Isabel II y su «burbuja» ansían volver a Londres tras un confinamiento estricto y «aburrido»


La monarca británica, de 94 años, se fue a Windsor en marzo, estuvo de vacaciones en Balmoral, regresó a su finca de campo y ahora espera nuevamente en Windsor el regreso a Buckingham.

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El retorno de la reina Isabel II de Gran Bretaña al Castillo de Windsor, a 35 kms. de Londres, podría ser el primer paso hacia el necesario “desconfinamiento” de la monarca y su regreso a la capital, después de un duro aislamiento. Según expertos, la reina está preparada para regresar al trabajo en el Palacio de Buckingham porque cree que es absolutamente necesario que la monarquía demuestre estar activa en momentos de crisis, al tiempo que el gobierno endureció las restricciones sanitarias para mitigar el efecto de una potencial segunda ola pandémica.

“El Palacio de Buckingham es un palacio funcional y un símbolo de la monarquía activa. El poder blando de la Reina nunca se demuestra mejor que cuando se reúne con líderes y diplomáticos extranjeros allí. Si puedes hacer eso en el palacio, entonces es conveniente que lo hagas», dijo una fuente al diario The Telegraph.

Isabel II se fue de Londres el 19 de marzo y siete meses después aún no ha regresado: desde entonces, unos 43.000 británicos han muerto por Covid. Acompañada por su esposo, apenas recibió algunas visitas de familiares cercanos, pero sin poder realizar las actividades sociales que la familia real acostumbra por temor a una infección. Aunque la HMS Bubble (Burbuja de Su Majestad) estuvo formada por dos equipos, que se alternaban en las tareas, se cree que algunos ayudantes, entre ellos Angela Kelly, la vestidora y “mano derecha” de la Reina, y Paul Whybrew, su asistente personal, permanecieron a su lado desde marzo.

Aburrimiento en Balmoral

Después de haber viajado al Castillo de Windsor el martes desde Wood Farm en Norfolk, donde ha estado acurrucada con el duque de Edimburgo, de 99 años, desde mediados de septiembre, «el regreso a la capital tiene la intención de indicar un regreso a los deberes como de costumbre después de lo que ha sido un año de lo más inusual», dijo la periodista británica Camilla Tominey. Normalmente, la reina y el príncipe se habrían quedado en el castillo de Balmoral hasta estas fechas, pero optaron por terminar su verano en la casa de campo de la finca de Sandringham, explicó.

“El traslado a la propiedad reducida no solo se diseñó teniendo en cuenta la economía, sino también como resultado de que Balmoral se volvió un poco aburrido sin el típico flujo constante de visitantes. Aunque la familia, incluida la Princesa Real, los Wessex y los Cambridges vinieron de visita, debido a las reglas de distanciamiento social, simplemente no fue tan agradable como de costumbre”, aseguró Tominey.

“Algunas veces fue un poco tedioso, no solo para el personal, sino para la familia real. Balmoral a veces puede ser un poco difícil, pero el coronavirus hizo las cosas aún más difíciles. Pasamos bastante tiempo sentados, jugando con los pulgares”, dijo un miembro del staff real.

El dedicado equipo personal de la reina se vio obligado a aislarse durante dos semanas antes incluso de viajar a Escocia. Una vez allí, se les prohibió la actividad social y, con la cancelación del baile anual de Ghillies debido al Covid-19, tenían poco de qué ocuparse mientras estaban fuera de servicio. Privados de las instalaciones sociales habituales para mantenerlos ocupados, los empleados fueron confinados a un aburrido edificio de alojamiento de granito llamado New Block, que algunos empezaron a llamar “Colditz”, en alusión al campo de prisioneros de guerra, dijo el citado periódico. Otra fuente agregó: “Todos se aburrieron bastante. Creo que la reina y el duque fueron a Wood Farm simplemente para cambiar de escenario, más que por cualquier otra cosa”.

Por lo pronto, no hay fecha para el regreso de Isabel II a Buckingham pero muchos coinciden en que no quiere ausentarse de la conmemoración anual de los caídos en las guerras, en noviembre. “El único evento público importante al que parece estar garantizada la presencia de la reina es el Servicio de Recuerdo en el Cenotafio el domingo 8 de noviembre”, dijo Tominey. “No solo es uno de los compromisos más firmes en el diario de Su Majestad, sino que también tiene un significado adicional este año, ya que será el centésimo aniversario de la inauguración del monumento a los caídos en el Cenotafio en Whitehall y la Tumba del Guerrero desconocido en la Abadía de Westminster”.

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