Las joyas funerarias del rey Carlos XII y su esposa, del siglo XVII, desaparecieron el pasado 31 de julio de la Catedral de Strangnas. Hay dos sospechosos detenidos y la policía dice haber encontrado el botín.
Las regalías funerarias de la monarquía sueca, que fueron robadas el pasado mes de agosto en la ciudad de Strangnas, fueron encontradas en un contenedor de basura. La policía dijo en un comunicado el martes que «todo parece indicar que los atuendos funerarios del rey Carlos IX fueron halladas en Åkersberga, en el área de Estocolmo». Más detalles vendrían «cuando sepamos con certeza si es la regalía robada», agregó la policía.
Esto ocurre dos semanas después de que un hombre de 22 años fuera arrestado sospechado de robar las dos coronas y otras joyas de la realeza sueca valoradas en 65 millones de coronas (7,2 millones de dólares) el 31 de julio en la catedral de Strangnas. Un segundo hombre ha sido detenido pero no acusado. El botín, compuesto por dos coronas y un orbe utilizados en los funerales de dos monarcas fallecidos a principios del siglo XVII, es considerado un tesoro histórico en Suecia.


Los investigadores creen que dos hombres robaron las joyas de la catedral de estilo gótico construida con ladrillos entre 1291 y 1340 al oeste de Estocolmo, y aunque arrestaron a dos individuo, todavía son investigados. La Policía nacional sueca ayudó a la policía local de Strangnas en la investigación y el robo fue registrado en la Interpol, lo que activó una búsqueda internacional.
«Todo sugiere que se han encontrado vestigios funerarios robados de Carlos IX en el área de Estocolmo, pero la policía está trabajando arduamente para confirmarlo al 100 por ciento», dijo la policía sueca en su sitio web.
El sospechoso de 22 años, quien no fue identificado y rechazó los cargos según el diario sueco Expressen, fue encontrado gracias a rastros de ADN hallados en el lugar de robo, así como en una bicicleta usada como parte de la fuga tras el robo. Un segundo hombre ha sido detenido pero no acusado.
Los hombres habrían sacado las joyas del lugar donde estaban en exhibición luego de romper el vidrio de seguridad. Posteriormente huyeron en bicicletas y luego en bote a través de los lagos al oeste de Estocolmo.


Las tres joyas funerarias que pertenecieron a Carlos IX, rey de Suecia y Finlandia entre los años 1604 a 1611, y de su esposa, la alemana Cristina de Holstein-Gottorp, fallecida en 1625. Se trata de dos coronas y un orbe que, según la tradición, fueron confeccionadas especialmente para ser acompañar a estos monarcas a su tumba, como fue tradición en Suecia entre los siglos XVI y XIX. La corona con la que Carlos IX fue enterrado fue diseñada por Antonius Grott en 1611 y es de oro, cristal de roca, esmalte y perlas mientras la de su esposa, está hecha de oro y esmalte negro, sin piedras preciosas.
Mientras que las vestimentas y regalías funerarias se guardan en las catedrales de Strängnäs, Uppsala y Västerås, junto a las tumbas de sus dueños, las joyas de la corona de Suecia se encuentran en las bóvedas del Palacio Real de Estocolmo.
Las coronas no formaron parte de las insignias de coronación, sino del atuendo funerario del rey y la reina. Es decir, fueron enterrados con estas joyas. Aunque Carlos IX y Cristina fueron sepultados con sus coronas puestas, sus cuerpos fueron exhumados hace unos años y las joyas fueron extraídas para ser expuestas al público en la misma catedral. Los objetos, de un valor inestimable para los expertos, se encontraban, según las normas de seguridad vigentes, en una vitrina equipada con una alarma dentro de la catedral, donde también reposan los restos de varios monarcas, entre ellos Erik XIV.


Las joyas funerarias de los reyes de Suecia son de un valor inestimable y los expertos las consideran de muy alta calidad artística. “No conocemos el valor de los objetos robados, pero se trata de un tesoro nacional“, declaró Stefan Dangardt, portavoz de la policía sueca. “Es simplemente imposible vender esos objetos, podemos interrogarnos sobre las intenciones de los ladrones”, declaró por su parte Maria Ellior, responsable del crímenes culturales y patrimoniales de la policía sueca. “Por supuesto, están asegurados, pero el patrimonio cultural excede el valor material”, dijo el decano de la catedral, Christofer Lundgren, al diario sueco Aftenposten.
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