El tabloide alemán Bild agrega detalles escalofriantes sobre la violencia y la crueldad mostradas por Rama X a todo su personal.
Mientras el rey Rama X de Tailandia y un centenar de sirvientes -entre ellos, veinte mujeres de su “harén”- atraviesa la pandemia del coronavirus en el lujoso «Grand Hotel Sonnenbichl», en los Alpes bávaros, la prensa alemana destapó esta semana que la vida de la corte tailandesa no es tan idílica como podría imaginarse. Los miembros de la corte son catogados con latigazos, amenazas y acoso «a menudo por razones totalmente insignificantes», reveló el tabloide alemán Bild, que agrega citando a un funcionario anónimo: «Si el rey no lleva a cabo el castigo él mismo, la medida debe ser filmada y el video debe serle enviado». “Observa los videos con placer”, dice.
Dependiendo de la gravedad del”delito” cometido, Rama X otorga cintas negras a sus cortesanos, cuyo significado es trágicamente preciso, según el periodista especializado en asuntos tailandeses Andrew MacGregor Marshall, entrevistado en el diario alemán: “Una cinta significa un mes en un campo de prisioneros, dos son tres meses y tres son nueve meses” , la mayoría de los cuales deben cumplirse dentro de la prisión de Dhaveevatthana, el vasto palacio del rey en Bangkok. Muchos familiares del rey, en desgracia, terminaron sus días allí en condiciones misteriosas, informó el Japan Times en 2017.
En Alemania, según MacGregor Marshall, las víctimas no se atreven a quejarse ante la policía local por temor a que sus familias sean castigadas a su regreso a Tailandia. Y en cualquier caso, Vajiralongkorn disfruta, como cualquier jefe de estado extranjero, de una inmunidad diplomática casi imposible de levantar, lo que le asegura su tranquilidad. Una tranquilidad relativa, ya que los críticos internacionales están cuestionando con cada vez más fuerza su lujoso y provocativo exilio en Alemania mientras el país europeo atraviesa la cuarentena total y mientras Tailandia afronta la mortal pandemia.
“En la Unión Europea, se prohíbe la entrada estricta de ciudadanos no comunitarios. Los particulares y los turistas deben quedarse en casa. Sin embargo, esto no se aplica al rey tailandés”, reclama Bild, ante lo cual la cancillería tailandesa respondió que “el rey tailandés se encuentra en una estancia privada en Alemania”, y que llegó a Alemania en un “vuelo privado”. Miles de tailandeses enojados expresaron sus críticas en Twitter y Facebook con la etiqueta “¿Para qué necesitamos un rey?”, arriesgándose a ser detenidos por la policía, de acuerdo con la draconiana ley de lesa majestad, que exige una pena de prisión para cualquiera que insulte o critique a la monarquía, figura sacrosanta del establishment tailandés.
