La pandemia de covid y el confinamiento británico dificultan la organización de una gran cena de la Casa de Windsor, una tradición rara vez cancelada.
La gran Navidad familiar de la reina Isabel II de Gran Bretaña en la residencia campestre de Sandringham podría ser cancelada por primera vez en 33 años debido a la pandemia del coronavirus.
La monarca y su esposo, el príncipe Felipe, dejaron esta semana la finca ubicada en Norfolk para formar una “burbuja” segura en el Castillo de Windsor, donde pasarán un mes bajo confinamiento ordenado por el gobierno de Boris Jonhson.
La reina generalmente da la bienvenida a hasta 30 miembros de la familia real en Sandringham cada año en Navidad, una tradicional familiar que fue iniciada por los primeros habitantes reales de la mansión, el príncipe de Gales (futuro Eduardo VII) y su esposa Alejandra de Dinamarca a mediados del siglo XIX.

Pero una fuente del personal Sandringham reveló al diario The Sun: “Se nos ha dicho que no los esperemos de regreso en Navidad”. Un portavoz del Palacio de Buckingham respondió a las informaciones: “No se ha tomado una decisión final en Navidad”.
La reina permanecerá en Windsor hasta el final del confinamiento nacional, en los primeros días de diciembre, pero aún no ha decidido qué hará posteriormente.
Semanas atrás, los empleados de Sandringham realizaron una protestas contra la reina Isabel II negándose a pasar la Navidad en la residencia para servir a la familia real, lo que hubiera significado someter a aislamiento a sus respectivas familias durante las semanas anteriores a la festividad cristiana.
De confirmarse que Isabel II se quedará en Windsor, será su primera Navidad fuera de Sandringham desde 1987.
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