Al entrar a la familia real más “pobre” de Europa, Delphine está haciendo “un mal negocio”


Conocedores explican que la fortuna de la familia Boël es inmensamente mayor de lo que podría heredar del rey Alberto. Ella afirma que no quiere dinero.

Ahora que el rey Alberto II de Bélgica admitió que él es el padre biológico de la artista Delphine Boël, ella tendrá derecho a parte de su legado. Sin embargo, para muchos en Bélgica ella está haciendo un “mal negocio” porque la fortuna de la familia Boël, en la que fue inscripta legalmente, es mucho mayor que la de la familia real belga, según reveló el periodista financiero Ludwig Verduyn.

“Los activos de la familia Boël ascienden a 1.600 millones de euros”, dijo Verduyn al ser entrevistado en la televisión belga. “Con eso se ubica en el puesto 16 en la lista de los belgas más ricos, justo después de Christian Van Thillo de DPG Media y antes de Fernand Huts de Katoen Natie». “La historia de la familia Boël comienza en 1880. En ese momento, Gustave Boël es el tenedor de libros de Ernest Boucquéau, dueño de una acería y sin hijos. Cuando muere, le deja todo a Boël”, relató el periodista.

En 1997, según Verduyn, “la familia Boël vendió la compañía por 125 millones de euros”. “Esa era la base de sus activos familiares. Fueron muy inteligentes al respecto. Lo invirtieron en otras compañías, incluido el grupo de distribución Colruyt”, agregó. “Hoy su dinero también está en compañías digitales como Zalando y Amazon. Esto les ha permitido elevar sus activos a 1.600 millones de euros. Otro punto notable: la familia siempre ha celebrado matrimonios razonables con personas ricas y poderosas”.

En cuanto a la fortuna del padre biológico de Delphine, las estimaciones son muy variadas. Según las informaciones oficiales, Alberto II, de 85 años y rey de Bélgica de 1993 a 2013, puede presumir de activos de no más de 12,5 millones de euros. “Estimaciones históricas anteriores dan como resultado activos entre 300 y 600 millones de euros”, agrega Verduyn. “La bifurcación es muy amplia y tiene mucho que ver con el rey Balduino. Estableció su legado en los Estados Unidos en ese momento, fuera de la legislación de sucesión en Bélgica. Cuando Rik Van Cauwelaert era editor en jefe de Knack, afirmó que esto había sido la evasión de impuestos”. Un libro revelaría más tarde que la fortuna de Balduino había sido transferida al extranjero en 1982, año en que se produjo una devaluación del franco belga. “Balduino lo sabía y pudo evitar esta depreciación del dinero. Realmente no sabemos cuánto de ese dinero terminó con Alberto II”, acota el periodista.

¿Puede seguir contando con una herencia de la familia Boël?

La posibilidad de que Delphine Boël algún día herede de su padre legal Jacques Boël es pequeña, porque ella renunció formalmente a ello, un paso que era necesario para permitir que se la reconociera como hija de Alberto II. Lo llamativo, apunta Verduyn, es que aunque el caso nunca había salido a la luz y todo hubiera permanecido igual, Delphine unca habría tenido que contar con el legado de Jacques Boël. “La familia Boël siempre ha mantenido buenos contactos con la familia real como puerta de entrada al éxito empresarial”, dice.

“Delphine nació del romance entre Sybille de Selys Longchamps, la esposa de Jacques Boël y Alberto II”, dijo Verduyn en una conversación con VRT NWS. “Para no poner en peligro sus contactos comerciales, Jacques Boël cubrió esto con la capa de amor al reconocer a Delphine como su hija”. Aunque para el riquísimo empresario Delphine no era una Boël «auténtica», habría hecho cualquier cosa para garantizar que la fortuna familiar nunca fluyera a Delphine, afirma Verduyn.

¿Puede contar ahora con parte del legado de AlbertoII?

“Si tenemos en cuenta la cantidad mínima de 12,5 millones de euros que corresponde a la fortuna de Alberto II, entonces Delphine tiene derecho legal a una cuarta parte de la mitad de esta cantidad”, dice Verduyn. “Esa mitad, ese es el llamado legado reservado. Los hijos de Alberto II tienen derecho a eso, lo que él decida”. “Un cuarto de la mitad es un octavo, y un octavo de 12,5 millones de euros, lo que equivale a 1.5 millones de euros. Si Delphine Boël continúa con todos los procedimientos legales y si Alberto II no muere durante esos procedimientos, entonces ella puede reclamar esta parte de la herencia”, afirmó.

Según el diario belga de lengua flamenca De Tijd, Alberto II y la reina Paola han revisado recientemente su contrato de matrimonio, firmado hace más de 60 años, y eso aún puede estropear la situación de Delphine Boël. Si Alberto II muere, según el periódico, la mayor parte de su fortuna iría a manos de Paola y ella, en el momento de su muerte, dejaría este patrimonio a sus hijos legales: el rey Felipe, la princesa Astrid y el príncipe Laurent. En todo caso, Delphine lleva 20 años diciendo que no le interesa el dinero y que, si ese hubiera sido el caso, probablemente no hubiera renunciado a la inmensa fortuna de la familia Boël.

Cronología del caso

  • Los primeros informes de que Delphine Boël era la hija ilegítima del rey Alberto II datan de 1999. Según esos informes, Alberto II tuvo un romance entre 1966 y 1984 con la madre de Delphine Boël, Sybille de Selys Longchamps.
  • En el momento del nacimiento de Delphine Boël, estaba casada con el industrial valón Jacques Boël, cuyo tribunal de apelaciones en Bruselas en 2018 dictaminó que él no era el padre biológico.
  • Alberto II admitió a lo largo de los años que él y su esposa, la reina Paola, atravesaban una crisis matrimonial en la década de 1970, pero siempre negó que fuera el padre biológico de Delphine Boël.
  • Boël fue al tribunal de familia en 2013 para impugnar la paternidad legal de Jacques Boël y, en una segunda fase, para que se reconociera la paternidad de Albert II.
  • Jacques Boël no se resistió a desafiar su paternidad legal y se sometió a una prueba de ADN para demostrar que no era el padre biológico.