Covid-19 transformó la vida de la familia real británica este año y nuevas restricciones del gobierno hacen difícil imaginar una vuelta a la normalidad muy pronto.
«Nunca en nuestra historia, nuestro destino colectivo y nuestra salud colectiva han dependido tan completamente de nuestro comportamiento individual«, afirmó en un mensaje a la nación televisado el primer ministro británico, Boris Johnson. Dijo esto al anunciar un toque de queda para bares y restaurantes, más mascarillas obligatorias, restricciones al deporte, aumento de las multas y la policía en las calles durante seis meses como nuevas medidas para luchar contra el coronavirus, cuyos contagios se disparan en el Reino Unido.
La ampliación de las restricciones hasta marzo de 2021 llevó a algunos observadores a preguntarse si la pandemia afectará las celebraciones que la casa real británica planeaba para el cumpleaños número 100 del príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II. Para muchos parece difícil que para el 10 de junio del año que viene, día del cumpleaños del consorte, la pandemia haya terminado y Gran Bretaña podría continuar bajo la obligatoriedad del uso de máscaras faciales y la prohibición de eventos deportivos al público, apertura que estaba prevista para el 1 de octubre y fue cancelada.
“Desafortunadamente, no hay una respuesta simple, y los planes siguen siendo inciertos. Se han hecho públicos muy pocos detalles sobre qué podemos esperar exactamente con motivo del año del centenario del príncipe Felipe, aunque se supone que habrá grandes celebraciones”, dijo el periodista Charlie Proctor, editor jefe del sitio Royal Central. “Tras la noticia de que se espera que las reglas duren hasta el próximo año, los planes ya se están suspendiendo y otros eventos se cancelan con muchos meses de anticipación”, agregó.
La pandemia transformó la vida de la familia real británica este año. La reina y el príncipe tuvieron que confinarse en el Castillo de Windsor, a 40 kms. de Londres, en compañía de un reducido grupo de leales que no tienen contacto con el exterior. La boda de la princesa Beatriz, planeada para marzo en Londres, tuvo que se aplazada varios meses y celebrada sin público ni muchos invitados en las afueras de la capital. Además, fue suspendida la máxima aparición real, el “Trooping The Colour”, que celebra el cumplaños de la reina en las calles de Londres.