Felipe de Edimburgo, sobre sus funerales: “No estoy interesado en lo que diga mi lápida”


Hospitalizado a los 99 años, el príncipe Felipe no ha mostrado mucho interés en los preparativos que la corte ya elaboró para su entierro.

El conde mariscal del reino, figura ceremonia importantísima de la corte británica, ha sido el encargado de organizar en los últimos años los funerales del príncipe Felipe, el esposo de la reina Isabel II de Inglaterra.

El consorte, sin embargo, no le ha mostrado mayor interés a su entierro, prefiriendo un funeral militar simple y sin las grandes pompas que corresponden a los consortes de los monarcas británicos: “No estoy realmente interesado en lo que diga mi lápida”, dijo una vez según el biógrafo Ian Lloyd.

La casa real, sin embargo, tienen ya los planes escritos para el desenlace final del duque de Edimburgo, en un procedimiento titulado “Forth Bridge” que detalla absolutamente todos los arreglos sobre el último adiós.

Este protocolo se encuentra en poder del duque de Norfolk y no será revelado hasta el momento en que el gobierno británico anuncie que el duque ha fallecido.

Según los informes, rechazó la oferta de un funeral de Estado, prefiriendo en cambio un servicio privado al estilo de un funeral militar.

El 18º duque de Norfolk, Eddie Fitzalan-Howard, pertenece a un extenso linaje que, durante generaciones desde el siglo XII, se ha encargado de la organización de las ceremonias más grandes de la monarquía británica, entre bodas reales, coronaciones, funerales y la Apertura Estatal del Parlamento.

Su cargo es el Earl Marshal (Gran Chambelán o Mariscal de la Casa Real) y sus títulos, recopilados por antepasados desde el siglo XII, son: Conde de Arundel; Barón Beaumont; Baron Maltravers; Conde de Surrey; Baron FitzAlan, Clun y Oswaldestre; Conde de Norfolk; Barón Howard de Glossop; Conde Mariscal y Mariscal Hereditario y Mayordomo Principal de Inglaterra.

El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, fue hospitalizado el 17 de febrero de manera preventiva en Londres tras haber sufrido un malestar.

Se cree que el duque de Norfolk ha organizado, siguiendo los deseos expresos de Felipe, un funeral idéntico al del príncipe consorte Alberto, esposo de la reina Victoria, quien falleció en 1861. El servicio fúnebre de Alberto se celebró en la Capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor, donde fue sepultado, y posteriormente sus restos fueron trasladados al Mausoleo Real de Frogmore, en las cercanías del castillo.

Según se sospecha, el príncipe Felipe manifestó su negativa a recibir un funeral oficial o de Estado y a ser velado en el Westminster Hall del Parlamento, un imponente salón construido en el reinado de Guillermo II en 1097, en Londres donde se instalan las capillas ardientes de los monarcas ingleses.

Capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor.

Felipe habría elegido algo menos ostentoso: la Capilla de la Reina del Palacio de St. James, donde fueron velados los restos de las princesas Diana (1997) y Margarita (2002), y la reina madre (2002).

Según ha trascendido en la prensa británica en años recientes, el príncipe Felipe, poco amante de las pompas reales, aprobó un servicio fúnebre austero, que incluiría sus himnos navales favoritos, en la Capilla de San jorge, Castillo de Windsor, a 40 kms de Londres.

La Capilla de San Jorge albergó los últimos funerales de miembros principales de la familia real, incluidos el duque de Gloucester (1974), del duque de Windsor (1972), la duquesa de Windsor (1986), la princesa Margarita (2002) y la duquesa de Gloucester (2004).