El príncipe Carlos de Inglaterra no permitirá que sus nietos Archie y Lilibet Mountbatten-Windsor, hijos de los duques de Sussex, se conviertan en príncipes de la corona británica, incluso cuando él sea rey, lo que tensa aún más las relaciones en la Casa de Windsor.
Al menos esa es su intención según el periódico Mail on Sunday, que reveló este domingo la voluntad del príncipe de Gales de cambiar algunas reglas con el objetivo de reducir el número de los principales títulos reales que, según si visión, representan un exagerado peso sobre los contribuyentes.
Según escribe el tabloide, este movimiento que habría provocado la reacción ahora conocida del príncipe Harry y su esposa estadounidense, Meghan Markle, y las acusaciones en la igualmente famosa entrevista televisada de la pareja con la periodista Oprah Winfrey.
Según la fuente en la que se basa el Mail onSunday, cerca a los duques de Sussex, en las intenciones del príncipe Carlos los títulos reales serían reconocidos solo a los herederos del trono y a sus familiares más cercanos, por lo tanto, solo estos se beneficiarían del apoyo financiero público.
Ese apoyo se realiza a través del FondoSoberano que realmente financia las actividades de la familia real británica y le permite gozar de la protección de la Policía, todo financiado por los contribuyentes.
La renuncia de la otrora actriz Meghan Markle y del príncipe Harry a su posición como miembros de la Casa de Windsor cambió la vida de ambos para siempre y a la vez causó la mayor crisis de la monarquía británica desde la abdicación del rey Eduardo VIII en 1936.
Hoy, los duques de Sussex con sus dos hijos viven alejados de la familia real, en Estados Unidos y centrados en la crianza de sus hijos, Archie (nacido el 6 de mayo de 2019) y Lilibet (4 de junio de 2021).
En las declaraciones que Meghan realizó durante su entrevista con Winfrey aseguró que su hijo tenía derecho a recibir el título de príncipe y que nadie tenía derecho a quitárselo. Ahora es claro que estaba apuntando a la idea del príncipe Carlos, aún no conocida públicamente en ese entonces.
Según las reglas de la Casa de Windsor, el nieto de un rey tiene derecho a ser un príncipe, pero, Carlos de Inglaterra quiere cambiar las normas y comunicó a Harry y a Meghan su decisión de modificar documentos legales claves para asegurarse de que Archie no pueda obtener el título.
Según la fuente consultada por el periódico, la decisión cayó como un balde de agua fría en el núcleo familiar de los Sussex y generó que la cuerda se tensara mucho más entre todos.
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