La última incorporación de la familia real albanesa lleva el nombre de su bisabuela, la popular reina Geraldine, gracias a la cual comparte parentesco con el Gotha.
A pesar de que durante décadas la mayor parte de la realeza europea no consideró como parte de su casta a la Familia Real de Albania, los rastreos genealógicos muestran todo lo contrario.
La última incorporación a esta familia sin corona, la princesa Geraldine -hija del jefe dinástico y pretendiente al trono albanés, Leka II, y su esposa, la ex actriz Elia Zaharia- puede rastrear un antepasado común del siglo XVIII con todos reyes reinantes de la actual Europa y la mayoría de las casas reales, reinantes o no.

Albania solo tuvo un rey en toda su historia como nación independiente: en la década de 1920, Zog I que había pasado de jefe tribal a primer ministro, de presidente a primer rey de Albania al que a veces se le llamaba el “Napoleón balcánico”.
Su reinado fue extremadamente turbulento: escapó escapado milagrosamente de varios intentos de asesinatos, y su madre vigilaba la cocina real para asegurar de que su comida no estaba envenenada. Aunque ennobleció con títulos, honores y condecoraciones a toda su familia, el Gotha no se engañaba: la familia real albanesa no tenía sangre real.
Todo cambió cuando, en 1938, después de una intensa búsqueda de una esposa idónea para el rey, Zog I se casó con la joven condesa Geraldine Apponyi, nacida en Budapest el 6 de agosto de 1915.
Primera y única reina consorte de Albania, Geraldine era hija del noble húngaro Conde Gyula Apponyi de Nagy-Appony y su madre era Gladys Virginia Stewart, miembro de una antigua familia de Virginia. El abuelo de Geraldine, el conde Lajos Apponyi de Nagy-Appony, había sido un alto funcionario de la corte imperial de la dinastía Habsburgo.
Es a través de la reina Geraldine, figura inmensamente amada en Albania pese a su efímero reinado (la monarquía fue derrocada un año después de su llegada) que la actual familia real albanesa encuentra sus raíces comunes con la realeza europea. Su abuela paterna, la condesa Marguerite von Scherr-Thoß (1848-1931), era a su vez, hija del conde Hermann von Scherr-Thoß.
El conde Hermann von Scherr-Thoß -hijo del conde Ernst von Scherr-Thoß, era por su parte nieto de la princesa alemana Agnes (1744-1799), de la Casa principesca de Anhalt-Dessau, casada en 1779 con el barón John Justus von Loën. Padre de Agnes era el príncipe Leopoldo II, gobernante del principado de Anhalt-Dessau de 1747 a 1751, y su madre era la princesa Gisela Agnes de Anhalt-Köthen.

Leopoldo II era hijo del príncipe Leopoldo I de Anhalt, soberano del principado alemán de 1693 a 1747. Pese a que su esposa, Anna Louise Föhse, era hija de un boticario, su matrimonio fue considerado morganático tras una gran controversia que no impidió que la familia tuviera siete hijos. El padre de Leopoldo I fue el príncipe Juan Jorge II de Anhalt-Dessau y su madre fue la princesa holandesa Enriqueta Catalina de Nassau.
En el príncipe soberano Juan Jorge II de Anhalt-Dessau (1627-1693) encontramos al ancestro común que la recién nacida princesa Geraldine de Albania comparte con buena parte de la realeza de Europa. La quinta hija de este príncipe la princesa Enriqueta Amalia de Anhalt, fue la consorte del príncipe Enrique Casimiro II, Príncipe de Nassau-Dietz de la dinastía protestante de los Orange-Nassau.

Hijo del príncipe Enrique Casimiro II y Enriqueta Amalia, el príncipe Juan Guillermo Friso de Orange nació en 1687 en territorio holandés, donde sus descendientes reinan hasta nuestros días. Tenía 23 años cuando se ahogó durante un naufragio y su viuda, la princesa María Luisa de Hesse Kassel (1688-1765), se encontraba embarazada y seis semanas después de la tragedia dio a luz a su segundo hijo, Guillermo IV (1711-1751), sucesor de su padre y futuro estatúder de las Provincias Unidas holandesas.
Los descendientes de Juan Guillermo y María Luisa se sentaron en los tronos más importantes de Europa, como lo demuestra este árbol genealógico que publicó MONARQUÍAS.COM tiempo atrás. Por medio de decenas de alianzas matrimoniales con intenciones políticas, a través de dos siglos los hijos, nietos y bisnietos de este matrimonio proporcionaron soberanos, consortes y herederos a más de 20 dinastías europeas.
Por eso, los 10 monarcas europeos actualmente reinantes (Isabel II de Inglaterra, Margarita II de Dinamarca, Carlos XVI Gustavo de Suecia, Hans Adam II de Liechtenstein, Harald V de Noruega, Enrique de Luxemburgo, Alberto II de Mónaco, Guillermo Alejandro de Holanda, Felipe I de Bélgica y Felipe VI de España) son descendientes de ese matrimonio. Y aunque la advenediza dinastía Zog de Albania no cuente con mucho brillo en su escudo de armas, pueden estar seguros de que, al menos, tienen un parentesco con todas las cabezas coronadas de Europa.
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