El duque de York, de 59 años, se enfrenta a la pérdida de su protección policial por decisión del gobierno.
El príncipe Carlos, futuro rey, siempre fue visto como alguien que podía modernizar la monarquía británica, reduciendo su tamaño y poniéndola a tono con las otras casas reales europeas.
El príncipe Andrés de Inglaterra, duque de York, podría ser despojado de la policía armada que se encarga de su seguridad durante todo el día a raíz del escándalo de Jeffrey Epstein, informó el diario The Telegrah. Esto se produce después de que el Ministerio del Interior y Scotland Yard (la policía británica) llevaran a cabo una revisión después de que el príncipe, de 59 años e hijo de la reina Isabel II, anunciara el 20 de noviembre que deseaba «retirarse de los deberes públicos en el futuro inmediato» con el permiso de la soberana.
La decisión final está en manos del Ministro del Interior Priti Patel y, en última instancia, del Primer Ministro, en tanto una fuente principal dijo al diario británico The Evening Standard: “Se ordenó una revisión de la protección policial del Su Alteza Real el duque de York una vez que se anunció que renunciaría a los deberes reales en noviembre. Los responsables de la seguridad real no pueden escribir un cheque en blanco para cualquier persona que no tenga una función pública en el futuro previsible”.
El príncipe se vio efectivamente obligado a renunciar a los deberes reales después de su desastrosa entrevista de la BBC sobre sus vínculos con el delincuente sexual Epstein, quien el año pasado fue detenido acusado de abuso sexual y comercio ilegal de menores y se suicidó en su celda en la ciudad de Nueva York. Las princesas Beatriz y Eugenia, hijas de Andrés, perdieron su protección policial en 2011. “La protección armada las 24 horas es muy costosa. La Policía Metropolitana está obligado a revisar la posición para garantizar que esté justificada”, dijo la policía.
El duque de York cayó en desgracia en medio de un escándalo
Su conducta ya había generado cuestionamientos éticos en el pasado, pero había podido conservar su papel en la realeza hasta que salió a defender su amistad con Jeffrey Epstein, un acaudalado financista condenado por delitos sexuales, durante una entrevista en noviembre. Ahora se enfrenta a la perspectiva de tener ningún guardaespaldas o tener que pagar sumas considerables por guardias privados, tal y como hizo cuando sus hijas dejaron de recibir protección oficial.
El tercer hijo de la reina trató de presentar su amistad con Epstein como algo “honorable” y no expresó solidaridad con las mujeres y niñas que habrían sido víctimas de Epstein. Se cree que pronto podría ser interrogado por las autoridades de Estados Unidos y Gran Bretaña en relación con versiones de que mantuvo relaciones con una menor de edad que le presentó Epstein, aunque el príncipe lo niega. También lo podrían interrogar los abogados de mujeres que han demandado a los herederos de Epstein.
Cuando su situación se hizo insostenible, el duque de York anunció su decisión de renunciar a sus deberes de la realeza. Ni la reina ni el príncipe Carlos, que aboga por una reducción drástica de la casa real, hicieron comentario alguno sobre el asunto y la prensa británica dijo que el propio príncipe de Gales le dijo a su madre que Andrés no podía continuar desempeñando funciones de la realeza.
“Carlos viene diciendo desde hace años que hay que empequeñecer la monarquía”, dijo Ingrid Seward, jefa de redacción de la revista Majesty. “Está firmemente convencido de que en una Casa de Windsor tan grande hay demasiadas oportunidades de que las cosa no salgan bien. Y es demasiado cara. Necesitan demasiadas casas, demasiados gastos públicos”. Para el historiador real Hugo Vickers Carlos se equivoca al tratar de reducir el tamaño de la monarquía porque una familia grande ayuda mucho: “Creo que no es lo indicado porque otros miembros de la familia real ayudan con un montón de cosas de las que el monarca no puede ocuparse. Pronto se dará cuenta de que necesita ayuda”.