Las nueve salas son la «coronación» de las obras que comenzaron en la era soviética, tras haber sufrido grandes daños en la II Guerra Mundial.
Las lujosas salas barrocas del Palacio Residencial de Dresde (Alemania) fueron reinauguradas esta semana en la ciudad capital del estado federado de Sajonia, a casi 75 años de su destrucción en la Segunda Guerra Mundial. Las habitaciones fueron reconstruidas hasta el más mínimo detalle, como informó Michael Kretschmer, jefe del Gobierno regional, quien destacó durante la ceremonia que el palacio no es solo un sitio especial de la historia sajona desde el Renacimiento hasta la actualidad, sino que también forma parte de la historia alemana y europea.


El legendario príncipe elector sajón Augusto el Fuerte (1670-1733), también rey de Polonia y gran duque de Lituania, hizo remodelar y amueblar con gran lujo nueve salas en 1719 con motivo de la boda de su hijo con la hija de un emperador de Austria, María Josefa. Durante la Segunda Guerra Mundial, el castillo sufrió graves daños y siguió siendo una ruina durante décadas. Aunque la renovación comenzó en la era soviética, en 1986, no fue sino hasta después de 1990 cuando se renovó seriamente. En 1997, el gobierno estatal decidió expandir el complejo del museo, incluida la reconstrucción de los días del festival en una versión histórica.


El palacio fue convertido en un complejo de museos gestionado por las Colecciones Estatales de Arte y, para ello, el estado de Sajonia invirtió unos 35 millones de euros (38,2 millones de dólares) en la minuciosa reconstrucción de la sala angular, la sala de audiencias y dormitorios con antecámaras. Marion Ackermann, directora general de la Colecciones Estatales de Arte, dice estar muy satisfecha con la renovación: «Es muy magnífico. Eso significa que cuando ingresas a las habitaciones, están inundadas de luz y también tienes una vista increíble hacia el exterior y, por otro lado, los materiales te sorprenderán».

