Tailandia enfrenta un rebrote de coronavirus y una recesión económica, mientras que los líderes estudiantiles prometen continuar las protestas contra el gobierno y la monarquía En este peligroso contexto, el impopular rey Maha Vajiralongkorn está aumentando su presencia en el país, asistiendo a ceremonias y saludando personalmente a los monárquicos, mientras trata de ganarse el respeto y la popularidad.
Los últimos meses han estado marcados por impresionantes marcha prodemocrática, nunca antes vistas en Tailandia, donde los manifestantes critican abiertamente a la monarquía, la institución más poderosa del país. En este momento, las calles están relativamente tranquilas, con pequeñas protestas durante el fin de semana, y los líderes estudiantiles dijeron que volverán a protestar cuando la pandemia se apacigue para demandar menos poder real, una constitución más democrática y la renuncia de Prayuth Chan O-cha, un exjefe del ejército que dio un golpe en 2014 y ahora es primer ministro.
Maha Vajiralongkorn está aumentando su presencia en Tailandia desde que estalló el malestar. Regresó en octubre de Alemania, donde había pasado gran parte de su reinado, y desde entonces asistió a ceremonias religiosas, entregó diplomas a los graduados, saludó a los partidarios de la monarquía vestidos con camisetas amarillas e incluso él y su consorte limpiaron el piso en uno de sus proyectos de caridad.

Vajiralongkorn debe demostrar su “barami”
Pero si bien Vajiralongkorn heredó automáticamente un gran poder y riqueza cuando ascendió al trono en 2016, muchos tailandeses también suscriben un concepto de autoridad informal, lo que los budistas llaman “barami”, o virtud, que debe ganarse en lugar de heredarse. En el transcurso de su reinado de 70 años, el difunto rey Bhumibol Adulyadej acumuló y demostró su propio barami hasta convertirse en el rey más amado y venerado de la historia de la dinastía Chakri.
“La autoridad moral y el poder informal del rey Bhumibol no son hereditarias”, dijo a IB TIMES Thitinan Pongsudhirak, profesor de la Universidad de Chulalongkorn en Bangkok. “No existe el mismo tipo de capacidad para convocar a los diferentes bandos para poner fin al conflicto. De hecho, está sucediendo lo contrario: la monarquía se ha convertido en parte del conflicto. Esto es algo muy alarmante”.
Sulak Sivaraksa, un activista budista que ha estudiado la monarquía durante décadas, dijo que Vajiralongkorn ya tiene autoridad moral entre los realistas y ahora intenta pulir su imagen con el resto de la sociedad. Señaló que el rey era «muy tímido» en comparación con su padre, aunque también realiza actividades caritativas.
“Mucha gente critica al rey porque pasaba demasiado tiempo en el extranjero y muy poco en el reino. Creo que ahora se da cuenta de eso”, dijo Sulak, de 87 años, citado por Bloomberg. “La gente solía tenerle miedo, ¿sabes? Camina y habla con la gente, lo que le permite fotografiarlo a él y a su familia real y tener una buena charla con ellos. Creo que eso le valió una muy buena reputación”.
Tradicionalmente, el nivel de estima de un monarca tailandés ha dependido de la adherencia a las 10 virtudes de la realeza, incluida la generosidad, el autosacrificio, la honestidad y la integridad.
Durante su vida, el rey Bhumibol Adulyadej se cuidó de aparecer en sintonía con los tailandeses corrientes, incluso cuando supervisaba una fortuna valorada en unos 40.000 millones de dólares. Se reunía muy frecuentemente con campesinos y miembros de las tribus de las montañas, patrocinando programas destinados a reducir la producción de opio y llevar el desarrollo del riego a regiones lejanas.

“Si la monarquía hace su trabajo, yo la respetaré”
Bhumibol predicó un estilo de vida moderado acorde con su estatus semidivino y su rol espiritual dentro del budismo, la religión de más del 90 por ciento de todos los tailandeses. En la cúspide de su poder en 1992, Bhumibol intervino, a pesar de la limitada autoridad legal, para poner fin a los enfrentamientos mortales entre los militares y los manifestantes, escribió Paul Handley en su libro El rey nunca sonríe: una biografía de Bhumibol Adulyadej de Tailandia.
“El rey Bhumibol había adquirido la autoridad para convocar a los hombres más poderosos del país a ponerse de pie y, con unas pocas palabras pronunciadas deliberadamente, expulsarlos de la política”, escribió Handley, citado por Japan Times.
Casado cuatro veces y con un harén infinito de mujeres, la vida personal de su hijo Vajiralongkorn ha sido durante años objeto de controversias y críticas. En julio de 2019, designó a una concubina oficial por primera vez en casi medio siglo, tres meses después de casarse con su cuarta esposa, Suthida Bajrasudhabimalalakshana, a quien coronó como reina. Poco después, despojó a la consorte de sus títulos, solo para restablecerlos nuevamente el año pasado.
El estudiante Panusaya Sithijirawattanakul, uno de los líderes de las protestas, de 22 años, dijo que el rey Vajiralongkorn debe hacer más para lograr el barami de su fallecido padre. “Si quieren que la gente los ame y tenga popularidad, tienen que trabajar y dejar que la gente vea lo que están haciendo por ellos”, dijo. “Si la monarquía pudiera hacer su trabajo y ganarse el respeto de esa manera, yo la respetaré”.(Monarquias.com, con información de SCMP, IB Times, Bloomberg News y Japan Times).