Hace 115 años: ¡Bomba! La sangrienta boda de Alfonso XIII y Victoria Eugenia de España


El 31 de mayo de 1906 al amanecer, el ambiente festivo de Madrid impedía pensar en el derramamiento de sangre que se avecinaba.

Miles de españoles salieron ese día a las calles de la capital para celebrar el matrimonio de su joven rey, don Alfonso XIII, con la princesa británica Victoria Eugenia de Battenberg, que se realizó en la Iglesia de San Jerónimo el Real de Madrid, conocida como Los Jerónimos.

Tras la ceremonia, el cortejo nupcial se dirigió de regreso al Palacio Real cuando, al salir de la Calle Mayor, un bouquet de rosas pálidas, lanzadas desde el tercer piso del nº 88, estalló contra el pavimento generando una tremenda explosión. El ramo de flores escondía una bomba marca Orsini, también llamada “corbeille”, o de cesta.

Sangre en el vestido nupcial

La explosión desata el pánico y la multitud corrió en todas las direcciones sin todavía entender qué sucedía. Cuando el humo se disipó veinticinco muertos y más de cien heridos rodeaban el carruaje real que conducía a Alfonso XIII y la flamante reina Victoria Eugenia, cuyo resplandeciente vestido quedó manchado de sangre ajena.

El atacante era el anarquista Mateo Morral, hijo de un empresario textil de 26 años y soltero. Había llegado a Madrid desde Barcelona el 21 de mayo y se había hospedado en la fonda “Iberia”, de la calle Arenal, registrándose con su propio nombre. Al comprobar que la ubicación no le permite llevar a cabo el atentado se trasladó a una casa de viajeros de la calle Mayor.

Después de lanzar la bomba a las 13.55 con el objetivo de matar a los reyes, el terrorista huyó por entre la multitud para encontrar refugio en un alojamiento que le proporcionó el director de un diario anarquista. Huyó después de Madrid y el 2 de junio la Guardia Civil lo encontró en una fonda. Rodeado de guardias que esperaban detenerlo, Morral sacó una pistola y se suicidó.

El Rey protege a su esposa con su cuerpo mientras saca el brazo izquierdo por la ventanilla, saludando con una serenidad imperturbable al pueblo. Después abriendo la portezuela, hizo descender a la Reina Victoria y la condujo de su brazo a la carroza de respeto”, relató el cronista del diario La Vanguardia. “Varios de nuestros guardias fueron lanzados de sus cabalgaduras descuartizados…”, recordaría después el rey.

Alfonso XIII encontró a su reina en Londres

Alfonso XIII no pensaba en casarse con la nieta más joven de la reina Victoria de Inglaterra, sino que había viajado para conocer a otra princesa británica de cuya belleza le habían hablado mucho: Patricia de Connaught. En una recepción en el palacio de Buckingham, sin embargo, se dice que quedó enamorado a primera vista de la joven Ena de Battenberg, de 17 años.

El noviazgo duró apenas un año. Hasta su compromiso, el rey enviaba cada semana una tarjeta postal a la princesa, ya que la moda de la temporada dictaba que las jóvenes debían coleccionar postales”, relataba la prensa.

Quién fue Victoria Eugenia de Battenberg

Victoria Eugenie Julia Ena de Battenberg nació el 24 de octubre de 1887 y fue bautizada con los nombres de su abuela, Victoria, y de su madrina Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia. Para celebrar su nacimiento, se encendió una gran hoguera en Craig Gown. Su madre era la princesa Beatriz, hija menor de la reina, y su padre Enrique de Battenberg, descendiente de la casa de Hesse.

El 23 de noviembre de 1887 se celebró el bautizo de la futura reina de España en el salón del castillo de Balmoral, que según el autor Gerard Noel, se convertiría en el hogar favorito de la princesa de Battenberg. A diferencia de otros miembros de la familia Battenberg, a quienes se les otorgó el rango inferior de Alteza Serena, Victoria Eugenia nació con el rango de Alteza debido a una Orden Real emitida en 1886 por la reina Victoria y que muestra el apego que tenía hacia su hija menor.

En 1905 conoció a Alfonso XIII, quien había viajado a Londres con la intención de buscar una esposa británica y estaba interesado en Patricia de Connaught. Sin embargo, se enamoró de Victoria Eugenia de Battenberg y la convirtió en reina de España en 1906.

Ena se dedicó toda su vida a trabajar para hospitales y servicios para los pobres, así como a la educación, y también participó en la reorganización de la Cruz Roja Española. En 1929, la ciudad de Barcelona erigió una estatua de ella con uniforme de enfermera en honor a su labor de Cruz Roja. Desde entonces, la estatua ha sido destruida, pero varios monumentos españoles llevan el nombre de Victoria Eugenia, incluido el “Puente de la Reina Victoria” de Madrid que cruza el río Manzanares.

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