Una Princesa de Gales inspiró la moda más curiosa del mundo: «la cojera de la princesa Alejandra»


En la década de 1860, la princesa Alejandra de Gales era todo un ícono de la moda y el estilo europeos. Era muy elegante y bonita pero también era sorda como una pared y una enfermedad en los huesos la había dejado completamente renga. Sin embargo, como «Alix» era un modelo para las mujeres de su época, fueron muchas las mujeres que adoptaron con soltura la «cojera de la princesa Alejandra» («Alexandra Limp»).

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En las mansiones de familias adineradas de Londres, en los barrios pobre de Edimburgo, en las zonas burguesas y en las granjas, se había desatado lo que muchos consideran el acontecimientos más peculiar de la historia de la moda después del vestido de carne de Lady Gaga. Todas las mujeres del reino imitaban la forma de caminar de la futura reina: desde las condesas en los bailes de la ‘high society’ hasta las granjeras, esposas de tenderos y deshollinadores.

Posiblemente esta fue la única tendencia que nació en la cama de una mujer enferma. Alejandra de Dinamarca («Alix») era la esposa del Príncipe de Gales, nuera de la reina Victoria de Inglaterra y un ícono de la moda del siglo XIX. La ropa que ella usaba era copiada por todas las mujeres que tenían dinero. Las gargantillas que usaba para ocultar una cicatriz en su cuello eran copiadas. Y cuando un ataque de fiebre reumática la hizo víctima eterna de una pronunciada cojera… las mujeres también la copiaron.

alejandra

En las zonas rurales más acomodadas de Gran Bretaña, las mujeres adineradas comenzaron a caminar como si usaran solamente un zapato. Les quitaban los tacos o les reducían el tamaño de las suelas para poder cojear de la misma forma que lo hacía (ella sin desearlo) la encantadora princesa Alejandra. Los comerciantes pronto se dieron cuenta de que podían hacer dinero y en todas las ciudades de Gran Bretaña comenzaron a venderse zapatos desparejos: uno con un tacón alto y uno bajo.

Un periodista del diario «North British Mail» relataba en 1869: «Una monstruosidad se ha hecho visible entre los paseantes femeninos en Princess Street. Es algo tan doloroso como estúpido y ridículo. Al tomar mi paseo habitual el otro día, observando hombres, mujeres y cosas, conocí a tres damas. ¡Eran las tres jóvenes, las tres bellas y las tres cojas! Al menos, esa era mi impresión, ya que todos llevaban hermosos bastones y cojeaban«.

Como toda moda, sin embargo, la cojera de Alejandra fue fugaz. «Un diario de moda anuncia que la cojera de Alejandra se suspenderá de inmediato«, informó el periódico «The Western Daily Press». Acto seguido, el diario explicaba que las mujeres tendrían que dejar de renguear debido a que la falda de moda de la temporada era extremadamente larga y ceñida al cuerpo, y «en consecuencia las mujeres se verán obligadas a caminar como si su los pies estuvieran atados».-