriento golpe que mereció el repudio internacional.

La creencia de que la monarquía es el mejor sistema para gobernar Irak persiste en una comunidad golpeada por las diferencias, las guerras y la dictadura. “Incluso los comunistas e izquierdistas acérrimos en el momento del golpe hablaron en contra”, dijo Feisal Al Istrabadi, ex embajador de Irak en la ONU. “No conozco a muchos iraquíes que no deshacerían el golpe de 1958 si pudieran”, dijo, y agregó que todavía “la monarquía es contemplada con nostalgia por la mayoría de los iraquíes”.

FAISAL II ASCENDIÓ AL TRONO EN 1953, TRAS 14 AÑOS DE REGENCIA

En los últimos años ha surgido una tendencia en Irak hacia la nostalgia autoritaria, dijo Marsin Alshamary, investigadora de la Iniciativa para el Medio Oriente en la Escuela Kennedy de Harvard: “La nostalgia autoritaria adquiere diferentes formas en Irak: a veces es pensar que la vida era mejor bajo Saddam Hussein y otras veces es Abdel Karim Qasim [el líder militar que derrocó a la monarquía]. Recientemente se ha planteado la cuestión de si la monarquía habría sido mejor”.

Los jóvenes iraquíes tal vez piensen en la monarquía como un momento mejor porque tiene todos estos aspectos superficialmente atractivos: un líder único ‘fuerte’”, explicó Al Shamary. Todas estas cosas atraen a los jóvenes iraquíes, que no han vivido el autoritarismo tradicional. La esencia de esto es que la gente en Irak siente nostalgia por el pasado porque no tienen las mismas herramientas para evaluar el pasado con las que pueden evaluar el presente, pero eso no es exclusivo de los iraquíes”.

FAISAL II, ÚLTIMO REY DE IRAK (1939-1958)

Monarquias.com / The National


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