Guillermo de Inglaterra y su esposa, Kate, iniciaron el viaje para expresar la “gratitud de la nación” a los trabajadores de primera línea contra el coronavirus.
Los duques de Cambridge, que cumplieron con decenas de compromisos públicos de forma virtual durante toda la pandemia, decidieron comenzar este 5 de diciembre una pequeña gira por el Reino Unido con motivo de llevar ánimo y alegría a la población tras los 12 meses más duros que atravesó la Humanidad durante los últimos tiempos.
El príncipe Guillermo de Inglaterra y su esposa, Kate, ambos de 38 años, decidieron emprender su primer viaje del año a bordo del Royal Train, una decisión tomada después de conversaciones con sus asistentes sobre cómo resaltar el impacto de la generosidad pública durante la pandemia de Covid-19.
Los duques expresaron su deseo de rendir homenaje a aquellos que han ido “más allá” este año, informó el diario The Telegraph, que cita a una persona cercana diciendo que “el confinamiento les ha enseñado no solo el valor de la realeza en tiempos de crisis, sino también la importancia de su poder para ser agentes de la gratitud de la nación”.
“Lo que ha hecho este año ha reforzado el valor de la familia real como actores naturales del Estado”; dijo la persona al periódico. “No son celebridades, están ahí, efectivamente, para agradecer a la gente en nombre del público”.
El viaje sin interrupciones, después de un año de decenas de viajes cancelados, comenzó este 6 de diciembre y abarcará ciudades como Edimburgo, Manchester y Cardiff, donde agradecerán a lo trabajadores que lucharon en primera línea contra la pandemia. La pareja visitará hogares de ancianos, hospitales, bancos de alimentos, una escuela primaria y una universidad para conocer a pequeños grupos de personas socialmente distanciadas para escuchar sus historias.
La fuente dijo al periódico que el viaje a bordo del Tren Real tiene el mismo objetivo que los compromisos virtuales que los duques de Cambridge celebraron durante toda la pandemia: “levantar el ánimo” de la nación en un período difícil en la vida de todos.
“Podrían haberse quedado realmente muy tranquilos durante la pandemia y probablemente no se hubieran enfrentado a muchas críticas”; agregó la fuente. “Pero en realidad optaron por mantenerse ocupados. Han estado ansiosos por volver a salir y la gira por el Reino Unido en el Royal Train les permite hacerlo de una manera segura y socialmente distanciada”, explicó.
La última parada del príncipey la duquesa será para ver a la reina Isabel II, el príncipe Felipe, el príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles en lo que será la primera vez que los seis miembros senior de la familia real británica se reunirán este año.
El permiso para viajar en el Royal Train de nueve vagones fue otorgado por la monarca, que es considerada la principal pasajera del tren, y lo usa para viajar durante la noche a compromisos en el norte de Inglaterra, Escocia o Gales.
Según informó el Mail On Sunday, los duques de Cambridge dormirán en camas individuales durante sus dos noches a bordo del Royal Train y cenarán en un vagón comedor con una mesa de formica. En el pasado, el menú del ferrocarril de la realeza incluía sopa fría de guisantes, filetes de lenguado y crema de caramelo.
El mismo diario informó que no hay duchas en la suite real, y la pareja contará solo una bañera con una línea marcadora para evitar que se llene demasiado. El personal al servicio de los duques incluirá un mayordomo y lacayos, mientras que el peluquero de la duquesa de Cambridge también viajará con ellos en este viaje.
El Royal Train es una tradición victoriana. El príncipe consorte Alberto convenció a su esposa, la reina Victoria, de 23 años, de convertirse en la primera monarca en viajar en tren cuando abordó un vagón desde Slough, entonces la estación más cercana al castillo de Windsor, a Paddington en Londres. Victoria consideraba viajar por el país como su deber y, por lo tanto, encargó un tren especial para que pareciera un palacio sobre ruedas, con los vagones decorados con pintura de oro de 23 quilates y adornados con sedas y satén. Se agregaron luces eléctricas en la década de 1890, así como un inodoro a bordo, que Victoria se negó a usar, prefiriendo que el tren se detuviera para ir al baño cada pocas horas. En 1977, el año del Jubileo de Plata de Isabel II, se formó por primera vez un solo conjunto de vagones del Tren Real y permaneció en servicio desde entonces, reemplazando los vehículos de 1941 utilizados por Jorge VI. Cuando los vagones están fuera de servicio, como lo están durante gran parte del año, el tren se mantiene en un apartadero en un lugar secreto para garantizar la seguridad. (monarquias.com)