Ana de Inglaterra, tras la muerte de su padre: “Sin él, la vida sería completamente diferente”


En una entrevista grabada para su transmisión después de la muerte del duque de Edimburgo, la princesa Ana y el príncipe Eduardo de Inglaterra reflexionaron sobre su relación con su padre y evocaron la dramática infancia “nómada” que tuvo que transitar.

Era prácticamente un refugiado en esta etapa porque no tenía a dónde ir, literalmente”, dijo la princesa británica en la entrevista emitida por la cadena ITV después de la muerte del príncipe Felipe.

Nacido en Corfú, en 1921, como hijo de Andrés de Grecia y Alicia de Battenberg, la primera visita del niño Felipe a Gran Bretaña sucedió cuando era poco más que un recién nacido, para los funerales de su abuelo materno, Louis Mountbatten, primer marqués de Milford-Haven.

El pequeño Felipe y su madre volvieron poco después a Grecia, donde el tío del niño, el rey Constantino I, comandaba las Fuerzas Armadas griegas en la fracasada guerra contra Turquía que llevó a un colosal intercambio de poblaciones entre las dos naciones (evento conocido en Grecia como «la catástrofe»).

Considerado el responsable del colapso helénico, Constantino fue obligado a abdicar en 1922: una junta militar procesó y condenó a muerte a diversos oficiales que llevaron al país a la derrota. Y fue así que Andrés (que había comandado una división fue arrestado), su esposa y sus cinco hijos fueron expulsados de Grecia.

“Debe haber sido realmente bastante difícil porque era mucho más joven que su hermanas”, rememoró Ana. “La figura paterna era muy intermitente y luego se fue y su madre luchó en esa etapa, por lo que tenía amigos en otros lugares que lo acogieron durante las vacaciones”.

Tanto la princesa Ana como el príncipe Eduardo reflexionaron sobre la compasión de su padre y la relación amorosa que compartía con la reina: “Mis padres se han apoyado mutuamente durante todos esos años y todos esos eventos y todas esas giras y eventos en el extranjero”, dijo el príncipe.

Tener a alguien en quien confiar y sonreír sobre cosas que quizás no podrías en público. Poder compartir eso es inmensamente importante”, reflexionó el conde de Sussex.

La princesa Ana agregó: “Sin él, la vida sería completamente diferente. Pero desde la perspectiva de la sociedad, pudo mantenerse al día con el tipo de cambios tecnológicos que tienen tal impacto … pero sobre todo que no se trata de la tecnología, se trata de las personas”.

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