¿Será 2021 otro “annus horribilis” en la vida de Andrés de Inglaterra?


Borrado su nombre de la lista de compromisos oficiales de la monarquía británica, cancelada su celebración familiar por su cumpleaños 60 y literalmente eliminado de las fotos de la boda de su hija mayor, el príncipe Andrés de Gran Bretaña no tuvo un año bueno y y las perspectivas para 2021 no son justamente las mejores.

El año próximo será particularmente difícil para Andrés, segundo hijo de la reina Isabel II. El duque de York es señalado como un involucrado clave en la trama de tráfico de menores y abusos sexuales que rodea al ya fallecido Jeffrey Epstein, empresario estadounidense acusado de haber abusado de decenas de menores y haberlas forzado a prostituirse con él y otros amigos VIP.

Según la Fiscalía estadounidense, Ghislaine Maxwell, una buena amiga del príncipe Andrés, habría sido una de las «aliadas más cercanas» de Epstein y se le adjudica un «papel crucial» en sus sucios asuntos. La mujer es sospechada de «ayudar» a Epstein a «explotar y abusar sexualmente de múltiples niñas menores entre 1994 y 1997». Tras la detención de Maxwell, la fiscal del caso dijo que esperaba contar con el testimonio del príncipe Andrés.

Tras el escándalo el príncipe renunció a todos los cargos públicos como miembro trabajador de la familia real.

Entre las víctimas se encuentra la estadounidense Virginia Giuffre, según ella misma denunció. La mujer afirma que hace unos 20 años, cuando era menor de edad, fue forzada a tener sexo varias veces con el príncipe británico. Andrés, según se dice el hijo preferido de la reina, rechaza esta acusación con vehemencia pero una foto en la que posa al lado de una joven Giuffre, con el brazo alrededor de su cintura, demuestra que, al menos, se conocían.

En noviembre de 2019, en una entrevista en la BBC, Andrés negó categóricamente las afirmaciones de tener sexo forzado con Giuffre en Londres, Nueva York y en una isla privada del Caribe entre 1999 y 2002. El príncipe dio una serie de explicaciones de por qué su acusación no era cierta, pero sus afirmaciones provocaron burlas en los periódicos y las redes sociales.

Tras el escándalo el príncipe renunció a todos los cargos públicos como miembro trabajador de la familia real y apenas se lo ha visto en público en los últimos meses. Brilló por su ausencia a finales de noviembre, cuando la reina reunió en Windsor, por primera vez desde el inicio de la pandemia, a sus hijos Carlos, Ana y Eduardo.

En noviembre de 2019, en una entrevista en la BBC, Andrés negó categóricamente haber abusado de una menor.

El príncipe llega a 2021 enfrentado con los investigadores estadounidenses. Quieren interrogarlo pero como testigo, no como acusado. Pero al parecer Andrés no está dispuesto a cooperar con la Justicia: «Cuando el príncipe Andrés esté seriamente interesado en una cooperación con la investigación en curso, entonces nuestras puertas estarán abiertas«, informó el fiscal de Nueva York Geoffrey Berman.

El equipo de asesores de Andrés dijo estár «atónito» y rechazó las acusaciones. La situación podría ponerse verdaderamente incómoda para la realeza británica a partir de julio de 2021, cuando está previsto que comience el juicio contra Maxwell. ¿Podría incriminar a Andrés?


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