El “informe Waringo” se espera con impaciencia en pocas semanas, en tanto expertos hablan de una posible abdicación
La pronta publicación del “Informe Waringo” sobre el funcionamiento y los gastos de la Corte Gran Ducal de Luxemburgo podría convertirse en “una bomba de tiempo” para los actuales soberanos de esa minúscula monarquía dicen los informes publicados en la prensa luxemburguesa. Roto el tabú que rodea a la familia gran ducal, la prensa ahora habla abiertamente de la gran duquesa María Teresa como “una dictadora” y creen que los resultados de esa investigación causaría la abdicación de su marido, el gran duque Enrique I.
“Durante algunos años (…) los ciudadanos se escandalizaron ante las acciones de la gran duquesa María Teresa, pero por respeto a la institución, rara vez aparecen en los titulares de la prensa”, dice la periodista Geneviève Montaigu del diario Le Quotidien. “La naturaleza tempestuosa y autoritaria de María Teresa no es, por lo tanto, un secreto para nadie, pero, por otro lado, las cuentas y el funcionamiento de la institución lo son aún más”, opina la periodista.

La expectativa se inició en octubre del año pasado, cuando el primer ministro Xavier Bettel nombró a Jeannot Waringo, exdirector de la Inspección General de Finanzas ahora jubilado, para que investigue los costos de personal de la corte gran ducal. El ex alto funcionario deberá informar al jefe del gobierno con sus hallazgos y, según publicó el diario Lëtzebuerger Land, “no es imposible que este informe desencadene una grave crisis en el Palacio que podría conducir a la abdicación del gran duque”.
“El personal está agotado y les resulta muy difícil soportar los estados de ánimo y los caprichos de la Gran Duquesa”, afirman los diarios luxemburgueses, que creen que “ya era hora” de que el gobierno se involucrara en el caos interno que impera en el palacio del gran duque. “De los once millones de euros en fondos estatales ingresados en el presupuesto, casi ocho millones están reservados para gastos de personal que aumentan constantemente”, dice Le Quotidien. “El personal que sale lleva una cómoda asignación y permanece en silencio. Se estipula claramente que las partes se comprometen a no menospreciarse mutuamente con terceros”, explica el Tageblatt.
Los problemas vienen del año 2015, cuando una exempleada del palacio amenazó con escribir un libro sobre la vida cotidiana del palacio y dijo que estaba traumatizada por la experiencia de haber estado al servicio de la familia imperial. La gran duquesa María Teresa, de origen cubano, que se casó en 1981 con el príncipe Enrique, había declarado inicialmente que no tenía miedo de un juicio ante el tribunal laboral, ante el cual la empleada impugnó su despido. Finalmente, el palacio le envió un cheque y el libro jamás fue publicado. Desde ese año, 30 personas renunciaron intempestivamente.

Los medios luxemburgueses deslizan tímidamente que la gran duquesa no es alguien fácil de tratar y el Lëtzebuerger Land la retrata “como un dictador que nadie se atreve a enfrentar, ni siquiera el Jefe de Estado”. María Teresa, según Le Quotidien, “reside la mayor parte del tiempo en París y no duda en que todo su personal se traslade a la capital francesa para celebrar sus reuniones, lo que genera costos sustanciales y no necesariamente deleita a sus colaboradores”.
«La Gran Duquesa hace lo que quiere», dice el periodista Pol Schock. «María Teresa sostiene firmemente las riendas en la mano, determina el negocio y el ritmo en la corte», agrega para finalmente decir que la soberana considera a los empleados del palacio como «siervos». “En resumen, la Gran Duquesa maneja la casa como le parece y hace absolutamente lo que quiere cuando quiere”, explican los cronistas reales. “Nadie en la Corte se atreve a oponerse a su voluntad y solo el Primer Ministro, Xavier Bettel, se permite hacerlo”, retrata el diario Tageblatt.
Según el Luxemburger Land, “personas cercanas a la corte” no descartan que el gran duque Enrique abdique después de la publicación de las investigaciones y de hecho es una idea que tanto él como María Teresa había pensado abiertamente en 2019: “Desde afuera, todo es lindo, solo se ve la alfombra roja y el papel brillante, pero no es tan simple”, dijo ella en una entrevista con Paris Match. Enrique ascendió al trono el 7 de octubre de 2000, al abdicar su padre en una transición pacífica, y este año cumplirá 20 años de reinado.