Eugen Sandow, el ruso “perfecto” que fue entrenador personal del Rey de Inglaterra


Fue un activo promotor del culturismo y uno de los creadores de los primeros gimnasios y la nutrición deportiva. Es además una fuente de inspiración para famosos como Arnold Schwarzenegger.

“El padre del culturismo moderno” Eugen Sandow (1867-1925) es una figura de culto para millones de culturistas de todo el mundo, incluyendo famoso como Arnold Schwarzenegger. No solo tenía grandes músculos y una fuerza increíble, sino también una aguda perspicacia para los negocios. Gracias a Sandow que el culturismo se hizo popular en todo el mundo y se ha transformado en un negocio multimillonario hoy en día.

Eugen Sandow viajó por todo el mundo y vivió en Bélgica, Gran Bretaña y EE UU, donde trabajó como hombre fuerte de circo. No era un gigante, medía 1,70 m y pesaba 80 kg. Sin embargo, tenía una enorme fuerza escondida tras estas modestas medidas. Los trucos de fuerza del atleta eran increíbles. Podía hacer cientos de flexiones seguidas, volteretas con dos pesas de 27 kg en sus manos extendidas, soportar el peso de tres caballos en una plataforma sobre su pecho, y acostarse de espaldas y levantarse de nuevo sosteniendo una barra de 115 kg.

A pesar de estos logros, es poco probable que su nombre hubiera sobrevivido hasta hoy si se hubiera limitado a ser un hombre fuerte del circo. Tenía otras ambiciones, mucho mayores. En 1897, a los 30 años, lanzó la producción de una de las primeras líneas de suplementos de nutrición deportiva del mundo además de una revista deportiva mensual. El nombre de la marca Sandow también aparecía en los equipos deportivos y -aunque sea difícil de creer hoy en día- incluso en los paquetes de cigarrillos. Eso sí, el atleta abogaba por un estilo de vida saludable.

El talentoso empresario abrió una cadena de gimnasios, tanto para gente común como para los más adinerados. Los clubes para estos últimos tenían gruesas alfombras persas en el suelo, espejos dorados en las paredes y equipos deportivos con acabados aristocráticos. Sus gimnasios, que abrieron en Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Japón, promovieron activamente un conjunto de ejercicios ideados por Eugen para todas las edades; el llamado “Sistema Sandow”, cuyo interés perdura hasta hoy.

El hombre fuerte del circo de Prusia Oriental y sir Arthur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes, eran grandes amigos y durante muchos años el escritor se ejercitó con el Sistema de Sandow y, junto con el escultor Sir Charles Lawes, los tres hombres fueron jueces en la primera competición del mundo dedicada a encontrar el cuerpo más perfecto, celebrada en 1901. Precisamente en Inglaterra es donde Sandow, en 1911, alcanzó la cima de su carrera al convertirse durante tres años en el entrenador personal del rey Jorge V, quien le otorgó el título de Profesor de Cultura Científica y Física. Para entonces ya era un ciudadano británico.

A medida que se acercaba la Primera Guerra Mundial, Sandow se ofreció a trabajar en la aptitud física de los voluntarios para luchar contra Alemania, pero en un momento en que cualquier asociación con Alemania era inaceptable para británicos, no solo los orígenes prusianos de Sandow volvieron para perseguirlo, sino que una diversificación equivocada y muy costosa en chocolate y cacao en polvo (afirmó que tenía beneficios para la salud para ambos) trajo acusaciones en las que utilizaba tecnología e ingredientes alemanes. En cuestión de meses, y en medio de informes maliciosos de que había sido ejecutado como espía alemán, el imperio comercial de Sandow se derrumbó. En 1925 murió de una hemorragia cerebral tras sacar su coche de una zanja con una mano y, como había perdido su fortuna en la guerra, terminó siendo enterrado en una tumba sin nombre en el cementerio de Putney Vale.