Una princesa fue nombrada la primera mujer embajadora de Arabia Saudita


La princesa Reema bint Bandar es la primera mujer en ejercer un cargo en la diplomacia de Arabia Saudita. Ella dirigirá la embajada ubicada en Estados Unidos.

Soplan aires nuevos en la estricta monarquía absolutista de Arabia Saudita, cuyo rey nombró por primera vez a una mujer en un alto cargo en la diplomacia: la princesa Reema bint Bandar fue elegida nueva embajadora saudita en los Estados Unidos en remplazo del príncipe Jalid bin Salman -hijo del rey saudita- que fue nombrado ministro de Defensa. «Quiero expresar mi más sincero agradecimiento y gratitud al Custodio de las Dos Mezquitas Sagradas [título que hace referencia al monarca] y a Su Alteza el Príncipe Heredero, que Dios les bendiga, por su generosidad y confianza en nombrarme embajadora ante los Estados Unidos de América», escribió en Twitter la flamante embajadora después de hacerse público su nombramiento. «Con la ayuda de Dios, voy a trabajar con todas mis fuerzas para servir a mi país, a sus dirigentes y todos sus hijos».

Ali Shihabi, fundador del grupo prosaudita Arabia Foundation consideró que el nombramiento de la princesa Reema como embajadora en Estados Unidos era una «señal fuerte para la integración de las mujeres en el gobierno y en la fuerza de trabajo». La princesa, nacida en Arabia Saudita pero educada en los Estados Undos, tiene experiencia trabajando en los sectores público y privado, y se destaca como una defensora de los derechos de las mujeres en un reino criticado a menudo por los recientes encarcelamientos de mujeres activistas y las denuncias de algunas de ellas de abusos sexuales y torturas durante su detención. Un funcionario saudí que la conoce le dijo a la AFP que parece estar bien versada en la escena política estadounidense, mientras asume su papel en Washington.

De 43 años, la princesa es cofundadora de «Yibreen», un gimnasio dirigido a mujeres; fue CEO de Harvey Nichols, una cadena de tiendas por departamento y también trabajó como directora creativa de «Baraboux», una marca de bolsos de lujo. En el negocio de los almacenes de ropa, ella creó una guardería para que las trabajadoras pudieran dejar a sus hijos. Además, la recientemente nombrada embajadora en Estados Unidos se desempeñó como Diputada de Planificación y Desarrollo de la Autoridad General de Deportes de Arabia Saudita (GSA). En la gestión de Rima bint Bandar se logró que se incluya la educación física para las niñas.

Un funcionario saudí que la conoce dijo a la agencia AFP que parece estar bien versada en la escena política estadounidense, ya que creció y estudió en los Estados Unidos mientras su padre, el histórico príncipe Bandar bin Sultan, fue embajador en Washington entre 1983 y 2005. De regreso en su país natal, la princesa se convirtió en una de las escasas mujeres de la familia real en mostrarse activas en la vida pública. Tras ejercer una década como empresaria, en 2016 fue nombrada para un alto cargo en la Dirección General de Deportes, donde promovió la participación femenina y logró que se incluyera la educación física en las escuelas públicas de niñas. Es una firme defensora de la inserción laboral de las saudíes.

Cambios necesarios en épocas turbulentas

El nombramiento de la primera mujer diplomática se da en el contexto de tensión entre Arabia Saudita y Estados Unidos por el asesinato del periodista opositor Jamal Khashoggi, en octubre pasado. «La decisión de elegir a la hija de un enviado saudí durante mucho tiempo en Washington sugiere que el gobierno está tratando de suavizar su imagen en un momento de tensas relaciones con el Congreso por el asesinato del inscrito saudita Jamal Khashoggi, así como la indignación por el arresto de Mujeres activistas y crisis humanitaria de Yemen», explica la agencia estadounidense de noticias Bloomberg.

«El nombramiento de la Princesa Reema representa un nuevo comienzo, tratando de pulir la imagen de Arabia Saudita y reforzar la imagen del rey y su hijo como reformadores», dijo Fawaz A. Gerges, profesor de relaciones internacionales en la London School of Economics. «Están tratando de abordar las preocupaciones y los críticos del reino en los Estados Unidos». Pero la princesa, que habla inglés con fluidez, ha defendido fuertemente al príncipe heredero en los círculos internacionales, describiendo sus reformas sociales, como poner fin a la prohibición de las mujeres conductoras como «evolución, no occidentalización». «Nos piden que cambiemos, pero luego, cuando comenzamos a exhibir el cambio, nos llegan con cinismo«, dijo durante el último Foro Económico Mundial. «No sé cómo explicar lo destructivo que es cuando te despiertas cada mañana y vas a la oficina y estás motivando a las personas para que hagan un cambio para su comunidad … Luego sale el artículo y dice: Esto fue fabuloso, pero …¿Por qué pero? ¿Le dices eso a alguien más?«

El caso Khashoggi incomoda a la Casa Blanca, preocupada por mantener su estratégica relación con el reino saudita. El Senado estadounidense consideró que Mohammed bin Salman era «responsable» del asesinato del periodista, quien colaboraba entre otros medios con el Washington Post. Tras negar en un primer momento cualquier implicación en la desaparición del periodista, el reino finalmente reconoció que un grupo de agentes sauditas lo mató en el interior del consulado, describiéndolos como elementos «incontrolados» que actualmente enfrentan la justicia saudita. «El nombramiento de una nueva embajadora es un intento de Riad de reimpulsar sus relaciones con Washington y hacer olvidar el caso Khashoggi, aunque en la practica probablemente no ocurra, al menos con el Congreso«, señaló Kristian Ulrichsen, investigador en el Instituto Baker de la Rice University, en Estados Unidos.

Nuevo hombre fuerte. El príncipe Khalid, hijo del rey Salmán y expiloto de caza, ocupaba el puesto de embajador en Washington desde 2017. Asumirá sus nuevas funciones de ministro adjunto de Defensa en un momento en que Riad acumula cuatro años liderando una coalición internacional que apoya a las fuerzas progubernamentales en Yemen contra los rebeldes hutíes chiitas. «El príncipe Jaled hereda una cartera difícil, al tiempo que crucial para su padre, su hermano y el reino», consideró Becca Wasser, analista política en la RAND Corporation, en Estados Unidos. «El viceministro tiene virtualmente la misma autoridad que el ministro«, dijo Ali Al Shihabi, fundador de la Fundación Arabia, un grupo de expertos pro saudí en Washington. «Dado que el ministro de defensa también es el príncipe heredero, eso significa que KBS ahora es efectivamente el ministro de defensa«, dijo en Twitter, refiriéndose al príncipe Khalid por sus iniciales.