Más de 450 años después, el historiador David Baldwin desenmascaró a la mujer con la que el rey inglés quiso casarse después de intentar ejecutar a Catalina Parr.
Enrique VIII (1509-1547) es uno de los rostros más reconocibles de la historia real, mejor conocido por su gobierno tiránico, la ruptura con Roma y la posterior formación de la Iglesia de Inglaterra y, por supuesto, sus seis esposas. Pero recientemente se ha revelado que Enrique VIII estaba a punto de casarse por séptima vez y que en la corte incluso corrieron rumores de que se había elegido una nueva reina. Los miembros de la corte de Enrique estaban tan convencidos de que se trataba de un plan genuino que incluso se notificó a los gobernantes de toda Europa.
En febrero de 1546, el embajador imperial François van der Delft escribió al emperador Carlos V del Sacro Imperio Romano Germánico para comunicarle la gran noticia: “Señor, estoy confundido y temeroso de informar a Su Majestad que hay rumores aquí de una nueva Reina, aunque no sé por qué, o cuán cierto puede ser. Algunas personas lo atribuyen a la esterilidad de la actual reina [Catalina Parr, la sexta esposa de Enrique], mientras que otros dicen que no habrá cambios mientras dure la actual guerra [con Francia]”.
Madame Suffolk’ era Katherine Willoughby, duquesa de Suffolk, la viuda del amigo más cercano de Enrique VIII, Charles Brandon
“Se habla mucho de Madame Suffolk, quien goza de un gran favor; pero el rey no muestra ninguna alteración en su comportamiento hacia la Reina, aunque esta última, según me han informado, está algo molesta por los rumores”, agregaba el diplomático.
El historiador David Baldwin arrojó más luz sobre esto, escribiendo en la revista BBC History Extra: “’Madame Suffolk’ era Katherine Willoughby, duquesa de Suffolk, la viuda del amigo más cercano de Enrique VIII, Charles Brandon, quien había muerto en agosto de 1545. Casada con Brandon en 1533 cuando ella tenía 14 años y él casi 50, Katherine tuvo muchas oportunidades de conocer socialmente al rey en las décadas de 1530 y 1540.
“Sin duda, a Enrique le agradaba (comenzaron a intercambiar regalos de Año Nuevo en 1534) y Eustace Chapuys, el predecesor de van der Delft como embajador imperial, señaló que la había estado ‘enmascarando y visitándola’ en marzo de 1538, solo meses después de la muerte de Jane Seymour”, reveló Baldwin.
Los rumores de un séptimo matrimonio se salieron de control como dijo a los diplomáticos el agente de Henry en Amberes, Stephen Vaughan, en marzo de 1546: “Este día llegó a mi alojamiento un comerciante de esta ciudad, diciendo que había cenado con ciertos amigos, uno de los cuales se ofreció a apostarle a que la majestad del rey tendría otra esposa; y me rogó que le mostrara la verdad. Él no quiso decirme quién ofreció la apuesta, y yo dije que nunca había oído hablar de tal cosa, y que no existía tal cosa. Mucha gente habla de este asunto, y no puedo saber de dónde proviene”.
Baldwin sugiere que Enrique VIII “se habría casado con Katherine en los años posteriores a la muerte de Jane Seymour si hubiera estado soltera, pero la longevidad de Brandon le negó la oportunidad”.
Baldwin sugiere que Enrique VIII “se habría casado con Katherine en los años posteriores a la muerte de Jane Seymour si hubiera estado soltera, pero la longevidad de Brandon le negó la oportunidad”. “En febrero de 1546, cuando los rumores sobre una nueva esposa se arremolinaron, Enrique VIII había estado casado con Catalina Parr durante dos años y medio, y su relación no siempre era amistosa. Cualquier esperanza de que ella le diera un segundo hijo no se cumplió, y a veces encontraba sus francas opiniones protestantes demasiado desafiantes para su gusto”.
John Foxe, célebre por el Libro de los Mártires de Foxe, afirmó que Enrique VIII consideró enjuiciar a Catalina Parr, por sus opiniones, catalogadas como “traición disfrazada con el manto de la herejía”. Si hubiera procedido con el plan, la ejecución de su sexta esposa habría allanado el camino para un séptimo matrimonio. Pero cuando el monarca le contó a su médico sobre los cargos, se dice que tuvo un cambio dramático de opinión. Amenazada con seguir la suerte de Ana Bolena y Catalina Howard, Catalina tomó la iniciativa y logró “apaciguar” a su esposo, escribió Baldwin
Baldwin concluyó: “Es posible que el caprichoso monarca haya considerado seriamente cambiar a su esposa nuevamente, pero haya decidido no hacerlo en el último momento”. Enrique murió pocos meses después de que ocurrieran estos eventos, en enero de 1547, y Katharine Willoughby viviría todavía muchos años más.
Se casó y tuvo dos hijos con un noble llamado Richard Bertie y luego logró evitar involucrarse en la conspiración construida alrededor de su nieta, Lady Jane Gray, efímera reina ejecutada. Después de este episodio, Willoughby pasó cuatro años exiliada en Europa mientras la hija católica de Enrique, la reina María, gobernaba Inglaterra. Regresó cuando la reina Isabel I ascendió al trono y murió en 1580.