Primo del fallecido sultán y hombre clave en la toma de decisiones de su gobierno, el nuevo jefe de Estado tiene 65 años.
Ese nombramiento había sido visto como un mensaje del sultán sobre sus preferencias relativas a la sucesión en el trono.
El príncipe Haitham bin Tariq Al Said, primo del fallecido sultán Qaboos bin Said, fue designado como su sucesor tras jurar su cargo ante el Consejo de Gobierno del país, también de acuerdo con la agencia oficial de noticias del país. El exministro de Patrimonio y Cultura Nacional, de 65 años, era el nombre que figuraba en el testamento del fallecido sultán, como se dio a conocer en la lectura de sus últimas voluntades que tuvo lugar este sábado por la mañana en la reunión extraordinaria del Consejo de Defensa del país, como manda la tradición.
El nuevo sultán es considerado como un experto diplomático y un individuo muy próximo al proceso de toma de decisiones por parte de la cúpula de Gobierno. De hecho, su elección tiene un sentido claramente continuista que no supondrá un cambio destacado en el rumbo de la política, tanto nacional como doméstica, del sultanato, según explicó el profesor del Centro de Estudios del Golfo de la Universidad de Qatar, Mahjub Zweiri, a la cadena Al Yazira.
El príncipe, sucesor del jefe de Estado más antiguo de Oriente Medio, prestó juramento el sábado como nuevo sultán de Omán, anunció el gobierno. «Haitham bin Tariq prestó juramento como nuevo soberano (…) después de una reunión de la familia real, que aprobó la elección» de este sucesor realizada por el difunto sultán, dijo el gobierno. De acuerdo con la constitución de Omán, la familia real debía elegir al sucesor al trono en un plazo de tres días, que debía reunir las condiciones de pertenecer a la dinastía Al Said, gobernante desde mediados del siglo XVIII, y ser «musulmán, maduro, racional e hijo legítimo de padres musulmanes omaníes». Observadores locales indicaron que por lo menos 80 integrantes de la familia de Qaboos reunían ese perfil.
El fallecido sultán, que ocupaba los cargos de primer ministro, ministro de Exteriores, ministro de Defensa y ministro de Finanzas, regresó al país el 13 de diciembre tras viajar una semana antes a Bélgica para realizarse pruebas médicas por una supuesta recurrencia del cáncer de colon que le fue diagnosticado hace cuatro años. Ante el silencio de las autoridades, aumentaron las preocupaciones sobre su salud. Bin Said había realizado varios viajes en los últimos años para recibir tratamiento médico, pero no se proporcionaba información sobre su estado de salud a su regreso al país.