La concubina del rey de Tailandia de Tailandia quiere reconciliar a la monarquía con la gente


Sineenat Bilaskalayani volvió al palacio con una misión: ser la cara visible de una poderosa campaña de relaciones públicas para reconciliar a los tailandeses con el cuestionado rey Vajiralongkorn.

Después de haber sido expulsada de la corte y despojada de todos los honores reales que ostentaba, la concubina del rey Maha Vajiralongkorn de Tailandia parece estar siendo la estrella de la campaña de relaciones públicas que el palacio lanzó para reconciliar a la monarquía con la gente. Sineenat Bilaskalayani, una ex enfermera de 35 años, reaparece ahora como la pieza central del mecanismo publicitario mientras Tailandia se encuentra convulsionada por las crecientes manifestaciones populares que piden reformas a la Corona.

En apariciones públicas coreografiadas, Sineenat, una ex enfermera del ejército criada en el campo del norte, ha sido la imagen radiante y juvenil de la accesibilidad, posando para selfies y agachada para tomar las manos de los fanáticos que hacen genuflexión”, dice el diario Los Angeles Times. “Para un palacio que ha cultivado un aura de casi piedad a pesar de las pretensiones de un gobierno constitucional de Tailandia, las imágenes sugieren un esfuerzo concertado para ganar admiradores con su toque común”.

Las apariciones de Sineenat Bilaskalayani son “estratégicas”, según Pavin Chachavalpongpun, un académico tailandés., quien opinó que su presencia constituye “una forma de reducir la brecha entre la monarquía y el pueblo”. Para los críticos de la monarquía, sin embargo, “Sineenat representa algo más preocupante: el regreso de la poligamia a una corte real que consideran regresiva y feudal, y un recordatorio del comportamiento impredecible del rey”, dice el LA Times.

En las últimas semanas, Sineenat jugó un papel clave en la campaña de relaciones públicas del palacio, apareciendo en todo el país, generalmente solo, aunque casi nunca cerca del rey Maha Vajiralongkorn y la reina Suthida.

“Parece que el rey piensa en ella como su propia muñeca Barbie privada», criticó Tamara Loos, profesora de historia en la Universidad de Cornell que estudia la monarquía tailandesa. “Él la expulsa y la saca a voluntad”, resumió. “El rey piensa que puede hacer cualquier cosa con estas mujeres porque son sus activos”, reclamó una joven en una de las manifestaciones.

Maha Vajiralongkorn, de 67 años, conmocionó a la sociedad tailandesa el 21 de octubre de 2019 con su decisión de despojar a Sineenat de todos los títulos, honores reales y rangos militares por «mala conducta y deslealtad contra el monarca». En un anuncio publicado en nombre del rey en la Gaceta Real de Tailandia, el palacio declaró que Sineenat mostró comportamientos «irrespetuosos» y actuó con la intención de suplantar a la reina Suthida, lo que provocó su despido.

Si bien los monarcas tailandeses tienen un historial de elegir consortes reales, quienes, en el caso de Tailandia, son compañeras oficiales del rey, además de su esposa, el título de “Noble Consorte Real” no se utilizaba desde que el país se convirtió en una monarquía constitucional en 1932. El último rey en tomar públicamente una consorte fue el rey Rama VI, que gobernó desde 1910 hasta 1925. El título de consorte colocó a Sineenat en una relación poligámica con la reina Suthida, de 41 años, la cuarta esposa de Vajiralongkorn.

Las fotografías de Sineenat y Vajiralongkorn juntos comenzaron a aparecer en línea en 2016, el año en que ascendió al trono tras la muerte de su padre. La joven fue vista a menudo en eventos reales en años anteriores, incluida la ceremonia de cremación del difunto rey Bhumibol Adulyadej en octubre de 2017.

Pero después de ser designada Noble Consorte Real, la corte le dio al público tailandés una mirada más cercana a Sineenat con el lanzamiento de 60 fotografías junto con su biografía oficial en agosto de 2019. Las escenas la mostraban vestida de gala arrodillada al pie del trono del rey hasta sentada vestida con un sujetador deportivo de camuflaje en la cabina de un avión militar.

Expulsada y enviada a una prisión

Nacida el 26 de enero de 1985 en la provincia de Nan, en el norte de Tailandia, Sineenat trabajó por primera vez como enfermera después de graduarse con una licenciatura en enfermería de la Escuela de Enfermería del Ejército en 2008.

En 2015, Sineenat se unió al cuerpo de guardaespaldas del rey, donde completó una variedad de cursos militares, incluida la guerra en la jungla y el paracaidismo, y obtuvo una licencia de piloto privado. Luego ascendió para servir como mayor general antes de convertirse en la consorte real.

Según la declaración oficial del palacio, Sineenat había “mostrado resistencia y presión de todas las formas para detener el nombramiento de la reina” Suthida antes de su coronación el pasado mes de mayo en un intento de convertirse ella misma en la reina.

Dos meses después de casarse con Suthida, el rey le dio a Sineenat el puesto de consorte real con la esperanza de que aliviaría la situación. Sin embargo, la corte dijo que una vez en el puesto, Sineenat no se mostró contenta con su nuevo estatus y trató de “elevarse al mismo estado que la reina”. Se acusó a Sineenat de abusar de su poder para emitir órdenes personales y pretender que eran órdenes reales.

Si un día molestas al rey, podrías ser degradado”

Sus acciones demostraron que “no honra al rey y no entiende la tradición real… sus acciones son para beneficiarse a sí misma», señaló el palacio. Aparentemente desde aquel entonces la exconsorte, también conocida como Koi Wongvajirapakdi, estuvo encerrada en la prisión de máxima seguridad Bang Kwang, en la que, según varios informes, están recluidas unas 1.000 personas condenadas a muerte, y donde en 2018 Tailandia llevó a cabo la primera ejecución en casi una década.

El perdón, sin explicaciones públicas, llegó en septiembre de 2020. El rey fue personalmente al aeropuerto de Múnich para recogerla una vez que su avión aterrizó para instalarla junto al Grand Hotel Sonnenbichl, situado en el balneario alemán de Garmisch-Partenkirchen. Le restituyó sus títulos y honores y la Noble Consorte Real comenzó a ser vista con cada vez más frecuencia en público mientras Tailandia comenzaba a protagonizar cada vez más manifestaciones antimonárquicas.

“El caso de Goy es un ejemplo de lo que se ha vuelto tan normalizado: este clima de miedo en torno al rey”, dijo Pavin Chachavalpongpun. “Por supuesto que puedes ser recompensado, pero si un día molestas al rey, podrías ser degradado. O no solo degradado sino despedido. O no simplemente despedido, tal vez podría ser encerrado o incluso asesinado”.

Tailandia atraviesa tiempos turbulentos con la realización de numerosas protestas antigubernamentales. La protesta social, que es violentamente reprimida por el gobierno, incluye reclamos al rey Vajiralongkorn, reconocido por su lujosísimo nivel de vida y por alejarse cada vez más tiempo de Tailandia para vivir con su esposa, su concubina y una larga lista de mujeres en Europa.

Pavin Chachavalpongpun, profesor asociado en el Centro de Estudios del Sudeste Asiático de la Universidad de Kyoto y uno de los críticos más severos de la monarquía tailandesa escribió en el diario Washington Post que la ley de lesa majestad impone penas de prisión de hasta 15 años a cualquiera que insulte al monarca tailandiés:

“El problema para el rey es que dicha ley solo puede funcionar mientras sus súbditos continúen considerando a la monarquía con cierta reverencia. Su padre, el difunto rey Bhumibol Adulyadej, aún podría afirmar que sirve como símbolo de la unidad nacional, pero Vajiralongkorn ya no parece disfrutar de ese respeto. Al no tener ningún tipo de legitimidad comparable, ha elegido gobernar por intimidación y Tailandia se ha convertido en un reino del terror”.

Tras las cada vez más frecuentes noticias sobre el desmedido lujo en el que vive Rama X y la desaparición de su exconcubina Sineenat, el malestar popular creció y el republicanismo está ganando terreno en Tailandia. “Vajiralongkorn simplemente hace lo que quiere, sin ninguna preocupación por la ley”, afirma Pavin.

“A los críticos les preocupa que el rey haya establecido un grado de control sin precedentes sobre los militares, la policía y el poder judicial que plantea serias dudas sobre la responsabilidad del palacio y el estado de derecho”, agregó Pavin. “La popularidad de la monarquía tailandesa está en su punto más bajo. Vajiralongkorn no muestra interés en responder al problema, aparentemente confiado en su propio poder y el continuo apoyo de instituciones poderosas”, finaliza.

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