Con motivo de la visita de Estado del presidente estadoundiense, Donald Trump, reunimos algunos secretos sobre el ‘Banquete de Estado’ que la reina Isabel II ofrecerá en su honor en el palacio de Buckingham.
1- Buckingham, residencia monárquica desde 1837, tiene 775 salones, 19 salones de Estado, 52 dormitorios reales, 188 dormitorios del personal, 92 oficinas, 78 cuartos de baño, 760 ventanas y 1.514 puertas.
2- El primer “Banquete de Estado” en honor a un dignatario extranjero se celebró en 1855, durante el reinado de Victoria I, durante la visita del emperador francés Napoleón III y la emperatriz Eugenia.
3- Los banquetes se celebran exclusivamente en el gran Salón de Baile, el salón más grande del Palacio, desde 1914, durante el reinado de Jorge V.

4- Al ser construido, en 1844, el Salón de Baile tenía 14 metros de altura, 34 metros de longitud y 18 metros de ancho. Al principio se lo conocía como “Salón de Bailes y Conciertos”.
5- El Salón de Baile tiene un órgano construido en 1817 que fue comprado por la reina Victoria en 1848 y todavía funciona.

6- Los candelabros que adornan actualmente el Salón de Bailes fueron colocados hace 110 años, en 1907.
7- Entre 160 y 170 personas suelen ser invitadas banquete, que se celebra la primera noche de la visita oficial al Reino Unido. Los comensales se sientan alrededor de una gran mesa con forma de herradura. La reina y su invitado de honor, por supuesto, ocupan la cabecera.

8- La mayor parte de la vajilla de oro que se utiliza fue fabricada para el rey Jorge IV (1820–1830). A ambos lados de la sala, se exhibe la gran colección de platos, copas y velones repujados.
9- Antes de cada banquete, los trabajadores colocan los manteles, 170 servilletas de lino, 6 piezas de cubertería de plata dorada por invitado, cuchillos para manteca, 20 arreglos florales, 12 recipientes de hielo, 118 saleros y 288 platos.

10- Cada comensal dispone de 6 copas (para el agua, el vino -blanco y tinto-, el oporto, una quinta para brindar y otra para el postre): en total 1.014 copas que fueron fabricadas para la coronación de la reina, en 1953.
11- La reina Isabel II tiene la costumbre de presentarse personalmente antes de cada banquete para comprobar que todo está en su lugar.

12- Horas antes de la cena, el más joven y delgados de los submayordomos, equipado con pantuflas especiales, camina sobre la mesa para controlar que cada copa esté ubicada donde debe y que los candelabros se encuentren situados a la misma distancia unos de otros.
13- Cada elemento de la mesa es colocado según las medidas establecidas. Los comensales encontrarán que la distancia entre su cuchillo y su tenedor es de 45 centímetros.

14- El banquete es servido por un equipo de 100 hombres coordinados por el Gran Mayordomo de Palacio. Los lacayos, con sus trajes rojos y dorados, entregan la comida a los pajes que, vestidos con su uniforme azul oscuro, sirven a los invitados.
15- Una luz azul indica a los servidores permanecer a la espera, una luz ámbar señala el momento de servir la comida que ha preparado un equipo de 20 chefs.

16- El personal se viste con una librea de botones dorados y las armas de la reina sobre las mangas. Desde 1952, las pelucas empolvadas dejaron de usarse en Buckingham.
17- El menú, escrito en francés, la lengua clásica de la gastronomía, consiste normalmente de cuatro platos, pescado, carne, postre y fruta, aunque hay dietas especiales para vegetarianos.

18- A las 19.45, se sirven aperitivos a los invitados y la familia real se reúne con la reina y sus invitados de honor en el “Royal Closet” (Gabinete Real). Los demás comensales aguardan en los salones Verde, de Música y Azul.
19- Una procesión perfectamente organizada avanza a las 20.10 mientras la banda de música entona los himnos nacionales.

20- La cena tiene una duración de una hora y 20 minutos. Al final de la comida 12 gaiteros escoltan a los invitados de mayor rango al Salón del Trono para tomar té, café y postres. Se trata de una tradición iniciada por la reina Victoria.
21- ¿Quién paga la cuenta? Al día siguiente del banquete de Estado, el Palacio de Buckingham envía la factura al Foreign Office, la cancillería británica.