Birgitta, la princesa indomable de Suecia, vive aislada de la familia real


La octogenaria princesa, hermana del rey Carlos Gustavo, “es ampliamente conocida por seguir su propio camino”, dijo el experto real Anders Johan Stavseng.

El 11 de diciembre la corte real de Suecia anunció que la familia real se ampliará una vez más con el próximo nacimiento del tercer hijo del príncipe Carlos Felipe y la princesa Sofía. La noticia del crecimiento de la ya numerosa familia real se extendió rápidamente por todo el mundo, pero no parece que todo el mundo se haya enterado de la buena noticia.

Cuando el semanario sueco Svensk Damtidning llamó a la madrina del príncipe, la princesa Birgitta (de 83 años) para obtener un comentario sobre la feliz noticia, se encontraron con un gran signo de interrogación: “No sé nada de eso, pero si es verdad, es fantástico”, dijo la princesa desde su departamento en la isla española de Mallorca.

Nacida en 1937, hija del príncipe Gustavo Adolfo de Suecia y la princesa alemana Sibyla de Sajonia-Coburgo, Birgitta es una de las cuatro hermanas mayores del rey Carlos Gustavo y, según acotó la popular revista sueca SE og HØR, “a lo largo de los años, ella se ha preocupado más por fumar cigarrillos, jugar al golf y tomar el sol en su casa de Mallorca que por sus deberes reales”.

Para algunos suecos no es sorprendente que la noticia del próximo nacimiento no haya llegado a oídos de la princesa Birgitta, ya que desde hace muchas décadas vive lejos de su país natal y nunca ha estado particularmente interesada por las costumbres suecas y los compromisos de la familia real.

A fin de cuentas, Birgitta es la única hermana del rey que se casó de acuerdo a las reglas dinásticas, con un príncipe, y nunca perdió su título de alteza, a diferencia de sus hermanas Margarita, Désirée y Christina.

La octogenaria princesa “es ampliamente conocida por seguir su propio camino”, dijo el experto real Anders Johan Stavseng, pero sin embargo Birgitta ha sido un miembro querido de la familia real sueca. En 2016, no dudó en cancelar su presencia en el bautismo de uno de los nietos del rey en Estocolmo para presencia un torneo de golf que consideraba muy importante.

Cuando estalló la pandemia de coronavirus a principios de año, con gran virulencia en España, su hermano la llevó con él a su casa. La princesa no había vivido en Suecia desde que se mudó al extranjero cuando tenía 24 años y en una entrevista en mayo contó que había estado aislada con los reyes en el castillo de Stenhammar durante casi dos meses.

“Por supuesto que ha sido agradable. He visto mucho Suecia. Es muy gratificante ya que he estado fuera de Suecia durante casi 60 años, así que todo fue muy positivo”, dijo la princesa sobre su estadía. Pero tan pronto como pudo emprendió viaje de regreso a la isla española de Mallorca, donde probablemente volvió su pasión por el golf, el tabaco y el sol.

En la mencionada entrevista, la princesa tampoco ocultó el hecho de que extrañaba su vida en la soleada isla española, y dijo que se sentía sin hogar: “Lo que más espero es viajar de regreso a Mallorca, debo decir. Para mí, estar sin hogar no se siente muy bien. La incertidumbre es terrible, ¿se puede volver? Y si es así, ¿cuándo, dónde y cómo? Eso lo hace difícil, dijo la princesa con franqueza.

Quienes la conocen aseguran que Birgitta se siente cómoda siendo una princesa no convencional y no tiene reparos en dejar de lado los asuntos familiares, en los que se espera su presencia, para participar de las fiestas al borde del Mediterráneo o con sus hijos y nietos en Múnich, donde viven. “No puedes estar en todas partes al mismo tiempo, y ahora tienen una familia tan numerosa que creo que les va bien sin mí”, dijo Birgitta.

Pese a que parece haber olvidado Suecia, “los suecos todavía la quieren”, afirma Anders Johan Stavseng, quien remarca que Birgitta “tiene un estilo muy juvenil, ama el rosa y le gusta vestirse con joyas brillantes”. “Algunos afirman que es un poco mayor para los atuendos, pero a Birgitta no le importa lo más mínimo. Mientras se sienta feliz, lo acepta”, declaró.

Dado su historial de princesa de espíritu libre, llamó la atención con sus declaraciones el año pasado, cuando le dijo a un diario sueco cómo quería que fuera su funeral: “Mi familia sabe que quiero que me entierren en Suecia. Pregunté si podía ser junto a mamá y papá en Haga (su palacio de la infancia), y me dijeron que sí”, dijo Birgitta. En la entrevista, reconoció que Haga significaba mucho para ella porque nació en Suecia, a pesar de que solo vivió en su país de origen cuando era joven.


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