El secreto de Isabel II: unos guantes especiales la protegen de las enfermedades


Los fabricantes del «Viroblock», proveedores de los guantes de la familia real, dicen que reduce el coronavirus SARS-CoV-2 en la tela en un 99,99% y le ayuda a evitar contagiarse de gripe y resfriados.

A raíz de la pandemia de coronavirus, el fabricante oficial de guantes de la reina Isabel II de Gran Bretaña tomó cartas en el asunto al lanzar una nueva gama de guantes antimicrobianos que ayudaron en gran medida a proteger a la monarca de la gripe y los resfriados durante sus últimas apariciones públicas.

“Cornelia James, que lleva una orden real desde 1978 tras haber suministrado guantes a la reina, la reina madre, la princesa real y la princesa Diana, se ha asociado con una empresa textil tecnológica suiza para fabricar un nuevo par que destruye los virus al tacto”, informó el diario The Telegraph.

Se informó que el taller de James envió los guantes de algodón y lana merino, mejorados con una sustancia llamada HeiQ Viroblock NPJ03, al Palacio de Buckingham para proteger a la moncarca, de 94 años. “No hay absolutamente ningún efecto sobre la apariencia o el tacto de los guantes, pero el Viroblock neutraliza los virus y microbios, virtualmente al contacto. No contraerá virus ni los transmitirá”, afirmó la compañía.

La reina Isabel II se puso una máscara de protección facial en público por primera vez durante la pandemia de coronavirus cuando asistió a una breve ceremonia en la Abadía de Westminster a principios de noviembre, para conmemorar el centenario del entierro del Guerrero Desconocido. Y si bien ha sido vista en público en varias ocasiones durante los meses de confinamiento, se había negado a cubrirse la cara.

Los guantes utilizados por la reina son una combinación de tecnología de vesículas y plata para promover la rápida descomposición de virus y microbios. Las pruebas encontraron que el Viroblock redujo el virus Sendai en la tela en un 99,99% en dos minutos y el virus SARS-CoV-2 en la tela en un 99,99% en 30 minutos, informó The Telegraph.

Cornelia James comenzó a fabricar guantes para la realeza en 1947 cuando el modisto real Norman Hartnell le pidió que hiciera los guantes de «despedida» para la entonces princesa Isabel para su luna de miel, tras su inminente matrimonio con el príncipe Felipe. Durante los años 50, su taller en Brighton llegó a contratar a unos 500 trabajadores. En una entrevista de 2012, admitió que la princesa Diana usaba mucho sus guantes para ocultar sus uñas mordidas.